La vieja idea de los dos Estados regresa como soluci¨®n pol¨ªtica para Palestina
La salida al conflicto que el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, as¨ª como otros actores internacionales defienden para Oriente Pr¨®ximo se topa con la realidad de los hechos consumados de Israel, seg¨²n los expertos
Solo un perro fam¨¦lico y errante lograba atravesar el martes sin aguardar dos horas de cola el puesto de control de Qalandia, en el muro israel¨ª de hormig¨®n y nueve metros de alto, que, como una herida, separa Jerusal¨¦n Este de la tierra que la circunda: Cisjordania. Cuando el 13 de septiembre se cumplieron tres d¨¦cadas de los acuerdos de paz de Oslo, esos dos pedazos de Palestina, que deb¨ªan ser la capital y parte del territorio de su Estado, llevaban a?os desgarrados por esa pared. Con ese Estado a¨²n por nacer, quien decide si un palestino atraviesa Qalandia y transita por la tierra de sus ancestros es Israel, la ¡°potencia ocupante¡± de Gaza, Cisjordania y Jerusal¨¦n Este, en palabras de Naciones Unidas. Antes de que el 7 de octubre Ham¨¢s atacara en Israel y de que este pa¨ªs respondiera desencadenando su guerra en Gaza; la ¡°soluci¨®n de los dos Estados¡±, que se crey¨® consagrada en Oslo, dorm¨ªa en el caj¨®n de las causas olvidadas. La v¨ªa pol¨ªtica de establecer un Estado palestino junto a Israel para acabar con el conflicto es la que el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, est¨¢ defendiendo en la gira por Israel, Cisjordania y Egipto que ha iniciado este jueves.
Como si todas esas muertes de las ¨²ltimas semanas hubieran recordado a la comunidad internacional que ese conflicto segu¨ªa ah¨ª, el 25 de octubre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, abog¨® por la ¡°soluci¨®n de los dos Estados¡±. Desde entonces, Biden no ha dejado de repetirlo, la ¨²ltima vez en una tribuna el pasado s¨¢bado en The Washington Post. El 27 de octubre, el Consejo Europeo ¡ªque representa a los Estados miembros de la UE¡ª hizo suya la propuesta de S¨¢nchez de celebrar una conferencia internacional para buscar una paz basada en esa f¨®rmula. Incluso el papa Francisco se ha unido a ese coro, repitiendo una idea en la que hay quien ve una ¡°cortina de humo que oculta la desposesi¨®n del pueblo palestino¡±. As¨ª lo defini¨® el exdirector en Nueva York del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Craig Mokhiber, que dimiti¨® en octubre por ¡°el fracaso de la ONU en Gaza¡± ante ¡°un genocidio de manual¡±.
En Ramala, la capital de Cisjordania, un cargo de la Organizaci¨®n de Liberaci¨®n de Palestina (OLP), que pide anonimato, comparte otro de los argumentos de Mokhiber: el que defendi¨® cuando acus¨® a Estados Unidos y Europa de que, mientras rescatan la idea de los dos Estados ¡ªcuya aplicaci¨®n nunca han impuesto a Israel¡ª son ¡°c¨®mplices¡± de la guerra de ese pa¨ªs en la Franja. El presidente S¨¢nchez s¨ª ha abogado este jueves por ese Estado palestino ¡°viable¡± ante el presidente israel¨ª Isaac Herzog en Jerusal¨¦n, pero el cargo de la OLP le recuerda que ¡°lo m¨¢s f¨¢cil que puede hacer Espa?a para avanzar hacia ese objetivo, es reconocer al Estado palestino¡±.
El aparente cambio de postura de Occidente adolece de ¡°falta de seriedad¡±, asegura el pol¨ªtico palestino, que recalca que Biden ni ninguno de los otros l¨ªderes que aluden ahora a esa v¨ªa se refieren a la que en su opini¨®n es la ¡°condici¨®n indispensable¡± para un Estado palestino viable: ¡°El fin de la ocupaci¨®n israel¨ª¡±.
Pugna
La historia de la pugna entre Israel y la poblaci¨®n palestina ha tenido desde 1948 una constante que Edward Said defin¨ªa como ¡°el monocorde bajo continuo de la enajenaci¨®n de tierras¡± por parte del primero. Ese Estado, dec¨ªa el fil¨®sofo palestino, es fruto de una ¡°ideolog¨ªa b¨¢sicamente europea¡±: el sionismo, un movimiento que durante d¨¦cadas se defini¨® a s¨ª mismo como colonialista. En 1947, un a?o antes de la creaci¨®n de Israel, la ONU adopt¨® un plan de partici¨®n en dos Estados del mandato brit¨¢nico de Palestina ¡°manifiestamente injusto¡± ¡ªrecuerda el cargo de la OLP¡ª. En ¨¦l, al 70% de poblaci¨®n ¨¢rabe aut¨®ctona se le conced¨ªa solo el 45% de la tierra, mientras que al 30% de poblaci¨®n jud¨ªa se le otorgaba el 55%, un reparto que los pa¨ªses ¨¢rabes rechazaron, por lo que se desencaden¨® la primera guerra ¨¢rabe-israel¨ª. En 1949, Israel venci¨® y se apoder¨® de m¨¢s del 77% del territorio. M¨¢s adelante, en 1967, tras la Guerra de los Seis D¨ªas, Israel ocup¨® en su totalidad el territorio asignado por Naciones Unidas para los palestinos.
