Lula suaviza su discurso tras las duras cr¨ªticas de Estados Unidos y de la Uni¨®n Europea por alinearse con Rusia

El presidente de Brasil, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, que impulsa hace meses una iniciativa para buscar una salida negociada a la guerra de Ucrania, intenta apaciguar el enfado que varios de sus ¨²ltimos gestos y declaraciones han causado en Occidente, que le acusa de estar haciendo el juego a Rusia. ¡°Al tiempo que mi Gobierno condena la violaci¨®n de la integridad territorial de Ucrania, defendemos una negociaci¨®n pol¨ªtica para el conflicto¡±, recalc¨® Lula el martes sin mencionar al invasor, Rusia. Hizo esa declaraci¨®n durante el banquete que ofreci¨® al presidente rumano, Klaus Werner Iohannis, poco m¨¢s de 24 horas despu¨¦s de desplegar la alfombra roja al canciller ruso, Sergu¨¦i Lavrov, y recibir duras cr¨ªticas desde la Casa Blanca y desde Bruselas.

Tambi¨¦n se moviliz¨® para calmar las aguas el principal asesor en pol¨ªtica exterior de Lula desde hace d¨¦cadas, Celso Amorim. Este se apresur¨® a recalcar en varias entrevistas que ¡°Brasil no tiene la misma postura que Rusia¡± respecto a la guerra de Ucrania, una declaraci¨®n que contradice lo dicho por el ministro de Exteriores ruso, Sergu¨¦i Lavrov, en su comparecencia con su hom¨®logo brasile?o el lunes en Brasilia.

Tanto la Casa Blanca como Bruselas esperaban con ganas que, de la mano de Lula, Brasil regresara a la primera l¨ªnea de la diplomacia tras la derrota del ultraderechista Jair Bolsonaro. Brasil ha recuperado protagonismo internacional, pero tanto Estados Unidos como la UE perciben un cambio de posici¨®n que les tiene molestos y disgustados.

¡°Estamos sorprendidos y preocupados. No est¨¢n en un punto de equidistancia, parece c¨®mo si se hubieran pasado al lado de Rusia y de China¡±, seg¨²n fuentes europeas, que recalcan: ¡°No nos oponemos a sus ideas de promover una soluci¨®n pac¨ªfica pero tiene que ser para restablecer la legalidad internacional¡±. El portavoz de la Casa Blanca lo expres¨® con toda crueldad al acusar a Brasil de ¡°repetir autom¨¢ticamente la propaganda de Rusia sin mirar a los hechos¡±. Mientras, el Gobierno de Ucrania ha reiterado su invitaci¨®n para que Lula conozca la situaci¨®n all¨ª de primera mano.

Brasil ha condenado la invasi¨®n y pedido la retirada de las tropas rusas en la ONU, pero, fiel a su tradici¨®n diplom¨¢tica, se opone y critica las sanciones contra Rusia porque carecen del benepl¨¢cito del organismo multilateral. Pero no es su posici¨®n de neutralidad y no injerencia, sostenida durante d¨¦cadas, lo que irrita en Occidente.

Lula ya caus¨® pol¨¦mica cuando a¨²n no hab¨ªa regresado a la Presidencia al culpar tanto al ucranio Volodomir Zelenski, como al ruso Vlad¨ªmir Putin, por la guerra. El problema para EEUU y la UE es que en las ¨²ltimas semanas el ahora mandatario reiter¨® ese reparto de culpas entre el pa¨ªs agresor y el agredido, pero adem¨¢s acus¨® a Washington y Bruselas prolongar el conflicto mientras siguen suministrando armas a Kiev y sugiri¨® que quiz¨¢ Ucrania tenga que renunciar a recuperar la pen¨ªnsula de Crimea (ilegalmente anexionada en 2014).

Esas fueron las palabras; luego est¨¢n los gestos: durante su visita oficial a China Lula visit¨® un centro de tecnol¨®gico de la empresa Huawuei (castigada por Washington, que la considera una amenaza a la seguridad nacional) y luego recibi¨® con todos los honores a Lavrov (sancionado por EEUU y la UE), con el que mantuvo una reuni¨®n privada. Y en marzo fue el ¨²nico pa¨ªs que, junto a Mosc¨² y Pek¨ªn, apoy¨® una resoluci¨®n rusa que reclamaba una investigaci¨®n independiente del sabotaje que destruy¨® el gasoducto Nord Stream.

Brasil tiene una larga tradici¨®n de pa¨ªs no alineado con ninguno de los grandes bloques. Por eso, desde la Guerra fr¨ªa, su presidente abre cada a?o los discursos de la Asamblea General de la ONU. Es una potencia de tama?o medio con aversi¨®n al conflicto, con enorme disposici¨®n a impulsar el di¨¢logo y que reclama desde hace d¨¦cadas que se ampl¨ªe el Consejo de Seguridad en la ONU para que refleje de manera m¨¢s fiel el actual equilibrio de fuerzas en el globo.

Ese es el contexto en el que Lula lanz¨®, al poco de llegar al poder en enero, su idea de crear un grupo de pa¨ªses neutrales que se impliquen en un intento de convencer a Rusia y a Ucrania que se sienten a negociar el fin de la guerra. Una propuesta que no termina de despegar.

Tras cuatro a?os en que medio Brasil vio con espanto c¨®mo su pa¨ªs quedaba aislado internacionalmente con Bolsonaro, Brasil vuelve a tener voz y ha retomado su cl¨¢sico perfil independiente. El antiguo canciller Amorim, ahora a los 80 a?os asesor diplom¨¢tico de Lula, resumi¨® as¨ª la postura de su pa¨ªs: ¡°Nosotros queremos un mundo equilibrado y multipolar porque es lo que m¨¢s interesa a Brasil, pero ¨¦l solo no puede crear ese mundo. Lo que s¨ª puede es contribuir para que el mundo no est¨¦ dividido en una Guerra Fr¨ªa de buenos y malos¡±. Sobre la guerra de Ucrania, afirm¨®: ¡°Mientras no haya di¨¢logo, la paz ideal para los ucranios y los rusos no va a ocurrir. Tiene que haber concesiones¡±.

En medio de la creciente hostilidad entre Washington y Pek¨ªn, Brasil no quiere verse arrastrado a elegir entre su primer socio comercial (China) y el segundo. Le gusta colocarse en una liga de potencias medias junto a pa¨ªses como India, Indonesia, Turqu¨ªa o Sud¨¢frica. Desde esa perspectiva impuls¨® la creaci¨®n de los BRICS, el bloque de los emergentes que hoy languidece y al que tambi¨¦n pertenecen China y Rusia.

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