Navidad en el Capitolio: Ucrania y la frontera tendr¨¢n que esperar
El Congreso y el Senado cierran por vacaciones sin alcanzar un acuerdo en dos temas ligados: los republicanos no enviar¨¢n ayuda a Kiev sin garant¨ªas de mayor dureza frente a la crisis migratoria
Congresistas y senadores estadounidenses han vuelto a casa por Navidad. Atr¨¢s, en el Capitolio, han quedado aparcados hasta 2024 dos de los asuntos m¨¢s urgentes en Washington: la adopci¨®n de medidas para hacer frente a la crisis migratoria y la ayuda a Ucrania para su defensa de la agresi¨®n rusa.
La C¨¢mara de Representantes baj¨® la persiana el 14 de diciembre. Los senadores, con las ausencias de quienes prefirieron adelantar sus d¨ªas de descanso, alargaron sus jornadas de trabajo hasta el 20, entre las esperanzas de los l¨ªderes de ambos partidos, el dem¨®crata Chuck Schumer y el republicano Mitch McConnell, de cerrar un acuerdo in extremis. No pudo ser. Los dos asuntos, adem¨¢s, est¨¢n ligados. Los republicanos no quieren abrir el grifo a Kiev si no es a cambio de compromisos de aumento del control de la frontera.
El presidente, Joe Biden, ha propuesto un paquete de 110.000 millones de d¨®lares (100 mil millones de euros) de asistencia militar a Ucrania e Israel, mientras el Pent¨¢gono advierte de que sus fondos para ese fin se est¨¢n agotando mientras, al inicio del tercer invierno de la guerra, las tropas rusas avanzan en el frente oriental. Entre tanto, Biden firm¨® el viernes una orden ejecutiva que amenaza con sanciones a las instituciones financieras extranjeras que ayuden a Mosc¨² a eludir las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados y otorga a Washington la capacidad de ampliar las prohibiciones de importaci¨®n de ciertos productos, como el marisco y los diamantes. Adem¨¢s, seg¨²n The New York Times, la Administraci¨®n de Biden est¨¢ trabajando para confiscar m¨¢s de 300.000 millones de d¨®lares en activos del banco central ruso ocultos en instituciones financieras occidentales para destinarlos a apoyar los esfuerzos b¨¦licos de Ucrania.
Las negociaciones sobre ambos temas siguieron hasta el mi¨¦rcoles pasado su curso en el Senado, un curso ¡°esperanzador¡±, seg¨²n Schumer, pero no tanto como para ofrecer al pueblo estadounidense una prueba de entendimiento entre partidos en la misma semana en la que volvieron a las primeras planas de los diarios las im¨¢genes de miles de personas esperando a la intemperie en el paso de Eagle Pass (Texas) a ser procesados por agentes de inmigraci¨®n. Y en la que Texas, cuyo gobernador, el duro Greg Abbott, ha aprobado algunas de las leyes m¨¢s severas del pa¨ªs, comenz¨® a enviar vuelos con migrantes a ciudades como Chicago, una nueva vuelta de tuerca a su programa de expulsarlos a bordo de autobuses rumbo a bastiones dem¨®cratas como Washington o Nueva York.
Tal vez Schumer pec¨® de ingenuo al creer que podr¨ªa convencer a sus contrarios en el tiempo de descuento y en uno de los temas que m¨¢s enfrenta a las dos Am¨¦ricas. Los republicanos, embarcados en plena carrera por la designaci¨®n de su candidato para las elecciones de noviembre, saben que la migraci¨®n es una de sus mejores armas contra Bien, aspirante dem¨®crata, en el a?o electoral que empieza.
La ret¨®rica de Trump
Estos d¨ªas ser¨¢n recordados tambi¨¦n por las palabras de Donald Trump, de sobra el mejor colocado en las encuestas para ser el contrincante del presidente. En un mitin en Nuevo Hampshire, uno de los primeros Estados en votar en las primarias, Trump elev¨® (si cabe) su ret¨®rica antiinmigraci¨®n, prometiendo ¡°la mayor deportaci¨®n de inmigrantes sin papeles de la historia¡± si vuelve a la Casa Blanca y diciendo que estos vienen a Estados Unidos ¡°a envenenar la sangre del pa¨ªs¡±, frase que le vali¨® cr¨ªticas por su eco con el manifiesto de Adolf Hitler, Mi lucha (el expresidente dijo despu¨¦s que no hab¨ªa le¨ªdo al F¨¹hrer, pero no renunci¨® a seguir usando la venenosa imagen).
