Los heridos en las protestas en Per¨² que ya no volver¨¢n a ser los mismos
A los 58 muertos despu¨¦s de dos meses de convulsi¨®n social se suman m¨¢s de 1.200 heridos
En los ¨²ltimos dos meses, Per¨² se ha convertido en un campo de batalla. Desde que comenzaron las marchas el 7 de diciembre, con el autogolpe fallido de Pedro Castillo y la sucesi¨®n de Dina Boluarte, seg¨²n la Defensor¨ªa del Pueblo han resultado heridos 1.229 civiles y 580 agentes de las fuerzas del orden. Bloqueo de v¨ªas, ataques a instituciones p¨²blicas, emergencias desatendidas y un uso desproporcionado de las armas han dejado un saldo mortal de 47 manifestantes fallecidos y un polic¨ªa, adem¨¢s de 11 civiles que perdieron la vida por accidentes de tr¨¢nsito debido al paro nacional. El term¨®metro de la calle indica que las protestas no ceder¨¢n por ahora y aunque el foco se pone siempre en los muertos, hay heridos que ya no volver¨¢n a ser los mismos.
El herido que cay¨® ante las c¨¢maras
El ¨²ltimo s¨¢bado de enero, en el centro de Lima, un cuerpo cay¨® desplomado tras recibir un proyectil en la cabeza y un canal de televisi¨®n lo transmiti¨® en vivo, aunque la imagen cambi¨® de plano r¨¢pido. Lo que se supo desde entonces fue gracias a unos videos de unos manifestantes que se encontraban cerca del cuerpo. En un principio se pens¨® que se trataba de V¨ªctor Santisteban Yacsavilca, quien falleci¨® esa noche a causa de un traumatismo enc¨¦falo craneano grave. Su muerte acapar¨® la atenci¨®n, pero poco despu¨¦s se confirm¨® que Santisteban no era el que hab¨ªa ca¨ªdo frente a las c¨¢maras de televisi¨®n. Entonces, ?qui¨¦n era ese hombre? Por las im¨¢genes se distingu¨ªa que llevaba jean, un polo guinda y la bandera peruana amarrada a su cuello, como si fuese una capa.
Mientras el domingo, algunas autoridades del Ejecutivo, varios medios de comunicaci¨®n y no pocos congresistas sosten¨ªan que la muerte de Santisteban hab¨ªa sido por una piedra, por lo que las fuerzas del orden no tendr¨ªan culpabilidad alguna, Jhon Santos Lapa Laime, de 32 a?os, luchaba por su vida en el Hospital Loayza. Lapa -huancavelicano, comerciante y padre de un ni?o de dos meses- era el manifestante cuyo ataque fue televisado. Su familia lo reconoci¨® por su ropa.
¡°Yo compart¨ª el video sin saber que se trataba de ¨¦l, porque estaba indignado. Luego, cuando su pareja confirm¨® que era ¨¦l me qued¨¦ en shock¡±, dice su primo Rodi Laime. A las 10 de la ma?ana del domingo, Jhon Santos Lapa Laime ingres¨® al quir¨®fano. La operaci¨®n se prolong¨® hasta las siete. El diagn¨®stico de su lesi¨®n fue un traumatismo enc¨¦falo craneano y hematoma epidural. Desde ese d¨ªa, est¨¢ en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Loayza y su pron¨®stico es reservado. No ha podido recuperar la conciencia en una semana.
Jhon Lapa es el quinto de 10 hermanos. Roc¨ªo es la que sigue desde cerca su evoluci¨®n. ¡°Nos dijeron que iba a levantarse pronto, pero todav¨ªa estamos esperando. Hace unos d¨ªas le hicieron una tomograf¨ªa e hizo fiebre. Solo nos queda tener mucha fe. Pero es muy triste pensar que necesitar¨¢ un tratamiento de por vida¡±. Roc¨ªo denuncia que el hermano, con el que sol¨ªa jugar en carnavales en Huancavelica, tampoco habr¨ªa recibido la atenci¨®n m¨¢s oportuna. ¡°Yo llegu¨¦ a la una de la madrugada al Loayza y mi hermano todav¨ªa estaba en una camilla, botado, en una sala con otras personas. Hab¨ªan pasado m¨¢s de cinco horas desde que unos rescatistas lo hab¨ªan dejado all¨ª. Una enfermera me dijo que le estaban dando preferencia a los heridos que no eran de la marcha. Yo les dije: ?qu¨¦ esperan, que se muera? Y all¨ª reci¨¦n lo tomaron en cuenta¡±. Lo otro que preocupa a la familia es no tener todav¨ªa la certeza de qu¨¦ tipo de proyectil lo hiri¨®.
