Le Pen se perfila como vencedora pol¨ªtica en el pulso por las pensiones en Francia
¡°Habr¨¢ un problema democr¨¢tico si la reforma se aprueba as¨ª¡±, declara a EL PA?S Laurent Berger, l¨ªder del principal sindicato de Francia
El pulso por la impopular reforma de las pensiones clarifica el paisaje pol¨ªtico en Francia. En un balance provisional, quien m¨¢s puede beneficiarse del malestar es la l¨ªder de la extrema derecha y primera opositora al presidente Emmanuel Macron, Marine Le Pen, seg¨²n varios sondeos y expertos. Lo ha logrado con una oposici¨®n frontal a la reforma, pero, al contrario que la izquierda anticapitalista y euroesc¨¦ptica de La Francia Insumisa, sin implicarse en las protestas ni hacer declaraciones altisonantes, y con una posici¨®n institucional en los debates parlamentarios.
¡°Dir¨ªa que, tomando raramente posici¨®n y sin hablar demasiado, [el vencedor pol¨ªtico] es el Reagrupamiento Nacional¡±, resume Fr¨¦d¨¦ric Dabi, director general de Opini¨®n en el instituto demosc¨®pico Ifop, en alusi¨®n al partido de Le Pen. Y a?ade: ¡°Ha dejado que La Francia Insumisa fuese una especie de fuerza protestataria; y ellos se han envuelto en la t¨²nica de la alternativa¡±. Mientras tanto, en el Gobierno predomina la cacofon¨ªa y la primera ministra, ?lisabeth Borne, se ha revelado incapaz de persuadir a la opini¨®n p¨²blica, mayoritariamente contraria al proyecto, de la necesidad de alargar la vida laboral para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones p¨²blicas.
Laurent Berger, secretario general del sindicato moderado CFDT, avisa: ¡°Habr¨¢ un problema democr¨¢tico, claramente, habr¨¢ un malestar democr¨¢tico si esta reforma se adopta as¨ª¡±.
Las protestas contra la reforma para aumentar de los 62 a los 64 a?os la edad de jubilaci¨®n, ahora en discusi¨®n en el Senado, sacaron el martes a la calle 1,3 millones de personas por toda Francia, 3,5 seg¨²n el sindicato CGT. Era la sexta jornada de huelgas y manifestaciones desde que el Gobierno present¨® en enero el proyecto. Los paros en los transportes y en las refiner¨ªas continuaron el mi¨¦rcoles.
El calendario legislativo fija finales de marzo como l¨ªmite para adoptar la ley. Macron tiene el primer grupo parlamentario en la Asamblea Nacional, pero sus diputados no alcanzan la mayor¨ªa absoluta. Necesita a la derecha moderada de Los Republicanos. Si no obtiene la mayor¨ªa, podr¨ªa recurrir al art¨ªculo 49.3 de la Constituci¨®n, que permite poner fin a los debates parlamentarios y adoptar la ley sin voto.
Una apuesta arriesgada
La apuesta, en todo caso, es arriesgada. Al imponer la reforma con un 70% de franceses en contra y con una mayor¨ªa parlamentaria exigua, el presidente franc¨¦s se arriesga a crear un ¡°problema democr¨¢tico¡±, han advertido esta semana, en declaraciones a EL PA?S, los principales dirigentes sindicales franceses.
¡°Me cuesta creer que, si esta forma se adopta en las condiciones actuales, no haya resentimiento en la poblaci¨®n y especialmente en el mundo del trabajo¡±, dice Berger, jefe de la CFDT, primer sindicato del pa¨ªs. ¡°Ya empieza a notarse. Y todos sabemos que el resentimiento no es bueno para la democracia¡±.
Philippe Martinez, secretario general saliente de sindicato CGT, coincide: ¡°En todos los pa¨ªses europeos, cuando hay movilizaciones como estas, el Gobierno dice: ¡®Hay que discutir¡¯. Aqu¨ª se hace como si no pasase nada¡±. Y a?ade: ¡°Si la reforma se adopta en el Parlamento, es un problema, teniendo en cuenta millones de personas en las manifestaciones y un 92% de los trabajadores en contra. ?A qui¨¦n representan los diputados? ?A ellos mismos? ?O al pueblo? Es un problema democr¨¢tico. Y cuando hay un problema democr¨¢tico, hay que continuar con las manifestaciones, hasta que se nos escuche¡±.
