Migrantes desvalijados por las fuerzas de seguridad de Grecia en la frontera de Europa
Agentes griegos han robado m¨¢s de dos millones de euros a refugiados y exiliados durante los ¨²ltimos seis a?os, seg¨²n una investigaci¨®n de EL PA?S y ¡®Solomon¡¯
En enero del a?o pasado, los ciudadanos cubanos Lino Antonio Rojas Morell y Yudith P¨¦rez ?lvarez se presentaron ante las autoridades en la provincia griega de Evros para solicitar asilo, tras haber entrado irregularmente en el pa¨ªs. Los agentes de polic¨ªa no solo no hicieron caso a sus demandas, sino que los llevaron a una comisar¨ªa donde les quitaron sus tel¨¦fonos y sus mochilas. Al d¨ªa siguiente, antes de ser transportados ilegalmente a Turqu¨ªa junto a de...
En enero del a?o pasado, los ciudadanos cubanos Lino Antonio Rojas Morell y Yudith P¨¦rez ?lvarez se presentaron ante las autoridades en la provincia griega de Evros para solicitar asilo, tras haber entrado irregularmente en el pa¨ªs. Los agentes de polic¨ªa no solo no hicieron caso a sus demandas, sino que los llevaron a una comisar¨ªa donde les quitaron sus tel¨¦fonos y sus mochilas. Al d¨ªa siguiente, antes de ser transportados ilegalmente a Turqu¨ªa junto a decenas de personas de diferentes nacionalidades, fueron registrados de nuevo. ¡°El jefe meti¨® mi dinero [375 euros] en su bolsillo¡±, explica Rojas Morell. ¡°Los agentes buscaban claramente dinero. El hombre incluso quiso mirar mis bragas. Me tocaron los pechos y entre las piernas¡±, relata P¨¦rez ?lvarez en una denuncia que ha sido recientemente admitida a tr¨¢mite por el Comit¨¦ de Derechos Humanos de la ONU. Un a?o despu¨¦s, ambos se encuentran en Estambul, a¨²n traumatizados por la violencia sufrida durante su deportaci¨®n ilegal. Su caso, lejos de ser ¨²nico, revela c¨®mo se est¨¢n gestionando los flujos migratorios en la frontera oriental de la Uni¨®n Europea.
Durante los ¨²ltimos seis meses, dos periodistas de EL PA?S y del medio griego Solomon han entrevistado a m¨¢s de una docena de fuentes, entre migrantes, empleados de diversas instituciones relacionadas con el sistema de asilo heleno, miembros en activo y retirados de las fuerzas de seguridad, abogados, expertos y habitantes de la provincia fronteriza de Evros, la m¨¢s oriental de Grecia. Tambi¨¦n han analizado los testimonios recogidos por diversas asociaciones y ONG sobre 374 incidentes en los que m¨¢s de 20.000 personas fueron deportadas ilegalmente por fuerzas de seguridad griegas a Turqu¨ªa a trav¨¦s de la frontera que delimita el r¨ªo Evros entre los a?os 2017 y 2022.
Las conclusiones de la investigaci¨®n indican un claro modus operandi por parte de las autoridades griegas: la mayor¨ªa de los migrantes son capturados cuando entran irregularmente en Grecia y, sin ofrecerles la posibilidad de solicitar asilo o registrar su detenci¨®n ¡ªalgo que exigen las leyes griegas y europeas¡ª, se los lleva a diversos puntos de concentraci¨®n (comisar¨ªas de polic¨ªa, cuarteles del ej¨¦rcito, almacenes abandonados) donde se los trata de forma violenta.
