Las v¨ªctimas israel¨ªes que no quieren venganza
Tres familiares de personas asesinadas o secuestradas por Ham¨¢s describen a EL PA?S sus sentimientos de dolor y rabia, pero rechazan las represalias contra los palestinos y abogan por la paz. Van contracorriente en su pa¨ªs
El 7 de octubre, en el ataque multitudinario de Ham¨¢s, Maoz Inon perdi¨® a sus dos padres, carbonizados en la habitaci¨®n segura de su kibutz en Israel. A Neta Heiman, un v¨ªdeo en internet la sac¨® de la ficci¨®n en la que su madre, de 84 a?os, no respond¨ªa al tel¨¦fono por problemas en la red. Sigue secuestrada en Gaza. Desde la distancia, en Alemania, Noi Katzman no entendi¨® la dimensi¨®n de lo que suced¨ªa y pens¨® que su hermano Haim estar¨ªa bien, cuando estaba siendo asesinado en su casa.
A los tres se les corta hoy la voz al hablar de sus seres queridos que ya no est¨¢n. Y uno siente que no encuentran el adjetivo que a?adir a dolor o rabia para definir m¨¢s detalladamente sus sentimientos. Hay, sin embargo, una palabra que les cuesta pronunciar: ¡°Venganza¡±. No la quieren, pese a ser v¨ªctimas y al ambiente reinante en su pa¨ªs: el 85% de la poblaci¨®n israel¨ª apoya la invasi¨®n de Gaza; el presidente, Isaac Herzog, corresponsabiliza a los civiles de Gaza del ataque de Ham¨¢s; el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, compara a Ham¨¢s con la b¨ªblica naci¨®n enemiga de los israelitas que Dios orden¨® exterminar al rey Sa¨²l y varios diputados piden abiertamente un genocidio o limpieza ¨¦tnica.
Sus tragedias personales no los han alejado de las iniciativas en defensa de la coexistencia entre jud¨ªos y ¨¢rabes en las que ya estaban involucrados, en mayor o menor medida, antes del 7 de octubre. M¨¢s bien han reforzado su voluntad de frenar el ciclo de la violencia. Sobre todo Inon, que cuenta que aquel d¨ªa le ha transformado de ¡°activista social en activista por la paz¡±.
Maoz Inon, 48 a?os: ¡°Tenemos que parar el c¨ªrculo de la sangre por el bien de Israel¡±
El 6 de octubre, horas antes del ataque de Ham¨¢s, la familia de Maoz Inon se reuni¨® en Tel Aviv para celebrar la festividad jud¨ªa de Sucot. Sus padres, Yakovi, de 78 a?os, y Bilha, de 76, se acercaron desde el kibutz Netiv Haasara, a medio kil¨®metro de Gaza. Maoz cancel¨® en el ¨²ltimo momento porque le subi¨® la fiebre a su hijo mayor. ¡°Jugaron, se rieron, comieron¡±, cuenta. Sus hermanos trataron de convencer a Yakovi y Bilha de que se quedasen a dormir en Tel Aviv, porque era tarde, pero ellos insistieron en regresar a su kibutz.
Ocho horas m¨¢s tarde, Maoz se despert¨® y vio que su padre contaba en el grupo familiar de WhatsApp que estaban sonando las alarmas y se o¨ªan cohetes, por lo que se hab¨ªan encerrado en la habitaci¨®n segura que tienen por ley las casas cercanas a la Franja. ¡°No era del todo normal, pero tampoco anormal, as¨ª que no me volv¨ª loco. Me fui a preparar un caf¨¦ y vi en las noticias que no era solo eso. Que hab¨ªa una infiltraci¨®n¡±, recuerda. Habl¨® con su padre por tel¨¦fono. Preocupado, lo llam¨® de nuevo 15 minutos m¨¢s tarde. ¡°Ya no recib¨ª respuesta¡±, recuerda. Los hijos se reunieron entonces en casa de una de las hermanas. Esa misma tarde, el coordinador de seguridad del kibutz les comunic¨® que la casa estaba incendiada, con dos cad¨¢veres dentro.
