Gustavo Petro: ¡°El cambio es m¨¢s dif¨ªcil de lo que pens¨¢bamos¡±
El presidente de Colombia insta a la ciudadan¨ªa, en una entrevista con EL PA?S, a ¡°que se exprese¡± sobre las reformas de su Gobierno y acusa a ¡°grupos muy privilegiados¡± de tratar de bloquearlas
Acaba pr¨¢cticamente de aterrizar en Espa?a el presidente de Colombia, Gustavo Petro (Ci¨¦naga de Oro, C¨®rdoba, 63 a?os), cuando recibe el martes a EL PA?S en la Embajada de su pa¨ªs en Madrid. Afuera, en los jardines, suena m¨²sica, huele a barbacoa y llega el bullicio de una feria de emprendimiento que han organizado para colombianos y espa?oles al aire libre con motivo de la visita del mandatario. Ha pasado por all¨ª a saludar entre aplausos y selfis antes de sentarse a responder por sus nueve meses en el p...
Acaba pr¨¢cticamente de aterrizar en Espa?a el presidente de Colombia, Gustavo Petro (Ci¨¦naga de Oro, C¨®rdoba, 63 a?os), cuando recibe el martes a EL PA?S en la Embajada de su pa¨ªs en Madrid. Afuera, en los jardines, suena m¨²sica, huele a barbacoa y llega el bullicio de una feria de emprendimiento que han organizado para colombianos y espa?oles al aire libre con motivo de la visita del mandatario. Ha pasado por all¨ª a saludar entre aplausos y selfis antes de sentarse a responder por sus nueve meses en el poder. Es poco tiempo para un programa muy ambicioso de reformas en un pa¨ªs que vot¨® por el cambio sin darle mayor¨ªa absoluta. Aunque, como dir¨¢ despu¨¦s, las principales reformas ya est¨¢n presentadas y est¨¢ tropezando con tantas dificultades para aprobarlas que acaba de hacer una profunda crisis de gobierno porque, seg¨²n asegura, necesita un Ejecutivo m¨¢s homog¨¦neo que trabaje por el cambio. Petro confiesa abiertamente que est¨¢ siendo m¨¢s dif¨ªcil de lo que pensaba.
Pregunta. Usted es el primer presidente de izquierdas de la Colombia contempor¨¢nea. Lleva algo m¨¢s de nueve meses en el poder. ?Ha encontrado resistencias? ?Siente que el poder tradicional se ha organizado contra usted?
Respuesta. S¨ª, claro. El cambio siempre provoca una resistencia. Al ser el primer presidente de izquierda elegido en Colombia, los ¨¢nimos de resistencia son altos, grandes, y provienen de grupos muy privilegiados, sobre todo por el dinero p¨²blico. Cuando proponemos volver a un mayor peso de la pol¨ªtica p¨²blica, de la sociedad, para garantizar los derechos de salud, de las pensiones¡ entonces estos grupos reaccionan, se organizan. No han contado todav¨ªa con respaldo popular, pero s¨ª con la prensa, con partidos que tratan de ganar una mayor¨ªa relativa en el Congreso que impida que las leyes del cambio se aprueben. Y esa es la resistencia que hemos tenido hasta ahora.
P. Y a pesar de todo ha afrontado grandes proyectos: el de la paz total, pero tambi¨¦n una reforma de salud, de pensiones, laboral, tributaria e incluso pol¨ªtica. ?Qu¨¦ har¨¢ si no consigue mayor¨ªa parlamentaria para aprobarlas en el Congreso?