Antes de transportarlos a Turqu¨ªa en lanchas inflables, se los despoja de sus pertenencias. Los datos recabados permiten estimar que, en los ¨²ltimos seis a?os, las fuerzas de seguridad griegas se han apropiado de m¨¢s de dos millones de euros en efectivo (entre 2,2 y 2,8 millones), as¨ª como de tel¨¦fonos y otros objetos de valor (anillos, pendientes, pulseras, relojes¡). Esta cantidad podr¨ªa ser bastante mayor, puesto que muchas de estas deportaciones ¡ªy el consiguiente robo¡ª no son registradas por las ONG que trabajan en la zona.
Las informaciones analizadas conducen a establecer que lo que hace unos a?os pod¨ªan ser incidentes aislados, se ha convertido en una t¨¢ctica sistem¨¢tica. ¡°Cuando les confiscas los tel¨¦fonos, eliminas cualquier prueba de que estuvieron all¨ª. Cuando les confiscas el dinero, haces su vida m¨¢s dif¨ªcil. Cuando los dejas desnudos, otra tendencia que va en aumento, los humillas y los desmoralizas. Es parte de una estrategia para disuadirlos de intentarlo [cruzar la frontera] de nuevo¡±, denuncia Eva Coss¨¦, investigadora de Human Rights Watch (HRW) en Grecia.
¡°No podemos hablar de unas pocas ovejas negras, porque en los ¨²ltimos a?os se ha convertido en parte de una pr¨¢ctica operacional sistem¨¢tica¡±, subraya Hope Barker, portavoz de la Red de Monitorizaci¨®n de la Violencia Fronteriza (BVMN), que integra una decena de asociaciones de base que recogen testimonios de pushbacks (devoluciones ilegales de migrantes) en las fronteras europeas: ¡°Los tel¨¦fonos a veces se los quedan, a veces los destrozan; pero el dinero definitivamente se lo quedan. Y es habitual que si descubren que alguien ha ocultado su dinero, le peguen a¨²n m¨¢s como castigo¡±. Es lo que les ocurri¨® a dos j¨®venes marroqu¨ªes que fueron deportados el 1 de noviembre junto a medio centenar de personas. Los internaron en un centro de detenci¨®n y, un d¨ªa m¨¢s tarde, los llevaron al r¨ªo Evros, donde los cachearon por segunda vez. ¡°Dejaron claro que les hab¨ªan quitado todas sus posesiones en el lugar de detenci¨®n [¡] Sin embargo, cuando alegaron que no les quedaba nada, los agentes se comportaron de forma violenta con ellos¡±, se lee en el informe de BVMN sobre el caso.
Si en 2017 solamente en el 11% de los incidentes examinados los afectados denunciaron que se les hab¨ªa despojado del dinero, en los siguientes a?os la proporci¨®n ha ido creciendo: en 2022 se denunci¨® el robo del dinero en el 92% de los pushbacks. Los datos coinciden con los de un informe publicado en enero por la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos, un ¨®rgano consultivo del Estado griego: en el 88% de los casos, los deportados ilegalmente sufrieron violencia y en el 93% de los casos se les sustrajeron pertenencias y dinero. ¡°Hemos visto un gran deterioro, en cuanto al [aumento del] uso de violencia y pr¨¢cticas humillantes. Estamos en el nivel m¨¢s bajo del respeto por la vida humana¡±, lamenta una fuente institucional.
El Ministerio de Protecci¨®n Ciudadana de Grecia afirma que 260.000 personas trataron de entrar ilegalmente al pa¨ªs durante 2022 y que la guardia fronteriza lo impidi¨®, aunque no menciona si lo hicieron cuando ya hab¨ªan llegado a territorio heleno ¡ªen cuyo caso la norma exige que se haga un arresto formal¡ª o antes de ello. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) tiene pruebas de 311 incidentes, en 2020 y 2021, que supusieron la devoluci¨®n ilegal a Turqu¨ªa de ¡°al menos 6.680 personas¡±, como ha afirmado en un caso contra el Estado griego abierto por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Por otro lado, los refugiados que logran pedir asilo suelen relatar que es su segundo o tercer intento de entrada en el pa¨ªs, pues las anteriores veces fueron deportados ilegalmente.
