Hong Kong aprueba una estricta ley de Seguridad Nacional en l¨ªnea con las exigencias de Pek¨ªn

Por unanimidad y a una velocidad de v¨¦rtigo, el Parlamento de Hong Kong ha aprobado este martes su primera ley de Seguridad Nacional desde la devoluci¨®n del territorio a China, en 1997. La controvertida norma, conocida localmente como iniciativa legislativa sobre el art¨ªculo 23, regula los delitos de traici¨®n, secesi¨®n, sedici¨®n y subversi¨®n, y secretos de Estado, adem¨¢s de actividades de organismos extranjeros en el territorio y los v¨ªnculos entre entidades locales y for¨¢neas. La ley, en l¨ªnea con los postulados de Pek¨ªn, ha sido denunciada como una herramienta creada para asestar un golpe terminal a cualquier tipo de disensi¨®n en el territorio. As¨ª, castiga con cadena perpetua varias ofensas ¡ªcomo la incitaci¨®n al amotinamiento de miembros de las Fuerzas Armadas de China y la connivencia con fuerzas externas para da?ar las infraestructuras p¨²blicas¡ª; aumenta las penas de c¨¢rcel por sedici¨®n, que pasan de dos a siete a?os, e incluso a diez si se demuestra que los autores han actuado en connivencia con una fuerza extranjera; y alarga los periodos permitidos de detenci¨®n sin cargos de 48 horas a 16 d¨ªas. La legislaci¨®n cae sobre una regi¨®n aut¨®noma donde los movimientos en favor de los derechos civiles han sido laminados tras la aprobaci¨®n de la Ley de Seguridad Nacional, impuesta por Pek¨ªn en 2020 con la finalidad de aplastar las revueltas prodemocr¨¢ticas que sacudieron Hong Kong en 2019.

La normativa, que entrar¨¢ en vigor este s¨¢bado, ha sido tambi¨¦n duramente criticada por numerosas agrupaciones defensoras de los derechos y libertades p¨²blicas, adem¨¢s de por diversos Gobiernos, debido a la vaga definici¨®n de algunos de los delitos penados, el riesgo de extraterritorialidad de sus preceptos, y por socavar el marco de ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡±, bajo el cual China asumi¨® el retorno de la soberan¨ªa de la antigua colonia brit¨¢nica. ¡°Es alarmante que una legislaci¨®n tan trascendental haya sido aprobada a toda prisa por el poder legislativo mediante un proceso acelerado, a pesar de las serias preocupaciones suscitadas por la incompatibilidad de muchas de sus disposiciones con el derecho internacional de los derechos humanos¡±, ha dicho el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker T¨¹rk, a trav¨¦s de un comunicado.

Pek¨ªn defiende, en cambio, la necesidad de una norma que el Gobierno aut¨®nomo ya trat¨® de adoptar en 2003. Entonces, cientos de miles de personas salieron a las calles de Hong Kong a protestar, lograron ponerle un freno, y fue retirada y guardada en el caj¨®n durante dos d¨¦cadas. Ahora, la resistencia ciudadana no ha prestado apenas oposici¨®n: buena parte se ha marchado del pa¨ªs, ha sido enjuiciada o prefiere guardar silencio ante posibles represalias. Para China, la legislaci¨®n del art¨ªculo 23 ¨Dllamada as¨ª por el precepto que desarrolla de la Ley Fundamental de Hong Kong, la mini-Constituci¨®n de la regi¨®n aut¨®noma¨D es ¡°lo que debe hacerse para [afianzar] la seguridad y estabilidad¡± de Hong Kong, y la ¡°correcta aplicaci¨®n¡± del marco ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡±, afirm¨® Mao Ning, portavoz china de Exteriores, en una comparecencia a principios de marzo. Seg¨²n Pek¨ªn, la norma se dirige contra ¡°un pu?ado de delincuentes que ponen gravemente en peligro¡± la seguridad nacional, y se trata de una legislaci¨®n ¡°leg¨ªtima, legal e irreprochable¡±.

John Lee, jefe del Gobierno aut¨®nomo de Hong Kong, ha asegurado este martes que se trata de una ley defensiva, que dota a la ciudad de ¡°una puerta y una cerradura m¨¢s fuertes¡±, y la protege contra los invasores. ¡°Es necesaria para protegernos de la gente que invade nuestro hogar¡±, ha dicho en una comparecencia tras la aprobaci¨®n. Lee ha justificado la conveniencia de dotarse de herramientas ¡°eficaces¡± frente a lo que ha denominado ¡°violencia negra¡± (en referencia a las protestas prodemocr¨¢ticas) y ¡°revoluci¨®n de colores¡±. ¡°Con la nueva ley, ya no tenemos que preocuparnos de que la gente destruya las infraestructuras p¨²blicas¡±, ha zanjado, seg¨²n declaraciones recogidas por el diario hongkon¨¦s South China Morning Post.

