Erzin, donde el respeto a las normas de edificaci¨®n marc¨® la diferencia entre la vida y la muerte en el se¨ªsmo de Turqu¨ªa
La comarca de la provincia de Hatay no registr¨® ning¨²n muerto, pese a situarse en una de las zonas m¨¢s devastadas por el terremoto
Desde la cordillera de los montes Amanos, la llanura de Amik y el valle del r¨ªo Orontes aparecen difuminados por una inmensa nube de niebla y polvo. Antioqu¨ªa, la capital del valle y de la provincia de Hatay, es una de las localidades m¨¢s afectadas por los terremotos del pasado d¨ªa 6, que ya han dejado m¨¢s de 45.000 muertos en Turqu¨ªa y Siria. El polvo viene, sobre todo, de all¨ª. Al cabo de media hora en sus calles, la ropa, las gafas, el tel¨¦fono m¨®vil acaban cubiertos de una pel¨ªcula de arenilla, de peque?as part¨ªculas de lo que hasta hace unos d¨ªas eran viviendas, comercios o instituciones oficiales. Pero a menos de 100 kil¨®metros, una comarca, la de Erzin, ha evitado la tragedia por la tipolog¨ªa de su suelo y por el respeto a las normas de construcci¨®n en una zona s¨ªsmica. No ha lamentado ning¨²n muerto.
En Antioqu¨ªa, hay edificios doblados como acordeones; volcados de lado; inmuebles que han ca¨ªdo aplastando la primera y segunda planta; otros que se han adelantado unos metros, atrapando bajo su fachada a varios veh¨ªculos, y los coches se duelen, retorcidos, en algo que de forma absurda parece una mueca de dolor; casas cuyo tejado se ha ca¨ªdo de lleno, bloqueando la calle; otras que se sostienen de forma inveros¨ªmil; edificios de los que, al pasar junto a ellos, se desprende un trozo de fachada; edificios de los que ya se ha desprendido y muestran, cortinas al viento, lo que fueron hogares con una obscenidad casi pornogr¨¢fica. Y hay, por supuesto, cientos de bloques que son ya cascotes y hierros retorcidos mezclados con vestidos, papeles, fotos, trozos de muebles.
Las excavadoras trabajan a destajo rascando con sus u?as de metal entre los escombros, levantando nubes de polvo hacia el valle. Encaramado a uno de esos montones de escombros hay un grupo de efectivos de rescate observado por varios vecinos que esperan callados en sillas de pl¨¢stico. Un militar hace guardia junto a ellos.
¨D?Buscan a alg¨²n superviviente?
¨DEst¨¢n buscando a personas, pero ya est¨¢n muertas.
La vida se ha detenido en esta ciudad antes bulliciosa y llena de vida, capital gastron¨®mica y cultural, destino del turismo nacional. Al caer la noche, se sume en una oscuridad a la que solo vence la fuerza de los generadores. No hay red el¨¦ctrica, tampoco agua corriente. Y miles de personas sobreviven en tiendas de campa?a de diferentes organizaciones.
Ochenta kil¨®metros al norte, el profesor jubilado Oguz ?nder barre algunos trocitos de pintura y escayola. Se han desprendido de una pared de su casa. Es todo el da?o que ha producido el terremoto en la ciudad de Erzin. En toda la comarca, del mismo nombre y de 41.558 habitantes, no se ha producido un solo muerto. Ni se ha venido abajo ning¨²n edificio; los da?os se reducen a la rotura de la punta de un minarete y algunas fachadas en las que se han abierto grietas o boquetes. ¡°Quieras que no, la monta?a nos ha protegido, absorbiendo parte del terremoto¡±, dice ?nder, se?alando a los Amanos. ¡°Tambi¨¦n nuestro asentamiento est¨¢ en buen suelo. Antioqu¨ªa, en cambio, est¨¢ en una llanura de aluvi¨®n, una zona pantanosa que secaron para dedicar al cultivo. No deber¨ªan haber construido all¨ª, la historia nos ense?a que ah¨ª se constru¨ªa en las monta?as, y la llanura se dedicaba a la agricultura¡±, explica.
Pero la respuesta no est¨¢ ¨²nicamente en las monta?as. A este lado de la cordillera se encuentra tambi¨¦n Osmaniye, capital de la provincia del mismo nombre, solo a 10 kil¨®metros de Erzin. All¨ª m¨¢s de un millar de edificios se han venido abajo o han sufrido graves da?os estructurales y deben ser demolidos, seg¨²n datos del Ministerio de Urbanismo turco. M¨¢s de 10.000 personas duermen en tiendas de campa?a y polideportivos. En Erzin, en cambio, aunque algunos todav¨ªa duermen en los jardines de sus casas ¨Dporque el terremoto tambi¨¦n mene¨® las viviendas con fuerza y muchos a¨²n tienen miedo a las r¨¦plicas¨D, la vida ha adquirido cierta normalidad.
Por la calle perpendicular a la casa del profesor jubilado asciende un equipo de funcionarios a los que el Ministerio de Urbanismo ha encomendado hacer una relaci¨®n de da?os. Su primer destino es la escuela de ense?anza media H¨¹rriyet. Examinan la planta baja, la primera planta, el tejado. Solamente hay una peque?a grieta, de 30 cent¨ªmetros de largo y un mil¨ªmetro de ancho, en el despacho del director. El edificio data de 1961 y se le a?adi¨® un piso en los a?os noventa. Pero, el a?o pasado se hizo un refuerzo precisamente pensando en que la localidad se halla en zona s¨ªsmica. ¡°El edificio es viejo y le mont¨¦ una al director provincial de Educaci¨®n... As¨ª que lo aprob¨®¡±, relata el director de la escuela, Ali Babaoglan. ?l es de Osmaniye y ha perdido a cuatro parientes en el terremoto.