Dos fuentes de Frontex, la agencia europea de control fronterizo, que est¨¢ desplegada en Grecia, tambi¨¦n han confirmado a esta investigaci¨®n que las devoluciones ilegales son una realidad normalizada. ¡°Lo hacemos igual que lo hacen [otros pa¨ªses]. Solo que ellos no son tan hostiles [contra los migrantes] como nosotros¡±, reconoce una de las fuentes.
Capturas en el interior de Grecia
En verano de 2020, Amir, un menor de edad afgano que resid¨ªa en una casa de acogida de Tesal¨®nica, se hallaba en proceso de renovar sus documentos de asilo. El 25 de agosto, mientras esperaba en la estaci¨®n de autobuses, un grupo de personas, todas vestidas de civil, lo rodearon y lo obligaron a introducirse en una furgoneta negra con los cristales tintados. El veh¨ªculo, en el que hab¨ªa otros 20 migrantes y refugiados como ¨¦l, se dirigi¨® hasta un punto cercano al r¨ªo Evros (350 kil¨®metros al este). All¨ª, los introdujeron en una celda y, horas m¨¢s tarde, al amparo de la noche, los trasladaron en barcas a territorio turco, tras despojarlos de sus pertenencias. ¡°Trat¨¦ de explicarle que ten¨ªa papeles, pero eran muy agresivos. Cada vez que intentabas hablar con ellos, te pegaban¡±, explica Amir, cuyo nombre ha sido modificado para proteger su identidad, pero cuya historia han confirmado una trabajadora social de la casa de acogida y dos amigos del adolescente en Tesal¨®nica.
Hope Barker asegura que, desde la crisis en la frontera greco-turca en marzo de 2020, se han multiplicado las devoluciones desde el interior de Grecia: ¡°Las personas son capturadas en diferentes ciudades. Son alojadas en esta especie de lugares de detenci¨®n secretos, incomunicadas, hasta acumular un n¨²mero suficiente, 80 o 100, para expulsarlas luego a territorio turco. Es una gran operaci¨®n de Estado¡±.
Aunque el Ejecutivo heleno alega no tener constancia de estas pr¨¢cticas, que violan numerosas leyes, pocos se lo creen. ¡°Si haces redadas en diferentes partes de Grecia [para llevar los detenidos a la frontera], definitivamente existe una orden del Gobierno. Porque eso exige movilizar recursos, disponer de puntos de detenci¨®n e implica a diferentes unidades policiales, no a unos pocos agentes de la provincia de Evros¡±, asegura Coss¨¦. ¡°Nuestra operaci¨®n de ninguna manera se detiene en Evros, llega hasta Tesal¨®nica e incluso m¨¢s all¨¢¡±, reconoce el presidente de la Uni¨®n de Guardias Fronterizos Griegos, Panayiotis Charelas.
La soledad de los acritas
En un d¨ªa de noviembre, en el pueblo de Nea Vyssa, a cuatro kil¨®metros de la frontera turca, las calles est¨¢n desiertas. Las labores del campo tocan su fin y la poca actividad del pueblo se centra en el bar de la plaza. En el interior, un hombre en una mesa de formica revisa unos papeles frente a un inmenso y extempor¨¢neo p¨®ster de un destino tropical. En la terraza, protegidos del fr¨ªo por una cortina de pl¨¢stico, los parroquianos sorben con parsimonia sus caf¨¦s. Todos peinan canas. ¡°Este era uno de los pueblos m¨¢s grandes de Grecia¡±, presume uno. Pero su poblaci¨®n se ha ido reduciendo hasta los menos de 3.000 vecinos actuales. Sus bellas tiendas de los a?os treinta languidecen cerradas y ruinosas.