¡°Hasta ese d¨ªa, yo era un activista social. He estado metido durante 30 a?os en iniciativas en pro de una sociedad conjunta para jud¨ªos y palestinos, sean o no ciudadanos de Israel. Desde el 7 de octubre, soy un activista por la paz. As¨ª me llaman y as¨ª me defino yo ahora, aunque nunca antes lo hab¨ªa hecho¡±, cuenta en el hostal Abraham de Tel Aviv. Es una red israel¨ª de hostales, muy popular entre los mochileros, que cofund¨®. El nombre no es casual: el patriarca b¨ªblico com¨²n para jud¨ªos, musulmanes y cristianos. La red, con 8.000 clientes mensuales, promueve proyectos mano a mano con palestinos y coopera con socios en Jordania y Egipto. Del hostal en Tel Aviv cuelga a¨²n un cartel gigante con la palabra ¡°Democracia¡±, uno de los lemas contra la controvertida ¨Dy hoy paralizada¨D reforma judicial de Netanyahu. No se ven turistas. Solo 80 familias de israel¨ªes desplazados de las fronteras con Gaza y L¨ªbano a los que grupos de voluntarios entregan comida, ropa y juguetes.
Mientras recib¨ªa visitas en la shiv¨¢, la semana de luto jud¨ªo, se marc¨® a s¨ª mismo cuatro misiones. La primera, el regreso de los cerca de 240 rehenes en Gaza. ¡°El Estado de Israel dej¨® vendidos a mis padres, a las comunidades. Nos traicion¨®. Y la ¨²nica forma para justificar su existencia es traerlos de vuelta. Sanos y salvos. Y hace todo lo contrario: los sacrifica a cambio de una foto de la victoria que nunca va a llegar¡±. Otra, lograr la dimisi¨®n de Netanyahu, que ha ¡°fracasado completamente en todas sus promesas¡±.
Su tercera misi¨®n, en la que m¨¢s se explaya, es detener la guerra. Pide ¡°un alto el fuego inmediato y humanitario por las dos partes¡±. ¡°Para que enterremos nuestros muertos, inhalemos este trauma y lloremos. Ahora mismo, quien controla la situaci¨®n es Ham¨¢s, que cav¨® una tumba para Israel e Israel va directo a ella. Tenemos que parar la guerra, por el bien de Israel. El c¨ªrculo de la venganza, de la sangre. El pensamiento de que solo acabaremos con Ham¨¢s a trav¨¦s de bombardeos. Ham¨¢s es una idea, una ideolog¨ªa. As¨ª que si ahora mueren 8.000, 20.000, 80.000 gazat¨ªes¡ solo vamos a reforzar esa ideolog¨ªa. Y esa es la estrategia de Ham¨¢s. E Israel va a ello con los ojos inyectados en sangre¡±, argumenta. ¡°Ning¨²n soldado muerto en Gaza me va a devolver a mis padres. Ning¨²n civil muerto en los bombardeos me va a devolver a mis padres. Entiendo perfectamente las ganas de venganza. Es un sentimiento humano. Pero, por eso, en los libros sagrados se deja a Dios la venganza y a nosotros otro sentimiento: el perd¨®n¡±
Cuenta con un nudo en la garganta que su madre sol¨ªa dedicar el tiempo a dibujar mandalas. Y ten¨ªa una maleta con una frase para Netanyahu: ¡°c¨®gela y vete¡±. La llevaba cada semana a las manifestaciones contra Netanyahu por la reforma judicial.
Su padre era agricultor y, a?o tras a?o, insist¨ªa en volver a sembrar la tierra, aunque las plagas o las inundaciones le arruinasen la cosecha. Siempre pensaba que al final recoger¨ªa los frutos. Lo cuenta para ilustrar su ¨²ltima misi¨®n, ¡°la m¨¢s dif¨ªcil, pero tambi¨¦n la m¨¢s importante¡±: ¡°Convencerme a m¨ª mismo, a mis hijos, a mi familia y a todo aquel con el que hablo de que el futuro ser¨¢ mejor¡±.
Neta Heiman, 50 a?os: ¡°El secuestro de mi madre refuerza mi deseo de paz¡±
Desde su casa en Haifa, en el norte de Israel, Neta Heiman se aferraba el 7 de octubre a los rumores de que se hab¨ªa ca¨ªdo la red telef¨®nica en Nir Oz, su kibutz natal y en el que su madre, Ditza, segu¨ªa viviendo con 84 a?os. Llam¨® y llam¨®. Por la tarde, un WhatsApp se puso de repente en doble clic azul. Su hermana telefone¨® de nuevo y le respondi¨® un hombre con acento ¨¢rabe: ¡°Solo dijo: ¡®It is Hamas, it is Hamas¡± (Es Ham¨¢s, es Ham¨¢s, en ingl¨¦s) y colg¨®¡±, cuenta. Pasadas las horas, vecinos del kibutz ¨Den el que un 25% de sus vecinos est¨¢n hoy muertos, secuestrados o desaparecidos¨D les contaron que la hab¨ªan o¨ªdo gritar pidiendo auxilio y que la casa estaba vac¨ªa.
