El presidente de Madeira vuelve a ganar las elecciones regionales cuatro meses despu¨¦s de dimitir por corrupci¨®n
Los socialistas no logran rentabilizar la crisis pol¨ªtica en una regi¨®n donde el centroderecha ha vencido en todos los comicios desde 1976
Miguel Albuquerque, el pol¨ªtico que tuvo que dimitir el pasado enero como presidente regional de Madeira (Portugal) tras ser declarado arguido (sospechoso) en varios casos de corrupci¨®n investigados por la Fiscal¨ªa, ha vuelto a ganar las elecciones auton¨®micas. Albuquerque, candidato del Partido Social Dem¨®crata (centroderecha), recibi¨® el 36,13% de los votos. Aunque retrocedi¨® respecto a los anteriores comicios, su p¨¦rdida es leve. En 2023, en coalici¨®n con una formaci¨®n conservadora minoritaria, alcanz¨® 23 esca?os, mientras que ahora, que ha concurrido en solitario, ha logrado 19 y sus antiguos socios, dos.
Mantiene una gran distancia respecto al Partido Socialista, el segundo m¨¢s votado con 21,32% y que no ha logrado capitalizar la crisis pol¨ªtica desatada en el archipi¨¦lago. Los socialistas repiten con 11 diputados, aunque su l¨ªder, Paulo Cafofo, ha mostrado su voluntad de encabezar una alianza entre partidos de la oposici¨®n para desbancar a Albuquerque de la que solo excluye a la ultraderecha de Chega. Las elecciones han consagrado el ascenso de un partido regional, Juntos pelo Povo, convertido en tercera fuerza, y la derrota de la izquierda, ya que se quedan fuera el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugu¨¦s.
En enero, la Fiscal¨ªa despleg¨® una estruendosa operaci¨®n en Madeira, que implic¨® el registro de 60 viviendas y oficinas, incluida la residencia del presidente regional Miguel Albuquerque, que fue declarado arguido junto a su antiguo vicepresidente, Pedro Calado, y dos empresarios de la construcci¨®n. Los hechos investigados, ocurridos desde 2015, el a?o en que Albuquerque accedi¨® al cargo p¨²blico, eran ¡°susceptibles de constituir delitos de atentado contra el Estado de derecho, prevaricaci¨®n, corrupci¨®n activa y pasiva, participaci¨®n econ¨®mica en negocio, abuso de poder y tr¨¢fico de influencias¡±.
Entre otras operaciones, el ministerio p¨²blico investiga si el entonces presidente regional ten¨ªa participaciones en un fondo inmobiliario al que vendi¨® un complejo tur¨ªstico, la Quinta do Arco, por 3,5 millones de euros en 2017 y al que su Gobierno atribuy¨® un estatuto de utilidad tur¨ªstica poco despu¨¦s. Tambi¨¦n est¨¢ bajo sospecha la concesi¨®n, por ajuste directo del Gobierno regional, de la explotaci¨®n de la Zona Franca de Madeira al grupo Pestana, una decisi¨®n que ya ha sido cuestionada por Bruselas y el Tribunal de Cuentas de Portugal. La investigaci¨®n de la Fiscal¨ªa fue desinflada en parte por un juzgado de instrucci¨®n, al igual que ocurri¨® en el caso Influencer, que llev¨® a la dimisi¨®n del primer ministro Ant¨®nio Costa y a la ca¨ªda del Gobierno.
Tras ser declarado arguido, Miguel Albuquerque dimiti¨® al verse forzado por los grupos minoritarios de la oposici¨®n que apoyaban su ejecutivo y se convocaron elecciones anticipadas. Sin embargo, volvi¨® a postularse para concurrir al cargo de presidente regional del PSD en las primarias celebradas en su partido, donde se impuso con el 54,3% de los votos a su rival, Manuel Ant¨®nio Correia, que denunci¨® la existencia de una persecuci¨®n interna contra ¨¦l.
Las decisiones de Albuquerque contrastaron con las del socialista Ant¨®nio Costa, que hab¨ªa dimitido como primer ministro en noviembre cuando se anunci¨® que ser¨ªa investigado su papel en la aprobaci¨®n de proyectos empresariales. Costa, hasta hoy, sigue sin ser declarado arguido. El ¨²nico avance en su proceso es que la semana pasada declar¨® ante los investigadores del caso, pero mientras no se clarifique definitivamente su situaci¨®n, est¨¢ en la retaguardia de los cargos pol¨ªticos.
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