La ¨²ltima batalla del veterano opositor turco que nunca gan¨® nada
Kili?daroglu, apodado ¡°el abuelo dem¨®crata¡±, ha logrado unir a la oposici¨®n, pero le pesa el estigma de perdedor tras fracasar en sus intentos de derrotar a Erdogan
¡°Quiero subrayar que esta es la ¨²ltima vez que me dirijo a ustedes y a mis queridos compatriotas desde este estrado en mi condici¨®n de diputado¡±. Estas palabras del centroizquierdista Kemal Kili?daroglu, el pasado 23 de abril ¡ªfiesta nacional en Turqu¨ªa¡ª marcaron la despedida del que ha sido el jefe de la oposici¨®n turca en los ¨²ltimos 12 a?os y diputado durante dos d¨¦cadas. Pasaba as¨ª a centrarse exclusivamente en la carrera presidencial como candidato conjunto de las principales formaciones opositoras. Tras obtener casi el 45% de los votos en la primera vuelta del 14 de mayo, este domingo se medir¨¢ en la segunda ronda al presidente, Recep Tayyip Erdogan, en la que ser¨¢ su ¨²ltima batalla pol¨ªtica. Y es probable que concluya en derrota. Una vez m¨¢s.
Incluso los propios votantes de Kili?daroglu subrayan la falta de carisma como una de sus debilidades frente a la m¨¢quina de ganar elecciones que es Erdogan. Los dirigentes del bloque gubernamental van m¨¢s all¨¢ y lo pintan como un bur¨®crata gris que no ha sido capaz de ganar nada en su vida. Pero es precisamente esa falta de ambici¨®n desbordada, esa capacidad de negociar y transigir y esa pol¨ªtica sin estridencias lo que le ha convertido en la persona que m¨¢s se ha acercado a derrotar al presidente turco desde que lleg¨® al poder hace ya dos d¨¦cadas.
Kili?daroglu naci¨® en 1948 (tiene 74 a?os) en una aldea de la empobrecida y castigada provincia de Tunceli (centro-este del pa¨ªs). De hogar humilde, trabaj¨® en los campos y de vendedor callejero para contribuir a la econom¨ªa familiar, pero sus dotes para el estudio lo llevaron a la universidad. A partir de ah¨ª fue ascendiendo en el funcionariado hasta ocupar el cargo de director general de la Seguridad Social. Se jubil¨® en 1997, y ah¨ª empez¨® su carrera pol¨ªtica. Un informe suyo sobre la lucha contra la corrupci¨®n llam¨® la atenci¨®n de la c¨²pula del Partido Republicano del Pueblo (CHP). Entr¨® en el Parlamento en las elecciones de 2002 y en el hemiciclo se convirti¨® en azote de los casos de corrupci¨®n que salpicaban al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan.
Esa imagen de recto servidor de lo p¨²blico es la que ha querido transmitir siempre. Y en los ¨²ltimos dos a?os lo ha hecho publicando en las redes sociales v¨ªdeos grabados en la cocina de su casa: una cocina normal, m¨¢s bien espartana (la ¨²nica novedad en los ¨²ltimos meses ha sido la incorporaci¨®n de una freidora de aire), como la de millones de turcos, bien alejada de la imagen de un Erdogan en su palacio de 1.000 habitaciones o de los car¨ªsimos bolsos que luce la primera dama.
Una cosa que me fascina de la estrategia de comunicaci¨®n del l¨ªder de la oposici¨®n turca, K. K?l??daro?lu:
— Carlos Ortega S¨¢nchez (@cortegaist) April 18, 2023
-Se dirige a la gente desde la cocina o el sal¨®n de su casa.
-Siempre con plano frontal a la altura del espectador.
-?nicamente con una camisa blanca, un cuaderno y un t¨¦. pic.twitter.com/Kpb5zGiOla
Con la bandera de la lucha contra la corrupci¨®n y a favor de la justicia concurri¨® como candidato a la alcald¨ªa de Estambul en 2009. Increment¨® el voto a su partido, pero perdi¨®. Ya al frente del CHP, sali¨® derrotado de las legislativas de 2011, 2015 y 2018. De las presidenciales de 2014 y 2018. De las municipales de 2014. ¡°La mayor desventaja de Kili?daroglu es que ha perdido tantas veces que la etiqueta de perdedor se ha convertido en parte de su identidad. Y eso lo usa Erdogan contra ¨¦l¡±, sostiene Selim Koru, analista del think-tank turco TEPAV.
