Estados Unidos blinda con 24.000 agentes su frontera con M¨¦xico: ¡°No arriesguen sus vidas por venir aqu¨ª¡±
Washington refuerza los 3.200 kil¨®metros de divisoria. ¡°Habr¨¢ deportaciones inmediatas¡±, advierte Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional. En El Paso las autoridades ¡®limpian¡¯ de migrantes las calles
Edixon, venezolano de 19 a?os, estaba ¡°enojado y estresad¨ªsimo¡± a eso de las 10.30 de la ma?ana del mi¨¦rcoles en el centro de El Paso (Texas, EE UU). Acababa de cruzar de madrugada ilegalmente la frontera que separa M¨¦xico y Estados Unidos a la altura de Ciudad Ju¨¢rez con su novia Milena, que re¨ªa euf¨®rica por la sensaci¨®n de haberlo logrado. Con los pantalones rasgados por las concertinas, se proteg¨ªa del sol sentada en el suelo a la sombra de unos de esos urinarios p¨²blicos port¨¢tiles.
Edixon y Milena son los pen¨²ltimos migrantes de ...
Edixon, venezolano de 19 a?os, estaba ¡°enojado y estresad¨ªsimo¡± a eso de las 10.30 de la ma?ana del mi¨¦rcoles en el centro de El Paso (Texas, EE UU). Acababa de cruzar de madrugada ilegalmente la frontera que separa M¨¦xico y Estados Unidos a la altura de Ciudad Ju¨¢rez con su novia Milena, que re¨ªa euf¨®rica por la sensaci¨®n de haberlo logrado. Con los pantalones rasgados por las concertinas, se proteg¨ªa del sol sentada en el suelo a la sombra de unos de esos urinarios p¨²blicos port¨¢tiles.
Edixon y Milena son los pen¨²ltimos migrantes de la era del T¨ªtulo 42, una norma sanitaria impuesta en 2020 por Donald Trump con la excusa de la protecci¨®n frente a la pandemia. Permit¨ªa las devoluciones en caliente de migrantes y expira al final de este jueves, hora de Washington. Esa perspectiva ha aumentado las interceptaciones de migrantes: de las 6.000 diarias de hace una semana se pas¨® a 8.000 en los ¨²ltimos d¨ªas. Este mi¨¦rcoles, 10.400 personas lo intentaron antes de que sea demasiado tarde.
Qu¨¦ pasar¨¢ cuando ya lo sea es a estas alturas dif¨ªcil de predecir hasta para el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, que este jueves record¨® que ¡°la frontera no quedar¨¢ abierta¡± a partir del viernes, pese a los fantasmas que agitan los miembros del ala m¨¢s dura del Partido Republicano. ¡°Quienes crucen ilegalmente ser¨¢n procesados y deportados de inmediato¡±, a?adi¨®. En una conferencia de prensa, hab¨ªa avanzado el mi¨¦rcoles que ¡°los pr¨®ximos d¨ªas y semanas podr¨ªan ser muy dif¨ªciles¡±. Tambi¨¦n record¨® que la Administraci¨®n de Biden ha reforzado a las autoridades sobre el terreno (m¨¢s de 24.000 agentes en total a lo largo de la linde de 3.200 kil¨®metros) y lanz¨® dos mensajes a los migrantes. Uno: ¡°La frontera no est¨¢ abierta¡±. Dos: ¡°No arriesguen su vida o los ahorros de toda una vida para venir aqu¨ª¡±.
Como tantos otros, Edixon y Milena desoyeron esas advertencias. Caminaron durante tres meses y atravesaron Venezuela, Panam¨¢, Costa Rica, Honduras, Guatemala y M¨¦xico. Una vez en la frontera siguieron un poquito m¨¢s, hasta la Iglesia del Sagrado Coraz¨®n, en el centro de El Paso. ?l ten¨ªa ¡°toda la esperanza puesta en este refugio¡±, epicentro de la ¨²ltima crisis migratoria de la ciudad, donde en d¨ªas pasados se llegaron a concentrar m¨¢s de 2.000 hombres, mujeres y ni?os durmiendo en la calle. Cuando Edixon lleg¨®, apenas quedaban unas decenas. ¡°No s¨¦ qu¨¦ vamos a hacer. No s¨¦ si es buena idea entregarnos. Van a correr a todo el mundo. Nos van a destrozar el coraz¨®n¡±, dijo.
