Estados Unidos trata de reparar sus relaciones con China en medio de las turbulencias globales

Mientras encara dos conflictos a cu¨¢l m¨¢s grave ¡ªla guerra en Ucrania y la crisis en Oriente Pr¨®ximo entre Israel y Ham¨¢s¡ª, Estados Unidos trata de suavizar sus lazos con China, su gran rival sist¨¦mico. Y, si no fumar una pipa de la paz entera, al menos entablar una relaci¨®n de trabajo que arroje resultados. Un objetivo en el que es una pieza fundamental la visita del jefe de la diplomacia china, Wang Yi, estos d¨ªas a Washington. El consejero de Estado y ministro de Exteriores se ha reunido est...

Mientras encara dos conflictos a cu¨¢l m¨¢s grave ¡ªla guerra en Ucrania y la crisis en Oriente Pr¨®ximo entre Israel y Ham¨¢s¡ª, Estados Unidos trata de suavizar sus lazos con China, su gran rival sist¨¦mico. Y, si no fumar una pipa de la paz entera, al menos entablar una relaci¨®n de trabajo que arroje resultados. Un objetivo en el que es una pieza fundamental la visita del jefe de la diplomacia china, Wang Yi, estos d¨ªas a Washington. El consejero de Estado y ministro de Exteriores se ha reunido este viernes con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca, en un encuentro que el Gobierno de EE UU ha descrito como ¡°un acontecimiento positivo¡±.

Wang se ha visto por espacio de una hora con Biden en la sala Roosevelt de la Casa Blanca, donde ambos dignatarios han abordado la situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo y la relaci¨®n bilateral. El presidente estadounidense ¡°enfatiz¨® que Estados Unidos y China deben gestionar de modo responsable su competici¨®n en la relaci¨®n y mantener abiertas las l¨ªneas de comunicaci¨®n¡±, seg¨²n ha indicado la Casa Blanca en un comunicado. Ambos pa¨ªses tambi¨¦n ¡°deben colaborar en la soluci¨®n de desaf¨ªos globales¡±, expuso el jefe de Estado.

El representante chino, que lleg¨® el jueves a Washington, se ha reunido en dos ocasiones con el secretario de Estado, Antony Blinken, con quien el d¨ªa de su llegada tambi¨¦n mantuvo una cena a puerta cerrada. Este viernes ten¨ªa previsto tambi¨¦n conversar con el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan. Tanto Sullivan como Blinken estuvieron presentes en la cita con Biden.

Al comienzo de su reuni¨®n con Blinken en el Departamento de Estado, con la que abr¨ªa su agenda oficial, Wang insist¨ªa en que China y Estados Unidos ¡°mantenemos diferencias, pero tambi¨¦n compartimos desaf¨ªos comunes que debemos resolver juntos¡±. ¡°Necesitamos mantener el di¨¢logo para mejorar el entendimiento mutuo, reducir los malentendidos, buscar la cooperaci¨®n, de modo que estabilicemos la relaci¨®n y volvamos al camino de un desarrollo sano¡±, instaba. Su hom¨®logo estadounidense se pronunciaba de un modo mucho m¨¢s taciturno: ¡°espero con anticipaci¨®n nuestras conversaciones en estos dos d¨ªas¡±, se limitaba a decir.

El objetivo de la visita es preparar la posible asistencia de Xi en poco m¨¢s de dos semanas a la cumbre de la APEC, el foro de cooperaci¨®n econ¨®mico Asia-Pac¨ªfico, en San Francisco y de la que Estados Unidos es anfitri¨®n. Su participaci¨®n dar¨ªa pie a una reuni¨®n entre Xi y Biden, la primera cara a cara de ambos desde hace doce meses y en un momento geopol¨ªtico clave, uno de esos que a decir del propio Biden ¡°marcar¨¢n las pr¨®ximas d¨¦cadas¡±.

Las dos grandes potencias y rivales sist¨¦micos aseguran que, aunque hay asuntos en los que nunca podr¨¢n de acuerdo -derechos humanos o la situaci¨®n de Taiw¨¢n son algunos de los m¨¢s obvios-, quieren gestionar sus lazos de manera responsable. Su relaci¨®n es la m¨¢s importante y compleja del mundo: al tiempo que compiten en ¨¢reas como la innovaci¨®n tecnol¨®gica, la pujanza militar o la influencia diplom¨¢tica, mantienen una codependencia comercial y comparten intereses en la lucha contra el cambio clim¨¢tico.

