Muere Henry Kissinger, el estratega que marc¨® la pol¨ªtica exterior de EE UU en la segunda mitad del siglo XX
El pol¨¦mico premio Nobel de la Paz ha fallecido a los 100 a?os en su residencia de Connecticut
Henry Kissinger, el estratega que marc¨® el rumbo de la diplomacia estadounidense en la segunda mitad del siglo XX, ha fallecido este mi¨¦rcoles, seg¨²n ha anunciado su oficina. El que fuera secretario de Estado bajo dos presidentes y pol¨¦mico premio Nobel de la Paz, protagonista del restablecimiento de las relaciones entre EE UU y China, responsable de bombardeos en Vietnam y defensor del golpe de Estado de Pinochet en Chile, ha muerto en su residencia de Connecticut a los 100 a?os.
Una de las figuras m¨¢s controvertidas del siglo pasado, inconfundible con sus caracter¨ªsticas gafas de pasta y un acento alem¨¢n que nunca termin¨® de perder, hab¨ªa permanecido activo hasta el ¨²ltimo momento: este a?o, el de su centenario, promocionaba su libro sobre estilos de liderazgo, hab¨ªa testificado ante un comit¨¦ del Senado sobre la amenaza nuclear de Corea del Norte y en julio pasado se hab¨ªa desplazado por sorpresa a Pek¨ªn para una reuni¨®n con el presidente chino, Xi Jinping.
Jud¨ªo nacido en Alemania en 1923 ¡ªsu nombre original era Heinz Alfred Kissinger¡ª, lleg¨® a Estados Unidos de adolescente, en 1938, huyendo del r¨¦gimen nazi junto a su familia. Durante la Segunda Guerra Mundial, se alist¨® en el ej¨¦rcito estadounidense y estuvo destinado en Europa. Tan intelectualmente brillante como arrogante, con un agudo sentido del humor e interesado en numerosas disciplinas, estuvo a punto de inclinarse por los estudios cient¨ªficos antes de decidirse por las relaciones internacionales. Tras una distinguida carrera acad¨¦mica de 17 a?os en la Universidad de Harvard, entr¨® en la Administraci¨®n estadounidense de la mano del republicano Richard Nixon, que lo nombrar¨ªa primero consejero de Seguridad Nacional y despu¨¦s secretario de Estado durante su mandato.
En los a?os setenta, desempe?¨® un papel clave ¡ªcuya huella a¨²n perdura, medio siglo m¨¢s tarde¡ª en la mayor parte de los acontecimientos mundiales de esa etapa de la Guerra Fr¨ªa. Lo suyo era la realpolitik, el pragmatismo. Su estilo de diplomacia buscaba lograr objetivos pr¨¢cticos, m¨¢s que guiarse por principios o exportar ideales pol¨ªticos. Para sus defensores, consigui¨® promover los intereses estadounidenses y ampliar la influencia de su pa¨ªs en el resto del mundo, dej¨¢ndolo en una posici¨®n que le acabar¨ªa permitiendo vencer en la Guerra Fr¨ªa y quedar como ¨²nica superpotencia. Para sus ¡ªmuy numerosos¡ª detractores, fue una combinaci¨®n de Maquiavelo y Mefist¨®feles que nunca lleg¨® a rendir cuentas de unas acciones que dejaron enormes da?os y dolor en los pa¨ªses perjudicados.
Encabez¨® conversaciones sobre el control de armamento con la Uni¨®n Sovi¨¦tica que abrieron una v¨ªa para modular las tensiones entre las dos superpotencias. Lider¨® las negociaciones para los acuerdos de paz de Par¨ªs con Vietnam del Norte, que abrieron la salida para Estados Unidos de una guerra impopular, costosa y que parec¨ªa interminable. Dos a?os despu¨¦s de la firma de los pactos, ca¨ªa Saig¨®n en manos del r¨¦gimen comunista, mientras los ¨²ltimos diplom¨¢ticos y refugiados hu¨ªan en helic¨®ptero desde el techo de la Embajada estadounidense.
