Rusia, el pa¨ªs de los ni?os ucranios perdidos
Solo 300 de los hasta 150.000 menores deportados seg¨²n Kiev han sido devueltos por Mosc¨². Los defensores de derechos humanos rusos exigen un registro para buscarlos mientras el Kremlin presume de su ¡®desucranizaci¨®n¡¯
Quiero volver a casa, del dramaturgo Sergu¨¦i Mijalkov, fue una popular obra de teatro de 1948 sobre los supuestos ni?os sovi¨¦ticos que fueron arrancados de sus familias por el Tercer Reich y nunca fueron devueltos. Una lecci¨®n que no ha tenido en cuenta para su guerra el presidente Vlad¨ªmir Putin, aficionado a la historia y...
Quiero volver a casa, del dramaturgo Sergu¨¦i Mijalkov, fue una popular obra de teatro de 1948 sobre los supuestos ni?os sovi¨¦ticos que fueron arrancados de sus familias por el Tercer Reich y nunca fueron devueltos. Una lecci¨®n que no ha tenido en cuenta para su guerra el presidente Vlad¨ªmir Putin, aficionado a la historia y sobre el que pesa una orden de arresto internacional por la deportaci¨®n de ni?os ucranios a Rusia. La comunidad internacional exige la devoluci¨®n de los menores a sus familias ¡ªla propaganda del Kremlin sostiene sin pruebas que la mayor¨ªa son hu¨¦rfanos¡ª y los defensores de derechos humanos rusos denuncian que no existe ning¨²n registro al que puedan acudir sus seres queridos para localizarlos.
El traslado forzoso de los ni?os ucranios presenta varias aristas. Por un lado, est¨¢n los innumerables casos de quienes estaban internados en centros de menores que tomaron los rusos y cuyo destino se desconoce. Por otro, los ni?os que fueron enviados por los propios padres a territorio ruso para alejarlos temporalmente de la guerra, pero no han sido devueltos cuando cambiaron las tornas en el frente. Por ejemplo, en las zonas recuperadas por Kiev en Jers¨®n y J¨¢rkov.
En Kozacha Lopan, un pueblo del norte de Ucrania fronterizo con Rusia, faltan 11 de los 13 menores que los rusos se llevaron en agosto a un campamento de verano cuando manten¨ªan esta localidad ocupada. Los dos que est¨¢n de vuelta los consiguieron traer sus madres, que se adentraron en Rusia en una aventura que una de ellas, Tatiana Glagola, narra a EL PA?S para este reportaje. La alcaldesa, Lyudmila Vakulenko, de 62 a?os, da por perdidos a los que no han regresado. Sabe que los padres, a los que considera unos ¡°traidores a la patria¡±, acabaron siguiendo los pasos de sus hijos y dieron el salto al pa¨ªs vecino.
Kozacha Lopan refleja la espinosa y complicada realidad de la deportaci¨®n de ni?os en medio de un conflicto, un acto considerado un crimen de guerra. Ucrania tiene identificados a m¨¢s de 16.000, pero calcula que son unos 150.000, de los que solo han regresado unos 300, seg¨²n datos del Defensor del Pueblo, Dmytro Lubinets. Eso ha llevado al Tribunal Penal Internacional a emitir el 17 de marzo una orden de arresto contra Putin y la Defensora del Menor de Rusia, Mar¨ªa Lvova-Belova. ¡°Todo el mundo est¨¢ en su contra. Pero cu¨¢l va a ser su reacci¨®n, no tengo ni idea, nadie lo sabe¡±, se?ala la alcaldesa de una localidad que no solo linda con el pa¨ªs atacante, sino que acoge a familias donde los pasaportes est¨¢n divididos.
Una pregunta flota de manera sistem¨¢tica en el ambiente. ?A qui¨¦n se le ocurre enviar a su hija un campamento con las autoridades que te han invadido? ¡°Hab¨ªa muchos bombardeos y explosiones. As¨ª que decidimos enviarla lo m¨¢s lejos posible. Aceptamos esa oferta por nosotros mismos. No nos presionaron¡±, comenta a trav¨¦s del tel¨¦fono Tatiana Glagola, vecina de Kozacha Lopan de 38 a?os, que mand¨® a su hija Polina, de nueve, al campamento el 28 de agosto junto al resto de los ni?os. La peque?a ten¨ªa que haber regresado el 21 de septiembre, pero el d¨ªa 11 la contraofensiva de las tropas locales hizo que Kiev expulsara a los rusos y recuperara la autoridad en el pueblo. La ni?a se qued¨® al otro lado hasta que su madre fue en persona a recuperarla. Similares situaciones han vivido otras familias con las que ha estado EL PA?S en el este de Ucrania. Las respuestas a esa pregunta suelen ir en la misma direcci¨®n: el objetivo era sacar a sus hijos de la guerra como fuera.
