Los reservistas, el ¡°arma secreta¡± y m¨¢s vulnerable de Israel
Israel ha llamado a filas para la guerra de Gaza a unos 360.000 soldados en la reserva con edades entre 21 y 49 a?os. Solo el lunes murieron 21 en Gaza; su p¨¦rdida es la m¨¢s llorada, porque suelen tener padres, hijos y pareja


Los llantos rompen el silencio en la secci¨®n militar del cementerio de Herzliya, al norte de Tel Aviv. Cientos de personas ¨Dmuchas en uniforme, otras envueltas en la bandera nacional¨D dan este mi¨¦rcoles el ¨²ltimo adi¨®s a Mark Kononovich, uno de los 21 reservistas israel¨ªes muertos el lunes en Gaza, principalmente cuando una granada lanzada por un miliciano palestino impact¨® en uno de los edificios que minaban para derruir y estos se vinieron abajo. Fue la jornada m¨¢s letal ¨Dcon 24 muertes, en total¨D en los cerca de cuatro meses de guerra, as¨ª que el dolor por la p¨¦rdida de un ser querido o compa?ero de armas se entremezcla en el entierro con los llamamientos a la victoria para elevar el ¨¢nimo.
Yehuda Bach, el comandante de la brigada 261, en la que serv¨ªa Kononovich, toma la palabra: ¡°El 7 de octubre [d¨ªa del ataque de Ham¨¢s que dej¨® unos 1.200 muertos y m¨¢s de 200 secuestrados], el enemigo nos sinti¨® d¨¦biles, pero no sab¨ªa que tenemos un arma secreta: los reservistas. Miles de personas que dejaron sus hogares por responsabilidad con el Estado de Israel y su futuro¡±.
Ese ¡°arma secreta¡± supone hoy el grueso de los hombres y mujeres desplegados por Israel, en particular vigilando las fronteras con L¨ªbano y Siria, donde se registran escaramuzas diarias. No se trata de los 170.000 militares en activo, sino de otros 465.000 hombres y mujeres de entre 21 a 49 a?os que hicieron el servicio militar obligatorio y pueden ser convocados de la noche a la ma?ana en caso de guerra o cat¨¢strofe natural. Israel ha llamado esta vez a filas a unos 360.000, en la mayor movilizaci¨®n en medio siglo, desde la Guerra del Yom Kipur (1973). Precisamente, el retraso de la entonces primera ministra, Golda Meir, en movilizar masivamente reservistas, pese a las informaciones de los servicios de inteligencia sobre la inminencia de un ataque de Siria y Egipto, casi le cost¨® la derrota.
En medio del shock por otro ataque sorpresa, el 7 de octubre, la jornada m¨¢s letal para Israel en sus 75 a?os de historia, algunos reservistas se enfundaron directamente el uniforme y se presentaron en el cuartel. Otros (al menos 550.000 adultos israel¨ªes viven en el extranjero) volvieron a toda prisa. Las tres principales aerol¨ªneas nacionales incrementaron los vuelos, los consulados (o personas privadas, en los mostradores del aeropuerto en Estados Unidos) pagaron los billetes y el ej¨¦rcito mand¨® aviones de transporte a algunas ciudades europeas.
Tres semanas antes de aquel d¨ªa, Kononovich, de 35 a?os, hab¨ªa sido padre por cuarta vez, pero tambi¨¦n insisti¨® en unirse. Ten¨ªa rango de sargento mayor. Cuando se quitaba los galones, viv¨ªa en Herzliya con su esposa y dirig¨ªa una unidad del Ministerio de Justicia para proteger a personas amenazadas.
Amigos y familiares recordaban en el entierro entre l¨¢grimas c¨®mo trataron de convencerle en su ¨²ltimo permiso de que no regresara a Gaza. ¡°Le dije: ¡®Qu¨¦date, pon alguna excusa, piensa en tus hijos¡¯. Me respondi¨®: ¡®Todos queremos quedarnos en casa, en lugar seguro, pero si todos ponemos excusas y no vamos, no tendremos ej¨¦rcito. Y, entonces, no tendremos Estado¡±, contaba su esposa, Orel. ¡°Le dije: ¡®Basta, no vuelvas¡¯. ¡®Me quedar¨¦ hasta que regrese el ¨²ltimo de los [136] rehenes en Gaza¡¯, me respondi¨®¡±, rememoraba su mejor amigo, Aviad Dadon, envuelto en la bandera israel¨ª.
Menos preparaci¨®n
Su caso ejemplifica la tesitura de los reservistas. No son soldados profesionales, as¨ª que abandonan sus estudios o trabajo cuando se ponen el uniforme. Su preparaci¨®n es menor y, de hecho, motivo de debate dese hace a?os, incluso como posible causa de su porcentaje de bajas. Tampoco son reclutas en el servicio obligatorio reci¨¦n salidos de la adolescencia (comienza con 18 a?os y dura 32 meses para los hombres y 24 para las mujeres) y que en la pr¨¢ctica solo cumple la mitad de la poblaci¨®n, por distintas exenciones.
Son israel¨ªes ¨Dcasi todos jud¨ªos y principalmente hombres¨D que, por edad y en una sociedad muy orientada a la familia, suelen haber formado un hogar. La reserva contin¨²a hasta los 40 a?os para los soldados regulares, 45 para los oficiales y 49 para quienes ejercen tareas como enfermer¨ªa, mec¨¢nica o conducci¨®n de equipamiento pesado.
