Peleas, colonos y un hotel de lujo: una opaca venta de terreno pone en pie de guerra a los armenios de Jerusal¨¦n

Aunque vive cerca, Setrag Balian ha pasado la noche en una carpa. ?l y otros j¨®venes activistas armenios se turnan para que alguno pueda dar la voz de alarma si regresan las excavadoras a su barrio en la hist¨®rica ciudadela amurallada de Jerusal¨¦n, como sucedi¨® por sorpresa el pasado noviembre, cuando la guerra de Gaza monopolizaba las miradas. Decenas de personas, algunas armadas y con perros, se presentaron al alba para comenzar a levantar el suelo en cumplimiento de una opaca operaci¨®n inmobiliaria que ha puesto en pie de guerra un barrio habitualmente tranquilo y poblado desde hace 1.500 a?os por la comunidad armenia m¨¢s antigua en la di¨¢spora.

Los activistas lo frenaron y ¨Den una imagen in¨¦dita en una zona m¨¢s conocida por su catedral y sus ceramistas¨D instalaron vallas, alambre de espino y banderas armenias en medio del amplio aparcamiento que el patriarca y un monje alquilaron para 98 a?os a un empresario australiano-israel¨ª para construir un hotel de lujo. En otro lugar del planeta, habr¨ªa sido una simple compraventa, pero todas se miran con recelo en la ciudad vieja de Jerusal¨¦n porque organizaciones ultranacionalistas jud¨ªas llevan a?os adquiriendo propiedades a trav¨¦s de hombres de paja, en una lucha soterrada por colonizarla poco a poco. ¡°Es el mayor problema existencial que ha vivido nuestra comunidad aqu¨ª. No somos est¨²pidos, ni nacimos ayer. Basta con juntar los puntos¡±, asegura Balian.

La situaci¨®n no ha dejado de escalar desde el pasado abril, cuando la comunidad supo el contenido del contrato, firmado en 2021. Afecta a 11.500 metros cuadrados: un amplio aparcamiento al aire libre (en un terreno conocido como el Jard¨ªn de las Vacas), algunos edificios que pertenecen al Patriarcado y cinco casas de particulares. Es el 25% de la parte del barrio bajo control armenio, ya que este alberga tambi¨¦n una gran comisar¨ªa o el Museo de la Torre de David, en manos israel¨ªes. El precio: dos millones de d¨®lares (1,85 millones de euros), bastante por debajo de una ubicaci¨®n tan codiciada. Un apartamento con vistas en el anexo barrio jud¨ªo de la ciudad vieja puede costar hasta seis millones de shekels (1,5 millones de euros). El barrio armenio, que viene perdiendo poblaci¨®n (unos 1.500 hoy), contiene la ¨²nica v¨ªa para llegar en coche al Muro de las Lamentaciones a trav¨¦s de la ciudadela, as¨ª como la puerta que da acceso al Monte Si¨®n.

Al enterarse, buena parte del barrio armenio se levant¨® contra el patriarca, Nourhan Manougian. Apenas abandonaba el convento y ten¨ªa que escuchar cada viernes manifestaciones en las que le tildaban de ¡°traidor¡± y desplegaban una tela para marcar una ¡°l¨ªnea roja¡±. Era el culmen de la brecha que se ven¨ªa cultivando entre los j¨®venes y el Patriarcado, que gestiona asuntos civiles y religiosos de la comunidad armenia. Manougian, de 75 a?os y uno de los firmantes del acuerdo, culp¨® y expuls¨® a Baret Yeretsian, el cl¨¦rigo que lo coordin¨® y que tuvo que ser protegido por la polic¨ªa israel¨ª de una masa enfurecida antes de escapar a California.

¡°La reacci¨®n de la comunidad ten¨ªa motivos morales, pero tambi¨¦n pr¨¢cticos. No podemos a?adir una sola habitaci¨®n aqu¨ª, mientras que en el barrio jud¨ªo levantan edificios de cinco plantas. Aparcar es un problema enorme y hay gente que viene desde Bel¨¦n a la escuela¡±, explica en el centro comunitario George Hintlian, historiador de la presencia armenia en Jerusal¨¦n, una de sus principales figuras y exn¨²mero dos del Patriarcado. ¡°Hubo adem¨¢s un elemento de sorpresa y de enfado por ir descubriendo la cantidad de terreno en el contrato. Al principio el Patriarcado no fue claro sobre eso¡±, a?ade.

Como todo en Tierra Santa, el asunto adquiri¨® pronto una dimensi¨®n pol¨ªtica. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, y Jordania retiraron el reconocimiento como patriarca a Manougian, lo que le imped¨ªa efectuar transacciones o firmar contratos en ambos territorios.

