La debacle de Nagorno Karabaj debilita a una Armenia abandonada por Rusia y Occidente: ¡°Todo el mundo teme otra guerra¡±
La oposici¨®n anuncia m¨¢s protestas contra el Gobierno de Pashini¨¢n, al que llama ¡°traidor¡± y que se enfrenta a nuevas exigencias de Azerbaiy¨¢n
Coronado por un aura de derrota tras la debacle de Nagorno Karabaj, acusado de traidor por la oposici¨®n y abandonado por su aliada Rusia, por Occidente y por la di¨¢spora, el primer ministro armenio, Nikol Pashini¨¢n, buscar¨¢ este jueves en Granada avanzar hacia un tratado de paz con Azerbaiy¨¢n, que constantemente incrementa sus exigencias hacia Armenia, crecido como est¨¢ por sus victorias militares y la recuperaci¨®n del control sobre el enclave. Mientras, decenas de miles de refugiados karabaj¨ªes se reparten por la geograf¨ªa de Armenia, cuya poblaci¨®n est¨¢ a la vez hastiada por un conflicto de m¨¢s de tres d¨¦cadas y amedrentada por la posibilidad de nuevos ataques azerbaiyanos.
¡°Pashini¨¢n nos ha vendido. Hace unos a?os vino a Artsaj [como llaman los armenios a Nagorno Karabaj] y dijo ¡®Artsaj es Armenia¡¯; ahora dice ¡®Artsaj es Azerbaiy¨¢n¡¯. Nos enga?¨®¡±, se quejaba hace unos d¨ªas Susana Gevorki¨¢n, una mujer reci¨¦n escapada del enclave armenio, situado en territorio internacionalmente reconocido como Azerbaiy¨¢n. Era una de las m¨¢s de 100.000 personas que, desmoralizadas, hambrientas y traumatizadas, han cruzado la frontera hasta dejar pr¨¢cticamente vac¨ªo lo que hasta hace una semana era un territorio poblado por armenios. Un flujo que algunos expertos consideran que podr¨ªa ¡°desestabilizar¡± a Armenia, un pa¨ªs de apenas 2,8 millones de habitantes y con escasos recursos financieros.
La oposici¨®n culpa directamente a Pashini¨¢n de la derrota: tanto en la guerra de 2020, que oblig¨® a las Fuerzas Armadas de Armenia a retirarse del territorio que controlaban alrededor de Nagorno Karabaj, como en la m¨¢s reciente, que concluy¨® con la capitulaci¨®n del enclave el 20 de septiembre. Haik Mamiyani¨¢n, diputado opositor y dirigente del Partido Republicano, asegura que Pashini¨¢n ¡°destruy¨® las Fuerzas Armadas armenias¡± a base de purgas, que no quiso movilizar todo el poder del ej¨¦rcito y que, tras la derrota, ¡°minti¨®¡± a la poblaci¨®n para ser reelegido en 2021 prometiendo unos t¨¦rminos de negociaci¨®n con Azerbaiy¨¢n que no ha cumplido.
Al reconocer este a?o la soberan¨ªa de Bak¨² sobre Nagorno Karabaj, Pashini¨¢n le ha dado v¨ªa libre para ¡°ocuparlo¡±, y al mantener una ¡°terrible¡± pol¨ªtica exterior, se ha enemistado con Rusia, su socio estrat¨¦gico, sostiene el opositor. Por eso lo considera un gobernante ¡°traidor¡± e ¡°ileg¨ªtimo¡±, que ¡°no est¨¢ capacitado para negociar un tratado de paz con Azerbaiy¨¢n¡±.
De ah¨ª que Mamiyani¨¢n avisa de que, tras una pausa en los ¨²ltimos d¨ªas para centrarse en ayudar a los desplazados, su partido retomar¨¢ las protestas (hace dos semanas terminaron en disturbios con decenas de detenidos, incluidos dirigentes de la oposici¨®n). ¡°La ¨²nica manera de librarse de Pashini¨¢n es con protestas callejeras¡±, afirma el diputado. ?No debilitar¨ªan la posici¨®n de Armenia en un momento tan cr¨ªtico? ¡°Las diferencias entre nosotros son muy grandes. No puede haber unidad con los traidores¡±, responde.
¡°Guerra h¨ªbrida¡±
Fuentes cercanas al Ejecutivo armenio opinan que estas protestas forman parte de una ¡°guerra h¨ªbrida¡± tras la que ven la mano de Rusia, a la que acusan de no haber socorrido a Armenia cuando la ha atacado Azerbaiy¨¢n pese a los tratados de defensa colectiva que mantienen y de que sus tropas de interposici¨®n en Nagorno Karabaj no hicieron nada por detener la ofensiva azerbaiyana. Mosc¨² tampoco esconde su hostilidad hacia Pashini¨¢n, al que acusa de la p¨¦rdida del enclave armenio por haberse aliado con Occidente.
Este acercamiento a la Uni¨®n Europea y a Estados Unidos tampoco ha brindado demasiada seguridad a Armenia. Aparte de la promesa de algunos millones de euros para contribuir a las necesidades de los refugiados karabaj¨ªes y de algunos comunicados expresando preocupaci¨®n, ¨²nicamente Francia se ha comprometido a vender armas a Armenia ¡°para que pueda defenderse¡±. La Comisi¨®n Europea considera a Azerbaiy¨¢n ¡°un socio de confianza¡± para su aprovisionamiento energ¨¦tico como alternativa al gas ruso.