La reserva fue creada tras la guerra que sigui¨® a la creaci¨®n del Estado de Israel (1948-1949). Era la respuesta a la imposibilidad econ¨®mica de mantener un ej¨¦rcito tan amplio y la necesidad de movilizar muchas tropas en muy poco tiempo en un pa¨ªs entonces rodeado de enemigos. El jefe del Estado mayor que lo dise?¨®, Yigael Yadin, sol¨ªa llamarlos ¡°soldados con 11 meses de permiso¡±. En nada se parece ahora la descripci¨®n. El pa¨ªs la ha ido reformando y adelgazando hasta convertirla de facto en voluntaria (y, en algunos casos, de iure), aunque sobre el papel siga siendo obligatoria y en teor¨ªa deben ponerse el uniforme unos d¨ªas cada a?o. En 1985, se calculaba que los reservistas sirvieron 10 millones de d¨ªas. En 2018, fueron ya dos millones. El centro de an¨¢lisis Instituto de Estudios de Seguridad Nacional calcula que solo el 6% de quienes terminan la mili acude al menos 20 d¨ªas al a?o en los tres posteriores.
¡°Se ha ido reduciendo porque su movilizaci¨®n es un tema sensible, por tener familia y otros factores, como el econ¨®mico o de preparaci¨®n. Pero cuando est¨¢n bien equipados y entrenados, su reclutamiento es muy importante¡±, explica Yagil Levy, profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Abierta de Israel, especializado en sociolog¨ªa militar.
Levy subraya adem¨¢s que permiten rotaciones en una guerra a la que el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, augura a¨²n ¡°muchos meses¡± m¨¢s. Sus muertes, agrega, son socialmente consideradas como ¡°las m¨¢s dolorosas¡±, porque est¨¢n en una edad en la que las lloran tanto hijos como padres, pero no han generado protestas, como en casos anteriores, porque ¡°una mayor¨ªa amplia de la poblaci¨®n justifica la guerra y las ve como parte de ese sacrificio¡±. Hasta el momento, 222 soldados han perdido la vida. El listado de nombres en la p¨¢gina web del ej¨¦rcito muestra que m¨¢s de la mitad eran reservistas.
La movilizaci¨®n ha sido tan amplia y la unanimidad interna en torno a la guerra es tan clara (un 50,8% de la mayor¨ªa jud¨ªa considera apropiado el uso de la fuerza empleado en Gaza y un 43,4%, insuficiente, seg¨²n el ?ndice de la Paz de este mes, un sondeo que elabora la Universidad de Tel Aviv) que los perfiles poblacionales son diversos.
Lo muestra el caso de los 21 reservistas muertos el lunes. Est¨¢n, por un lado, las historias de superaci¨®n personal que tanto gusta destacar a los medios de comunicaci¨®n nacionales. Como la de Cydrick Garin, hijo de inmigrantes filipinos no jud¨ªos a cuyo padre solo se permiti¨® volver al pa¨ªs para el entierro. Garin, de 32 a?os, dej¨® de peque?o los estudios para ayudar a su madre, que no hablaba hebreo, y fue arrestado en la adolescencia por sus actividades criminales en el mundo de las drogas. O el beduino Ahmad Abu Latif, exento de servir y que hab¨ªa publicado en redes sociales un mensaje sobre el orgullo de voluntarizarse tras el 7 de octubre que se hizo viral.
Otros ca¨ªdos est¨¢n m¨¢s vinculados al nacionalismo religioso, punta de lanza del movimiento colono que interpreta la lucha con los palestinos en t¨¦rminos b¨ªblicos. Como Israel Sokol, del asentamiento de Karnei Shomron, en el norte de Cisjordania, cuyo padre, Yehosha, recordaba en el entierro c¨®mo su hijo se quejaba de que el Gobierno imped¨ªa al ej¨¦rcito actuar sin cortapisas en Gaza. O Elkana Yehuda Sfez, de 25 a?os y residente en Kiriat Arba, el asentamiento cercano a la ciudad de Hebr¨®n, en el que reside el ultraderechista ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir.
El experto Levy asegura que estos perfiles cada vez est¨¢n m¨¢s presentes. No solo por la derechizaci¨®n de la sociedad israel¨ª en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, sino tambi¨¦n porque la voluntariedad del servicio en la reserva da m¨¢s presencia a personas provenientes de entornos religiosos y derechistas, y menos a las ¨¦lites y clases medias urbanas. Estos ¨²ltimos son, por lo general, m¨¢s seculares y liberales, con mejores trabajos que preservar y m¨¢s experiencia en unidades como inteligencia o ciberseguridad.
Agujero econ¨®mico
La movilizaci¨®n de los reservistas ha dejado tambi¨¦n un agujero de decenas de miles de trabajadores y estudiantes universitarios. Los 360.000 llamados a filas suponen un 8% de la mano de obra. En Tel Aviv o Jerusal¨¦n es habitual ver tiendas cerradas o caras nuevas justo en aquellos comercios que sol¨ªan atender hombres entre los 21 y los 45 a?os. El sector de la alta tecnolog¨ªa est¨¢ a medio gas. Decenas de miles, de hecho, ya han sido desmovilizados.
Cuesta valorar el impacto en la econom¨ªa, porque no se sabe cu¨¢nto durar¨¢ la movilizaci¨®n. Cada mes le ara?a al erario p¨²blico unos 1.200 millones de euros y las ausencias en el trabajo dejan un agujero calculado en 393 millones de euros. Los empleadores tienen que seguir pagando los salarios durante la ausencia. La ley les impide presionarlos para regresar, aunque no siempre sucede.
En el cenit del reclutamiento, un 30% de los matriculados en las universidades estaban en la reserva. Hoy, son un 10% y varios centros han paralizado estos d¨ªas los estudios, para ofrecer clases de recuperaci¨®n a los reservistas que regresan, informa el diario Haaretz. En la red social TikTok se puede ver un v¨ªdeo de un joven estudiando en el m¨®vil dentro de un veh¨ªculo militar en Gaza.
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