Estados Unidos dise?a una nueva arquitectura de seguridad para responder al auge de China y la guerra en Ucrania
Washington revitaliza alianzas tradicionales como la OTAN, al tiempo que en Asia Pac¨ªfico teje una red de grupos nuevos con objetivos m¨¢s limitados
La guerra en Ucrania, sumada al auge de China, ha puesto fin definitivo al orden mundial surgido tras el final de la Guerra Fr¨ªa y ha obligado a Estados Unidos a replantearse sus estructuras de seguridad. Una nueva arquitectura est¨¢ surgiendo, especialmente en Asia Pac¨ªfico y con la vista puesta en Taiw¨¢n, pero tambi¨¦n en otras regiones. Al tiempo que se modernizan alianzas tradicionales como la OTAN, Washington teje toda una red de agrupaciones nuevas o recuperadas, desde el Quad en el Indo-Pac¨ªfico [EE UU, Jap¨®n, Australia y la India] al partenariado econ¨®mico recientemente firmado con Londres. Unas asociaciones ad hoc, de objetivos limitados, m¨¢s peque?as y, sobre todo, m¨¢s flexibles.
Estados Unidos asegura que ha encontrado una notable coincidencia de intereses en los pa¨ªses socios, tanto en Europa como en el Indo-Pac¨ªfico, que ven en Ucrania un espejo de lo que pueda ocurrirle, por ejemplo, a Taiw¨¢n, la isla autogobernada que China considera parte de su territorio y sobre la que ejerce una creciente presi¨®n.
La guerra ¡°nos ha llevado a reconocer, en el Indo-Pac¨ªfico y en Europa, la importancia de las alianzas, de los lazos entre las dos regiones, y el reconocimiento de que lo que le ocurra a una regi¨®n tiene implicaciones directas y potentes en la otra¡±, apuntaba el responsable para Asia Pac¨ªfico del Consejo de Seguridad Nacional, Kurt Campbell, en un reciente encuentro con expertos europeos en el Centro de Estudios Internacionales Estrat¨¦gicos (CSIS) en Washington.
En Europa, la estrategia de EE UU se refleja en el refuerzo y la modernizaci¨®n de la OTAN ¨Dque se mantiene como un pilar de su pol¨ªtica exterior y de defensa¨D, pero tambi¨¦n en una intensificaci¨®n de los v¨ªnculos tradicionales con el Reino Unido o los pa¨ªses del este, muy especialmente Polonia.
Pero el grueso de la atenci¨®n y de los movimientos se destinan a Asia Pac¨ªfico, donde la huella del creciente poder¨ªo chino deja mayor impronta y donde cada gesto de Washington se toma pensando en Pek¨ªn ¡ªy en Taiw¨¢n¡ª. Desde la imposici¨®n de restricciones a las exportaciones de semiconductores hacia China a un notable aumento, en n¨²mero e intensidad, de sus maniobras militares y pactos de seguridad en la regi¨®n.
Ante lo que percibe como la creciente amenaza de una China que ya cuenta con m¨¢s buques en sus fuerzas armadas que EE UU, Washington quiere aumentar su poder de disuasi¨®n. Algo complicado, cuando hay un hemisferio entero de distancia entre medias.
Para solucionar este problema, trata de conseguir un mayor acceso a bases en la zona. Presiona, tambi¨¦n, a sus aliados europeos para que ampl¨ªen su presencia en la regi¨®n: Francia, Alemania y el Reino Unido ya han enviado patrullas, un gesto que ¡±se?ala el inter¨¦s europeo y se suma al poder de disuasi¨®n¡±, apunta Chris Johnstone, del CSIS. Asimismo, Washington busca reforzar la capacidad militar de sus aliados en el Indo-Pac¨ªfico, entre otras cosas, a trav¨¦s de una mayor integraci¨®n de las respectivas industrias de defensa. En ciertos casos, eso incluye la transferencia de tecnolog¨ªa, como ocurre en Aukus, la alianza trilateral con el Reino Unido y Australia firmada en septiembre de 2021 y que ya arroja un proyecto para dotar a Canberra de submarinos de propulsi¨®n nuclear.
La idea es conseguir ¡°una postura de fuerzas mejor distribuida, m¨¢s m¨®vil y resistente¡±, apuntaba el responsable del Pent¨¢gono para Asia Pac¨ªfico, Ely Ratner, en una reciente charla organizada por el Center for a New American Security (CNAS) en Washington.
Se construye de manera muy distinta al modelo europeo: una gran alianza militar como la OTAN es impensable hoy por hoy en el Indo-Pac¨ªfico. Washington prefiere apostar por otro tipo de asociaci¨®n, que los expertos conocen como ¡°minilaterales¡±: grupos de pa¨ªses m¨¢s peque?os ¨Dtienden a ser tres o cuatro¨D y con objetivos m¨¢s espec¨ªficos, que pueden ampliarse si es necesario. En ellas se incluye Aukus o el relanzado Quad, recuperado tras m¨¢s de una d¨¦cada de olvido, pero tambi¨¦n la trilateral EE UU, Jap¨®n y Filipinas. O las trilaterales EE UU, Jap¨®n y Australia, o Tokio, Se¨²l y Washington. Sin olvidar la relaci¨®n entre Estados Unidos y el foro de naciones isla del Pac¨ªfico sur, relanzada para responder al intenso cortejo de Pek¨ªn hacia esos archipi¨¦lagos de gran importancia estrat¨¦gica.
