¡°?Al balc¨®n!¡±, Petro llama a las trincheras
El presidente aspira a retomar el rumbo de su Gobierno con m¨¢s izquierda en el gabinete y m¨¢s ruido en las calles
Gustavo Petro busca aplicar una vieja receta a su mandato presidencial. Lo intent¨® con una nueva estos primeros nueve meses, pero ha acabado desesperado. El plan consist¨ªa en estirar el tono conciliador, en intentar unir a una sociedad extremadamente polarizada. En dejar de ser el Petro opositor que quer¨ªa arrasar con todo el orden establecido para mostrar otra cara, la del l¨ªder de todos los colombianos. Eso, se ha dado cuenta, ni es posible ni da r¨¦dito pol¨ªtico. Las encuestas le dan la valoraci¨®n m¨¢s baja desde su llegada y el Gobierno apenas avanza en sus reformas. Por eso, busca recuperar sus esencias, las que lo llevaron a la presidencia: mucha izquierda, mucha calle y mucho discurso.
¡°?Vuelve el presidente Petro al balc¨®n!¡±, tuite¨® Laura Sarabia, la mano derecha de Petro, despu¨¦s del d¨ªa m¨¢s intenso en el Palacio de Nari?o desde que empez¨® el mandato. Era la forma de anunciar que, una vez cargado el Gobierno del petrismo m¨¢s puro, es hora de volver a recuperar la calle. Ya lo hab¨ªa advertido el presidente un d¨ªa antes cuando, por sorpresa, en un acto de los cientos que hace cada mes, de esos que no llaman la atenci¨®n de los medios, dio un pu?etazo en la mesa y dijo que hasta aqu¨ª hab¨ªa llegado la mano tendida.
Un Petro encendido, col¨¦rico, arremeti¨® contra todos rodeado de campesinos en Zarzal, un municipio del Valle del Cauca, donde fue a entregar unas tierras: ¡°A pesar del triunfo electoral cuando le dijimos al pueblo del estallido social c¨¢lmense, que vamos a resolver esto por las buenas y en las urnas, pues el pueblo del estallido social fue a las urnas y se calm¨®. Pero ahora est¨¢n burlando las decisiones de las urnas y eso no debe ser¡±.
Se refer¨ªa al establecimiento, a los partidos tradicionales, al mundo conservador colombiano con el que tanto esfuerzo hizo por congraciarse al principio: ministros liberales, acuerdos con la derecha en el Congreso, reuniones con empresarios. Ya ha tenido suficiente, los resultados no llegan y el nerviosismo empieza a devorar la actualidad. Lo que quiso decir el presidente en el Zarzal frente a unos campesinos era en realidad un mensaje a todos los colombianos: ese que han visto hasta ahora no es Petro y fue Petro quien gan¨® las elecciones.
El primer ingrediente del nuevo plan ya lo tiene. El martes cambi¨® a siete de sus 19 ministros y a un alto cargo. Le ense?¨® la puerta a los moderados, a aquellos con los que hab¨ªa buscado tender puentes con los sectores antipetristas. Se fueron el ministro de Hacienda o la ministra de Agricultura, gente con experiencia y respetada en todos los sectores, que nunca dudaron en cuestionar a algunos de sus compa?eros de gabinete, a los que consideraban unos activistas inexpertos. Petro siempre cerr¨® filas con los suyos, pero el peso de los moderados, a la vez los ministros m¨¢s reconocidos p¨²blicamente, era lo suficientemente grande como para opacar al resto.
Ahora quiere movilizar a los suyos, a la militancia de izquierdas que lo considera un h¨¦roe desde su alcald¨ªa en Bogot¨¢ (2012-2016). En 2013, Petro fue destituido por la Procuradur¨ªa, que lo inhabilit¨® durante 15 a?os en un pol¨¦mica decisi¨®n que fue revocada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). En ese tiempo, Petro sali¨® varias veces al balc¨®n de la Alcald¨ªa, donde miles de personas lo recibieron como un m¨¢rtir del sistema.
Petro quiere que las masas en la calle acompa?en la labor del Gobierno, que con una minor¨ªa en el Congreso y con el resto de partidos enemistados, se enfrenta al reto gigante de sacar adelante las reformas prometidas. Ya lo intent¨® en febrero, cuando acababa de presentarse la reforma sanitaria, pero no logr¨® movilizar a tanta gente como hace una d¨¦cada. Hoy no hay ninguna destituci¨®n, la izquierda ni siquiera es oposici¨®n, sacar a la gente a la calle a favor es m¨¢s dif¨ªcil que hacerlo a la contra.
Por eso el presidente quiere mostrar su enfado. Buscar un enemigo que encienda a la izquierda y a la juventud que acorral¨® en 2021 al Gobierno de Iv¨¢n Duque y sac¨® a miles de colombianos a protestar por todo el pa¨ªs. Un estallido social que marc¨® el futuro pol¨ªtico de Colombia e hizo a Petro presidente. Despu¨¦s de que ?lvaro Uribe, su mayor adversario pol¨ªtico, se haya bajado de la batalla, el mandatario se?ala ahora a todo el establecimiento, al neoliberalismo, como culpable de no dejarle gobernar.
El lunes 1 de mayo, el D¨ªa Internacional del Trabajo, el mandatario volver¨¢ a dar un discurso en el balc¨®n. Buscar¨¢ conectar con los suyos, con los que seguramente siente que se distanci¨® estos meses. Ya no necesita hacer esos equilibrios imposibles entre los partidos tradicionales y los petristas, ya sabe que no puede ser el presidente que los una a todos bajo la necesidad de cambiar un pa¨ªs que muchos no quieren cambiar, o cambiar solo un poco. Es como si se hubiera quitado una carga muy pesada que arrastraba desde hace nueve meses. Vuelve el petrismo en esencia.
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