Los conservadores alemanes sufren para contrarrestar el empuje de la ultraderecha
El l¨ªder de la oposici¨®n calibra si una CDU dividida deber¨ªa entrar en los temas de los extremistas y derechizarse, o seguir anclada en el centro merkeliano. Y despierta dudas en torno al cord¨®n sanitario al pedir pragmatismo en los ayuntamientos donde ya gobierna AfD
Friedrich Merz, el l¨ªder de la oposici¨®n alemana, se enfrenta a un dilema formidable. Su partido est¨¢ siendo incapaz de beneficiarse del descontento con la coalici¨®n de Gobierno que lidera Olaf Scholz, hundida en las encuestas. En lugar de eso, una formaci¨®n de extrema derecha, bajo vigilancia por sospecha de anticonstitucional, amasa semana a semana m¨¢s y m¨¢s apoyos y ser¨ªa la segunda fuerza si se celebraran elecciones en este momento. El ¨²ltimo sondeo, de este domingo, le da a Alternativa para Alemania (AfD) el 22% de intenci¨®n de voto, solo cuatro puntos por debajo de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU) de Merz. Quiz¨¢ hablar de p¨¢nico sea exagerar, pero sin duda cunde la alarma entre toda la clase pol¨ªtica.
Si para el resto de partidos es momento de reflexionar y tratar de entender por qu¨¦ la ultraderecha ha coronado su pico hist¨®rico de popularidad, en la CDU y la CSU (su partido hermano de Baviera) el desaf¨ªo es casi una cuesti¨®n vital. Merz hizo campa?a como potencial l¨ªder prometiendo que recuperar¨ªa el voto conservador que coqueteaba con AfD. Lleg¨® a decir que devolver¨ªa al redil a la mitad de esos electores seducidos por la ultraderecha; en lugar de eso, el porcentaje de voto a AfD se ha doblado. En plena encrucijada, Merz empieza a verse cuestionado como l¨ªder. La presi¨®n es m¨¢xima: ?qu¨¦ estrategia deber¨ªan seguir los democristianos? ?Derechizarse y adoptar los temas y marcos de los extremistas? ?O mantenerse anclados al centro?
¡°Lo cierto es que no saben qu¨¦ hacer¡±, sentencia el polit¨®logo Wolfgang Merkel, profesor em¨¦rito en el Centro de Investigaci¨®n de Ciencias Sociales de Berl¨ªn (WZB). ¡°La CDU est¨¢ dividida¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S. Frente a una facci¨®n que querr¨ªa entrar de lleno en los temas de la ultraderecha, especialmente en la inmigraci¨®n y la transici¨®n ecol¨®gica, hay otra, la que capitaneaba la excanciller Angela Merkel, que previene contra una derechizaci¨®n que espantar¨ªa al votante moderado y de centro. De momento, Merz, archienemigo de Merkel y muy escorado a la derecha, ha resultado ser bastante m¨¢s templado de lo que parec¨ªa cuando fue elegido l¨ªder, en enero de 2022, recuerda el polit¨®logo.
En los ¨²ltimos tiempos, Merz s¨ª ha tenido algunas intervenciones m¨¢s propias de un mitin de AfD que de un l¨ªder conservador moderado, como cuando hace unos meses acus¨® a los refugiados ucranios de hacer ¡°turismo social¡±, o cuando, tras los disturbios callejeros de la pasada Nochevieja, se refiri¨® a los j¨®venes de origen inmigrante como ¡°peque?os pach¨¢s¡±. Esta semana desconcert¨® a sus propios afiliados cuando dijo que la CDU deber¨ªa ser ¡°una alternativa para Alemania con sustancia¡±, en una extra?a elecci¨®n de palabras ¡ªpor coincidir con el nombre del partido AfD¡ª que enseguida se hizo viral en redes sociales.
Al ala liberal de su partido tampoco le gust¨® nada cuando hace unas semanas invit¨® a Claudia Pechstein, polic¨ªa y antigua patinadora ol¨ªmpica, a dar un discurso. En principio iba a hablar de deporte y voluntariado, pero acab¨® pidiendo deportaciones expr¨¦s de los solicitantes de asilo rechazados, acusando a los inmigrantes de la inseguridad en el transporte p¨²blico, ensalzando a la familia tradicional ¡°de mam¨¢ y pap¨¢¡± y criticando el lenguaje de g¨¦nero neutro. Adem¨¢s, vestida de uniforme. Al final, algunos de los presentes la aplaudieron y otros no. Merz, que s¨ª lo hizo, y con aparente convicci¨®n, calific¨® despu¨¦s su discurso de ¡°brillante¡±. Algunos han interpretado tambi¨¦n el cambio del secretario general ¡ªdel moderado Mario Czaja al mucho m¨¢s incisivo Carsten Linnemann¡ª como un intento de elevar la agresividad del partido respecto a la coalici¨®n de Scholz.
Lo que s¨ª se manten¨ªa inquebrantable hasta este mismo fin de semana es el cord¨®n sanitario total contra la formaci¨®n de ultraderecha. Merz subray¨® una vez m¨¢s su compromiso en un encuentro con corresponsales hace unos d¨ªas: ¡°En mi partido tenemos efectivamente un dilema estrat¨¦gico, pero la distancia y la incompatibilidad de la cooperaci¨®n [con AfD] son claras y no negociables¡±, asegur¨®. La CDU no va a colaborar con AfD a ning¨²n nivel, ni federal ni estatal, ha repetido en numerosas ocasiones Merz. Sin embargo, en una entrevista este domingo en la televisi¨®n p¨²blica, el l¨ªder conservador despert¨® algunas dudas al no descartar la cooperaci¨®n con esta formaci¨®n a nivel municipal. Asegur¨® que ¡°los parlamentos locales tienen que buscar modos de dar forma a la ciudad y al distrito¡±, en referencia a las elecciones locales que ya ha ganado AfD y a que esos ayuntamientos o distritos ya tienen un alcalde o administrador de ultraderecha.
