Israel replica en L¨ªbano el modelo de Gaza: ambulancias y hospitales son objetivos leg¨ªtimos
El 6% de los muertos en el pa¨ªs por fuego israel¨ª en el ¨²ltimo a?o es personal de emergencias. Suman ya 168, sobre todo sanitarios y bomberos
El 6% de los muertos libaneses por fuego israel¨ª en el ¨²ltimo a?o es personal de emergencias. 168 de 2.710. Sanitarios y bomberos, sobre todo. No como ¡°da?o colateral¡±, sino como objetivo, con misiles dirigidos contra las ambulancias en las que acuden a atender a las v¨ªctimas de un bombardeo o directamente contra el puesto en el que hacen la guardia. El ej¨¦rcito israel¨ª ha dejado adem¨¢s ocho hospitales fuera de servicio y otros siete, parcialmente, en el norte, centro y sur del pa¨ªs. Son todos datos del Ministerio de Sanidad de L¨ªbano, cuyo titular, Firas Abiad, acus¨® la semana pasada a Israel...
El 6% de los muertos libaneses por fuego israel¨ª en el ¨²ltimo a?o es personal de emergencias. 168 de 2.710. Sanitarios y bomberos, sobre todo. No como ¡°da?o colateral¡±, sino como objetivo, con misiles dirigidos contra las ambulancias en las que acuden a atender a las v¨ªctimas de un bombardeo o directamente contra el puesto en el que hacen la guardia. El ej¨¦rcito israel¨ª ha dejado adem¨¢s ocho hospitales fuera de servicio y otros siete, parcialmente, en el norte, centro y sur del pa¨ªs. Son todos datos del Ministerio de Sanidad de L¨ªbano, cuyo titular, Firas Abiad, acus¨® la semana pasada a Israel de llevar a cabo una campa?a ¡°deliberada y sistem¨¢tica¡± con el objetivo de ¡°sembrar el caos y el p¨¢nico¡± y ¡°generar problemas a las autoridades¡±.
Son 58 ataques a¨¦reos contra hospitales y cl¨ªnicas, 158 contra ambulancias y 72 contra veh¨ªculos de bomberos o de rescate desde que Hezbol¨¢ comenz¨® las hostilidades, el pasado 8 de octubre, pero concentrados abrumadoramente en las ¨²ltimas semanas de ofensiva. Los datos y testimonios apuntan a que el ej¨¦rcito israel¨ª ha llevado a su vecino del norte (que invadi¨® el pasado d¨ªa 1) la misma estrategia que lleva m¨¢s de un a?o aplicando en Gaza: el tratamiento ¨Den vulneraci¨®n de las normas de la guerra¨D del personal de emergencias como objetivo leg¨ªtimo (bajo la acusaci¨®n de que forman parte del enemigo o transportan armamento) y el se?alamiento de hospitales como escondites del enemigo.
La escasa diferencia entre muertos (168) y heridos (275) refuerza la tesis de que son ellos el objetivo, ya que suele ser bastante m¨¢s alta. Hussein Fakih ha estado a punto de engrosar el primer dato. Se ha quedado en el segundo y lo cuenta con un hilo de voz en la cama del hospital gubernamental Nabih Berry, en Nabatiye, una antes vibrante ciudad de 40.000 habitantes en el sur del pa¨ªs que luce ahora casi desierta.
?l es el responsable en la regi¨®n de Nabatiye de la defensa civil estatal, los servicios de emergencia que efect¨²an atenci¨®n m¨¦dica de urgencia y extinci¨®n de incendios. Sali¨® a atender a las v¨ªctimas de tres ataques cerca de un puesto de la defensa civil. Cuenta que, tras rescatar malherido a un colega que muri¨® al llegar al hospital, vieron otro ataque, as¨ª que se dirigieron hacia all¨¢.
¡°Enviamos nuestros veh¨ªculos. Algunos estaban apagando el fuego; otros, levantando los escombros; otros, rescatando a los heridos. La escena era horrible. Hab¨ªa fuego y partes de cuerpos por todas partes¡±, recuerda. Se dividieron y, cuando volv¨ªan a reagruparse, cay¨® otro misil, este a unos 10 metros de donde estaban. ¡°Ya no pod¨ªamos vernos unos a otros. Hab¨ªa humo por todas partes. Una vez se despej¨®, vimos que algunos est¨¢bamos heridos. Yo ten¨ªa vidrios y escombros por todo el cuerpo. Perd¨ª el conocimiento por un rato y el equipo me llev¨® al hospital. Solo hoy puedo volver a hablar¡±, cuenta entre cansado y sedado.
Hay una palabra clave que, en la pr¨¢ctica, supone un derecho de veto sobre la atenci¨®n sanitaria a los heridos: coordinaci¨®n. Es decir, la luz verde por parte de las autoridades militares israel¨ªes para que ambulancias y bomberos puedan salir. ¡°A veces llega en cinco minutos; a veces, en cinco horas¡±, explica Shafi Fouani, director m¨¦dico del hospital del Socorro Popular Liban¨¦s en Nabatiye. ¡°Otras¡±, a?ade, ¡°nos dicen que no. O nunca responden¡±.