R. Es el juego del poder. Indudablemente, hay una pretensi¨®n de cambio y hay una resistencia contra el cambio. ?Cu¨¢l podr¨¢ m¨¢s? No lo podemos predeterminar. He invitado a la poblaci¨®n a salir, a expresar si est¨¢ a favor o en contra porque en estos nueve meses ha faltado un protagonista fundamental: la gente. Quiero que la poblaci¨®n se exprese, casi ning¨²n pa¨ªs se transforma sin la presencia protag¨®nica de la gente. Vamos a ver si ese elemento lo permite. Si no, quiere decir que la poblaci¨®n no mir¨® el cambio como un proceso profundo, sino como una moda. Y desde esa perspectiva el Gobierno no tendr¨ªa mayores perspectivas de ¨¦xito.
P. Cuando dice que la poblaci¨®n se exprese, ?se refiere a manifestaciones en la calle o a la convocatoria de referendos que legitimen las reformas que no se aprueben en el Congreso?
R. En la Constituci¨®n de Colombia los procesos plebiscitarios o constituyentes siempre pasan por el Congreso. Si puede cambiar las leyes, ?para qu¨¦ el plebiscito? Yo espero que el Congreso apruebe leyes y los cambios fundamentales.
P. En la primera entrevista que concedi¨® a un medio internacional reci¨¦n elegido, presidente, nos dijo a EL PA?S que las reformas hay que hacerlas en el primer a?o porque, si no, ya no se hacen. Quedan tres meses para ese primer aniversario. ?Hay reformas que no haya presentado todav¨ªa?
R. S¨ª, pero las que se han presentado son las fundamentales, las que tienen que ver con la salud, con las pensiones y la contrataci¨®n laboral. Su transcurso todav¨ªa es lento; de hecho, solo se ha presentado una votaci¨®n, que los partidos tradicionales trataron de que se hundiera, partidos que hab¨ªan estado en la coalici¨®n de gobierno, pero que no fueron capaces de resistir ante la presi¨®n de los due?os del capital, de los capitales p¨²blicos manejados por sectores privados en el tema de la salud, pensiones¡
P. En su discurso del Primero de Mayo dijo que Colombia se encamina hacia una gran batalla. ?Qu¨¦ quiso decir exactamente con esa gran batalla?
R. Pues es la batalla del cambio. Colombia ha sido un pa¨ªs conservador desde hace mucho tiempo. La ¨²ltima gran transformaci¨®n del pa¨ªs, un intento modernizador y democr¨¢tico, fue en un Gobierno liberal, el de Alfonso L¨®pez Pumarejo en los a?os 1934-1938 y un segundo Gobierno liderado por ¨¦l con mucha movilizaci¨®n popular. All¨ª se presentan unas reformas muy avanzadas, pero salen derrotadas las fuerzas progresistas. Y empieza la violencia, que ya no termin¨®. Ha tenido fases, se volvi¨® de izquierdas, insurgente... termin¨® articulada al narcotr¨¢fico en el momento m¨¢s reciente. Son fases diferentes de la violencia que tienen un origen pol¨ªtico. En 1970 gana un candidato diferente a los partidos tradicionales la presidencia, y le roban las elecciones. De ah¨ª surgi¨® la primera presencia armada urbana de la que hice parte, el M-19.
El pa¨ªs dej¨® de tener una expresi¨®n hacia lo institucional y deriv¨® en guerra. Desde entonces hablamos de construir un camino pac¨ªfico. Cuando yo convoco a la poblaci¨®n a expresarse, en el fondo estoy tratando de sacarla de esos procesos que terminan en la violencia. Mi elecci¨®n es eso. Cuando le dijimos a la gente que saliera de la barricada y usase las urnas, fui escuchado. La gente del estallido social, que es mayoritario entre la juventud, se volc¨® en las urnas y me dio la victoria. Trato de que eso que se expres¨® en las calles pac¨ªficamente se vuelva protagonista.
P. Esa comparaci¨®n hist¨®rica con el periodo de los a?os treinta me da la medida de que usted ve muchas m¨¢s resistencias al cambio de lo que me ha dicho al principio.