A la prensa griega le gusta comparar a los habitantes de la provincia de Evros con los acritas, una especie de campesinos-soldados que, en tiempos bizantinos, guardaban las fronteras orientales del imperio ante las incursiones de ¨¢rabes y turcos. ¡°?Acritas! Les encanta decir lo orgullosos que est¨¢n de nosotros, que protegemos la frontera, pero luego es una zona olvidada por las inversiones del Estado¡±, se queja un vecino de Orestiada, localidad algo mayor (18.000 habitantes), a 10 kil¨®metros de Nea Vyssa. La planta procesadora de remolacha azucarera de Orestiada, de propiedad p¨²blica, cerr¨® sus puertas la d¨¦cada pasada, as¨ª que los j¨®venes de Evros que no se marchan a probar fortuna en Tesal¨®nica o Atenas, explica, ¡°sue?an con un trabajo en la guardia fronteriza o el ej¨¦rcito: en lugar de cobrar un salario m¨ªnimo [713 euros], empiezan ganando 1.100 y tienen un empleo seguro para toda la vida¡±.
En 2020, la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, prometi¨® 700 millones de euros a Grecia para ayudar a proteger la frontera. Ahora, los polic¨ªas patrullan la zona con uniformes nuevos y en flamantes Nissan Qashqai. Adem¨¢s de efectivos militares, hay 1.800 agentes de la Guardia Fronteriza (unidad de la polic¨ªa) de los que 650 fueron contratados el a?o pasado, dando prioridad a los habitantes de la zona norte de Grecia. En enero, se anunciaron 400 nuevos puestos de guardias fronterizos para la provincia de Evros. ¡°De este pueblo hemos enviado a tres muchachos a la Guardia Fronteriza¡±, afirma uno de los parroquianos de Nea Vyssa.
¡°Hay polic¨ªas que ¨²nicamente quieren servir a lo largo del r¨ªo ¡ªafirma la fuente institucional¡ª. Imagina lo que puede ganar una unidad si le quitan 100 o 200 euros a 100 personas. Pueden sacarse un sueldo entero en un solo turno de trabajo¡±.
Tel¨¦fonos m¨®viles para los hijos de la polic¨ªa
El 3 de abril del a?o pasado, un grupo de polic¨ªas cubiertos con pasamonta?as captur¨® a un joven sirio de 22 a?os en un bosque cercano al r¨ªo Evros. Seg¨²n el testimonio de la v¨ªctima ¡ªrecogido por la ONG Josoor¡ª, antes de deportarlo a Turqu¨ªa, le robaron todas sus pertenencias despu¨¦s de propinarle una paliza con una porra. Tambi¨¦n su tel¨¦fono, que le obligaron a desbloquear. ¡°Cuando me metieron en el veh¨ªculo, vi que ten¨ªan muchos tel¨¦fonos y powerbanks [bater¨ªas port¨¢tiles]. Cuando uno de los hombres extrajo un cigarrillo de su bolsillo, vi que llevaba muchos [billetes de] euros. Creo que se los hab¨ªa quitado a otras personas¡±, denunci¨®.
Se desconoce qu¨¦ hacen las fuerzas de seguridad con los tel¨¦fonos de los migrantes, pero una fuente municipal de Orestiada afirma que los agentes se quedan los aparatos de mejor calidad. ¡°Sus hijos aparecen en la escuela con tel¨¦fonos m¨®viles nuevos y dicen orgullosamente que sus padres se los quitaron a los migrantes ilegales. La primera noticia que tuve de ello fue a trav¨¦s de un pariente, pero luego me lo han confirmado los padres de otros alumnos¡±, explica la fuente. Lamenta que los j¨®venes que se apuntan a los cuerpos de seguridad, incluso aquellos que no tienen nada contra los migrantes, terminan asumiendo ¡°el esp¨ªritu de grupo¡± que predomina en el cuerpo, y que cada vez est¨¢ m¨¢s influido por ¡°la narrativa de la ultraderecha¡±, que ve en los migrantes un cuerpo invasor que amenaza la seguridad del pa¨ªs.