A finales de octubre, el patriarca anunci¨® la cancelaci¨®n del contrato a la contraparte, la empresa Xana Gardens, con el argumento de que fue logrado con mentiras. La legalidad de la marcha atr¨¢s est¨¢ ahora mismo en los tribunales, pero la decisi¨®n cambi¨® la situaci¨®n: los j¨®venes activistas hicieron de tripas coraz¨®n y aceptaron al patriarca en las protestas, mientras que los promotores perdieron la paciencia y mandaron las excavadoras, que derribaron un peque?o muro y levantaron parte del suelo. ¡°Pensaron que como todos los medios de comunicaci¨®n estaban ocupados con Gaza, pod¨ªan comportarse como hooligans y tomar f¨ªsicamente control del lugar¡±, asegura Balian, que luce en la sudadera un parche con la bandera de Artsaj, la rep¨²blica en Nagorno Karabaj autoproclamada en 1991 y formalmente disuelta el pasado 1 de enero, tras la victoria militar azerbaiyana y la huida de pr¨¢cticamente toda la poblaci¨®n armenia.

En una inusual muestra de unidad y de que la pol¨¦mica trasciende lo inmobiliario, los l¨ªderes de todas las iglesias de Tierra Santa emitieron un comunicado conjunto en el que mostraban su ¡°grave preocupaci¨®n¡± por los acontecimientos y el riesgo de que ¡°debiliten y pongan en peligro la presencia cristiana¡± en la zona.

El 23 de enero, la tensi¨®n subi¨® unos grados m¨¢s. Al menos una decena de hombres (varios enmascarados o tapados con capuchas y gafas de sol) se presentaron en el lugar y uno comenz¨® a cortar la valla con una sierra el¨¦ctrica. Se desencaden¨® una pelea a pedradas que acab¨® con varios arrestos.

Fue en el mismo aparcamiento en el que se ha llegado a personar el firmante como comprador: el canadiense-israel¨ª Danny Rothman, que en ocasiones usa el apellido Rubinstein y otras los dos. Fund¨® la empresa Xana Capital en Emiratos ?rabes Unidos y la registr¨® en Israel en 2021. En un v¨ªdeo de noviembre, se le oye decir con desprecio a un obispo, Koryun Baghdasaryan: ¡°Vu¨¦lvete con tus amigos palestinos¡±.

Rothman transfiri¨® la mitad de las acciones a George Warwar, un palestino con ciudadan¨ªa israel¨ª recientemente arrestado por agredir frente a la polic¨ªa a un activista armenio. Warwar ¨Dque rechaz¨® hacer declaraciones a este peri¨®dico, manifestando su esperanza en que ¡°la situaci¨®n se calme dentro de poco¡±¨D fue recientemente fotografiado en un hotel de la ciudad reunido, entre otros, con Matti Dan, fundador de Ateret Cohanim, el movimiento extremista que propugna la judaizaci¨®n de toda Jerusal¨¦n. En 2005, el grupo compr¨® al Patriarcado Ortodoxo tres edificios en el barrio cristiano de la ciudad vieja, muy por debajo del precio de mercado y a trav¨¦s de una sociedad pantalla en un para¨ªso fiscal. El entonces patriarca, Irineo I, fue depuesto poco despu¨¦s tras ser acusado de corrupci¨®n. El Tribunal Supremo israel¨ª puso fin en 2022 a casi dos d¨¦cadas de batalla legal confirmando la validez de la pol¨¦mica compra.

Ateret Cohanim niega estar involucrado en la operaci¨®n en el barrio armenio. Sin embargo, Danny Seidemann, abogado y activista israel¨ª especializado en la geopol¨ªtica de la ciudad y fundador de la ONG Jerusal¨¦n Terrestre, tiene pocas dudas de que ¡°la iniciativa est¨¢ apoyada por organizaciones extremas de colonos en Jerusal¨¦n Este¡±. La enmarca en las pol¨ªticas de los ¨²ltimos a?os dirigidas a ¡°rodear la ciudad vieja de asentamientos jud¨ªos¡± para cambiar su car¨¢cter, ¡°marginando al resto¡± de identidades. ¡°No lo puedo corroborar, pero si nos basamos en la historia reciente y en algunas pruebas circunstanciales, algunos colonos est¨¢n actuando confabulados con el Gobierno de Israel¡±, se?ala por tel¨¦fono.

Como trasfondo, hay tambi¨¦n cuentas pendientes. Los armenios, a los que algunos palestinos acusaban de contemporizar con las autoridades israel¨ªes, no olvidan el firme apoyo armament¨ªstico ¨Dprincipalmente drones¨D y tecnol¨®gico que Israel prest¨® a Azerbaiy¨¢n tanto en los enfrentamientos de 2020 en Nagorno Karabaj como en su victoria final, el pasado septiembre, con una capitulaci¨®n del enclave armenio en apenas 24 horas. En las semanas previas se registraron numerosos vuelos militares azerbaiyanos entre Israel y una base cercana a Nagorno Karabaj. ¡°M¨¢s que ayudar a Azerbaiy¨¢n, Israel particip¨® casi directamente. Y Artsaj es un tema muy doloroso para nosotros¡±, se?ala Hintlian.

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