R. Hay una porci¨®n de la poblaci¨®n que apuesta a no cambiar. Y un n¨²cleo de poder muy privilegiado, enriquecido a trav¨¦s de orde?ar al Estado. Es una actitud parasitaria, rentista, tiene que ver m¨¢s con el feudalismo que con el capitalismo. Pero que ha hecho crecer a este grupo de personas que fueron derrotadas por m¨ª en las elecciones pasadas.
P. ?Teme fracasar?
R. La historia trae triunfos y fracasos. De hecho, yo casi siempre perd¨ª, perd¨ª en las votaciones de leyes y antes, cuando fui combatiente. El M-19 fue la ¨²nica insurgencia querida por el pueblo, por eso yo estoy ac¨¢. Mi vida ha sido de lucha, y las derrotas no se me hacen extra?as.
P. Su mandato es de cuatro a?os. Con la Constituci¨®n actual, no hay reelecci¨®n. ?Eso no va a cambiar?
R. Matem¨¢ticamente, una reelecci¨®n vuelve en ocho un periodo de cuatro a?os. Hay otro camino matem¨¢tico, es volver ocho a?os en cuatro duplicando las 12 horas de trabajo para volverlas 24. Matem¨¢ticamente es lo mismo.
P. ?Trabaja entonces con cuatro a?os de mandato en la cabeza?
R. S¨ª.
P. Acaba de cambiar el Gobierno. Han salido los ministros de la coalici¨®n con los partidos tradicionales, la derecha, pero tambi¨¦n una ministra de su confianza, la de Salud. ?Se equivoc¨® con el primer Gobierno que hizo?
R. Yo no hice un Gobierno de mis propias fuerzas. Busqu¨¦ una especie de Gobierno de coalici¨®n, intentando precisamente tener una mayor¨ªa parlamentaria s¨®lida. El proceso no lleg¨® hacia all¨¢. Por una parte, porque los partidos que deber¨ªan estar apoyando la reforma dejaron de hacerlo. No entendieron qu¨¦ era estar dentro del Gobierno. Por otra parte, algunas de las personas que convoqu¨¦ al Gobierno, en lugar de plantear un di¨¢logo serio, se dedicaron a hacer trampas. Ahora el Gobierno es m¨¢s homog¨¦neo, m¨¢s de las fuerzas que ganaron las elecciones. Creo que vamos a tener una mayor¨ªa parlamentaria m¨¢s d¨¦bil, pero mayor¨ªa. Eso har¨¢ menos costosa la aprobaci¨®n de leyes y quiz¨¢s tendr¨¢ una posibilidad de di¨¢logo franco con la sociedad.
P. Uno de sus grandes proyectos es la paz total. Usted acu?¨® esta expresi¨®n para definir una ampl¨ªsima negociaci¨®n que intenta acabar con la violencia que ha desangrado su pa¨ªs durante d¨¦cadas, desde la guerrilla hasta las bandas criminales. ?Cree que va a conseguir esa paz al t¨¦rmino de su mandato?
R. Hay una circunstancia, de la que a¨²n no hemos podido encontrar la causa certeramente, pero que nos ayuda. El mayor consumo de coca¨ªna que exist¨ªa, el de los Estados Unidos, parece haberse desplomado. ?Por qu¨¦? La hip¨®tesis es que las nuevas drogas sint¨¦ticas, qu¨ªmicas, parecen estar ganando el mercado. En el caso de los EE UU es el fentanilo, quiz¨¢s la peor droga que se ha encontrado, que est¨¢ tomando niveles de pandemia. Esta hip¨®tesis se demuestra un poco en diversas regiones de Colombia dedicadas a la producci¨®n de hoja de coca, donde ha cesado la demanda. Eso nos da una oportunidad. Al ya no ser un negocio de las dimensiones de antes, muchos de los sectores sociales que han estado viviendo de la coca¨ªna preferir¨ªan hoy tener otra opci¨®n. Si somos capaces r¨¢pidamente de otorgarla, Colombia empezar¨ªa a desconectarse del mercado internacional de la droga y eso nos sirve para que muchos grupos que tienen armas dejen de tenerlas. De ah¨ª que casi todos hayan dicho que s¨ª a un proceso de paz total. Una cosa es decirlo y otra hacerlo, pero se comienza por ah¨ª. Muchas bandas propiamente criminales, sin ra¨ªz pol¨ªtica, han dicho que quieren un proceso. A m¨ª me da un cierto optimismo. Hay que aprovechar el momento.