¡°Libramos una competici¨®n con China en todas las maneras posibles, pol¨ªtica, econ¨®mica y otras, respetando las normas internacionales. Pero jam¨¢s buscamos el conflicto¡±, resum¨ªa el mi¨¦rcoles Biden, en una rueda de prensa junto al primer ministro australiano, Anthony Albanese, en la Rosaleda de la Casa Blanca. Albanese, l¨ªder de uno de los pa¨ªses mejores aliados de Washington, tiene previsto viajar a Pek¨ªn para reunirse con Xi inmediatamente antes del posible desplazamiento del dirigente chino a California, a mediados de noviembre.

Altos funcionarios estadounidenses han indicado su esperanza de que las reuniones con Wang y Xi permitan ¡°una posici¨®n m¨¢s constructiva¡± de las relaciones. Por su parte, China asegura que quiere que las visitas a Estados Unidos de sus representantes sirvan para ¡°enderezar el camino¡± en esos lazos.

Seg¨²n la Casa Blanca, los altos cargos estadounidenses abordan con Wang cuestiones como las actividades de Pek¨ªn en el mar del Sur de China, cuya soberan¨ªa Pek¨ªn se atribuye casi por completo. Esta semana, Filipinas, que reclama parte de esas aguas, denunciaba dos colisiones entre buques de la Rep¨²blica Popular y barcos suyos en una zona en disputa. El jueves, el Pent¨¢gono denunciaba que un avi¨®n militar chino se acerc¨® en exceso a un bombardero estadounidense en un sobrevuelo del mar del Sur.

La Casa Blanca tambi¨¦n plantear¨¢ a su interlocutor chino la necesidad de restablecer los contactos entre las respectivas Fuerzas Armadas, para evitar que alg¨²n incidente desemboque en una crisis de graves consecuencias. Esos contactos permanecen interrumpidos desde la visita a Taiw¨¢n, en agosto del a?o pasado, de la entonces presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi. La crisis actual en Oriente Pr¨®ximo tambi¨¦n figura de manera destacada en la agenda, seg¨²n apuntaba este jueves el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby.

Hasta el momento, Washington ha visto con decepci¨®n c¨®mo China ha apoyado, al menos de manera indirecta, a Rusia en la guerra en Ucrania, y se ha puesto del lado ¨¢rabe en el conflicto en Oriente Medio. La Administraci¨®n Biden aspira a que Pek¨ªn desempe?e un papel constructivo en ambos conflictos y ejerza su influencia sobre las partes para lograr una soluci¨®n pac¨ªfica y pronta en Ucrania, y disuada a Ir¨¢n y a grupos patrocinados por ese r¨¦gimen de intervenir en la crisis entre Israel y Ham¨¢s.

Las relaciones entre los dos pa¨ªses hab¨ªan tocado fondo a ra¨ªz del viaje de Pelosi y, sobre todo, el derribo estadounidense de un globo aerost¨¢tico chino que atraves¨® su territorio en febrero. Aquella acci¨®n ordenada por el Pent¨¢gono motiv¨® que Blinken aplazara un viaje a Pek¨ªn en el ¨²ltimo momento; un viaje que hab¨ªan pactado tres meses antes personalmente Biden y Xi en la cumbre del G20 en Bali en noviembre de 2022, la ¨²nica ocasi¨®n hasta el momento en que se han visto cara a cara desde que el dem¨®crata asumi¨® la presidencia. Ambos acordaron entonces relanzar unas relaciones que hab¨ªan comenzado su deterioro en 2018, cuando la entonces Administraci¨®n de Donald Trump impuso aranceles sobre 50.000 millones de d¨®lares en importaciones chinas.

Desde el fiasco del globo, ambos pa¨ªses han dado pasos cautelosos para distender la relaci¨®n. Sullivan y Wang se han reunido en dos ocasiones, en Viena y en Malta. Varios altos cargos de la Administraci¨®n Biden han viajado a Pek¨ªn: desde el propio Blinken en junio a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, pasando por la titular de Comercio, Gina Raimondo. En septiembre, el secretario de Estado hablaba con el vicepresidente chino, Han Zheng, durante la participaci¨®n de ¨¦ste en la Asamblea General de la ONU. Y hace dos semanas, Blinken conversaba con Wang sobre la crisis en Oriente Pr¨®ximo.

Pero, pese a las declaraciones de buena voluntad. Los actos de rivalidad contin¨²an. En su petici¨®n al Congreso la semana pasada de 105.000 millones de d¨®lares principalmente para asistencia militar a Ucrania e Israel, la Administraci¨®n Biden ha incluido 7.400 millones de d¨®lares para inversiones econ¨®micas y militares con las que responder al auge de China en Asia. Pek¨ªn vetaba en el Consejo de Seguridad de la ONU una propuesta de resoluci¨®n de Estados Unidos en torno a la ayuda humanitaria en Gaza.

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