La Cruz Roja Libanesa siempre la espera y salen en convoy con el ej¨¦rcito. Contacta a la parte israel¨ª, generalmente a trav¨¦s de la misi¨®n de la ONU en el sur de L¨ªbano (Unifil), y espera a su luz verde, aunque pierda un tiempo cr¨ªtico para la atenci¨®n. Sus ambulancias han sufrido algunos ataques, pero es la organizaci¨®n menos afectada.
La Defensa Civil estatal no lo hace, al menos en casos como este, al norte del r¨ªo Litani, es decir, fuera de la zona de operaciones de Unifil. ¡°Siempre hay coordinaci¨®n cuando se trata de la L¨ªnea Azul. Pero, ?a qui¨¦n tenemos que pedir permiso para ir a nuestras propias casas, de nuestros vecinos, a un edificio municipal¡?¡±, critica Fakih. ¡°Trabajar dentro de las ciudades es diferente. Estamos lejos de las l¨ªneas fronterizas, pero hoy la din¨¢mica ha cambiado. Todo se ha convertido en objetivo¡±.
Adem¨¢s de la Cruz Roja Libanesa y la Defensa Civil est¨¢n los servicios de emergencia de las dos grandes facciones chi¨ªes: Hezbol¨¢, el principal objetivo de la ofensiva israel¨ª, y Amal. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas mortales entre el personal de emergencias (m¨¢s de 80) pertenece al Comit¨¦ de Salud Isl¨¢mico, de Hezbol¨¢. Israel ha bombardeado incluso una de sus sedes en el centro de Beirut, matando a nueve de sus sanitarios, o una ambulancia aparcada frente al hospital estatal en Maryayun, a siete.
Otras dos decenas de muertos pertenecen a Risala, los boy scouts de Amal. En ambos casos se trata de organizaciones que mezclan personal y voluntarios y tienen acuerdos con el Ministerio de Sanidad. Cuando pod¨ªan, acud¨ªan a auxiliar a los milicianos heridos de Hezbol¨¢. Israel ya los ten¨ªa en el punto de mira, de hecho, en los 11 meses previos de guerra de baja intensidad, que se circunscrib¨ªa al sur del pa¨ªs, con bombardeos mucho m¨¢s quir¨²rgicos y unas reglas del juego no escritas que han saltado por los aires en la actual guerra con todas las letras.
Algunos sanitarios cuentan, bajo condici¨®n de anonimato, c¨®mo han salvado la vida o visto morir a compa?eros. Coinciden en que a menudo reciben un bombardeo de advertencia cuando van en camino. Justo unas decenas de metros m¨¢s adelante, para obligarles a dar marcha atr¨¢s. Otros hablan del ¡°segundo golpe¡±: el que llega cuando acuden a un lugar atacado.
Uno de los bombardeos m¨¢s letales tuvo lugar el 7 de octubre, contra el centro de emergencias en Baraashit, un pueblo cerca de la frontera. Mat¨® a 14 bomberos. El ej¨¦rcito lo defini¨® como un ¡°ataque preciso y basado en informaci¨®n de inteligencia contra varios operativos terroristas de Hezbol¨¢ que usaban una estaci¨®n de bomberos como puesto militar¡±.
Tres d¨ªas m¨¢s tarde, el ej¨¦rcito israel¨ª difundi¨® el siguiente comunicado: ¡°En los ¨²ltimos d¨ªas, los operativos de Hezbol¨¢ han aumentado el uso indebido de veh¨ªculos de emergencia, transportando operativos y municiones. Advertimos contra esta pr¨¢ctica y pedimos a todos los equipos m¨¦dicos que mantengan la distancia con los miembros de la organizaci¨®n terrorista y que no cooperen con ellos. Cualquier veh¨ªculo en el que se muestre que hay operativos armados con la intenci¨®n de llevar a cabo actos terroristas, independientemente del tipo de veh¨ªculo, es un objetivo militar¡±.
¡°Las ambulancias no se atreven a moverse ni siquiera entre los puestos¡±, admite Fouani. La mayor¨ªa de sanitarios, por edad, no han vivido la guerra civil, entre 1975-1990, ni la ocupaci¨®n israel¨ª del sur de L¨ªbano (1982-2000) o eran muy ni?os durante la anterior guerra entre Israel y Hezbol¨¢, en 2006, que dur¨® menos (34 d¨ªas) y dej¨® menos muertos (m¨¢s de 1.000) que la actual ofensiva, desencadenada con la detonaci¨®n por el Mosad de miles de buscas y walkie talkies encargados por Hezbol¨¢ y, poco despu¨¦s, la jornada m¨¢s letal del pa¨ªs en d¨¦cadas. ¡°As¨ª que tienen miedo, claro¡± concluye. ¡°Han visto durante meses las im¨¢genes en Gaza de [la invasi¨®n y bombardeo de los hospitales] Kamal Adw¨¢n, Al Shifa, Al Aqsa¡ y temen que pase lo mismo¡±, cuenta. ¡°Ahora mismo somos un hospital de campa?a. Hemos parado todos los servicios de neonatal, di¨¢lisis, ginecolog¨ªa¡ De todos modos, ya no quedan en la ciudad pacientes para ello. Se han ido¡±.