P. ?Ha encontrado en la Administraci¨®n Biden una actitud diferente en relaci¨®n a la guerra contra las drogas?
R. S¨ª, yo creo que los altos funcionarios dem¨®cratas de los EE UU son conscientes de que esa guerra fracas¨®. Se ha llevado unos 10 millones de personas, esas cuentas hay que hacerlas. Es una destrucci¨®n social enorme. Una separaci¨®n de la misma sociedad norteamericana, tambi¨¦n la persecuci¨®n a la poblaci¨®n negra a partir de las drogas. La regi¨®n m¨¢s violenta del mundo no est¨¢ en Oriente Medio, no est¨¢ en Ucrania. La regi¨®n que m¨¢s mata es la regi¨®n por donde pasan las rutas de la coca¨ªna.
P. Usted ha reanudado las relaciones diplom¨¢ticas con Venezuela y es parte activa de un intento negociador entre el Gobierno y la oposici¨®n. ?Por qu¨¦ cuesta tanto que haya un acuerdo en Venezuela entre oposici¨®n y Gobierno?
R. Hay un temor, un miedo inicial, y lo entiendo porque yo he sido tambi¨¦n presa de ese miedo. Es la creencia de que, si el grupo en el poder lo pierde, lo exterminan. Lo mismo al rev¨¦s. Entre oposici¨®n y Gobierno no hay confianza en lo m¨ªnimo.
P. ?Qu¨¦ debe ser antes, las elecciones libres o la rebaja de las sanciones?
R. Lo que propusimos en Bogot¨¢ es un camino paralelo de dos rieles. Paulatinamente, un plan de levantar sanciones y, al mismo tiempo, ir avanzando en el cronograma de elecciones con garant¨ªas. Ahora hay que ver si se puede concretar. Estados Unidos dijo que estaba dispuesto a levantar sanciones, que es un avance. La oposici¨®n dijo que estaba dispuesta a que se levantaran sanciones si hab¨ªa un proceso concreto electoral. Y el Gobierno de Maduro dijo tambi¨¦n que estaba dispuesto a un cronograma de elecciones.
P. ?Y?
R. Bueno, habr¨¢ que ver si eso se pone en pr¨¢ctica. En esto, Europa puede jugar un papel mejor que el que ha jugado. Yo creo que todos los pa¨ªses que pusieron sanciones se dieron cuenta de que son como un bumer¨¢n. Venezuela es un pueblo rico por el petr¨®leo. Estados Unidos golpe¨® a esa base. Al principio, con las invasiones a Oriente Medio, ca¨ªan los aliados de Ch¨¢vez; se desplomaba el precio del petr¨®leo. Despu¨¦s, directamente contra Venezuela, ya estando Maduro, bloque¨¢ndola. Ese bloqueo produjo el cierre del grifo por completo, es una ca¨ªda de la noche a la ma?ana del consumo que hizo que millones de venezolanos sintieran hambre, cosa que no hab¨ªa ocurrido nunca, y que los llev¨® al ¨¦xodo, un ¨¦xodo muy grande a¨²n sin contar con exactitud. Colombia es quien recibe el primer impacto, un mill¨®n, dos millones de personas que no estaban en sus cuentas que entran a la Rep¨²blica y que producen tambi¨¦n una desestabilizaci¨®n. Las sanciones no van contra los gobiernos, van contra los pueblos.