Macron y sus seguidores se arriesgan a salir muy malparados de esta reforma. Pero tampoco la izquierda, que ha abanderado la oposici¨®n en el Parlamento, parece beneficiarse. La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc M¨¦lenchon ¡ªel primer partido en la izquierda, que controla la coalici¨®n con socialistas, ecologistas y comunistas¡ª inund¨® el debate en la Asamblea Nacional con miles de enmiendas que impidieron votar la reforma en el plazo establecido. E irrit¨® a sus aliados. ¡°Jean-Luc M¨¦lenchon no favorece la claridad de los debates y de las posiciones¡±, critic¨® en febrero Martinez, de la CGT.
Seg¨²n un sondeo de Ifop, los sindicatos encarnan la oposici¨®n a la reforma de las pensiones mejor que los partidos. Pero, si se pregunta por los l¨ªderes, un 46% de franceses cree que es Le Pen quien mejor representa el no a la reforma, seguida de M¨¦lenchon, con un 43%. Cuando se les pregunta qu¨¦ pol¨ªtico de la oposici¨®n est¨¢ m¨¢s cerca de sus preocupaciones en general, Le Pen gana a M¨¦lenchon por 34% a 23%.
Le Pen lleg¨® en 2017, por segunda vez, a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y, aunque perdi¨®, sac¨® m¨¢s de 13 millones de votos. La abstenci¨®n alcanz¨® su mayor nivel en medio siglo, un 28%, evidencia del desinter¨¦s de una parte amplia del electorado.
La voluntad de Macron de imponer contra viento y marea la reforma puede entenderse como una cuesti¨®n de convicci¨®n y responsabilidad: sabe que es impopular, pero cree que es necesaria para Francia y, por lo tanto, est¨¢ dispuesto a asumir los costes. Pero tambi¨¦n, como se?alan los sindicalistas, puede interpretarse de otro modo: como una cuesti¨®n de consentimiento democr¨¢tico. ?Se puede gobernar con el pa¨ªs en contra? ?Y qu¨¦ riesgos entra?a?
Caos y revoluci¨®n
Para Fr¨¦d¨¦ric Souillot, secretario general de Force Ouvri¨¨re, si Macron opta por el decreto, ¡°ser¨¢ el caos y la revoluci¨®n¡±. Y precisa: ¡°Toda la gente que se est¨¢ manifestando, si ma?ana se les dice que se les impone esta reforma sin votarla en el Parlamento, se va a radicalizar. No se puede gestionar un pa¨ªs contra la totalidad de las organizaciones sindicales y una mayor¨ªa de los franceses en contra. Es peligroso para el pa¨ªs y para la cohesi¨®n social¡±.
Ante el cuestionamiento de la legitimidad democr¨¢tica de la reforma, Macron puede alegar que hace menos de un a?o sali¨® reelegido ante Le Pen, y con comodidad. Y gan¨® sin esconder las cartas, prometiendo subir la edad de jubilaci¨®n. Entonces dec¨ªa 65 a?os: la propuesta ha reducido la edad a los 64.
¡°Aqu¨ª hay dos legitimidades¡±, dice Dabi, de Ifop. ¡°Est¨¢ la legitimidad de las urnas, y hay que decir que Macron sac¨® cinco millones de votos a Le Pen. Y est¨¢ esta forma de legitimidad m¨¢s gaseosa del movimiento social¡±.
Dabi se?ala que ¡°raramente¡± se ha visto un rechazo tan amplio a una iniciativa del Gobierno. El n¨²mero de manifestantes tiene pocos precedentes en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Congregan, adem¨¢s, a personas de distintas clases sociales e ideolog¨ªas. Al mismo tiempo, precisa el experto, una mayor¨ªa de franceses se ha resignado: cree que la reforma se acabar¨¢ aprobando. Esto es una ventaja para el presidente. La ¡°l¨ªnea roja democr¨¢tica¡±, a?ade, ser¨ªa que Macron recurriese al art¨ªculo 49.3 y eludiese el voto.
Macron empieza a experimentar lo que en Estados Unidos se conoce como el s¨ªndrome del pato cojo: el presidente que no puede ser reelegido y por eso pierde autoridad. En 2027 termina su segundo quinquenio, y no puede volver a presentarse.
¡°Si la reforma se adopta, habr¨¢ mucho rencor, que se a?adir¨¢ al enfado¡±, analiza Dabi. ¡°Y se va a pagar: en la calle, quiz¨¢ con un movimiento como el de los chalecos amarillos, en las elecciones europeas de 2024, en las elecciones al Senado¡±. ?Y en las presidenciales? ¡°Faltan cuatro a?os, nadie sabe qu¨¦ puede ocurrir¡±, dice. ¡°Seamos prudentes¡±.
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