Herbert Kickl, el l¨ªder que quiere cambiar el ¡°sistema¡± y ha llevado a los ultras a su cima en Austria
Buen estratega y comunicador, el dirigente del FP?, ganador en las elecciones de este domingo, encarna un programa radical con la inmigraci¨®n y asilo, opuesto a la ayuda a Ucrania y contrario a medidas de lucha contra el cambio clim¨¢tico
El l¨ªder de la ultraderecha austriaca, Herbert Kickl, l¨ªder del FP?, pidi¨® el voto para dar la vuelta al pa¨ªs, cambiar ¡°el sistema¡± y cerrar la puerta al asilo y a la inmigraci¨®n. Este domingo ha conseguido, seg¨²n el escrutinio tras las elecciones parlamentarias en Austria, cruzar primero la l¨ªnea de meta con un resultado hist¨®rico para el partido, aunque de momento no tiene socio pol¨ªtico para gobernar o encabezar el Ejecutivo, como ha reclamado en caso de ganar.
Kickl (Villach, 55 a?os) asumi¨® las riendas de su formaci¨®n hace poco m¨¢s de tres a?os tras apartar de la direcci¨®n a Norbert Hofer, considerado una cara m¨¢s amable del FP? y que pretend¨ªa suavizar los mensajes. Su sucesor anunci¨® que endurecer¨ªa el tono nada m¨¢s ser elegido l¨ªder del partido en junio de 2021, y se marc¨® como objetivo devolver al FP? a la primera l¨ªnea tras la ca¨ªda en las urnas por el caso Ibiza. Ese esc¨¢ndalo le cost¨® en 2019 la vicecanciller¨ªa al exdirigente Heinz-Christian Strache en el Gobierno de coalici¨®n con el democristiano (?VP) Sebastian Kurz, que rompi¨® el pacto tras divulgarse un v¨ªdeo grabado con c¨¢mara oculta en Ibiza en el que el ultra propon¨ªa negocios dudosos a una falsa oligarca rusa.
El fracaso de la coalici¨®n ¨Dla tercera en la que participaba a nivel nacional¨D supuso tambi¨¦n el despido de Kickl como ministro del Interior, departamento del que sali¨® rodeado de pol¨¦mica tras impulsar una redada por presuntas irregularidades en los servicios de espionaje internos que acab¨® en nada judicialmente, pero que arruin¨® la imagen de la inteligencia austriaca.
De esa ¨¦poca son tambi¨¦n unas declaraciones suyas en las que abog¨® por ¡°concentrar¡± a solicitantes de asilo en centros de atenci¨®n b¨¢sica. Aunque neg¨® haber elegido deliberadamente una palabra que recuerda a los campos de concentraci¨®n nazis, el incidente da muestra de una ret¨®rica que apela a los m¨¢s extremistas en su partido. No menos pol¨¦mico fue que cuestionara como ministro la convenci¨®n europea de derechos humanos y afirmara que ¡°la ley debe seguir a la pol¨ªtica y no la pol¨ªtica a la ley¡±.
En estos a?os ha encarnado un programa radical con la inmigraci¨®n y el asilo, el apoyo a los manifestantes contrarios a las restricciones de la pandemia, su oposici¨®n a la ayuda a Ucrania y defensa de la neutralidad, as¨ª como el rechazo a medidas de lucha contra el cambio clim¨¢tico.
La receta, divulgada con un buen dominio de las redes sociales y en la televisi¨®n propia del partido, ya dio resultados en las elecciones regionales en Baja Austria en enero de 2023. Los comicios europeos del pasado junio se convirtieron luego en los primeros ganados a nivel nacional por los ultras, aunque con menos ventaja que este domingo.
Ide¨®logo
¡°Es inteligente, disciplinado y un buen estratega, sabe posicionar sus temas¡±, afirma el polit¨®logo de la Universidad de Viena Laurenz Ennser-Jedenastik. Y tiene ¡°mucha experiencia¡± pol¨ªtica; no en vano lleva d¨¦cadas ideando estrategias, primero para el l¨ªder hist¨®rico, J?rg Haider, al que ahora ha superado en resultado, y luego para Strache.
Deportivo ¨Dle gusta la escalada y el triatl¨®n¨D y reservado, conf¨ªa en muy pocas personas en su partido y no permite la entrada en su vida personal, seg¨²n describen en una biograf¨ªa no autorizada los periodistas Gernot Bauer y Robert Treichler (Kickl y la destrucci¨®n de Europa, editorial Paul Zsolnay). Estudi¨® Filosof¨ªa sin terminar la carrera y pas¨® directamente a trabajar en el FP?. Forma parte desde entonces de ese ¡°sistema¡± que tanto critica. Se cas¨® en 2018 con su novia de juventud sin invitados a la boda. Tiene un hijo, al que tambi¨¦n mantiene alejado del escenario pol¨ªtico.
En la etapa de Strache, el partido quiso marcar distancia con el antisemitismo ¨Dcomo lo hizo Marine Le Pen en Francia¨D y con el grupo radical de los Identitarios, vigilado por los servicios inteligencia austriacos por su extremismo. Kickl no ve motivo para mantenerlos lejos, los considera ¡°una ONG de derechas¡±. Tambi¨¦n resta importancia a las denuncias por intervenciones xen¨®fobas o antisemitas en sus filas, o acusaciones de exaltaci¨®n del pasado nazi prohibidas por ley en asociaciones afines. Que se le critique que pretenda ser llamado Volkskanzler, canciller del pueblo, como se defin¨ªa a Hitler antes de convertirse en F¨¹hrer del nazismo y Alemania, lo considera mala fe contra ¨¦l. ¡°Lo que digo no es de extrema derecha, sino normal¡±, solt¨® en el mitin de cierre de campa?a en Viena.
Kickl no tiene el carisma de Haider o la capacidad de Strache para el trato cercano con los militantes, a veces se le ve algo inc¨®modo con tanta atenci¨®n. Donde mejor se desenvuelve el l¨ªder de los ultras austriacos es en la tribuna de oradores, con sus arengas punzantes.
En la ¨²ltima fase de la campa?a ha intentado mostrar un perfil menos radical, con carteles electorales como: ¡°Vosotros sois los jefes, yo vuestro instrumento¡±, o ¡°H¨¢gase vuestra voluntad¡±, con resonancias b¨ªblicas. ¡°Eso funciona con mucha gente que tiene la sensaci¨®n de que ante el resto de partidos o la pol¨ªtica no tienen nada que decir¡±, apunta al respecto Kathrin Stainer-H?mmerle, polit¨®loga y profesora de la Escuela Superior de Ciencias Aplicadas de la Universidad de Carintia. ¡°Se sirve de factores que movilizan y son emocionales¡±, a?ade la experta. Esta vez le ha bastado para alcanzar la victoria, aunque lejos de una mayor¨ªa.
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