Lee ha expresado su confianza en que la norma no har¨¢, sino aumentar el atractivo de Hong Kong para las empresas y la inversi¨®n. Tambi¨¦n ha afirmado que Hong Kong, en el pasado, hab¨ªa ¡°caminado por la senda equivocada¡± antes de que Pek¨ªn impusiera la ley de seguridad nacional. ¡°Debemos entender correctamente que debe haber un pa¨ªs antes que dos sistemas, y los dos sistemas no deben utilizarse para resistir a un pa¨ªs¡±, ha dicho.

M¨¢s detenciones arbitrarias

El Consejo Democr¨¢tico de Hong Kong, una organizaci¨®n disidente fundada en el exilio al calor de las protestas de 2019, y entre cuyos miembros originarios se encuentra el pol¨ªtico perseguido por la justicia hongkonesa Nathan Law, hoy asentado en Londres, ha denunciado de inmediato la carrera contra reloj por aprobar una norma ¡°draconiana¡± por parte de un legislativo donde ya no existe oposici¨®n, reducido a mero signatario, y en un proceso en el que no se han planteado objeciones de ning¨²n tipo. La consulta p¨²blica ha durado apenas un mes, el texto del proyecto de ley se dio a conocer nueve d¨ªas despu¨¦s y ha sido finalmente aprobado en 12 d¨ªas por el Consejo Legislativo con 89 votos a favor y ninguno en contra. Las autoridades han mostrado satisfacci¨®n y celebrado que el 98,6% de las 13.000 opiniones recogidas durante la consulta expresaban ¡°apoyo o cr¨ªtica constructiva¡±, ha asegurado el ministro de Seguridad, Chris Tang.

¡°El art¨ªculo 23 otorga amplios poderes a los agentes del orden, jueces y fiscales para reprimir la disidencia y sofocar la oposici¨®n pol¨ªtica, lo que, sin duda, permitir¨¢ m¨¢s detenciones pol¨ªticas arbitrarias que los 1.829 presos pol¨ªticos que hemos documentado¡±, ha denunciado el Consejo Democr¨¢tico en un comunicado. La organizaci¨®n tambi¨¦n alerta de que la nueva regulaci¨®n ¡°fomentar¨¢ la vigilancia entre iguales y provocar¨¢ un ambiente similar al de la Revoluci¨®n Cultural en Hong Kong¡±, en referencia a la revuelta lanzada por el presidente chino Mao Zedong durante su ¨²ltima d¨¦cada en el poder (1966-76), que result¨® en terribles luchas entre facciones y en la que murieron entre uno y tres millones de personas.

¡°Es una ley del diablo¡±, comenta escueto a trav¨¦s de un mensaje Kacey Wong, un artista hongkon¨¦s, muy activo durante las protestas prodemocr¨¢ticas, y hoy ¡°autoexiliado¡± en Taiw¨¢n.

Una coalici¨®n internacional multipartidista ¨Dformada por pol¨ªticos y personalidades p¨²blicas, que incluye desde el ¨²ltimo gobernador brit¨¢nico de Hong Kong, Christopher Patten, al senador estadounidense Marco Rubio, adem¨¢s de 17 europarlamentarios¨D ha respondido tambi¨¦n de inmediato con una declaraci¨®n conjunta que condena sin ambages la medida. La nueva legislaci¨®n, afirman, ¡°supondr¨¢ un nuevo golpe devastador para la autonom¨ªa, el Estado de derecho, los derechos y las libertades fundamentales de la ciudad, m¨¢s all¨¢ del impacto de la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Pek¨ªn en 2020¡å, expone. La medida, prosiguen, declarar¨¢ como delitos siete tipos de actividades en virtud de disposiciones ¡°vagas y expansivas que criminalizar¨¢n el ejercicio pac¨ªfico de los derechos humanos¡±. Seg¨²n los 78 firmantes, la norma menoscaba los derechos a las garant¨ªas procesales y a un juicio justo y viola las obligaciones de Hong Kong en virtud de la legislaci¨®n internacional sobre derechos humanos, lo que pone en peligro su papel como ¡°ciudad internacional abierta¡±.

¡°El Gobierno de Hong Kong ha asestado otro golpe demoledor a los derechos humanos en la ciudad¡±, ha denunciado tambi¨¦n en un comunicado Sarah Brooks, directora de Amnist¨ªa Internacional China. ¡°Las autoridades han promulgado esta ley en un abrir y cerrar de ojos, acabando con cualquier atisbo de esperanza de que la protesta p¨²blica pudiera contrarrestar sus elementos m¨¢s destructivos¡±. Para Brooks, el paso es el mensaje m¨¢s claro hasta la fecha de que ¡°el ansia de las autoridades de Hong Kong por acomodarse a la voluntad de Pek¨ªn supera cualquier compromiso anterior en materia de derechos humanos¡±.

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