Heiman vio m¨¢s tarde un v¨ªdeo en Internet en el que un grupo de milicianos mete a su madre en un coche para llevarla a Gaza. ¡°Es todo lo que sabemos hasta el momento¡±, dice en su domicilio en Haifa, antes de viajar a Tel Aviv para manifestarse por la liberaci¨®n de los rehenes.
Trabajadora social de 50 a?os, Heiman milita en el colectivo israel¨ª-palestino Mujeres por la Paz. Y, tras el secuestro de su madre, llev¨® sus opiniones sobre el conflicto y sobre la responsabilidad de Netanyahu a los medios de comunicaci¨®n nacionales, incluido el canal 14, el favorito de la derecha. ¡°Era importante para m¨ª hablar all¨ª, pero empec¨¦ a recibir mensajes en los que me mandaban con mi madre a Gaza o me dec¨ªan que seguro que ella est¨¢ disfrutando all¨¢¡±. Afirma que ni la sorprende, ni la ofende: ¡°Conozco ese odio que lleva un tiempo aqu¨ª¡±. Pero le molesta el lema presente hoy en Israel en muchos carteles y mensajes publicitarios: ¡°Todos juntos¡±. ¡°Que no lo digan, porque hay una parte de la poblaci¨®n israel¨ª que sigue pensando que [los activistas por la paz] nos merecemos lo que pas¨®¡±.
¨D?El secuestro de su madre ha afectado a su deseo de paz?
¨DAl rev¨¦s, lo ha reforzado
Heiman utiliza la palabra ¡°ritual¡±. La certeza de que, mientras persista el conflicto con los palestinos, siempre llegar¨¢ una nueva ronda de violencia, ¡°cada vez m¨¢s terrible¡±. ¡°En vez de resolver el conflicto, y no se ha intentado 23 a?os, Bibi [Netanyahu] grita: ¡®acabaremos con Ham¨¢s¡¯. Pero no se puede [¡] Y sigo creyendo que la ¨²nica forma de tener una buena vida aqu¨ª es [alcanzar] un acuerdo pol¨ªtico [¡]. Se habla mucho de eliminar a Ham¨¢s, acabar con Gaza, convertirla en Disneylandia¡ todo tipo de estupideces¡±. Se queja tambi¨¦n de que, ¡°en vez de proteger¡± a su madre, hubiese tantas unidades militares en Cisjordania por culpa de ¡°mesi¨¢nicos y provocadores¡±, en referencia a los colonos ultranacionalistas.
Est¨¢ enfadada. Y se nota en sus palabras y tono. Conjuga frases de paz con otras de violencia. ¡°Por mi parte, podemos vengarnos con Ham¨¢s todo lo que se quiera. Pero no creo que la venganza sobre los civiles de Gaza nos ayude de alguna forma¡±, se?ala.
Tambi¨¦n la carcome el peso de la incertidumbre. No sabe si su anciana madre est¨¢ viva o muerta. Su principal causa ahora mismo no es la paz, sino el regreso de los rehenes. Es de lo que m¨¢s habla: ¡°No se puede traer de vuelta 240 rehenes con una operaci¨®n militar. Punto¡±, sentencia. ¡°Hay que hablar con esos animales [Ham¨¢s]. ?Son animales! Pero hay que sentarse con ellos y hablar porque el ¨²nico que nos puede devolver a los rehenes es Yahia Sinwar, el l¨ªder pol¨ªtico de Ham¨¢s en Gaza¡±.
Noi Katzman, 27 a?os: ¡°Que la muerte de mi hermano no se utilice para matar inocentes¡±
¨D ¡°Que la memoria de Haim sea una bendici¨®n [una expresi¨®n jud¨ªa de p¨¦same]. Siento mucho tu p¨¦rdida¡±. As¨ª se dispon¨ªa a concluir un presentador de televisi¨®n su entrevista por videoconferencia a Noi Katzman, que acababa de perder a su hermano Haim.
¨D ¡°?Puedo a?adir algo m¨¢s?¡±, pregunt¨® de repente Katzman.
¨D S¨ª.
¨D Lo m¨¢s importante, y creo que tambi¨¦n para mi hermano, es que su muerte no sea utilizada para matar personas inocentes. Y, desgraciadamente, mi Gobierno est¨¢ utilizando c¨ªnicamente la muerte de personas para simplemente matar. Nos prometieron que iba a traer seguridad, pero por supuesto no [lo ha hecho]. Siempre nos dicen que si matamos suficientes palestinos, va a ser mejor para nosotros. Pero, por supuesto, no nos trae paz ni una vida mejor. Solo m¨¢s terrorismo y m¨¢s gente muerta, como mi hermano. No quiero que le pase nada a la gente en Gaza como le pas¨® a mi hermano. Y estoy seguro de que ¨¦l tampoco lo habr¨ªa querido. Es mi llamamiento a mi Gobierno: parad de matar personas inocentes. No es lo que nos va a traer paz y seguridad a Israel.
