Dimite el ¨²nico ministro militar de Lula por un esc¨¢ndalo vinculado al asalto golpista de Brasilia
El general Marcos Gon?alves Dias renuncia tras la difusi¨®n de un v¨ªdeo que lo muestra el 8 de enero dentro del palacio presidencial, rodeado de bolsonaristas, sin hacer amago de impedir la invasi¨®n
El principal asesor de seguridad nacional del presidente de Brasil, el general Marcos Gon?alves Dias, ha dimitido este mi¨¦rcoles en lo que supone la primera baja del Gabinete de Luiz In¨¢cio Lula da Silva desde que asumi¨® el poder en enero. La abrupta salida del ¨²nico militar con rango de ministro obedece al esc¨¢ndalo que ha desatado la difusi¨®n de unas im¨¢genes grabadas durante el asalto golpista que perpetraron miles de bolsonaristas. El v¨ªdeo, tomado en el pa...
El principal asesor de seguridad nacional del presidente de Brasil, el general Marcos Gon?alves Dias, ha dimitido este mi¨¦rcoles en lo que supone la primera baja del Gabinete de Luiz In¨¢cio Lula da Silva desde que asumi¨® el poder en enero. La abrupta salida del ¨²nico militar con rango de ministro obedece al esc¨¢ndalo que ha desatado la difusi¨®n de unas im¨¢genes grabadas durante el asalto golpista que perpetraron miles de bolsonaristas. El v¨ªdeo, tomado en el palacio de Planalto, sede de la Presidencia, muestra al general Dias movi¨¦ndose entre los invasores sin hacer amago de detenerlos o desalojarlos, mientras varios subalternos les ofrecen agua y se muestran cordiales con los v¨¢ndalos que acababan de entrar por la fuerza y estaban destrozando las sedes de los Tres Poderes.
Lula afronta esta nueva crisis cuando a¨²n est¨¢ fresca la anterior (el enfado en Occidente por su postura en la guerra de Ucrania) y en v¨ªsperas de su viaje a Portugal, para conmemorar el aniversario de la revoluci¨®n de los claveles que puso fin a la dictadura, y de su visita a Espa?a.
El general dimitido ha intentado defenderse despu¨¦s de presentar su renuncia como ministro del Gabinete de Seguridad Institucional de Brasil con el argumento de evitar un mayor desgaste al Gobierno. El presidente Lula ha aceptado inmediatamente la dimisi¨®n del general, que fue el encargado de su seguridad personal en sus dos anteriores mandatos. Dias ha dado una entrevista para defender su labor de aquel d¨ªa, que logr¨® mantener a salvo de la ira bolsonarista el despacho presidencial, y se ha desvinculado de los subalternos. Ha explicado que fueron destituidos poco despu¨¦s. Algunos est¨¢n entre los 81 militares interrogados por la intentona golpista, seg¨²n ha explicado el Ejecutivo en una nota.
El Gobierno ha recalcado que ¡°no habr¨¢ impunidad¡± para los implicados en el ataque a la democracia brasile?a y ha recordado que el ¡°Gobierno acababa de tomar posesi¨®n (una semana antes), por lo que a¨²n quedaba muchos equipos de la Administraci¨®n anterior ¨Dla de Jair Bolsonaro, de extrema derecha¨D, incluso en el Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), que fueron destituidos en los d¨ªas posteriores al episodio¡±.
El d¨ªa del ataque, el Gobierno cumpl¨ªa su primera semana en ejercicio. Fue un inicio muy turbulento. Cuando cumpl¨ªa su segunda semana como presidente, Lula destituy¨® por falta de confianza al jefe del Ej¨¦rcito. Desde entonces, ha insistido en que sean la polic¨ªa y la justicia quienes lidien con actos antidemocr¨¢ticos de aquel domingo.
Las im¨¢genes, reveladas por CNN Brasil, son parte de los cientos de horas grabadas por las c¨¢maras de seguridad de los edificios asaltados el 8 de enero, las sedes de la Presidencia, del Congreso y del Tribunal Supremo. Fuentes cercanas al presidente brasile?o han declarado a Reuters que no cabe duda de que el general no apoy¨® ni facilit¨® el asalto de la turba bolsonarista.
Para la oposici¨®n de extrema derecha radical, las im¨¢genes muestran que hubo complicidades dentro del Gobierno y espera que refuerce sus demandas de que se cree una comisi¨®n parlamentaria que investigue a fondo el asalto. Vista la eficaz maquinaria de desinformaci¨®n que maneja el bolsonarismo, el Ejecutivo considera que, ahora mismo, una comisi¨®n har¨ªa m¨¢s mal que bien. Desde el d¨ªa siguiente del asalto violento, circulan entre los seguidores de Bolsonaro teor¨ªas conspiratorias que intentan culpar del asalto a supuestos infiltrados izquierdistas. No existe un solo indicio que apoye esa teor¨ªa.
M¨¢s de 1.500 personas fueron detenidas en los edificios de la plaza de los Tres Poderes en Brasilia y cientos siguen todav¨ªa en prisi¨®n. El Tribunal Supremo empez¨® esta semana a analizar los casos del primer centenar de sospechosos para formalizar las acusaciones contra ellos.
Como Lula gan¨® las elecciones por la m¨ªnima, ya desde entonces estuvo claro que su mandato no ser¨ªa f¨¢cil. A la victoria m¨¢s ajustada de la historia, se une un expresidente como Bolsonaro, que durante los cuatro a?os de su mandato erosion¨® el engranaje institucional y enarbol¨® un discurso deslegitimador del resultado electoral que allan¨® el camino al asalto golpista. El Tribunal Supremo investiga al exmandatario por alentar la invasi¨®n violenta y ha ordenado que la polic¨ªa lo interrogue. Mientras, el ¨²ltimo ministro de Justicia de Bolsonaro lleva m¨¢s de tres meses encarcelado por su supuesta complicidad en los ataques antidemocr¨¢ticos.
Ese panorama complejo para Lula se ha visto agravado por las dificultades que afronta hasta ahora para formar una mayor¨ªa parlamentaria que le permita sacar adelante sus propuestas. El general Dias no es el primer ministro envuelto en una gran pol¨¦mica: la ministra de Turismo fue acusada de peligrosa cercan¨ªa con las llamadas milicias de R¨ªo de Janeiro, grupos de criminales paramilitares, y el ministro de Comunicaciones, de corrupci¨®n. En estos casos, el presidente brasile?o resisti¨® los llamamientos a destituirlos porque afectaban a representantes de partidos que son socios imprescindibles.
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