Glagola, la madre de Polina, desconoce la existencia de la orden de arresto contra Putin. ¡°No tengo ni idea. No tenemos ni tele. No estoy al d¨ªa de las noticias¡±, afirma al ser preguntada al respecto. Desde el 2 de noviembre que retorn¨® con su hija, la familia ha vuelto a estar unida en un pueblo que fue liberado, pero que permanece con apenas 1.500 de sus m¨¢s de 6.000 habitantes. Acostumbrada ya, Glagola cuenta que los bombardeos que casi a diario llegan desde Rusia a Kozacha Lopan no han da?ado su vivienda. Como la alcaldesa, reconoce que los padres de los otros 11 ni?os se fueron al otro lado de la frontera. ¡°No lo sabemos seguro, pero tenemos informaci¨®n de que algunos se encuentran en Belgorod (ciudad rusa a unos 40 kil¨®metros de Kozacha Lopan) porque sus padres hacen comentarios contra Ucrania a trav¨¦s de canales desde esa ciudad. Ellos eligieron estar en ese lado, tomaron su decisi¨®n¡±, resume Lyudmila Vakulenko.
Nadie sabe nada de los ni?os en Rusia
Los menores deportados a Rusia ya identificados, 16.207, seg¨²n los datos ofrecidos a mediados de febrero por el Defensor del Pueblo, son la punta del iceberg, sostiene el titular de esa instituci¨®n, Dmytro Lubinets. Kiev calcula que, en realidad, son 150.000 los ni?os y adolescentes ilegalmente transferidos a distintas regiones de Rusia o a zonas de Ucrania en las que la autoridad rusa detenta el poder. En medio de esa amalgama de estad¨ªsticas y confirmaciones complicadas de llevar a cabo bajo una guerra, las autoridades de Kiev informaron el 11 de marzo de que 2.161 menores hu¨¦rfanos hab¨ªan sido ilegalmente trasladados fuera de su entorno, seg¨²n la viceprimera ministra y ministra para la Reintegraci¨®n de Territorios Temporalmente Ocupados, Irina Vereshchuk.
Hasta el momento, solo se ha conseguido traer de vuelta unos 300, seg¨²n Lubinets. ¡°Estos han sido los pocos casos exitosos hasta ahora porque hab¨ªa informaci¨®n en ambos lados¡±, dice Svetlana G¨¢nnushkina, defensora de derechos humanos rusa y candidata al premio Nobel de la Paz. ¡°En Rusia sabemos muy poco del destino de los ni?os. Los ucranios tienen m¨¢s datos porque reciben la informaci¨®n de los padres y de otros familiares, pero los ni?os muy rara vez pueden exigir aqu¨ª que los pongan en contacto con los suyos. Muchos no son lo suficientemente mayores para tener el tel¨¦fono de sus familiares o saber d¨®nde se encuentran sus abuelos¡±, agrega la directora de la ONG defensora de los extranjeros Iniciativa Ciudadana.
El partido opositor del que forma parte G¨¢nnushkina, Y¨¢bloko, exige la creaci¨®n de un registro de menores ucranios. ¡°Desde hace m¨¢s de un a?o nadie sabe nada sobre lo que est¨¢ ocurriendo con estos ni?os, ad¨®nde los llevan, qu¨¦ trabajo se hace con ellos, qui¨¦nes y cu¨¢ntos son¡±, denuncia por su parte el fundador de la formaci¨®n, Grigori Yavlinski.
Ni?os de Crimea para adoptar
El Gobierno ruso tiene un buscador p¨²blico para acoger ni?os, usynovite.ru (¡±adopte¡±, en ruso). En esta base de datos se puede elegir al menor por sus caracter¨ªsticas, e incluye, adem¨¢s de su foto y una breve descripci¨®n, el color de ojos y el grupo sangu¨ªneo, entre otros rasgos. El registro est¨¢ actualizado con las cuatro regiones ucranias ilegalmente anexionadas en septiembre del pasado a?o, Donetsk, Lugansk, Jers¨®n y Zaporiyia, pero la b¨²squeda no da ning¨²n resultado all¨ª. S¨ª lo hace en Crimea, la pen¨ªnsula ucrania ocupada por Rusia desde 2014. Ah¨ª aparecen 202 entradas, muchas de ellas de los ¨²ltimos meses. ¡°Andr¨¦i, amable, curioso, activo, artista, emotivo y atento. Miembro del coro del colegio¡±, dice una entrada al azar. Sin embargo, un detalle importante es obviado: la nacionalidad. Es imposible saber si son menores ucranios.