Con una diplomacia de constantes viajes a los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo, ampli¨® lazos entre Israel y sus vecinos ¨¢rabes. Un marat¨®n de 32 d¨ªas de reuniones y presiones sobre el terreno consigui¨® separar al Estado jud¨ªo y a Siria en los Altos del Gol¨¢n; un intento similar en 1975, sin embargo, no logr¨® un acuerdo entre Israel y Egipto.
Kissinger fue tambi¨¦n uno de los grandes art¨ªfices de la aproximaci¨®n a China: sus dos viajes al gigante asi¨¢tico, uno de ellos en secreto para reunirse con el entonces primer ministro, Zhou Enlai, abrieron la puerta para la hist¨®rica visita de Nixon a Pek¨ªn en 1972, que traz¨® el camino a lo que hasta entonces hab¨ªa parecido impensable: la normalizaci¨®n de relaciones entre Estados Unidos y el pa¨ªs asi¨¢tico de r¨¦gimen comunista, tras d¨¦cadas de enemistad.
Su miedo al establecimiento de reg¨ªmenes de izquierdas en Am¨¦rica Latina lo condujo a apoyar ¡ªcuando no promover¡ª dictaduras militares en la regi¨®n. En 1970, conspir¨® con la CIA para desestabilizar y conseguir la ca¨ªda del Gobierno democr¨¢ticamente elegido de Salvador Allende en Chile.
Su poder como el gran art¨ªfice de la pol¨ªtica exterior estadounidense creci¨® durante el esc¨¢ndalo Watergate y a medida que se debilitaba el de Nixon, su te¨®rico jefe. La dimisi¨®n de este presidente en 1974 disminuy¨® su influencia, pero no la elimin¨® durante el mandato del presidente Gerald Ford (1974-1977). A lo largo del resto de su vida continu¨® prestando asesor¨ªa a pol¨ªticos republicanos y dem¨®cratas, escribiendo libros, pronunciando discursos y gestionando una firma de consultor¨ªa global.
Si nunca le abandon¨® la fama, tampoco lo hizo la pol¨¦mica. Sus pol¨ªticas en el sureste asi¨¢tico y su apoyo a las dictaduras en Am¨¦rica Latina hicieron que le llovieran acusaciones de criminal de guerra y exigencias de que rindiera cuentas de sus decisiones. Su premio Nobel de la Paz, en 1973, concedido ex aequo junto al norvietnamita Le Duc Tho ¡ªquien lo rechaz¨®¡ª fue uno de los m¨¢s controvertidos de la historia. Dos miembros del comit¨¦ Nobel encargado de adjudicar el galard¨®n dimitieron.
Adem¨¢s, arreciaron las cr¨ªticas y las exigencias de investigaci¨®n sobre el bombardeo secreto estadounidense de Camboya en 1970. Aquella operaci¨®n ten¨ªa como objeto destruir las l¨ªneas de suministro que part¨ªan de Vietnam del Norte para sustentar a las guerrillas comunistas en el sur. Pero sus cr¨ªticos consideran que precipit¨® que los jemeres rojos se hicieran con el control de Camboya y desataran una era de terror en ese pa¨ªs en la que murieron cerca de dos millones de personas.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, el entonces presidente, George W. Bush, lo eligi¨® para encabezar un comit¨¦ investigador. La oposici¨®n dem¨®crata denunci¨® un conflicto de inter¨¦s con muchos de los clientes de la consultora de Kissinger, lo que oblig¨® al antiguo secretario de Estado a renunciar al cargo.
Divorciado en 1964 de su primera esposa, Ann Fleischer, con quien tuvo dos hijos, durante una d¨¦cada se granje¨® fama de mujeriego pese a no ser exactamente un Adonis ¡ª¡°el poder es el mejor afrodis¨ªaco¡±, alegaba ¨¦l¡ª. En 1974 se cas¨® con Nancy Maginnes, colaboradora del gobernador de Nueva York Nelson Rockefeller.
Numerosas veces se le pregunt¨® si se arrepent¨ªa de alguna de las medidas que hab¨ªa tomado o apoyado. En una entrevista concedida a la cadena de televisi¨®n ABC en julio del a?o pasado, contest¨®: ¡°Llevo pensando en esos problemas toda mi vida. Es mi afici¨®n tanto como mi trabajo. As¨ª que las recomendaciones que di fueron las mejores de las que era capaz entonces¡±.
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