Terremoto en el aparato sandinista por el arresto del jefe de la inteligencia pol¨ªtica de Daniel Ortega

Todo empez¨® con un cambio de nombramiento el 16 de noviembre de 2022, o m¨¢s bien un relevo, si se toma en cuenta que el comisionado general Adolfo Marenco ¨Cun alto cargo considerado intocable en el esquema represivo del Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo¨C fue removido de su cargo como jefe de investigaci¨®n y de inteligencia pol¨ªtica de la Polic¨ªa Nacional. El oficial fue reubicado en otro de menor envergadura, en una comisi¨®n de servicio en el Instituto de Seguridad Social y Desarrollo Humano (Issdhu), instancia que administra las pensiones policiales. En el nuevo puesto dur¨® s¨®lo nueve d¨ªas: el diario oficial La Gaceta anunci¨® su sorpresivo retiro y en la primera quincena de enero se conoci¨® que fue apresado en la Direcci¨®n de Auxilio Judicial, la prisi¨®n mejor conocida como El Chipote, donde el r¨¦gimen mantiene encerrados a los presos pol¨ªticos en condiciones ¡°inhumanas y degradantes¡±, seg¨²n las denuncias.

El encarcelamiento de Marenco provoc¨® una sacudida en la polic¨ªa, una instituci¨®n herm¨¦tica, se?alada de cometer cr¨ªmenes de lesa humanidad y sometida directamente al dictado de la pareja presidencial. El comisionado general era parte del ¡°c¨ªrculo de hierro¡± de los Ortega-Murillo al ocupar un puesto clave en la persecuci¨®n de opositores. Dada su vasta experiencia en inteligencia era temido por su eficacia. Marenco es un agente que operaba en las sombras: de todos los altos mandos policiales, era el que ten¨ªa el perfil m¨¢s bajo y el ¨²nico que no ha sido sancionado por el Gobierno de los Estados Unidos.

Por eso, cuando el 15 de enero el comisionado en retiro fue sacado de su casa por los oficiales que antes comandaba, y trasladado a El Chipote donde lleva m¨¢s de dos semanas y media recluido, rondaron en los pasillos policiales diferentes versiones sobre su ca¨ªda. El medio digital Confidencial public¨® que el exjefe de inteligencia est¨¢ detenido porque quer¨ªa fugarse del pa¨ªs y por negarse a cumplir las ¨®rdenes de los dictadores sandinistas. Por otro lado, 100% Noticias inform¨® de que desconoc¨ªan si la detenci¨®n estaba ligada a la pol¨ªtica, negocios, corrupci¨®n o narcotr¨¢fico. Otras dos versiones extraoficiales apuntan a que el encarcelamiento de Marenco estuvo motivado por una supuesta investigaci¨®n que realizaba a integrantes del Ej¨¦rcito de Nicaragua. Las pesquisas que realizaba el exsubdirector de la polic¨ªa no cayeron bien en el seno del cuerpo castrense que inform¨® inmediatamente a Ortega, quien supuestamente orden¨® la detenci¨®n del comisionado general en retiro.

Seg¨²n esta tesis, la investigaci¨®n fue una iniciativa de Marenco para ¡°quedar bien¡± con Rosario Murillo y entregarle en bandeja de plata los entresijos de algunos militares que realizan negocios a espaldas del r¨¦gimen sandinista. Esta versi¨®n, sin embargo, no pudo ser corroborada por este medio. Es conocido que el alto mando militar responde estrictamente a Ortega y la relaci¨®n que la vicepresidenta mantiene con el cuerpo castrense es tensa. La ¨²ltima versi¨®n es que Marenco ¡°pasaba informaci¨®n a los Estados Unidos¡±, algo que tampoco ha podido ser confirmado: el comisionado en prisi¨®n era, de acuerdo con esta hip¨®tesis, el enlace permanente de la Administraci¨®n de Control de Drogas (DEA por sus siglas en ingl¨¦s) en Nicaragua.

El secretismo genera rumores

El Gobierno de los Ortega-Murillo no ha dicho ni una sola palabra del arresto de Marenco, hecho que varias fuentes ligadas a la polic¨ªa han confirmado a EL PA?S. Este silencio sepulcral ha dado paso a estas versiones. En las ¨²ltimas semanas tambi¨¦n han sido arrestados funcionarios del poder judicial, como el vocero Roberto Larios, un fiel sandinista. Ha habido interrogatorios en El Chipote contra la magistrada Ileana P¨¦rez y el alcalde sandinista de El Tuma-La Dalia, quien luego dijo que no lo hab¨ªan destituido, sino que ¡°renunci¨® por motivos de salud¡±. Otros supuestos arrestos de altos comisionados tambi¨¦n han rondado, pero en estos casos los oficiales han sido reincorporados a la instituci¨®n.

Para la experta en seguridad y soci¨®loga Elvira Cuadra, es dif¨ªcil contrastar estos ¡°movimientos¡± porque no hay acceso a informaci¨®n oficial. ¡°Mucho menos comprender la intenci¨®n de los cambios. En la Polic¨ªa se maneja con mucho hermetismo, porque de conocerse eso, tendr¨ªa impacto en el resto de los efectivos de la instituci¨®n¡±, explica Cuadra y a?ade que la ¨²nica certeza es en el caso de Marenco, debido a la ¡°forma en que se ha manejado la instituci¨®n¡±. ¡°Hay una reconfiguraci¨®n del c¨ªrculo de confianza y lealtad m¨¢s cercano a los Ortega-Murilo¡±, resalta.

El exdiputado opositor en el exilio, El¨ªseo N¨²?ez, dijo que despu¨¦s del arresto de Marenco vino una ¡°oleada de desinformaci¨®n¡± soltada por el mismo r¨¦gimen. La raz¨®n, explic¨® a EL PA?S, ha sido soltar rumores de que otros comisionados est¨¢n presos y luego han aparecido. ¡°Tratan de ocultar lo que realmente est¨¢ detr¨¢s, que es la destituci¨®n del jefe de inteligencia, su captura y que Marenco sigue detenido¡±, analiz¨®.

¡°Definitivamente eso no es poca cosa: lo que ellos [el Gobierno] han tratado de hacer es generar una serie de rumores, la mayor¨ªa de ellos falsos, para tratar de quitarle credibilidad al hecho de que tienen preso a el m¨¢s importante oficial que dirigi¨® la represi¨®n despu¨¦s de las protestas sociales de 2018¡å, contin¨²a N¨²?ez, en referencia a que el comisionado arrestado dirigi¨® las capturas y seguimiento de opositores, entre ellos todos los precandidatos presidenciales, antes de las elecciones generales de 2021 en las que Ortega y Murillo se atornillaron en el poder.

¡°Adicionalmente, creo tambi¨¦n que el tema de Marenco tiene que ver con que la Polic¨ªa est¨¢ siendo sacudida por Ortega para quitar a quienes le pueden resultar caro por todos los servicios, entre comillas, prestados por los asesinatos y la represi¨®n¡±, dice N¨²?ez. ¡°Eso le crea una c¨²pula de inmunidad a muchos polic¨ªas que no le conviene a Ortega, porque no va a favor del control f¨¦rreo que necesita tener¡±.

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