En la sede de Iniciativa Ciudadana se sucede un traj¨ªn constante de extranjeros. ¡°Hay cosas peligrosas en el env¨ªo de estos ni?os a familias¡±, advierte G¨¢nnushkina. ¡°Me llam¨® una chica que hab¨ªa recibido seis ni?os ucranianos. Y solicitaba dinero para mantenerlos. Cuando le pregunt¨¦ qu¨¦ base jur¨ªdica ten¨ªa para acogerlos, me dijo que hab¨ªa un acuerdo entre la as¨ª llamada Rep¨²blica Popular de Donetsk y la regi¨®n de Mosc¨². Pero no volvi¨® a llamarnos porque ten¨ªa miedo ante las cuestiones legales que suscitaban nuestras preguntas¡±, relata la activista. ¡°?En qu¨¦ condiciones estaban? Eran seis ni?os adoptados m¨¢s tres que ya ten¨ªa de antes. ?En qu¨¦ piso iban a vivir, incluso aunque fuera una noche?¡±, se pregunta G¨¢nnushkina.
Uno de los mayores problemas es el de los centros de menores de los territorios ocupados. ¡°La l¨ªnea oficial de la propaganda rusa habla de que est¨¢n salvando a hu¨¦rfanos, pero en realidad est¨¢n separando familias¡±, denuncia Bill Van Esveld, miembro de Human Rights Watch (HRW) y autor del informe Tenemos que proveer una familia, no reconstruir orfanatos. ¡°Nueve de cada 10 ni?os de estas instituciones tienen familiares. No est¨¢n all¨ª porque sus padres murieran o abusaran de ellos; los dejaron all¨ª, en general, por pobreza o porque el ni?o ten¨ªa alguna deficiencia y no pod¨ªan atenderlo¡±, resalta el activista.
La Defensora del Menor rusa calcula que en febrero de 2022, a las puertas de la guerra, fueron trasladados unos 2.500 menores de los centros de Donetsk y Lugansk a campos de refugiados en territorio ruso. ¡°Esto es ilegal bajo las leyes internacionales, no puedes trasladar civiles, y en particular ni?os, a otro lado durante una guerra o una ocupaci¨®n. Solo por motivos de seguridad, pero no parece que haya sido el caso habitualmente. Por eso pensamos que esto es un crimen de guerra¡±, subraya Van Esveld.
A la falta de una base de datos se suma adem¨¢s otro problema que dificulta a¨²n m¨¢s su b¨²squeda. El Gobierno ruso agiliz¨® la concesi¨®n de la nacionalidad rusa a los menores para facilitar su acogida por las familias. ¡°Se cambi¨® la ley para hacerlos permanentemente adoptables, no puedes adoptar ni?os ni recibir ayudas si tienen nacionalidad ucrania¡±, recalca el activista de HRW.
Desucranizaci¨®n y rusificaci¨®n de los menores
15 de los ni?os, originarios de las regiones ucranias de J¨¢rkov y Jers¨®n, regresaron esta misma semana, seg¨²n anunci¨® la ONG Save Ukraine. Hab¨ªan permanecido los ¨²ltimos meses en lo que esta organizaci¨®n califica de campos de reeducaci¨®n. La Yale School of Public Health ha detectado la presencia de hasta 6.000 menores en 43 instalaciones de este tipo que forman parte de una red no solo de reeducaci¨®n sino tambi¨¦n de adopci¨®n que se extiende desde Crimea hasta la regi¨®n rusa de Siberia, seg¨²n un informe publicado el 14 de febrero. La investigaci¨®n sobre los abusos no solo denuncia que las autoridades rusas impiden la reagrupaci¨®n familiar, sino que, en algunos casos, hasta se imparte entrenamiento militar a los ni?os.
La Defensora del Menor de Rusia presumi¨® en un encuentro con Putin celebrado en septiembre de la reeducaci¨®n forzosa de los ni?os para que olviden sus ra¨ªces. ¡°Al principio hablaban mal sobre el presidente [de Rusia], dec¨ªan todo tipo de cosas desagradables y cantaban el himno de Ucrania, pero despu¨¦s empez¨® la integraci¨®n¡±, dijo Lvova-Belova a Putin. Seg¨²n sus cifras, unos 380 menores hab¨ªan sido adoptados por familias rusas a finales de 2022.
