Golpe a la impunidad de los radicales israel¨ªes que tiran la ayuda para Gaza
EE UU anuncia por primera vez sanciones a Tsav 9, el principal grupo detr¨¢s de los bloqueos a los camiones, mientras que una ONG pacifista mantiene una ¡°guardia humanitaria¡± para impedirlos
Se organizan a trav¨¦s de grupos de WhatsApp, que abren y cierran para convertir en otros m¨¢s peque?os o por zonas: ¡°Un cami¨®n va camino de la gasolinera de Kojav Yaakov; otros dos, a los cruces de Tapuaj y Shilo¡±; ¡°Me llega informaci¨®n fidedigna de que van 10 camiones en camino hacia Jerusal¨¦n¡±; ¡°Hab¨ªa muchas fuerzas de seguridad y pocos jud¨ªos. No bloqueamos¡±... Son los grupos extremistas israel¨ªes ...
Se organizan a trav¨¦s de grupos de WhatsApp, que abren y cierran para convertir en otros m¨¢s peque?os o por zonas: ¡°Un cami¨®n va camino de la gasolinera de Kojav Yaakov; otros dos, a los cruces de Tapuaj y Shilo¡±; ¡°Me llega informaci¨®n fidedigna de que van 10 camiones en camino hacia Jerusal¨¦n¡±; ¡°Hab¨ªa muchas fuerzas de seguridad y pocos jud¨ªos. No bloqueamos¡±... Son los grupos extremistas israel¨ªes que han cerrado el paso ¨Dy hasta quemado¨D camiones con ayuda humanitaria hacia Gaza a su paso por Israel o por Cisjordania.
En algunos casos han tirado y pisoteado los alimentos, al considerar que suponen ¡°ayuda al enemigo en tiempo de guerra¡±. Sacos de harina, arroz, az¨²car y latas de comida por el suelo; j¨®venes ultras exigiendo a los asustados conductores los albaranes para asegurarse de que Gaza no es el destino de las mercanc¨ªas que transportan, bailes de celebraci¨®n frente a las filas de camiones a las puertas del enclave palestino¡ Tras cobrarse varias victorias, en buena parte gracias a la inacci¨®n de las autoridades, las tornas parecen girar en las ¨²ltimas semanas: la ¡°guardia humanitaria¡± montada por una ONG pacifista ha forzado a la polic¨ªa a mostrar diligencia y el asunto adquiere ahora particular entidad global: el Departamento de Estado de EE UU anunci¨® el pasado jueves sanciones a Tsav 9, el principal grupo detr¨¢s de las acciones.
Tsav 9, un juego de palabras con las ¨®rdenes de llamada a filas de los reservistas, es ¡°un grupo extremista israel¨ª violento que ha estado bloqueando, acosando y da?ando convoyes que transportan ayuda humanitaria vital para los civiles palestinos en la Franja¡±, se?ala la nota del Departamento de Estado. ¡°Durante meses, miembros de Tsav 9 han intentado en repetidas ocasiones frustrar la entrega de ayuda humanitaria a Gaza, incluido bloqueando carreteras, a veces de forma violenta¡±.
En realidad, son los propios activistas quienes han grabado y celebrado las acciones a cara descubierta, con frases como: ¡°Esto es lo que le pasa a quien lleva comida a Ham¨¢s¡±, ¡°Le pincharon la rueda y rompieron el dep¨®sito de gasolina, as¨ª hay que hacer a todos los camiones¡± o ¡°?Qu¨¦ bonito! ?No tenemos miedo!¡±. En uno de los v¨ªdeos se puede ver a un ni?o pisoteando la comida en el suelo frente a sus padres. En otro, un adulto graba el az¨²car para Gaza esparcido por el suelo y se burla: ¡°?Qui¨¦n dijo que no nevaba nunca en el sur del monte de Hebr¨®n?¡±, la zona de Cisjordania donde tuvo lugar el ataque y viven algunos de los colonos m¨¢s radicales.