Con el final del T¨ªtulo 42, entrar¨¢ en vigor el viejo T¨ªtulo 8, que permiti¨® a la Administraci¨®n de Obama deportar a m¨¢s de tres millones de migrantes en ocho a?os. Lo har¨¢ con novedades: a aquellos que quieran solicitar asilo se les obliga a pedirlo a trav¨¦s de una aplicaci¨®n para m¨®viles desde cualquiera de los pa¨ªses de su traves¨ªa. Si llegan a Estados Unidos sin haber cumplido ese requisito, se enfrentan a la deportaci¨®n, que conlleva la prohibici¨®n de volver intentarlo durante al menos cinco a?os. Si los descubren tratando de cruzar de nuevo en ese tiempo, se exponen a penas de prisi¨®n en Estados Unidos. Esas deportaciones no ser¨¢n a sus pa¨ªses de origen en los casos en los que no haya tratados al respecto: Cuba, Nicaragua, Venezuela y Hait¨ª.
De admitirse su solicitud, pueden ser llevados a un centro de detenci¨®n mientras esta se resuelve, o reciben una cita con un juez en alg¨²n punto de Estados Unidos y un documento que les permitir¨¢ viajar libremente por el pa¨ªs. Actualmente, hay dos millones de causas abiertas, y los magistrados especializados en temas migratorios est¨¢n desbordados.
La estampa de la crisis
A expensas de esos tecnicismos, los migrantes que se concentraban en torno a la iglesia de El Paso, unas calles erigidas de nuevo en la estampa de la eterna crisis de la frontera, fueron desalojados en cosa de 24 horas. A las 5.00 del martes, unos agentes sin identificar repartieron unas octavillas en las que invitaban a los que pasaron ilegalmente y a¨²n no se hab¨ªan reportado a las autoridades a entregarse urgentemente en la oficina m¨¢s cercana. El panfleto tambi¨¦n les advert¨ªa de consecuencias graves si optaban por seguir en el limbo.
As¨ª comenz¨® lo que los bur¨®cratas, con su talento para el eufemismo, hab¨ªan nombrado como una ¡°operaci¨®n localizada de cumplimiento de la ley¡±. Por la tarde, una veintena de hombres armados insistieron a los migrantes en que corrieran a ¡°procesarse¡±, en un gesto que fue denunciado como una intimidaci¨®n por las ONG locales. Centenares de ellos, persuadidos por los miembros del ICE (siglas en ingl¨¦s del Servicio de Control de Inmigraci¨®n y Aduanas) hicieron cola hasta la ca¨ªda del sol para entrevistarse con los funcionarios migratorios en un edificio blanco rodeado por alambre de espino.
Muchos salieron de all¨ª con un documento, un pu?ado de papeles grapados, que se conoce como el Alien ID (algo as¨ª como la identificaci¨®n del extranjero). Lleva inscrita una fecha y un lugar de Estados Unidos en la que deben presentarse ante un juez migratorio. A algunos les dieron cita tan pronto como a fin de mes. A otros, tan tarde como en noviembre de 2026. Como muchos otros recovecos de los tortuosos y aleatorios tr¨¢mites de ¡°procesamiento¡±, es todo un misterio por qu¨¦ los plazos difieren tanto.
A decenas de ellos a¨²n no les hab¨ªan dejado salir del edificio casi un d¨ªa despu¨¦s, y sus allegados esperaban en la iglesia su suerte con consternaci¨®n. Al resto, una cantidad imposible de concretar, los deportaron a M¨¦xico, seg¨²n contaron otros migrantes, familiares, amigos, a este diario. A medianoche, varios autobuses descargaron expulsados en Ciudad Ju¨¢rez. Fue imposible, de nuevo, descartar que los destinos de unos y otros no fueran cosas del azar.