¡°Tras la guerra de Ucrania y con esta nueva Guerra Fr¨ªa que hay entre Occidente y Rusia, para un pa¨ªs peque?o como Armenia resulta imposible mantener un equilibrio de relaciones con ambos bloques. Y, ahora mismo, ni Rusia ni Occidente est¨¢n dispuestos a defendernos militarmente; quiz¨¢s el ¨²nico pa¨ªs dispuesto a ello es Ir¨¢n, porque teme el incremento de la influencia de Azerbaiy¨¢n en el C¨¢ucaso y, con ello, de su socio Israel¡±, opina Benjamin Poghosi¨¢n, analista del Instituto de Investigaci¨®n sobre Pol¨ªtica Aplicada (APRI) de Erev¨¢n.
Entre la poblaci¨®n armenia hay un gran temor de que Azerbaiy¨¢n ataque directamente el territorio de Armenia, algo que este experto considera ¡°bastante probable¡±, bien este mismo mes, si Bak¨² no obtiene los resultados esperados en la cumbre de Granada, o bien la pr¨®xima primavera. El Gobierno de Pashini¨¢n sostiene que para garantizar la supervivencia de Armenia es necesario firmar la paz con Azerbaiy¨¢n y normalizar relaciones con Turqu¨ªa, lo que permitir¨ªa reabrir las fronteras oriental y occidental ¨Dcerradas desde los a?os noventa¨D y romper su aislamiento. ¡°Pero para ello, Azerbaiy¨¢n exige concesiones. Ya ha destruido Nagorno Karabaj, pero parece que ese precio no es suficiente, ahora exige m¨¢s¡±, lamenta Poghosi¨¢n.
A medida que el Ejecutivo armenio ha ido dando pasos atr¨¢s en sus anteriores l¨ªneas rojas, las demandas azerbaiyanas se han incrementado: Bak¨² exige un corredor a trav¨¦s del sur de Armenia, la ¡°desocupaci¨®n¡± de varios min¨²sculos enclaves azerbaiyanos en territorio armenio (despoblados, pero por los que atraviesan carreteras estrat¨¦gicas armenias) y el regreso de los azer¨ªes expulsados por Armenia en la d¨¦cada de 1990.
¡°Sabemos que es inevitable hacer algunas concesiones, el problema es que, con Azerbaiy¨¢n, tras cada exigencia llega otra nueva. Al final, ?qu¨¦ pedir¨¢, que entreguemos Erev¨¢n?¡±, se queja Anna Pambujchi¨¢n, directiva de la Fundaci¨®n para el Desarrollo de la Democracia: ¡°Por eso no creo que la limpieza ¨¦tnica de Nagorno Karabaj sea el final de este conflicto, puede resurgir en cualquier momento. Todo el mundo se teme otra guerra¡±.
Armenia anunci¨® la semana pasada que elevar¨¢ su presupuesto militar hasta el 7,3% del PIB, es decir, hasta unos 1.300 millones de euros. Aun as¨ª, seguir¨¢ siendo la mitad del de Azerbaiy¨¢n, pa¨ªs m¨¢s poblado y m¨¢s rico. ¡°Incluso yo, que siempre he sido pacifista y he estado en procesos de reconciliaci¨®n con colegas azerbaiyanos, ahora opino que debemos rearmarnos. Estamos ante una amenaza existencial¡±, opina Pambujchi¨¢n.
Esta analista no cree que las manifestaciones de la oposici¨®n sean capaces de hacer caer al Gobierno de Pashini¨¢n: ¡°La poblaci¨®n conf¨ªa a¨²n menos en la oposici¨®n, porque quienes lideran las protestas son miembros de antiguos gobiernos que tambi¨¦n tienen responsabilidad en la situaci¨®n actual. As¨ª que si el actual Gobierno consigue hacer frente a la situaci¨®n humanitaria de los refugiados y avanza en ciertas reformas que ofrezcan m¨¢s justicia social, lograr¨¢ suficiente apoyo para mantener el poder¡±. Los mandatarios que precedieron al actual primer ministro, Robert Kochari¨¢n (1998-2008) y Serzh Sargsi¨¢n (2008-2018), y que ahora manejan los hilos de las protestas, eran conocidos como ¡°el clan de Karabaj¡± porque proven¨ªan del enclave. Durante a?os controlaron los resortes de poder en Armenia, apoy¨¢ndose en ciertos oligarcas y en las fuerzas de seguridad, hasta que una revuelta contra la corrupci¨®n hace cinco a?os elev¨® a Pashini¨¢n al Gobierno.
La di¨¢spora ¨Dunos nueve millones de armenios viven fuera de las fronteras de Armenia¨D siempre ha sido un importante actor en la pol¨ªtica armenia y un motor imprescindible de inversi¨®n en el pa¨ªs cauc¨¢sico. Tras una corta luna de miel al inicio de su Gobierno, las potentes organizaciones de la di¨¢spora en Europa y Am¨¦rica han vuelto la espalda al Ejecutivo de Pashini¨¢n y se han acercado a los partidos de la oposici¨®n, adem¨¢s de mantener una postura mucho m¨¢s dura ante las exigencias de Azerbaiy¨¢n. ¡°Es cierto que el Gobierno no ha sido capaz de establecer un buen di¨¢logo con la di¨¢spora, pero a veces esta tampoco se da cuenta de la delicada situaci¨®n en la que estamos¡±, afirma Pambujchi¨¢n: ¡°Aqu¨ª estamos hartos de enterrar a chavales de apenas 19 a?os, y ellos no van a perder a sus hijos en combate¡±.
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