Las mil vidas de Silvio Berlusconi
¡®Il Cavaliere¡¯ logra evitar la ¨²ltima condena judicial, pero es repudiado por el Partido Popular Europeo, que cancela su congreso en N¨¢poles por su justificaci¨®n de la invasi¨®n rusa
Silvio Berlusconi siempre rebota. El due?o de Mediaset, tres veces primer ministro de Italia, es como una de esas figuras sonrientes con una base pesada y redondeada que nadie logra abatir. Il Cavaliere ha demostrado a sus 86 a?os un talento especial como tentempi¨¦ de la pol¨ªtica. Y de la econom¨ªa. Pero, sobre todo, de la vida judicial. Tras m¨¢s de 40 procesos, con condenas en primera instancia por prostituci¨®n de menores y corrupci¨®n incluidas, solo ha sido sentenciado en firme por fraude fiscal. La semana pasada, en medio de una tormenta pol¨ªtica provocada por sus cr¨ªticas al presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, parec¨ªa que su suerte hab¨ªa terminado. M¨¢s de 30 testigos y pruebas flagrantes le empujaban hacia una condena por comprar el silencio de los participantes de sus fiestas sexuales en la mansi¨®n de Arcore: las famosas bunga-bunga. Pero Berlusconi aguant¨®, rebot¨® contra el suelo y se volvi¨® a incorporar con la sonrisa de siempre. ¡°Gracias a estos jueces independientes¡±, exclam¨® despu¨¦s de un a?o de verter fango contra la magistratura italiana. El problema, sin embargo, lleg¨® por otro frente.
Il Cavaliere es hoy vegetariano, tiene siete perros, una novia de 33 a?os ¨Dla diputada de Forza Italia Marta Fascina¨D y varias muescas en el revolver de su salud que estuvieron a punto de costarle la vida. Pero sigue ah¨ª. Por algo su m¨¦dico anunci¨® hace a?os que su paciente era inmortal. Nunca ha dejado de ser una figura determinante en la pol¨ªtica italiana. El cambio fundamental, sin embargo, es que Forza Italia, el partido que fund¨® en 1994 y que todav¨ªa representa al Partido Popular Europeo (PPE) en Italia, se ha convertido en una formaci¨®n residual cuya esperanza de vida va ligada a la salud de su fundador. Porque este, en 30 a?os, se ha resistido a nombrar a un sucesor que otorgase a la formaci¨®n un funcionamiento normal. Hoy, la ¨²nica manera de pintar algo como socio minoritario de la coalici¨®n que gobierna Italia es intentar crear problemas a la primera ministra, Giorgia Meloni.
El due?o de Mediaset, que en teor¨ªa representaba el componente moderado y europe¨ªsta de un Gobierno de mimbres ultraderechistas (Forza Italia forma coalici¨®n con la Liga de Matteo Salvini y con Hermanos de Italia, de Meloni), ha encontrado en la guerra de Ucrania un pu?al perfecto contra el Ejecutivo del que forma parte cuando no se siente escuchado. El domingo 12 de febrero, despu¨¦s de acudir al colegio electoral para votar en las elecciones regionales de Lombard¨ªa, fue preguntado por los periodistas sobre la reuni¨®n celebrada en Par¨ªs entre el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, el canciller alem¨¢n, Olaf Scholz, y Zelenski. Meloni hab¨ªa sido excluida de dicho encuentro, lo que provoc¨® su irritaci¨®n y un conflicto con Francia. ?Il Cavaliere habr¨ªa ido a la reuni¨®n?, le preguntaron. ¡°?Yo hablando con Zelenski? Si yo hubiera sido primer ministro, nunca hubiese ido all¨ª, porque estamos siendo testigos de la devastaci¨®n de su pa¨ªs y de la matanza de sus soldados y civiles¡±.
Berlusconi, amigo ¨ªntimo del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, volvi¨® a pedir a Zelenski que abandone las armas para evitar derramar m¨¢s sangre, obviando que su pa¨ªs ha sido invadido por Rusia. Luego reclam¨® que Estados Unidos deje de financiar la compra de armamento a Kiev. De hecho, Il Cavaliere tambi¨¦n expuso lo que considera una soluci¨®n al conflicto. ¡°Para llegar a la paz, pienso que el presidente estadounidense [Joe Biden] deber¨ªa hablar con Zelenski y decirle: ¡®Est¨¢ a tu disposici¨®n, despu¨¦s del fin de la guerra, un plan Marshall para reconstruir Ucrania [¡], pero con una condici¨®n: que t¨², ma?ana, ordenes el alto el fuego, porque desde ma?ana no os daremos m¨¢s dinero ni os daremos m¨¢s armas¡±.
El Partido Popular Europeo siempre hab¨ªa mirado hacia otro lado con las salidas de tono del ex primer ministro italiano. En septiembre, su presidente, el alem¨¢n Manfred Weber, justific¨® tambi¨¦n la alianza con la ultraderecha de Forza Italia, un hecho in¨¦dito en el resto de pa¨ªses europeos. Pero la permanente toma de posici¨®n de Berlusconi a favor de Putin ha supuesto un punto de inflexi¨®n que se tradujo esta semana en feroces cr¨ªticas en el Parlamento Europeo por parte de la izquierda que, sorprendentemente, fueron aplaudidas por Weber. Dos d¨ªas despu¨¦s, el PPE cancel¨® el congreso europeo que deb¨ªa celebrarse en N¨¢poles. ¡°Despu¨¦s de las palabras de Berlusconi hemos decidido suspender nuestras jornadas de estudio¡±, se?al¨® el dirigente alem¨¢n.
La grieta abierta con la casa europea de los populares puede convertirse en un problema mayor en los pr¨®ximos meses. Weber ya se ha acercado varias veces a Meloni y la Liga lleva so?ando desde hace tiempo formar parte de esa familia pol¨ªtica y abandonar al grupo ultra en Bruselas, que ha perdido popularidad en Italia. ¡°Forza Italia hace tiempo que dej¨® de representar a un centroderecha moderado, liberal y europe¨ªsta. La ca¨ªda de Mario Draghi, de la que Berlusconi fue responsable directo, fue el primer aviso. Sus salidas de tono ahora con Ucrania demuestran solo lo que ha sido siempre esta formaci¨®n: otra de sus empresas privadas¡±, se?ala un exministro de Forza Italia, hoy alejado del n¨²cleo de poder del partido.
Los populares en Bruselas se apoyan en el italiano Antonio Tajani, actual ministro de Exteriores y expresidente del Parlamento europeo, para mantener la relaci¨®n con Forza Italia. La idea es aislar a Berlusconi. ¡°Tajani y Forza Italia tienen nuestro apoyo y seguimos con la colaboraci¨®n con el Gobierno italiano en temas de la UE¡±, se?al¨® Weber. Pero el partido, en boca de los m¨¢s fieles a Il Cavaliere, ataca ahora al PPE y asegura que las palabras de su presidente son inaceptables. Todo apunta a que los populares deber¨¢n buscar nuevos interlocutores en Italia si quieren mantener la misma l¨ªnea que en el resto de Europa. Especialmente, si Berlusconi, como hasta ahora, sigue rebotando cada vez que tropieza.
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