En los v¨ªdeos se ve c¨®mo la polic¨ªa no hace nada para impedirlo. Como mucho, se limita a alejarlos como quien convence a un amigo de no meterse en una pelea. En su anuncio, el Departamento de Estado recuerda al Gobierno de Israel su ¡°responsabilidad de garantizar la seguridad de los convoyes humanitarios que transitan por Israel y Cisjordania de camino hacia Gaza¡±. En las semanas de mayor efervescencia, j¨®venes con el atuendo t¨ªpico de los nacionalistas religiosos (punta de lanza del movimiento de colonizaci¨®n de los territorios palestinos) montaron una suerte de ret¨¦n en plena salida a Jerusal¨¦n. No dejaban pasar a los camiones hasta que los conductores no les mostrasen en el albar¨¢n que el destino de la mercanc¨ªa no era uno de los cruces con Gaza.
Convoyes sin protecci¨®n
Los medios locales han difundido esta semana una carta enviada a finales del mayo por el jefe saliente de la polic¨ªa, Kobi Shabtai, a la fiscal general del Estado, Gali Baharav Miara. En el documento, Shabtai cuenta que Itamar Ben Gvir ¨Del ministro ultraderechista opuesto al env¨ªo de ayuda humanitaria a Gaza bajo cuya cartera (Seguridad Nacional) queda la polic¨ªa¨D habl¨® a sus espaldas con mandos policiales para ordenarles no proteger los convoyes de ayuda humanitaria. Consideraba que era tarea del ej¨¦rcito y les amenaz¨® con ¡°consecuencias¡± si no cumpl¨ªan sus ¨®rdenes.
Es la primera medida del Departamento de Estado, de las que ha tomado en los ¨²ltimos meses de guerra, contra una organizaci¨®n como tal, y no contra personas concretas, como las previas contra colonos jud¨ªos violentos.
Tsav 9 es una mezcla de activistas ultranacionalistas y familiares de rehenes en Gaza. Su portavoz, Rachel Touitou, se sorprende de las sanciones porque, insiste, siempre han bloqueado los camiones ¡°de forma pac¨ªfica¡± y los autores de los ataques eran j¨®venes ajenos a la organizaci¨®n. Touitou asegura por tel¨¦fono que la pol¨ªtica del primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, es ¡°inundar¡± Gaza de ayuda humanitaria y ¡°nadie sabe mejor¡± que los servicios de inteligencia israel¨ªes cu¨¢nta se queda Ham¨¢s. Y que, incluso si fuese el 10% y el 90% restante llegase a la poblaci¨®n civil, supondr¨ªa ¡°combatir al enemigo y alimentarlo a la vez¡±, como si Estados Unidos ¡°se la hubiese dado al Estado Isl¨¢mico o a los talibanes en Afganist¨¢n¡±. La organizaci¨®n se opon¨ªa a la entrada de ayuda a Gaza, para forzar a Ham¨¢s a entregar a los rehenes, pero Touitou defiende ahora que la distribuya el ej¨¦rcito israel¨ª. ¡°Quien controla la ayuda humanitaria, controla Gaza¡±, argumenta.
Punto de inflexi¨®n
El 13 de mayo marc¨® aparentemente un punto de inflexi¨®n. Tsav 9 se jact¨® de que solo siete de cien camiones entrasen ese d¨ªa a Gaza. Al d¨ªa siguiente aparecieron en redes sociales im¨¢genes de camiones ardiendo. ¡°Indignaci¨®n total¡±, dijo el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, y la polic¨ªa anunci¨® cinco arrestos.
Fue uno de los motivos por los que una ONG pacifista israel¨ª, Omdim Beyahad (De pie juntos) form¨® la ¡°guardia humanitaria¡±. Es una medida espejo a la de los ultras, solo que para proteger los convoyes. Se infiltran en sus grupos de WhatsApp y convocan a sus simpatizantes en el punto en el que saben que intentar¨¢n detener los camiones. Sus activistas llegan en furgonetas y autobuses pagados por la organizaci¨®n desde Tel Aviv y Jerusal¨¦n, o en veh¨ªculos particulares. Se sit¨²an en frente y cuando los ultras intentan detener los camiones, exhortan a la polic¨ªa a impedirlo, sin evitarlo ellos f¨ªsicamente. A veces se enzarzan en peleas verbales.
