Sunak saca adelante su pol¨¦mica ley migratoria tras rechazar todos los cambios propuestos por la C¨¢mara de los Lores

La nueva Ley de Inmigraci¨®n Ilegal de Rishi Sunak se ha convertido en la piedra de toque del mandato del primer ministro brit¨¢nico, y en un pulso permanente con organizaciones humanitarias, la Iglesia anglicana y la C¨¢mara de los Lores que, de momento, va ganando el primero. Durante la madrugada de este martes, Downing Street logr¨® derrotar las ¨²ltimas enmiendas al texto presentadas por muchos lores ¡ªla mayor¨ªa independientes, sin adscripci¨®n partidista¡ª. Pretend¨ªan acortar el tiempo de detenci¨®n de los menores en situaci¨®n irregular no acompa?ados de sus padres; reforzar la lucha contra la esclavitud moderna ¡ªque el nuevo texto debilita con sus medidas¡ª; e incluso alargar en seis meses el plazo previo a la deportaci¨®n de los reci¨¦n llegados al Reino Unido. El Gobierno de Sunak, que ha convertido en bandera electoral la lucha contra la inmigraci¨®n irregular, ha sido inflexible. La nueva ley es ya una realidad, aunque algunas de sus principales disposiciones tardar¨¢n en aplicarse.

Aunque la justicia brit¨¢nica ha confirmado la ilegalidad del plan de deportaciones a Ruanda (en realidad, seg¨²n la ley, a ¡°un tercer pa¨ªs seguro¡±), queda pendiente un ¨²ltimo recurso ante el Tribunal Supremo. En el mejor de los casos para los objetivos de Downing Street, los vuelos no podr¨ªan comenzar al menos hasta finales de a?o.

¡°Mantenemos la confianza en que seremos capaces de vencer el desaf¨ªo planteado ante el Tribunal Supremo¡±, ha dicho el portavoz de Sunak, que describ¨ªa a la vez la satisfacci¨®n del primer ministro brit¨¢nico por haber logrado sacar adelante la ley.

¡°El Gobierno ha escogido un camino que no refleja los valores y principios que defienden la mayor¨ªa de los ciudadanos. Aquellos que implican compasi¨®n, respeto y humanidad hacia todos aquellos que, sin culpa alguna, se han convertido en refugiados, y que aspiran simplemente a la seguridad¡±, ha denunciado en las p¨¢ginas de The Guardian el director ejecutivo de la organizaci¨®n UK Refugee Council, Enver Solomon.

La nueva ley, acusada de ¡°crueldad moral¡± por el arzobispo de Canterbury y jefe de la Iglesia anglicana, Justin Welby, elimina la posibilidad de que aquellos que llegan al Reino Unido de manera irregular ¡ªmuchos tras cruzar las peligrosas aguas del canal de la Mancha¡ª puedan iniciar los tr¨¢mites para obtener la condici¨®n legal de refugiados. El Gobierno se reserva el derecho a deportarlos de inmediato a su pa¨ªs de origen, o a un tercer pa¨ªs que se considere seguro. Durante el mandato de Boris Johnson se cerr¨® un acuerdo de m¨¢s de 150 millones de euros entre Londres y Kigali para enviar a Ruanda a la mayor¨ªa de los nuevos irregulares. A¨²n no ha despegado ni un solo avi¨®n, pero el Ejecutivo de Sunak ha abrazado el acuerdo y est¨¢ empe?ado en que salga adelante.

¡°Prisiones flotantes¡±

El Gobierno conservador brit¨¢nico no ha dejado de adoptar en el ¨²ltimo a?o medidas llamativas contra la inmigraci¨®n irregular, con la intenci¨®n de resaltar ante su electorado la voluntad de atajar un problema que, seg¨²n las encuestas, est¨¢ erosionando el apoyo de sus votantes. La ¨²ltima fue el alquiler de al menos tres embarcaciones gigantes ¡ª¡±prisiones flotantes¡±, las han llamado las organizaciones cr¨ªticas¡ª, para alojar en ellas a los nuevos varones reci¨¦n llegados. Unos 500 en cada una de las embarcaciones, para reducir el coste de m¨¢s de seis millones de euros diarios que suponer retener a miles de solicitantes de asilo en hoteles a lo largo de todo el pa¨ªs.

El Bibby Stockholm, el primero de esos grandes hoteles flotantes que ha sido contratado, ha llegado este mismo martes a la localidad costera de Dover, donde permanecer¨¢ atracado.

El pasado a?o llegaron casi 46.000 personas a las costas del sur de Inglaterra, despu¨¦s de atravesar el canal de la Mancha. Cinco a?os antes, las cifras anuales no llegaban al millar. A pesar de que la dimensi¨®n de la crisis es todav¨ªa muy inferior a la enfrentada por los pa¨ªses del sur de la UE, ha sido suficiente para convertir el asunto en uno de los mayores retos pol¨ªticos de Sunak.

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