En TikTok, la guerra en Gaza es un juego
Los soldados israel¨ªes en la Franja difunden decenas de v¨ªdeos en la red social de moda burl¨¢ndose de la destrucci¨®n de Gaza, trivializando los bombardeos o jugando con objetos hallados en casas abandonadas
En TikTok, la guerra es un juego. La invasi¨®n terrestre de Gaza a finales de octubre ha supuesto la entrada de un n¨²mero indeterminado de soldados israel¨ªes con un tel¨¦fono m¨®vil en el bolsillo. Con ellos se graban algunos en la red social de moda burl¨¢ndose de la destrucci¨®n en la Franja, dedicando explosiones controladas a una hija, robando en casas abandonadas por los palestinos o jugando con una pala. Se trata de decenas de v¨ªdeos ¨Dde los que en varios se ha podido verificar su ubicaci¨®n y en otros la autenticidad del perfil¨D que toman los propios soldados dentro de Gaza, en su mayor¨ªa hombres de 18 a 40 a?os.
Uno de los trends, tendencias, como se denomina en el lenguaje de las redes sociales a una secuencia que se pone de moda reproducir, es mostrar el proceso de cargar un proyectil en un tanque y disparar. Otra, complementar un v¨ªdeo con m¨²sica trance y las palabras ¡°2-3, sha-ger¡±. Es la orden que recibe el operador de un dron militar para bombardear, con las s¨ªlabas separadas para que est¨¦ clara. Empez¨® por un v¨ªdeo del ej¨¦rcito israel¨ª que gener¨® curiosidad y super¨® el mill¨®n de visitas, y ha acabado convertido en una expresi¨®n viral multiusos.
Otra tendencia consiste en grabarse desde dentro de un blindado o un buld¨®cer. A veces, con una voz de fondo c¨®mica en la que alguien cuenta que va a trabajar en un cuatro por cuatro para evitar los atascos. Uno, mientras demuele un edificio; otro, llev¨¢ndose un veh¨ªculo por delante, acompa?ado del comentario: ¡°He dejado de contar los coches que he borrado¡±.
Las grabaciones transmiten el cambio de ¨¢nimo nacional desde el ataque masivo de Ham¨¢s el 7 de octubre. A menudo llevan como canci¨®n Harbu Darbu, n¨²mero uno en reproducciones en el pa¨ªs y con frases como ¡°Otra X en el arma porque a cada cerdo le llega su San Mart¨ªn¡± o ¡°?A qui¨¦n crees que le gritas Palestina sin consecuencias?¡±.
Tambi¨¦n se ve a militares jugando con objetos aparentemente hallados en las casas: dando vueltas en bicicletas infantiles o toques a una pelota con una pala de tenis playa, en respuesta a un mensaje sobre el miedo de los soldados israel¨ªes a entrar en Gaza. En otro v¨ªdeo, un soldado sujeta un colgante de plata mientras quien graba le dice a la pareja que le espera un regalo de Gaza. ¡°Made in Gaza¡± ¡ªhecho en Gaza, en ingl¨¦s¡ª responde el otro imitando el acento ¨¢rabe.
Sarcasmo y mensajes a los seres queridos
Algunos v¨ªdeos son una burla de la destrucci¨®n causada en la Franja, donde m¨¢s de la mitad de los edificios han resultado da?ados y hay barrios enteros borrados, sobre todo en el norte. En uno, verificado en la calle Rashid de Ciudad de Gaza, se ve una construcci¨®n apenas en pie y una voz mof¨¢ndose de las ventajas de vivir en un edificio por el que entra el aire por las cuatro direcciones. Otro, con las coordenadas verificadas y m¨²sica buc¨®lica de fondo, muestra una hilera de inmuebles da?ados frente a la playa con el mensaje: ¡°Un hotel libre en Gaza¡±.
Dos soldados simulan un anuncio inmobiliario para quienes no tienen vivienda subvencionada en Israel. ¡°Ahora hay un poco de explosiones y de caos, pero aqu¨ª nos vamos a preocupar de que haya dentro de poco nuevos terrenos [¡] Con la ayuda de Dios, dentro de poco habr¨¢ aqu¨ª un apartamento tambi¨¦n para vosotros¡±, dice uno de ellos. En otra recreaci¨®n c¨®mica, uno pregunta por la sucursal m¨¢s cercana de Aroma, la mayor red de cafeter¨ªas. Recibe indicaciones y la advertencia de que no abre hasta las 09.00. Luego muestra el paisaje desolador de la calle.
Hay m¨¢s. Como el que transcurre dentro del Tribunal Supremo (posteriormente dinamitado por las tropas) y va acompa?ado del mensaje: ¡°No hay juicios hasta pr¨®ximo aviso¡±. O el que canta ir¨®nicamente la canci¨®n Era mi casa en un apartamento destrozado. Un soldado que se identifica dentro del hospital Al Shifa, de la capital, se queja frente a un estand digital roto, de los que dan el n¨²mero de cita, de que no puede pedirla para hacerse una limpieza dental. O un juego de palabras: ¨D¡°?Sabes por qu¨¦ Ham¨¢s solo tiene estribillos?¡± ¨D ¡°Porque no tiene batim¡±, la palabra que en hebreo significa tanto versos como casas.
Dentro de un apartamento, un soldado protesta porque otros dos le han roto una vela y recuerda que ¡°hay que cuidar de la casa¡±. Despu¨¦s gira el m¨®vil para mostrar que todo est¨¢ medio en ruinas. En uno de los m¨¢s recientes, se ve a otro militar estrellar contra el suelo regalos infantiles y productos de papeler¨ªa en las estanter¨ªas de una tienda que sit¨²a en Yabalia, el campamento de refugiados en el norte de Gaza. Va diciendo precios en promoci¨®n entre las risas de quien graba.
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Algunos no son sarc¨¢sticos, sino que aprovechan la presencia en Gaza para lanzar mensajes a seres queridos. Como el que dedica la explosi¨®n controlada de un edificio a su hija porque cumple dos a?os o el que pide matrimonio a su novia entre los aplausos del resto ¡°en el coraz¨®n de Gaza¡±, como reza el mensaje que acompa?a la imagen.
Hay un ¨²ltimo tipo, m¨¢s ideol¨®gico que burlesco. Son mensajes a favor de restablecer Gush Katif, el bloque de asentamientos con 8.000 colonos que hubo en Gaza desde poco despu¨¦s de su conquista en la Guerra de los Seis D¨ªas en 1967 hasta que el Gobierno de Ariel Sharon orden¨® su evacuaci¨®n en 2005. Lo apoya un 22% de la poblaci¨®n, seg¨²n un sondeo, y es un sue?o expl¨ªcito de algunos ministros del actual Ejecutivo, aunque el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, ha dejado claro que ¡°no es realista¡± y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ser¨ªa ¡°un gran error¡±.
Por eso, en uno de los v¨ªdeos, un soldado lanza un mensaje a Netanyahu frente a la c¨¢mara: ¡°Escucha, Bibi: Encontramos [a los habitantes de Gaza], expulsamos y nos asentamos¡±. En otro, unos 15 soldados cantan ¡°Volveremos¡± al son de una guitarra. En un tercero, un militar borra las palabras en ¨¢rabe que quedaron escritas con tiza en la pizarra, aparentemente de una escuela, para colgar una cinta naranja, el color del movimiento contra la evacuaci¨®n de Gush Katif.
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