P. ?Cu¨¢l es el papel que puede jugar Europa con Venezuela?
R. Poner a andar los dos rieles. Asegurar que haya un levantamiento sist¨¦mico y paulatino de sanciones, mientras el Gobierno de Maduro avanza en un cronograma electoral con garant¨ªas.
P. Presidente, viene a un continente donde hay una guerra cl¨¢sica, imperialista, en la que un pa¨ªs invade a otro. El presidente de Brasil, Lula da Silva, que estuvo aqu¨ª la semana pasada, lidera una iniciativa para intentar buscar una salida a esta invasi¨®n de Vlad¨ªmir Putin. ?Usted comparte la iniciativa de Lula?
R. En general, Am¨¦rica Latina no ha tomado posici¨®n. La posici¨®n latinoamericana es que haya un acuerdo de paz porque nosotros hemos sufrido un incremento del hambre a partir de toda la subida del precio de los alimentos. No nos interesa que esa guerra contin¨²e, pero no nos suena franco el discurso que habla de ir contra invasiones de unos pa¨ªses contra otros, cuando los mismos que est¨¢n rechazando esas invasiones han realizado invasiones contra otros pa¨ªses. Y no me refiero solo a las del Medio Oriente, sino a las que ha sufrido Am¨¦rica Latina. Tienes una Inglaterra que invade Malvinas. Tienes unos EE UU que han invadido Santo Domingo, que han invadido la isla de Granada, que han invadido Panam¨¢¡
P. Sin duda, pero ?las invasiones de Estados Unidos justifican los bombardeos en Ucrania?
R. El discurso de atacar a Rusia porque invade debi¨® haber empezado por s¨ª mismos. Nosotros alguna vez propusimos que el delito de invasi¨®n fuese considerado un crimen contra la humanidad. EE UU se opuso.
P. Pero los europeos no hemos invadido. Tenemos una guerra en nuestro suelo y un pa¨ªs que nos pide ayuda. ?Hay que dar ayuda a un pa¨ªs vecino y al que invaden?
R. No estoy muy seguro de esa afirmaci¨®n de que Europa no ha invadido. Europa se ha escudado en la OTAN, pero a trav¨¦s de la OTAN ha invadido. ?Por qu¨¦ es buena la invasi¨®n a Libia y es mala la invasi¨®n de los rusos a Ucrania?
P. Son malas todas. ?Es mala tambi¨¦n esta?
R. Entonces, si son malas todas, la pol¨ªtica que hay que defender no es decir ¡®esta es mala¡¯ y aplaudir otras, sino colocar la agresi¨®n internacional como un crimen, h¨¢galo quien lo haga. Eso ser¨ªa un discurso m¨¢s serio y tendr¨ªa todo el apoyo de Am¨¦rica Latina porque Am¨¦rica Latina es un territorio que ha sufrido invasiones. Yo le dec¨ªa a Biden que ¨¦l, liderando la guerra en Ucrania, no iba a tener el liderazgo mundial que s¨ª podr¨ªa tener si liderara el cambio de la deuda p¨²blica de los pa¨ªses por acci¨®n clim¨¢tica. La guerra sigue; incluso tiende a empeorar. Esa guerra se acaba f¨¢cilmente si dejamos de ver a Ucrania como terreno de la OTAN. Entonces rusos y ucranianos tendr¨ªan m¨¢s oportunidad de sentarse en una mesa y acabar la guerra.
P. Nueve meses en el poder, ?qu¨¦ le han ense?ado a Gustavo Petro que no supiera?
R. [R¨ªe] Digamos que me han ense?ado que el cambio es m¨¢s dif¨ªcil de lo que pens¨¢bamos. Si los cambios se dan, ser¨¢ porque el pueblo quiere. Hasta donde el pueblo quiera. Ni un metro m¨¢s, tampoco ni un metro menos. Hasta donde el pueblo quiera.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.