El Alien ID permite a los migrantes circular libremente por Estados Unidos, pero no trabajar: ese permiso tiene sus propios misteriosos designios. Algunos tomaron un avi¨®n rumbo a lugares como Nueva York u Orlando, donde los esperaban quienes llegaron a Estados Unidos antes que ellos. La mayor¨ªa parec¨ªa compartir destino: Denver, ciudad de Colorado a unas nueve horas (y 90 d¨®lares) en autob¨²s, cuyas autoridades, les han contado, est¨¢n dispuestas a prestarles apoyo, y eso incluye pagarles pasajes a otros lugares con un porvenir aparentemente m¨¢s halag¨¹e?o.
Centenares de los migrantes que durante las ¨²ltimas semanas hab¨ªan hecho un hogar de las aceras que rodean la Iglesia del Sagrado Coraz¨®n no perdieron el tiempo al emprender el viaje; a ratos pareci¨® una de esas pel¨ªculas del Oeste en la que a un forajido le dan hasta el final del d¨ªa para abandonar la ciudad. A los m¨¢s rezagados, la polic¨ªa local los invitaba a mudarse a los refugios que funcionan en El Paso, donde no admiten a indocumentados. Si no era para irse a uno de ellos, no los dejaba salir de un per¨ªmetro de un par de manzanas. Un grupo de venezolanos j¨®venes cont¨® a EL PA?S que los hab¨ªan amenazado con romperles los papeles (y con tener que volver a empezar) si volv¨ªan a tratar de salir del redil. Un par de calles m¨¢s arriba, un uniformado con cara de pocos amigos no confirm¨® ni desminti¨® esa informaci¨®n.
Despejadas las aceras, que hab¨ªan amanecido la ma?ana anterior a¨²n abarrotadas por un millar de personas, apareci¨® un ej¨¦rcito de limpiadores que se deshicieron de lo que hab¨ªa quedado atr¨¢s: mantas, restos de comida, sandalias, camisetas... Y en estas tambi¨¦n llegaron Edixon y Milena. Esperaban encontrar ¡°una comunidad¡± de la que solo quedaban los restos. No sab¨ªan c¨®mo iban a conseguir algo de comida, si habr¨ªa sitio en los refugios para ellos, si era mejor entregarse o no, ni d¨®nde buscar los 120 d¨®lares que les pidi¨® un desalmado con la falsa promesa de conseguirles un permiso legal.
Dio la impresi¨®n de que las autoridades federales, locales y estatales descubrieron la prisa por limpiar las calles, como ese adolescente que tiene que recoger la casa antes de que vuelvan sus padres. Sab¨ªan que este jueves, todas las miradas estar¨ªan puestas en El Paso.
El d¨ªa amaneci¨® con una creciente inquietud en los polvorientos campamentos de cientos de personas que hay del lado de Ciudad Juarez. En las primeras horas de la jornada, se registraron nuevos intentos desesperados de entrar a Estados Unidos antes de que expire el T¨ªtulo 42. Una de las puertas m¨¢s transitadas, la 40, se cerr¨® a cal y canto, y la presi¨®n viaj¨® a otros accesos m¨¢s al Este. Las autoridades estadounidenses calculan que hay unas 150.000 personas del lado mexicano aguardando su momento para abordar el sue?o de un mejor porvenir.
Oscar Leeser, alcalde de El Paso, present¨® por la tarde un flamante refugio temporal para migrantes inaugurado en una escuela de educaci¨®n secundaria en desuso a las afueras de la ciudad. Era su manera de compartir con la prensa que la situaci¨®n est¨¢ bajo control. Durante el acto insisti¨® en que el desalojo es fruto de un programa en el que llevan trabajando ¡°meses¡± y se desentendi¨® de las acciones de los agentes del ICE, mientras repet¨ªa una y otra vez algo parecido a lo que dec¨ªa el protagonista de aquella pel¨ªcula francesa, El odio, mientras se precipitaba al vac¨ªo: ¡°Hasta el momento, todo va bien¡±. ?Qu¨¦ suceder¨¢ a partir del viernes? No se atrevi¨® a aventurarlo, m¨¢s all¨¢ de una frase que tambi¨¦n repet¨ªa como un mantra. ¡°La frontera estaba cerrada ayer. Est¨¢ cerrada hoy. Y continuar¨¢ cerrada el s¨¢bado¡±.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.