Las c¨¢maras de Canal N captaron el preciso instante en que un manifestante es herido en la cabeza por un perdig¨®n y cae al suelo producto del impacto #CrisisEnPeru pic.twitter.com/bxDzMFHinf
— Tercer Ojo Media (@TercerOjo_Media) January 29, 2023
Preguntado al respecto, el ¨¢rea de Comunicaciones del Hospital Loayza responde: ¡°Todos los pacientes son atendidos debidamente, y los familiares reciben un reporte. ?Qu¨¦ lo lesion¨®? Determinarlo no es nuestra funci¨®n. Eso le toca al Ministerio P¨²blico. No entraremos en ese terreno¡±. ¡°Si hubiese sido una piedra no hubiera ido a esa velocidad. Adem¨¢s hay un video donde se ve que el disparo proviene del lado de la Polic¨ªa. Se ven los destellos. Posiblemente debe haber sido un perdig¨®n. Nos estamos asesorando para poder acceder a los documentos¡±, se?ala su primo. Los m¨¢s afectados por la noticia han sido los padres de Jhon: Teodor y Julia. Ambos se dedican a la chacra en Huancavelica y no han podido acompa?arlo en Lima. Julia se desmay¨® al enterarse de la noticia.
Una bala alojada en la espalda
Belardino se agarra la cara, llora y no quiere continuar el relato. Los recuerdos de cuando fue herido se mezclan con la desesperanza y angustia por el incierto futuro de su familia: un ni?a de nueve, otra peque?a de siete y un ni?o de cuatro. Este hombre, curtido y recio, se derrumba en la peque?a casa de bareque que comparte con sus tres hijos y su compa?era, al frente de una chacra descuidada donde no ha podido crecer bien la quinua. El nueve de enero en Juliaca, Belardino Quispe, de 29 a?os, fue herido por la espalda.
Ese d¨ªa, los manifestantes intentaron tomar el aeropuerto. La polic¨ªa trat¨® de dispersarlos con disparos. Los primeros heridos se produjeron al mediod¨ªa y ya en la tarde se registraron los primeros muertos. Murieron 18 personas. Seg¨²n datos de la defensor¨ªa del pueblo de Puno, hay cerca de 100 personas heridas, la mayor¨ªa por proyectil de arma de fuego.
Belardino lleg¨® a Juliaca esa ma?ana. No recuerda mucho del impacto, solo que se despert¨® en el centro de salud Jorge Ch¨¢vez. El doctor le dijo que no era una bala sino un roce de perdig¨®n y lo despach¨® a su casa. Valeria Cajia, de 30 a?os, que trabaja haciendo acompa?amiento y apoyo a las v¨ªctimas y sus familias, explica la el personal de salud les dijo a los heridos que podr¨ªan ser arrestados por la polic¨ªa, por lo que muchos decidieron no ir al hospital. ¡°Fueron momentos de desinformaci¨®n, caos, a los que se sum¨® el desconocimiento de los derechos que cada persona tiene a la vida, a la salud, el derecho a la protesta social¡±.
Belardino fue a casa de su hermana en Juliaca, donde no pudo dormir del dolor. A la ma?ana siguiente volvi¨® al centro m¨¦dico y unas radiograf¨ªas mostraron una bala alojada en la pelvis. Se dirigi¨® al hospital y, tras varias horas de espera, un m¨¦dico le explico que la situaci¨®n era dif¨ªcil, que probablemente necesitar¨ªa ser intervenido porque la bala estaba muy profunda. La operaci¨®n, le dijo, deb¨ªa hacerse en Lima. De nuevo, fue despachado a su casa.
Algunas personas en Juliaca se juntaron para contribuir con alg¨²n dinero para todos los ex¨¢menes y medicinas que necesitaba, pero no le alcanza para viajar a la capital. Es posible que se quede con la bala alojada en la espalda. A ¨¦l le preocupa no volver a caminar, c¨®mo sostener a su familia y cu¨¢ndo podr¨¢ volver a trabajar en la chacra y con sus animales. Tambi¨¦n teme, todav¨ªa, ser arrestado.
Yadida tiene tan solo 11 a?os y cuida de su t¨ªo Belardino. Le cocina, le da la comida, le da las medicinas, le cuida sus heridas y cuida de sus animales. Su compa?era est¨¢ en Juliaca con sus hijos buscando ayudas para su esposo. ¡°Me da tristeza todo, la plata, la econom¨ªa. ?Qu¨¦ voy a hacer? Yo soy el sustento de mi familia, mis hijos dependen de m¨ª, tengo que trabajar¡±, dice entre l¨¢grimas en su cama a orillas del Titicaca.
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