¡°La hab¨¦is reforzado muy bien¡±, dice el funcionario con admiraci¨®n: ¡°Al cabo de los a?os, las columnas y el hormig¨®n, debido a la fatiga de materiales, tienen menos aguante. As¨ª que se refuerza con encofrados de acero, muros de corte o con nuevas columnas, y as¨ª recuperan su aguante inicial¡±.
El secreto de la resistencia de Erzin al terremoto est¨¢, adem¨¢s de en su suelo m¨¢s resistente, en c¨®mo ha construido. ¡°Aqu¨ª muchos edificios los han hecho levantar quienes viven en ellos. El m¨ªo tiene 30 a?os y lo hice con un ingeniero. Utilic¨¦ bien los materiales, me preocup¨¦ de que las columnas fuesen buenas, conozco c¨®mo se hicieron estos cimientos, estuve presente en todo el proceso¡±, afirma Oguz ?nder.
¡°Lo primero es que en esta comarca no se da permiso para construir edificios de 14 o 15 plantas, como m¨¢ximo de 4 o 5, y ahora se ha elevado a 6. El Ayuntamiento mira mucho los proyectos antes de dar su aprobaci¨®n. Y yo mismo, si veo que el suelo es d¨¦bil, aumento el n¨²mero de columnas o uso un hormig¨®n de mayo calidad. Eso incrementa los costes, claro, pero estamos hablando de la seguridad de las personas¡±, explica Mustafa G?ktekin, constructor de Erzin. ¡°Yo soy ingeniero civil y trabajo en esto desde 2002, mi padre tambi¨¦n es ingeniero y lleva 50 a?os trabajando en ello. Este no es un trabajo que puedan hacer cuatro tenderos que se juntan, como ha ocurrido, y hacen una promotora. Es un trabajo para el que hemos dedicado nuestros a?os a estudiar y a formarnos¡±, destaca.
Constructores investigados
En busca de culpables para la que es una de las mayores tragedias de la historia moderna de Turqu¨ªa, la atenci¨®n se ha dirigido ahora hacia los constructores. Seg¨²n el Ministerio de Justicia, se han iniciado investigaciones sobre 245, de los que 54 han sido ya imputados y 27 se hallan entre rejas. Pero en la oposici¨®n apuntan m¨¢s arriba. ¡°Desde luego que los dirigentes locales que han recibido sobornos para legalizar edificios deben ser castigados, y las empresas de inspecci¨®n, y los arquitectos y constructores¡±, denuncia la diputada Sera Kadigil, del partido izquierdista TIP, ¡°pero aqu¨ª hay un r¨¦gimen dirigido por una sola persona, Recep Tayyip Erdogan, que, en sus 20 a?os en el poder no ha hecho caso a los expertos y ha declarado 26 amnist¨ªas urban¨ªsticas. Si este terremoto no hubiera ocurrido el lunes [6 de febrero], el martes se iba a aprobar la 27? amnist¨ªa¡±.
Desde el terremoto de 1999, que mat¨® a 17.000 personas, Turqu¨ªa ha endurecido su legislaci¨®n para evitar que los edificios se convirtiesen en tumbas como entonces, pero con estas medidas de gracia, se permite regularizar edificios que no cumplen con la legislaci¨®n urban¨ªstica o antis¨ªsmica, lo que provoca, seg¨²n denuncian los expertos, que algunos constructores no se preocupen de cumplir con las normas porque saben que, a futuro, podr¨¢n normalizar la situaci¨®n de los edificios levantados.
En Antioqu¨ªa, uno de los primeros edificios sobre los que se dio la orden de demolici¨®n (el pasado s¨¢bado) fue la sede provincial del Ministerio de Urbanismo, donde se halla el laboratorio y el archivo con las pruebas tomadas por los inspectores de numerosos edificios de la provincia e informes sobre el estado de los inmuebles. La abogada Bedia B¨¹y¨¹kgebiz corri¨® hacia ¨¦l en cuanto una compa?era le inform¨® de lo que ocurr¨ªa, ante el temor de que se estuviera tratando de destruir pruebas: ¡°El edificio no presentaba da?os aparentes y hay cientos de edificios m¨¢s da?ados que deben ser derruidos. Adem¨¢s, todav¨ªa hab¨ªa gente pidiendo excavadoras para sacar a supervivientes de entre los escombros. As¨ª que resulta muy sospechoso que se diese esa orden¡±, afirma. La polvareda que levant¨® en las redes sociales hizo que interviniese la Justicia, que ya ha puesto las pruebas a buen recaudo.
El alcalde de Erzin, ?kkes Elmasoglu, se ha convertido en un s¨ªmbolo en Turqu¨ªa al explicar que la raz¨®n del ¨¦xito de su comarca es que no se han permitido las edificaciones ilegales. Lo cierto es que la mayor¨ªa de casas se han construido en los ¨²ltimos 30 a?os, y la comarca ha tenido tanto alcaldes del partido centroizquierdista CHP ¨Dl¨ªder de la oposici¨®n nacional¨D como del islamista AKP, la formaci¨®n de Erdogan. Pero fuentes del Ayuntamiento confirman que hay una tradici¨®n de ser puntillosos respecto a los proyectos inmobiliarios. ¡°Mentir¨ªa si dijese que no hay ninguna construcci¨®n que se salta las normas. Hay gente que aprovecha la noche para hacer reformas ilegales. Pero tratamos de mantenerlas al m¨ªnimo, y creemos que, despu¨¦s de esto, la gente habr¨¢ aprendido la lecci¨®n¡±, opina una fuente del departamento de Urbanismo del Ayuntamiento. Como queda patente, el respeto por las normas ¨Dunido al emplazamiento¨D puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
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