¡°Si los ni?os de otra naci¨®n van a ser tra¨ªdos a Rusia, nuestro pa¨ªs tiene que garantizar que van a recibir una formaci¨®n en su lengua y su cultura¡±, denuncia G¨¢nnushkina, que pone como ejemplo otros menores sirios que fueron acogidos temporalmente por su organizaci¨®n bajo tutelaje de adultos sirios. ¡°Sacar los ni?os de su medio e imponerles la lengua y la cultura de otro pa¨ªs se considera genocidio¡±, advierte la activista.
La misma opini¨®n la comparte Human Rights Watch. ¡°Es un crimen, por eso la Convenci¨®n de Ginebra persigue el traslado forzoso. Algunos tienen dos a?os o menos, no pueden ser apartados de sus familias, de su comunidad, y que les inyecten una nacionalidad diferente¡±, denuncia Van Esveld.
Por otro lado, la situaci¨®n en las regiones ocupadas podr¨ªa ser incluso peor. Fuentes de la asociaci¨®n Museo de las Voces Civiles, fundada por el multimillonario ucranio Rinat Ajm¨¦tov, se?alan a este peri¨®dico que algunas de las familias adoptivas de las regiones de Donetsk y Lugansk ¡ªen ciudades como Mariupol, Rubizhne y Volnovaja¡ª a las que ayudaba la organizaci¨®n del empresario no han podido escapar de la zona. ¡°Y los menores han sido reasignados a las autoridades locales de los invasores¡±, agregan las mismas fuentes de la fundaci¨®n. ¡°Los tel¨¦fonos de estas familias adoptivas son escuchados y sus redes sociales han sido bloqueadas. No es seguro para ellas contactar con los representantes de Ucrania¡±, concluyen.
Ni Tatiana Glagola ni las otras madres consultadas por EL PA?S han alertado de maltratos durante el tiempo en que sus hijos han permanecido en los campamentos. As¨ª lo cuenta Glagola: ¡°Todo fue correcto, los profesores les daban ropa, zapatos, tel¨¦fono nuevo¡ A mi hija se le rompieron las gafas y le hicieron unas nuevas y la llevaron al m¨¦dico para que le comprobara la vista. Mi hija no me ha contado nada malo del campamento. Las llevaban a las clases, como en la escuela, un par de veces por semana para que no olvidaran. Ahora desafortunadamente solo asiste a clases online¡±, comenta desde su vivienda de Kozacha Lopan.
¡°La deportaci¨®n de ni?os es un crimen de guerra¡±, enfatiz¨® el jueves la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, en Twitter. En su mensaje inform¨® de que la UE colaborar¨¢ para hacer efectiva la repatriaci¨®n con Ucrania y Polonia, territorio que suele emplearse como v¨ªa de tr¨¢nsito para traerlos de vuelta.
Kiev no oculta que algunos de los retornos se consiguen gracias a la colaboraci¨®n directa con las autoridades rusas. Dmytro Lubinets inform¨® el jueves del regreso de dos menores obtenido gracias a ¡°la cooperaci¨®n entre los defensores del pueblo de Ucrania y la Federaci¨®n Rusa¡±. La casu¨ªstica var¨ªa, seg¨²n el Gobierno que preside Volod¨ªmir Zelenski, que acusa a Mosc¨² de destruir documentos de manera deliberada para impedir averiguar o restaurar la situaci¨®n inicial de esos menores. Los hay hu¨¦rfanos, aquellos cuya tutela y custodia estaba en manos del Estado, algunos incluso discapacitados, acompa?ados de sus padres o tutores, que, por causas del conflicto armado, han sido separados de sus padres o estos han muerto.
Tatiana Glagola insiste en que, pese a reclamar ayuda, nadie la ayud¨® a organizar el viaje para recuperar a su hija junto a la otra madre del pueblo. Primero atravesaron toda Ucrania hacia el oeste, salieron por Polonia, cruzaron Bielorrusia y, desde all¨ª, llegaron a Anapa, a orillas de mar Negro y cerca del estrecho de Kerch que conecta con la pen¨ªnsula de Crimea. El campamento Vita, en el que cuenta que estuvo su hija Polina, permite incluso hacer reservas a trav¨¦s de diferentes plataformas. ¡°En 15 minutos¡±, explica que se identificaron, mostraron su documentaci¨®n y recuperaron a sus hijos. Al entrar de nuevo en Ucrania d¨ªas despu¨¦s, los guardias fronterizos, al conocer su periplo, las tacharon de ¡°locas¡±.
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