El v¨ªdeo del momento circul¨® por las redes, pero no se hizo viral. Las monopolizaban entonces los relatos de las matanzas en los kibutz y el festival de m¨²sica Nova, y en los primeros bombardeos a¨¦reos israel¨ªes, cuyas v¨ªctimas mortales se contaban entonces m¨¢s por cientos que por miles.
Katzman, de 27 a?os y g¨¦nero no binario, pasaba entonces el luto. Luego, regres¨® a Leipzig, la ciudad alemana donde se encontraba el 7 de octubre en un intercambio estudiantil y desde la que habla por tel¨¦fono. ¡°No ten¨ªa por qu¨¦ quedarme en una zona de guerra¡±, justifica.
Hoy se siente una especie de Casandra que ha perdido un hermano cinco a?os mayor y que estaba a¨²n m¨¢s involucrado en la defensa de los derechos de los palestinos. ¡°Lo triste es que llev¨¢bamos tanto tiempo diciendo al Gobierno que era tan obvio el error de lo que hac¨ªa en Gaza¡¡±, asegura sobre las casi dos d¨¦cadas de bloqueo de la Franja, con ofensivas puntuales para ¨Den la terminolog¨ªa habitual¨D ¡°cortar el c¨¦sped¡± y un debilitamiento paralelo de la Autoridad Nacional Palestina del presidente Mahmud Abbas.
Katzman pertenece a Omdim Beyahad (De pie juntos), una organizaci¨®n de la sociedad civil que pone el foco en la acci¨®n conjunta jud¨ªo-¨¢rabe. Y carga contra la pol¨ªtica de la derecha israel¨ª de ¡°gestionar el conflicto¡± con los palestinos, en vez de resolverlo, ¡°como si fuese una empresa de alta tecnolog¨ªa¡±. ¡°Bibi [Netanyahu] estaba seguro de que era m¨¢s listo que nadie. Y mira¡¡±.
Hace pausas, sobre todo cada vez que menciona el nombre de su hermano. Otras parecen para controlar su enfado antes de empezar la frase. Como cuando resume los comentarios que recibi¨® en redes sociales tras conocerse sus ideas pol¨ªticas. Alguien, cuenta, abri¨® un perfil falso solo para insultarlo; otro le dej¨® este comentario en Facebook: ¡°Es una pena que no fueras quemado con tu hermano¡±. ¡°Hay tambi¨¦n pasivos-agresivos: gente que solo se acuerda de darme el p¨¦same para luego quejarse de lo que he dicho¡±, se?ala.
Ha borrado la cuenta de Facebook. ¡°Ahora hay mucho odio y ganas de venganza. Pero bajo la superficie se mover¨¢n cosas. A lo mejor a¨²n no lo entienden, pero habr¨¢ que trabajar para una soluci¨®n de dos Estados. He visto que hay gente que escribe los nombres de los muertos en los misiles [que se lanzan sobre Gaza]. Es algo que puede hacerte sentir bien, pero no te va a devolver a esa persona ni traer un mejor futuro para todos nosotros¡±.
Su hermano se mud¨® al kibutz Holit, a cinco kil¨®metros de Gaza, tras acabar el servicio militar obligatorio. Estaba particularmente involucrado en la causa de Masafer Yatta, la zona al sur de la ciudad cisjordana de Hebr¨®n, cuyo millar de habitantes beduinos pueden ser expulsados en cualquier momento. All¨ª se han incrementado las demoliciones de hogares, una vez que el Tribunal Supremo israel¨ª reconociese el a?o pasado la zona como campo de tiro de 3.300 hect¨¢reas, poniendo fin a un largo proceso legal. Tambi¨¦n escoltaba a palestinos para evitar que fuesen agredidos por colonos.
Era investigador sobre religi¨®n y pol¨ªtica en Oriente Pr¨®ximo y doctor en Estudios Internacionales por la Universidad de Washington, pero le encantaban las tareas manuales. Junto a sus logros profesionales, no olvidaba destacar en su perfil de Twitter su papel de asesor en la creaci¨®n y mantenimiento de jardines comunitarios. ¡°Tambi¨¦n sab¨ªa mucho de mec¨¢nica. Era quien sol¨ªa arreglar los todoterrenos de los voluntarios¡±, cuenta Noi. La ¨²ltima publicaci¨®n de Haim, tras muchas de activismo, son dos fotos de amaneceres en el Estado indio de Goa.
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