Es cierto que cuando hered¨® el liderazgo del CHP, este era un partido escler¨®tico, de un laicismo fuertemente elitista y de un nacionalismo excluyente, representante de los intereses de la alta burocracia y de los militares. ¡°Su principal logro ha sido cambiar el CHP de ser un partido kemalista [por Kemal Atat¨¹rk, fundador de la Rep¨²blica turca] de la vieja escuela a una fuerza progresista, socialdem¨®crata. Y es un logro significativo¡±, a?ade Koru.
Unir a la oposici¨®n
Dado que no puede competir con Erdogan en el terreno del liderazgo de masas, Kili?daroglu ha optado por una estrategia gradual, de ir ara?ando poder al mandatario turco sobre la base de forjar alianzas. Y ha logrado algo hasta hace poco impensable: cerrar acuerdos con formaciones de izquierda y de derecha, con nacionalistas turcos y kurdos, e incluso con islamistas para quienes, hasta hace unos a?os, las siglas CHP representaban el mal absoluto. El primer intento casi sali¨® bien: en el refer¨¦ndum sobre una reforma constitucional en 2017 gan¨® Erdogan, pero por la m¨ªnima. Dos a?os despu¨¦s, en las elecciones municipales, las candidaturas unitarias de la oposici¨®n ¨Dcon apoyo externo de la formaci¨®n kurda HDP¨D lograron arrebatar al partido de Erdogan importantes ayuntamientos metropolitanos como Estambul, Ankara o Antalya.
Frente a la imagen de padre firme y autoritario que explota Erdogan, Kili?daroglu ejerce la del abuelo benevolente, que trata de mantener a la familia unida pese a las rencillas que puedan existir. ¡°El abuelo dem¨®crata¡± o ¡°abuelo Kemal¡±, son algunos de los apelativos con que se refieren a ¨¦l, si bien en la recta final para la segunda ronda electoral ha abandonado el discurso en positivo que le caracterizaba para utilizar mensajes xen¨®fobos contra los refugiados a fin de ganarse el voto m¨¢s nacionalista.
Abuelo, dede en turco, es tambi¨¦n como se denomina a los l¨ªderes religiosos y comunitarios de los alev¨ªes, una minor¨ªa musulmana teol¨®gicamente influida por el chiismo, pero muy heterodoxa en sus pr¨¢cticas y generalmente progresista a la que pertenece Kili?daroglu. A lo largo de la historia, los alev¨ªes han sufrido numerosas persecuciones en Anatolia a manos de la mayor¨ªa sun¨ª ¨Dincluidos pogromos en las d¨¦cadas de los 1970, 80 y 90¨D y son ¨²nicamente mayoritarios en la provincia de Tunceli (la m¨¢s izquierdista del pa¨ªs). Por razones hist¨®ricas, religiosas y pol¨ªticas ¨Dmuchos alev¨ªes tienden a votar a la izquierda¨D son vistos con recelo por los sun¨ªes m¨¢s conservadores. ¡°Jam¨¢s te puedes fiar de un alev¨ª¡±, sosten¨ªa hace unos a?os un periodista cercano al partido de Erdogan que hoy ocupa un alto cargo en los medios estatales.
Kili?daroglu hizo p¨²blico un v¨ªdeo a inicios de la campa?a electoral reconociendo que profesa la fe alev¨ª, seg¨²n los analistas turcos, para evitar que el Gobierno lo explotase en su contra. Y efectivamente, aparte de un par de declaraciones extempor¨¢neas de Erdogan (¡°Respetamos a los alev¨ªes y a todas las especies¡±), el bando gubernamental no ha incidido demasiado en el asunto.
Es probable que las creencias de Kili?daroglu apenas tuvieran influencia en el voto urbano, particularmente de los j¨®venes. Pero eso no significa que no haya jugado en su contra en un pa¨ªs que ha hecho de la s¨ªntesis entre el islam sun¨ª y el nacionalismo turco casi una ideolog¨ªa de Estado. No en vano, en la primera vuelta de estas elecciones, Kili?daroglu fue el candidato m¨¢s votado en las ciudades, aunque Erdogan arras¨® en el voto rural, especialmente en las provincias del interior y el este de Anatolia.
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