Los migrantes suelen compartir informaci¨®n a trav¨¦s de grupos de WhatsApp, Telegram y Facebook durante su periplo hacia la Uni¨®n Europea, por lo que las noticias se extienden con rapidez. El trato que reciben en Grecia no es una excepci¨®n, y eso ha llevado a que cada vez lleven menos dinero encima. ¡°50, 100, 150 euros es lo m¨¢s normal¡±, explica una fuente del sistema griego de asilo. ¡°Al contrario que en 2015-2016, los solicitantes de asilo y migrantes son reacios a llevar grandes cantidades de efectivo por miedo a que les roben ladrones o polic¨ªas. Tienden a acceder al dinero a lo largo de la ruta mediante el uso de sistemas de transferencia¡±, se lee en un informe de 2021 de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional sobre la ruta de los Balcanes.
Las rutas migratorias tienden a adaptarse con rapidez a los obst¨¢culos que surgen, as¨ª que la otra consecuencia de estas pr¨¢cticas de las fuerzas de seguridad griegas ha sido un aumento en los viajes que intentan eludir Grecia. Seg¨²n Frontex, se ha incrementado notablemente la utilizaci¨®n de la ruta mar¨ªtima entre las costas de Turqu¨ªa y las italianas, un viaje mucho m¨¢s arriesgado, ya que implica m¨¢s de 1.000 kil¨®metros de navegaci¨®n en mar abierto, como ha puesto de relieve el reciente naufragio en Crotona, con m¨¢s de 60 muertos.
Metodolog¨ªa
Se han examinado los testimonios de víctimas de 374 deportaciones ilegales recabados entre los años 2017 y 2022 por la Red de Monitorización de la Violencia Fronteriza, Human Rights Watch, el Consejo Griego de los Refugiados, Amnistía Internacional, otras ONG e informes locales, así como por los propios periodistas autores de esta investigación. Algunos testimonios han sido descartados por solaparse en fechas o por no incluir suficientes datos. En 2022, se registraron muchos menos incidentes que en los dos años anteriores debido a que la ONG que más testimonios recogía, Josoor, decidió abandonar sus actividades en la frontera tras la presión judicial y policial a la que la han sometido las autoridades griegas y turcas.
Los testimonios se han organizado en datos estructurados para poder clasificarlos según fecha, lugar, nacionalidades y número de personas deportadas. También se ha establecido si las víctimas denunciaron robo (232 incidentes) o no (142). Con estos datos se ha estimado cuántos migrantes estaban presentes en las deportaciones en que se produjo robo (más de 13.500). Aunque el registro al que son sometidos los migrantes es sistemático, en ocasiones hay quienes logran esconder el dinero, y no todos los migrantes llevan efectivo encima (esto es especialmente cierto para el caso de las familias que viajan juntas, en cuyos caso se ha computado a solo un miembro de la familia como objeto del robo). De ahí que, utilizando los perfiles demográficos de los grupos migrantes elaborados por ACNUR y la iniciativa PRAB (que incluye a diversas ONG e instituciones), se ha aplicado un deflactor del 30% a la base de víctimas de robo.
No en todos los testimonios que denuncian robo se especifica la cantidad robada, tan solo en 62 de ellos (cinco han sido descartados para el cómputo porque las cantidades robadas eran tan grandes que podrían desequilibrar el cálculo). Con estos datos se ha establecido una distribución estadística de cantidades más habitualmente robadas. La distribución se ha aplicado a la base de víctimas deflactada para obtener una estimación del dinero robado a los migrantes. Los resultados muestran que entre 2017 y 2022 se robaron entre 2,2 y 2,8 millones de euros. Estos cálculos son conservadores, ya que muchas víctimas no denuncian los 'pushbacks' ante ONG o asociaciones.
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