Si Trump ahonda en esa ret¨®rica, lo hace a sabiendas de que el descontento no solo proviene de los extremos. El 62% de los estadounidenses desaprueba la gesti¨®n de su Administraci¨®n en la materia, seg¨²n una media de sondeos recientes hecha por Real Clear Politics. El a?o fiscal de 2023 (que va hasta septiembre, desde el octubre anterior) dej¨® m¨¢s de 3,2 millones de ¡°encuentros¡±, eufemismo que esconde el n¨²mero de detenciones de inmigrantes de los agentes de la Patrulla Fronteriza. El n¨²mero ha pulverizado todos los registros de a?os anteriores; tambi¨¦n el de 2022, que rompi¨® todos los r¨¦cords con 2,7 millones de aprehensiones.
La Administraci¨®n de Biden ha dado un giro a la derecha en la materia, que qued¨® claro en octubre, cuando el presidente dio luz verde a reforzar el muro de la frontera, pese a que lleg¨® a la Casa Blanca con la promesa de abandonar una de los proyectos estrellas de Trump. A principios de diciembre, Biden anunci¨® que estaba dispuesto a ¡°hacer compromisos significativos¡± en su pol¨ªtica fronteriza con tal de ver desbloqueada la ayuda a Ucrania.
La Casa Blanca, en una negociaci¨®n liderada por Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Interior de Biden, est¨¢ dispuesta a modificar pilares importantes de la pol¨ªtica migratoria, como el asilo. El Gobierno ofreci¨® limitar la concesi¨®n de ese estatus a 5.000 personas diarias. Esta semana, los n¨²meros han llegado hasta las 10.000. La mayor¨ªa de los llegados a la frontera se acogen a esa figura, que les permite vivir en el pa¨ªs mientras un juez de inmigraci¨®n estudia su caso, algo que puede tomar incluso varios a?os por la saturaci¨®n del sistema. Los republicanos proponen elevar las exigencias para que los inmigrantes se queden al final de un proceso que comienza con una entrevista para acreditar un ¡°peligro cre¨ªble¡± de volver a sus pa¨ªses. Quienes no superen esta prueba ser¨ªan devueltos de inmediato. Tambi¨¦n se baraja la posibilidad de equipar a los solicitantes de un GPS como los que se usan en los arrestos domiciliarios.
Los republicanos tambi¨¦n quieren que la Administraci¨®n reduzca significativamente el n¨²mero de visados humanitarios que otorga. Ha sido uno de los programas m¨¢s privilegiados por Biden, y ha permitido la llegada de 270.000 personas (hasta octubre pasado). Especialmente se ha favorecido a cubanos, haitianos, nicarag¨¹enses y venezolanos, aunque la figura tambi¨¦n ha tra¨ªdo a ucranios que abandonaron su pa¨ªs tras la invasi¨®n rusa.
Sobre la mesa est¨¢ tambi¨¦n la r¨¢pida deportaci¨®n para aquellos que llevan menos de dos a?os en el pa¨ªs y no han solicitado asilo, sin importar en qu¨¦ parte de Estados Unidos se encuentren. Esta herramienta, la expulsi¨®n expedita, fue muy utilizada durante los gobiernos de de Donald Trump y de Barack Obama, que ostenta el r¨¦cord de deportaciones en la historia moderna del pa¨ªs.
Las organizaciones de derechos humanos alertan sobre por las posibles implicaciones de la negociaci¨®n, que ser¨¢ retomada en 2024. ¡°Cualquier concesi¨®n antiinmigrante es inaceptable y es una traici¨®n a nuestros valores como pa¨ªs¡±, ha considerado la ONG Al Otro Lado. ¡°Entramos en un a?o electoral y el presidente comenzar¨¢ a buscar el apoyo de los grupos que formaron su coalici¨®n para triunfar en 2020, incluidos los latinos. Si estas medidas migratorias son convertidas en ley, realmente no habr¨¢ diferencia respecto a las pol¨ªticas antinmigrantes de Trump¡±, consideran Maribel Hastings y David Torres, de America¡¯s Voice, otra asociaci¨®n en defensa de los indocumentados.
Las cr¨ªticas no solo han llegado de la sociedad civil. Alex Padilla, el ¨²nico senador latino que ha tenido California, ha advertido a su partido de que ceder a las exigencias de los republicanos podr¨ªa ser catastr¨®fico en 2024. El legislador, al que han apartado de las discusiones, se ha quejado con los negociadores de la Casa Blanca, de acuerdo con la agencia AP, porque la nueva propuesta no incluye v¨ªas para dar la nacionalidad a millones de sin papeles, una de las primeras promesas hechas por Biden cuando lleg¨® al poder. En una fiesta en Los ?ngeles para recaudar para la reelecci¨®n de Biden, el senador le dijo al mandatario que tuviera cuidado de ser arrastrado por el ala radical de la oposici¨®n a ¡°pol¨ªticas da?inas¡±.
Para saber si el presidente y el partido dem¨®crata le piensa o no hacer caso o habr¨¢ que esperar hasta el pr¨®ximo a?o, cuando el Capitolio vuelva al trabajo tras el par¨®n navide?o.
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