¡°No me he rendido, pero estamos obligados a reconocer elecciones democr¨¢ticas¡±, a?adi¨®. Sus palabras enseguida despertaron las cr¨ªticas del SPD. Su vicepresidente en el grupo del Bundestag, Dirk Wiese, le acus¨® en el S¨¹ddeutsche Zeitung de ¡°derribar los cimientos del cortafuegos de la Uni¨®n [el grupo que forman CDU y CSU] contra la derecha¡±.
Tambi¨¦n trat¨® de explicar a los periodistas extranjeros por qu¨¦ hace unos d¨ªas calific¨® de ¡°principal enemigo¡± a Los Verdes, pese a gobernar en coalici¨®n con ellos en seis de los 16 Estados federados. Ante la perplejidad que provoc¨® ese comentario, explic¨® que la rivalidad con Los Verdes se enmarca en la esfera de la discusi¨®n democr¨¢tica normal, en la que no se encuadra AfD. ¡°Gran parte de este partido est¨¢ fuera del espectro de nuestro orden constitucional. Son enemigos de nuestra democracia¡±, subray¨®.
El a?o que viene, tres Estados federados del este, donde la intenci¨®n de voto a la ultraderecha supera el 30%, celebran elecciones: Turingia, Sajonia y Brandeburgo. En el primero, AfD cosech¨® el mes pasado la primera victoria que le otorga poder en un distrito rural, el de Sonneberg. ¡°La CDU se mantiene firme en su negativa a cooperar con la ultraderecha, pero est¨¢n surgiendo voces entre los l¨ªderes locales de Sajonia y Turingia que no est¨¢n tan convencidos con las directrices¡± que les llegan de Berl¨ªn, apunta el polit¨®logo Merkel.
El l¨ªder de la oposici¨®n quiso, como ha hecho tambi¨¦n el canciller Scholz, desdramatizar el auge de Alternativa para Alemania y se?al¨® que buena parte de ese voto no es por convicci¨®n, sino ¡°en dos terceras partes, de protesta¡±. Tambi¨¦n record¨® que en el punto ¨¢lgido de la crisis de refugiados, en 2017, la formaci¨®n se colocaba en el 18% en las encuestas (en 2021 obtuvo el 10,3% de los votos). En su opini¨®n, la gesti¨®n de los refugiados tras la guerra de Ucrania es el principal combustible que alimenta la hoguera de la ultraderecha. ¡°Esta cuesti¨®n va a seguir siendo uno de los principales temas de conversaci¨®n en nuestra sociedad en las pr¨®ximas semanas, meses o a?os¡±, asegur¨®: ¡°Creo que debemos intentar resolverlo lo antes posible, porque cuando se resuelva, las cifras de AfD volver¨¢n a bajar¡±.
Si Merz no tuviera bastante con la tarea de capitanear la estrategia contra la ultraderecha, empiezan a sonar campanas de rivalidad interna que cuestionan su liderazgo a medio plazo. La prensa alemana empieza a ver en Hendrik W¨¹st, el primer ministro del Estado m¨¢s poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia (18 millones de habitantes), un potencial candidato a canciller de la CDU-CSU en las pr¨®ximas elecciones federales. Pese a que todav¨ªa faltan dos a?os y medio, el runr¨²n es cada vez m¨¢s clamoroso. El propio W¨¹st parece alimentarlo, al aparecer cada pocos d¨ªas en entrevistas, congresos regionales del partido e incluso publicando art¨ªculos de opini¨®n en diarios prestigiosos como el Frankfurter Allgemeine Zeitung.
¡°Merz no es demasiado popular. Es elocuente, sin duda, pero de forma arrogante, a diferencia de Angela Merkel¡±, asegura el polit¨®logo. Aunque es muy pronto para hablar de liderazgos, W¨¹st est¨¢ bien situado y tiene mucha visibilidad como primer ministro de un land tan poblado, a?ade. Si Merz no consigue cambiar la percepci¨®n que sobre ¨¦l tienen los electores, no se puede descartar que el bloque conservador env¨ªe a la pr¨®xima contienda federal a este pol¨ªtico, 20 a?os menor que el actual l¨ªder, moderado y con fama de abierto y conciliador.
Sin duda, Merz le ve como competidor. Solo as¨ª se explica que se atreviera a criticarle en p¨²blico en una entrevista en la televisi¨®n p¨²blica ZDF. Dijo, para sorpresa de muchos en su partido, que la insatisfacci¨®n con el Gobierno de W¨¹st ¡°es casi tan grande como con el Gobierno federal¡±. Se refer¨ªa a la implantaci¨®n de la ultraderecha en el territorio que controla W¨¹st: ¡°Si hoy hubiera elecciones en Renania del Norte-Westfalia, AfD ser¨ªa casi tan fuerte all¨ª como a escala nacional¡±, a?adi¨®. El nerviosismo de Merz es comprensible si se atiende a su biograf¨ªa pol¨ªtica. Apartado por Merkel a principios de los 2000, abandon¨® la pol¨ªtica y se pas¨® a BlackRock, el mayor gestor de fondos del mundo, donde se hizo rico. Volvi¨® cuando la excanciller anunci¨® su retirada en 2018. A la tercera intentona, consigui¨® hacerse con la presidencia del partido. Est¨¢ por ver si tambi¨¦n cumplir¨¢ su sue?o de ser candidato a canciller.
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