Al firmar los acuerdos de Oslo, entre 1993 y 1995, la OLP se conform¨® con negociar solo el 22% de territorio para su Estado; las fronteras anteriores a 1967. A cambio, Israel acept¨® el establecimiento de una administraci¨®n aut¨®noma provisional en Gaza y Cisjordania, gestionada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que deb¨ªa durar cinco a?os y que a¨²n subsiste en Cisjordania. Gaza est¨¢ desde 2007 en manos de Ham¨¢s. La ANP solo accedi¨® a un control parcial de dos de las tres zonas del territorio, la A y la B. El resto, el 60% de su superficie, es la zona C, que sigue estando bajo control israel¨ª, pese a que los pactos de Oslo preve¨ªan su entrega a la autoridad palestina.
En las tres d¨¦cadas transcurridas desde la firma de ese marco, la ¡°realidad de los hechos consumados de Israel sobre el terreno¡± demuestra que esos acuerdos, lejos de derivar en un Estado palestino, ¡°le han servido a Israel para legitimarse, encubriendo su ocupaci¨®n, una colonizaci¨®n que ha alcanzado unos niveles estratosf¨¦ricos¡±. As¨ª lo explica Isa¨ªas Barre?ada, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.
El principal instrumento de esta pol¨ªtica para desdibujar la soluci¨®n de los dos Estados han sido los asentamientos ilegales de colonos en Jerusal¨¦n Este y en la zona de Cisjordania que Israel controla completamente. En 1993, cuando se firm¨® el primer convenio de Oslo, esos colonos eran unos 130.000. Hoy, seg¨²n la ONU, suman casi 700.000. Un plan congelado por el Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu en julio de 2020 prev¨¦ incorporar al territorio de Israel estos asentamientos de colonos y las carreteras construidas para ellos ¡ªlos palestinos tienen prohibido circular por ellas¡ª y anexionarse as¨ª al menos el 30% de Cisjordania.
Ignacio ?lvarez-Ossorio, catedr¨¢tico de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos de la Universidad Complutense, se?ala que una futura entidad estatal palestina no solo no tendr¨ªa ¡°espacio f¨ªsico¡± sino tampoco ¡°continuidad territorial¡±. Se refiere a que las dos zonas bajo la autoridad palestina no son contiguas. Se asemejan a islotes rodeados por el ¨¢rea que controla totalmente Israel. La ANP carece adem¨¢s de varios de los atributos fundamentales de un Estado: el dominio del territorio y de su poblaci¨®n, unas fronteras bien definidas y el monopolio del uso de la fuerza, que sigue en manos de Israel.
A esta realidad, se han sumado ahora otros obst¨¢culos para la ¡°soluci¨®n de los dos Estados¡±. Barre?ada cita dos. El primero es que la ¡°extrema violencia con la que Israel est¨¢ actuando en Gaza¡± arruina ¡°cualquier posibilidad de que las partes se sienten juntas durante los pr¨®ximos 50 a?os¡±. El segundo es que, ¡°descartada la anuencia de las partes a negociar¡± tras la guerra, la ¨²nica alternativa ser¨ªa que ¡°como sucedi¨® en Oslo, Estados Unidos forzara a Israel a dialogar¡±.
Una posibilidad ¡°remota¡±. Barre?ada recuerda c¨®mo, entre 1972 y octubre de 2023, Washington ha hecho uso de su poder de veto ¡°en 34 ocasiones¡± en el Consejo de Seguridad de la ONU para evitar una condena a Israel por su ocupaci¨®n de Palestina. La propuesta espa?ola de una conferencia de paz en Oriente Pr¨®ximo peca de ¡°ingenuidad¡±, critica el experto, que solo ve una posible soluci¨®n a este conflicto: que se acabe la ¡°impunidad internacional de la que goza Israel¡±.
Moderados
Nadav Tamir, responsable de asuntos internacionales en el Centro Peres para la Paz y la Innovaci¨®n, es m¨¢s optimista. ¡°Lo que el 7 de octubre [cuando Ham¨¢s atac¨® Israel] nos mostr¨® a todos es que no puedes mantener el conflicto, que es necesario resolverlo¡±, explica este experto. Tamir conf¨ªa en que ¡°los moderados de ambos bandos¡± lleguen a un nuevo acuerdo. Se muestra convencido de que una de las condiciones para ello es ¡°un cambio de Gobierno en Israel, algo que definitivamente va a suceder despu¨¦s de este enorme fracaso, y elecciones palestinas en las que se elija a un l¨ªder leg¨ªtimo tanto para Gaza como para Cisjordania¡±.
El cargo de la OLP disiente: ¡°Israel nunca ha reconocido la soluci¨®n de los dos Estados ni los derechos del pueblo palestino. Es tan sencillo como preguntarle a un funcionario israel¨ª si cree en los dos Estados, pueden decir lo que quieran, pero la pol¨ªtica oficial es que no hay dos Estados, solo hay uno: Israel. Si no quieres dos Estados independientes y tampoco quieres un Estado democr¨¢tico para todos, ?qu¨¦ opci¨®n queda? O un genocidio, como el que est¨¢ habiendo en Gaza, o lo que Amnist¨ªa Internacional y Human Rights Watch han denunciado: un apartheid¡±.
El profesor Barre?ada matiza que, pese a las dificultades, la ¡°idea de los dos Estados sigue siendo un referente, pero ha perdido relevancia porque se percibe como cada vez m¨¢s dif¨ªcil¡±. Sin embargo, subraya este especialista, ¡°un Estado propio es un derecho inalienable de los palestinos recogido en la resoluci¨®n 3236 de 1974 de la ONU¡±. Las condiciones sobre el terreno que lo hacen dif¨ªcilmente viable, ¡°pueden cambiar¡±, y concluye: ¡°Todo es reversible¡±.
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