El pasado jueves movilizaron a unas 30 personas al puesto militar de control de Tarqumiya, uno de los mayores de paso de mercanc¨ªas y personas, justo en el muro de separaci¨®n israel¨ª en Cisjordania, al oeste de la ciudad de Hebr¨®n. No hay intentos de bloqueo, lo que viven como una victoria. ¡°No est¨¢n consiguiendo juntar a mucha gente y nuestra presencia los frustra. Para empezar, si no estuvi¨¦semos aqu¨ª, esos tres coches de polic¨ªa tampoco, aunque est¨¦n para evitar incidentes entre ellos y nosotros¡±, asegura uno de los presentes, Oded Rotem, miembro del ¨®rgano de direcci¨®n. Rotem insiste en que la acci¨®n no tiene solo una dimensi¨®n pr¨¢ctica. Tambi¨¦n proyecta una ¡°voz de solidaridad¡± en medio de un ¡°mensaje de deshumanizaci¨®n que se ha vuelto mainstream¡±.
Otra participante, Natalia Kleiman, de 29 a?os, a?ade otro motivo: mostrar a los ultras ¡°que no pueden hacer lo que quieren¡±, que esta tierra ¡°no es solo suya¡±. ¡°Tambi¨¦n es de los que queremos un hogar en el que jud¨ªos y palestinos nos podamos sentir seguros, no solo algunos¡±, defiende. ¡°Me parece aberrante tener que andar negociando si alguien tiene o no agua o comida. Es lo m¨ªnimo¡±.
Los activistas llevan lemas como ¡°Solo la paz trae seguridad¡± o ¡°Campo de la vida¡±, una referencia al Campo de la paz, un t¨¦rmino en desuso para llamar a los partidarios de la soluci¨®n de dos Estados. Algunos conductores de camiones jud¨ªos (muchos son palestinos) bajan las ventanillas al pasar para insultarlos: ¡°Yo tambi¨¦n soy de izquierdas, pero despu¨¦s de lo que nos han hecho [en referencia al ataque de Ham¨¢s el 7 de octubre, con cerca de 1.200 muertos] deber¨ªais avergonzaros de estar aqu¨ª¡±, les grita uno. ¡°?Iros a Gaza!¡±, les lanza otro.
Su ociosidad, sin embargo, sabe a triunfo. Saben que ya no pasar¨¢n m¨¢s camiones, as¨ª que deciden acortar su labor de vigilancia. A ellos tambi¨¦n les soplan los planes militares de su cuerda.
Los bloqueos muestran la brecha entre c¨®mo se percibe la ayuda humanitaria para Gaza dentro y fuera de Israel, donde m¨¢s gente ve las im¨¢genes del territorio devastado por los bombardeos y ni?os esquel¨¦ticos.
Dentro del pa¨ªs han calado tres ideas: la crisis humanitaria en Gaza es propaganda; la ayuda humanitaria es una herramienta de presi¨®n (se puede limitar para forzar a las milicias a liberar a los rehenes o aumentarla para calmar a EE UU y evitar que fuerce a Israel a poner fin a la guerra) y la desnutrici¨®n en Gaza se debe a que Ham¨¢s roba los alimentos al entrar. ¡°Hasta un 60%¡±, lleg¨® a decir Netanyahu, usando cifras del ej¨¦rcito israel¨ª que no ha refrendado ning¨²n organismo internacional.
Ham¨¢s es tambi¨¦n la facci¨®n que gobernaba Gaza desde 2007. Y sus reductos en pie han intentado ejercer su autoridad en algunas partes protegiendo los convoyes con ayuda de los asaltos por parte de civiles hambrientos o de clanes familiares armados que buscaban robarlos para revenderlos.
Seg¨²n una encuesta del diario Globes del pasado marzo, un 44% de los israel¨ªes consultados aboga por ¡°condicionar la ayuda a un acuerdo de liberaci¨®n de rehenes¡±; un 22%, por que no entre ayuda alguna mientras contin¨²e la guerra; y un 27%, por que lo haga toda la necesaria por ser ¡°lo correcto¡± y ayudar a Israel a nivel internacional.
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