Esas asociaciones, seg¨²n Jeffrey Hornung, del centro de estudios Rand, ¡°llenan un vac¨ªo¡± y ¡°proporcionan a pa¨ªses afines la posibilidad de atajar alg¨²n asunto de inter¨¦s com¨²n que no se cubre en las grandes reuniones multilaterales¡±.
Sobre todo, son m¨¢s flexibles. Sus miembros, a su vez, establecen relaciones similares con otros Estados, haciendo cada vez m¨¢s tupida la red de alianzas, se?ala este experto, que vaticina un aumento de este tipo de asociaciones ¡°con un papel muy importante en tiempos de paz¡± y ¡°amplio espacio para colaborar¡±.
El modelo ha despertado inter¨¦s en otras naciones con las que Washington ha intensificado su relaci¨®n en los ¨²ltimos tiempos. En su ¨²ltimo viaje a Europa, Biden se reun¨ªa con los nueve miembros europeos orientales de la OTAN. Polonia ha sugerido a trav¨¦s de su viceministro de exteriores, Piotr Wawzyrk, la colaboraci¨®n de los gobiernos del Tri¨¢ngulo de Weimar ¨DPar¨ªs, Berl¨ªn y Varsovia¨D con Washington para dar forma a la nueva arquitectura de seguridad tras la guerra en Ucrania.
Acuerdos de seguridad
Los contactos ya dan frutos, desde una modernizaci¨®n de la alianza militar con Jap¨®n a la firma de un acuerdo de colaboraci¨®n sobre seguridad con Pap¨²a-Nueva Guinea. Seg¨²n Ratner, ¡°comenzamos a ver de verdad que esos v¨ªnculos se est¨¢n plasmando de manera muy importante¡±.
En Filipinas, la llegada al poder de Ferdinand Marcos hijo ha dado pie a una nueva aproximaci¨®n tras a?os de distanciamiento durante el mandato de Rodrigo Duterte. Estados Unidos ha firmado un acuerdo que le da acceso a cuatro bases adicionales en el archipi¨¦lago, tres de ellas en Luz¨®n, una de las islas del archipi¨¦lago m¨¢s pr¨®ximas a Taiw¨¢n.
Jap¨®n, donde el cambio de postura estrat¨¦gica para aumentar su capacidad militar ha representado un paso m¨¢s que bienvenido en Washington, firmaba en enero un pacto para reforzar la alianza de Defensa con Estados Unidos, que enviar¨¢ una unidad de ¨¦lite a Okinawa, en las aguas niponas tambi¨¦n m¨¢s pr¨®ximas a Taiw¨¢n. Tokio tambi¨¦n comprar¨¢ m¨¢s armamento estadounidense, incluidos misiles Tomahawk. Por su parte, el presidente surcoreano, Yoon Seuk-yol, ha visto c¨®mo su visita a Washington arrojaba un refuerzo del paraguas nuclear con el que EE UU protege a Corea del Sur de posibles ataques desde el norte. Y Australia, adem¨¢s de obtener submarinos nucleares, acoger¨¢ rotaciones de aviones militares estadounidenses.
El pr¨®ximo paso, seg¨²n espera EE UU, se presenta esta semana. El primer ministro indio, Narendra Modi, socio en la asociaci¨®n informal Quad, pero cuyo pa¨ªs mantiene importantes lazos de defensa con Mosc¨², visita Washington. El cortejo va a ser intenso: se le ofrecer¨¢ una visita de Estado con todo tipo de agasajos, desde un discurso en el Congreso a una cena de gala. Sobre el tapete, acuerdos de seguridad, especialmente para la coproducci¨®n y codesarrollo de armamento.
De confirmarse, representar¨ªa un paso enorme para la relaci¨®n. Nueva Delhi necesita nuevas armas y sistemas con los que contrarrestar la modernizaci¨®n militar a marchas forzadas de China. Pero, al mismo tiempo, la India siempre ha tratado de mantener a Washington a una cauta distancia.
India ¡°busca adquirir tecnolog¨ªa avanzada para impulsar sus propias capacidades econ¨®micas y militares, y as¨ª facilitar su auge como una gran potencia capaz de contrarrestar a China de manera independiente, pero no considera que la asistencia estadounidense le imponga m¨¢s obligaciones¡±, escrib¨ªa Ashley Tellis, del Carnegie Endowment for International Peace, en la revista Foreign Affairs el mes pasado.
Seguridad m¨¢s all¨¢ de la defensa
La nueva arquitectura no se limita al concepto tradicional de seguridad. Se expande también a áreas como la energía o la seguridad económica. La palabra en boga en los pasillos de la Casa Blanca y en el Congreso es “desarriesgar” (derisk) o reducción del riesgo, entendida como el blindaje ante medidas de coerción financiera o comercial que otros gobiernos ¨Dléase, China o Rusia¨D puedan querer imponer. Un ejemplo que se cita con frecuencia es el boicot que Pekín impuso a Lituania, y que aún continúa, después de que Riga permitiese la apertura de una embajada no oficial de Taiwán en su suelo.
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