Alejandro Mayorkas, ra¨ªces latinas para curar las heridas de la inmigraci¨®n
Nacido hace 60 a?os en La Habana, el futuro ministro de Seguridad Nacional de Joe Biden fue clave en las negociaciones con Cuba durante el Gobierno de Obama
Cuando hace cinco a?os, Alejandro Mayorkas viaj¨® a Cuba para negociar y firmar con el Gobierno de Ra¨²l Castro importantes acuerdos en el ¨¢rea de transportes y de seguridad nacional, iba muy nervioso. ¡°Llegu¨¦ con el coraz¨®n en ascuas¡±, reconoci¨® al concluir su visita, realizada entre el 27 y el 30 de octubre de 2015, pocos meses despu¨¦s del restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas entre ambos pa¨ªses despu¨¦s de 55 a?os de hostilidad. Mayorkas no lleg¨® a La Habana temblando como un flan por esta raz¨®n, sino por una cuesti¨®n familiar y sentimental, pues el flamante pr¨®ximo secretario de Estado de Seguridad Nacional de Joe Biden -primer latino en ocupar un cargo de tal importancia en una administraci¨®n norteamericana-, en realidad estaba regresando a casa.
Hijo de una familia jud¨ªa -su padre criado en Cuba, su madre natural de Rumania-, Mayorkas naci¨® en La Habana en 1959 y sali¨® hacia EE UU solo un a?o despu¨¦s, junto a su hermana, como cientos de miles de cubanos. ¡°Mi esperanza, y la esperanza e intenci¨®n de mi padre, siempre fue volver juntos y que yo tuviera la oportunidad de entender su juventud y los lugares y las experiencias de su juventud con ¨¦l¡±, dijo entonces Mayorkas emocionado, pues su padre hab¨ªa muerto tres a?os antes. Durante su estancia en la capital cubana, visit¨® su casa natal y otros lugares para ¨¦l importantes, pero aparte de lo que sinti¨® en su intimidad se dej¨® la piel trabajando en lo que era su misi¨®n principal: hacer avanzar las relaciones Cuba-EE UU, algo nada f¨¢cil despu¨¦s de tantas d¨¦cadas de desconfianza y desencuentros.
En su condici¨®n de subsecretario de Seguridad Nacional durante el segundo gobierno de Barack Obama, Mayorkas se entrevist¨® con el entonces ministro del Interior de Cuba, Carlos Fern¨¢ndez God¨ªn, adem¨¢s de los principales responsables de los Ministerios de Transportes y Relaciones Exteriores. Negoci¨® con ellos importantes acuerdos en ¨¢reas de inter¨¦s estrat¨¦gico de Estados Unidos, principalmente en la esfera de seguridad nacional -colaboraci¨®n contra el narcotr¨¢fico, para evitar el tr¨¢fico de personas y en materia de ciberseguridad¨C, de seguridad a¨¦rea y de transportes -que permiti¨® que Obama autorizara de inmediato los vuelos directos entre ambos pa¨ªses y que cientos de miles de estadounidenses y cubanoamericanos pudieran viajar a la isla en compa?¨ªas norteamericanas-, y tambi¨¦n en el ¨¢rea de los intercambios diplom¨¢ticos.
Una relaci¨®n ¡°de mutuo respeto¡±
¡°Las conversaciones se desarrollaron muy bien. Ha sido un viaje muy productivo, construyendo una relaci¨®n de mutuo respeto con nuestra contraparte cubana, con un enfoque inicial en el comercio y la seguridad de viajes¡±, dijo al terminar la visita, que fue clave en el proceso de deshielo entre Washington y La Habana. Su origen cubano no fue un impedimento para que se firmaran aquellos hist¨®ricos acuerdos -entre 2015 y 2016 se suscribieron en total 22 convenios en diferentes ¨¢reas, hasta que lleg¨® Trump y desbarat¨® lo acordado-. Todo lo contrario, ¡°con ¨¦l todo funcion¨® muy bien y de modo cordial¡±, aseguran funcionarios cubanos implicados en aquel viaje y conocedores de la negociaci¨®n.
Probablemente, en esta actitud de Mayorkas influy¨® que ni ¨¦l ni su familia siguieron la t¨ªpica estela de muchos compatriotas suyos en Estados Unidos. Su familia se traslad¨® pronto de Miami a California, donde ¨¦l estudi¨® en la universidad y se doctor¨® en Derecho en Loyola Law School de Los ?ngeles. Su carrera profesional y pol¨ªtica est¨¢ llena de ¨¦xitos, al punto de que lleg¨® a ser unos de los funcionarios latinos m¨¢s relevantes de la administraci¨®n Obama, con un prestigio y reputaci¨®n reconocida por dem¨®cratas y republicanos -muestra de ello es que fue confirmado por el Senado en tres ocasiones para diferentes cargos-.
Una buena noticia para Cuba
Para Cuba, sin duda, es una buena noticia su nombramiento en el cargo de secretario de Seguridad Nacional por Joe Biden. Algunos piensan que hasta puede leerse como ¡°un gui?o¡± del giro que experimentar¨¢n las relaciones entre ambos pa¨ªses a corto plazo. As¨ª lo cree el exdiplom¨¢tico cubano Carlos Alzugaray, que destaca su importante papel en las negociaciones desarrolladas con Obama, lo que confirmar¨ªa la continuidad de esta pol¨ªtica con Biden. ¡°?l es una persona conocida y respetada en Cuba, que ha venido aqu¨ª, ha trabajado por hacer avanzar las relaciones, se ha sentado a negociar y ha firmado ¨¦l mismo acuerdos satisfactorios para ambos pa¨ªses en materias muy sensibles¡±.
Otro experto en las relaciones entre ambos pa¨ªses se?ala -justo el d¨ªa en que Western Union, por una ¨²ltima sanci¨®n de Trump, ha cerrado las 407 oficinas que ten¨ªa en la isla para distribuir las remesas de los emigrados-, que el origen cubano de Mayorkas es importante, adem¨¢s, porque desmonta el mito de que toda la comunidad cubanoamericana es trumpista y apoya la presi¨®n a Cuba. ¡°?l representa a todo un gran sector de la emigraci¨®n que es favorable al acercamiento, a avanzar en la normalizaci¨®n, una mayor¨ªa silenciosa que en Miami quiere viajar a Cuba y visitar a sus familias¡±, asegura Rafael Hern¨¢ndez, director de la revista Temas.
De aquel primer viaje a La Habana quedaron tres im¨¢genes para la historia. Una en la que Mayorkas est¨¢ sonriente con una guayabera blanca en la Plaza de San Francisco, el coraz¨®n de la Habana Vieja, que hubiera querido conocer con su padre. La segunda, una foto de su madre y su abuela en una playa de Cuba que ¨¦l ense?a emocionado a unos periodistas. La tercera es del pasaporte con el que viaj¨® de La Habana a Miami en 1960, con una fotograf¨ªa suya de beb¨¦. Sus padres se lo guardaron como un tesoro para que no olvidara nunca su pasado. Mayorkas no lo olvid¨®, aunque ahora su tarea es trabajar para el futuro.
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