Hubo un caso en el que los propios corresponsales militares israel¨ªes admit¨ªan que el objetivo era impedir la ayuda para asegurar la muerte. El de Hashem Saifeddine, al que se daba por sucesor de Nasral¨¢ al frente de Hezbol¨¢. El ej¨¦rcito lanz¨® una potente bomba contra un edificio en Dahiye, el suburbio chi¨ª de Beirut, para matarlo el pasado d¨ªa 3. Desde entonces, atacaba a quien se acercaba a los escombros. Tres semanas m¨¢s tarde, lo dio oficialmente por muerto: ning¨²n ser humano aguanta tanto tiempo en esas circunstancias. De hecho, los servicios de rescate en general suelen insistir en que las primeras 72 horas son cruciales y cejan en la b¨²squeda tras una semana.
Bombardeo a 80 metros
El hospital privado Sainte-Th¨¦r¨¨se est¨¢ a la entrada de Dahiye, el suburbio sur de Beirut que Israel ha bombardeado con frecuencia y donde ha matado a los principales l¨ªderes de Hezbol¨¢, entre ellos Nasral¨¢. Desde la terraza se ven dos columnas de humo, de ataques esa misma ma?ana, dominando el cielo a pocos centenares de metros. A pie de tierra, las calles vac¨ªas, los militares vigilando los accesos al suburbio (la zona m¨¢s castigada por los ataques, junto con el sur del pa¨ªs) y las ventanas rotas por un bombardeo en la v¨ªspera. ¡°A unos 80 metros¡±, calcula su director ejecutivo, Elie Hachem, de 33 a?os. La explosi¨®n ha reventado tuber¨ªas, provocado inundaciones y da?ado los sistemas el¨¦ctricos, que un operario se afana en reparar subido a una escalera.
El centro funciona a mitad de capacidad. Al estar a las puertas de Dahiye, recibe algunos heridos graves de los bombardeos. La mayor¨ªa del personal que no ha escapado se ha tra¨ªdo a sus familias y vive ahora all¨ª, por temor a desplazarse a diario desde su lugar de residencia. El impacto tan cercano de la v¨ªspera les ha metido a¨²n m¨¢s miedo en el cuerpo. Cuando se extiende el rumor de que se avecina un nuevo ataque, bajan las persianas de atenci¨®n al casi inexistente p¨²blico.
En la v¨ªspera, el ej¨¦rcito israel¨ª avis¨® de que bombardear¨ªa la zona. ¡°Veinte minutos antes, sacamos de maternidad a un ni?o nacido prematuramente, que pesaba 900 gramos, y lo llevamos a la capilla. Lo peor es tener que tomar decisiones en segundos, sin tener claro si es m¨¢s arriesgado trasladar la incubadora o dejarlo donde estaba. Lo que necesitamos es que la comunidad internacional nos garantice que no vamos a ser un objetivo¡±, se?ala Hachem, m¨¢s concentrado en reorganizar los recursos y consolar al personal que indignado.
Otro hospital est¨¢ particularmente en el punto de mira estos d¨ªas: Al Sahel, cerca de Beirut. Es el nuevo Al Shifa de Gaza, bajo el que Israel situaba un inmenso centro de mando de Ham¨¢s que nadie encontr¨®. Estos d¨ªas est¨¢ inmerso en una din¨¢mica similar a la que vivi¨® el aeropuerto de Beirut el pasado junio, cuando el medio brit¨¢nico The Telegraph inform¨® ¨Da partir de fuentes an¨®nimas que hab¨ªan visto ¡°cajas inusualmente grandes¡±¨D de que Hezbol¨¢ escond¨ªa all¨ª armamento iran¨ª.
Como parec¨ªa una filtraci¨®n interesada para preparar el terreno para su eventual bombardeo, la direcci¨®n del aeropuerto organiz¨® un tour para que los periodistas comprobasen si era cierto. La semana pasada, el ej¨¦rcito israel¨ª dijo que Al Sahel esconde bajo tierra un ¡°b¨²nker secreto¡± de Hezbol¨¢ con 500 millones de d¨®lares en efectivo y oro. El centro tambi¨¦n organiz¨® un tour para la prensa, al que los portavoces militares respondieron burl¨¢ndose de que les hab¨ªan mostrado la zona equivocada (¡°Hezbol¨¢ no quiere que encontr¨¦is el dinero¡±), en un pingpong de acusaciones que parece m¨¢s destinado a usar a los periodistas para obtener informaci¨®n de inteligencia.