En los escombros del feudo de Hezbol¨¢ bombardeado por Israel: ¡°Llevamos siglos recibiendo golpes y levant¨¢ndonos¡±
Dahiye, el antes vibrante suburbio chi¨ª de la capital libanesa, luce casi vac¨ªo tras la huida de miles de vecinos. Los ataques a¨¦reos, convertidos en diarios, dejan cr¨¢teres, edificios derrumbados y se?ales en inmuebles y aceras cercanas
Un humo negro y constante hace a¨²n dif¨ªcil acercarse a los escombros. Sale de los restos de cuatro edificios residenciales bombardeados esa misma madrugada por la aviaci¨®n militar israel¨ª, en una din¨¢mica que hace apenas una semana parec¨ªa impensable y ahora se ha convertido en cotidiana en Dahiye, el antiguo hormiguero de personas, coches y motos al sur de Beirut que luce casi fantasma. Cada noche, el portavoz del ej¨¦rcito israel¨ª en lengua ¨¢rabe, Avijai Adree, difunde tres mapas con inmuebles marcados y ordena a quienes vivan cerca que salgan de inmediato y se alejen al menos medio kil¨®metro. Una media hora despu¨¦s comienzan los bombardeos, visibles desde la capital. El foso que el derrumbe de los inmuebles ha dejado aqu¨ª hace pocas horas es enorme. Un veh¨ªculo de bomberos se abre paso para terminar de apagar el incendio.
Es la nueva realidad de Dahiye que Hezbol¨¢ ¡ªes su feudo¡ªha querido mostrar este mi¨¦rcoles, con una visita para la prensa en la que ha intentado transmitir un mensaje de fortaleza tras encajar los mayores golpes de sus cuatro d¨¦cadas de historia. Es el primer tour que monta en distintos puntos de Dahiye desde que empezaron los bombardeos. Y a la visita se han sumado decenas de medios nacionales e internacionales.
En las calles, todas las tiendas est¨¢n cerradas. Adem¨¢s de los edificios atacados (algunos calcinados, pero en pie; otros convertidos en un amasijo de cemento, muebles y electrodom¨¦sticos), la se?al de las ondas expansivas puede verse en aceras y fachadas. Los cristales de las ventanas rotas por el suelo, los coches que alguien dej¨® aparcados y hoy son siniestro total, los toldos medio abrasados, las persianas de los comercios retorcidas por la explosi¨®n¡ El partido (de Dios, el significado de Hezbol¨¢) ha colocado banderas sobre los escombros con el rostro de Hasan Nasral¨¢, su l¨ªder asesinado por Israel la pasada semana, y una frase: ¡°Seremos definitivamente victoriosos¡±.
Entre edificio y edificio bombardeado, apenas se ve gente y, desde luego, muy pocas familias. Miles de personas han abandonado el barrio a toda prisa en los ¨²ltimos d¨ªas, para refugiarse en otras partes de la regi¨®n de Beirut o del pa¨ªs. Malviven sobre todo en apartamentos de conocidos (o de desconocidos que les echan una mano) y en escuelas convertidas en refugio, o han escapado a Siria o a Irak.
Durante la visita, hay un discurso oficial (preparado) y otro que surge m¨¢s espont¨¢neo de las entra?as de los j¨®venes de la zona que tienen, como m¨ªnimo, claras simpat¨ªas por Hezbol¨¢. Algunos aprovechan la presencia de las c¨¢maras para subirse a lo que antes eran muros para insultar a Israel. La rabia va tambi¨¦n contra los pa¨ªses ¨¢rabes, a los que se considera c¨®mplices (por acci¨®n o inacci¨®n) de las masacres en Gaza. ¡°Alg¨²n d¨ªa se arrepentir¨¢n, cuando se den cuenta de que somos simplemente la primera l¨ªnea de defensa contra el enemigo sionista¡±, asegura Ismail al-Najjar, un investigador y periodista muy cercano a Hezbol¨¢. Aqu¨ª, a quien se respeta es a Ir¨¢n, el gran aliado que acaba de lanzar 200 misiles contra Israel, en venganza ¨Dentre otros motivos¨D por la muerte de Nasral¨¢ y los bombardeos sobre L¨ªbano. Esa misma noche, de hecho, cuando comenzaban a circular los v¨ªdeos de misiles impactando en bases militares de Israel, sin ser interceptados por los sistemas de defensa antimisiles, los disparos al aire de celebraci¨®n en Dahiye se pod¨ªan escuchar en los alrededores.
El responsable de medios de Hezbol¨¢, Mohamed Afifi, participa en la visita e insiste en dos ideas, precisamente porque muchos dudan de que sean verdad. Una, el estado de una Hezbol¨¢ descabezada e infiltrada. ¡°Nuestras fuerzas est¨¢n preparadas. Tenemos suficientes armas y suficiente munici¨®n para hacer frente al enemigo¡±. La otra: qui¨¦n pagar¨¢ todo esto, una vez acabe Israel su intento de reconfigurar Oriente Pr¨®ximo. ¡°Lo reconstruiremos m¨¢s bonito y mejor que como estaba¡±, dec¨ªa ante uno de los edificios convertidos en escombros Es lo que sucedi¨® tras la guerra de 2006, pero Hezbol¨¢, Ir¨¢n ¨Dy la regi¨®n en general¨D eran otras.
Una ¡°heroica batalla¡±
Afifi hablaba as¨ª tambi¨¦n porque guardaba un as en la manga. Aseguraba que ¡°los combatientes de la resistencia¡± hab¨ªan librado horas antes ¡°una heroica batalla¡± con las tropas israel¨ªes en dos localidades del sur del pa¨ªs, Adayseh y Marun al Ras, cuyos ¡°resultados¡± ver¨ªamos y que prueban el buen estado de salud de la milicia. El ej¨¦rcito israel¨ª no se hab¨ªa pronunciado entonces sobre el tema, pero acabar¨ªa anunciando la muerte de ocho soldados en emboscadas. Es un n¨²mero alto (muy por debajo de los combates con Ham¨¢s en Gaza y m¨¢s en la l¨ªnea de la guerra de 2006 que Hezbol¨¢ acab¨® como vencedora moral). M¨¢s a¨²n, en el segundo d¨ªa de incursi¨®n terrestre. ¡°Es solo el principio¡±, amenazaba Afifi.
Hosein Mortada, un conocido periodista cercano a Hezbol¨¢ y a otros grupos de la resistencia en Oriente Pr¨®ximo, recoge el objetivo da?ado de una c¨¢mara de fotos de entre los escombros del edificio que albergaba la sede de Al Sirat (una televisi¨®n pro-Hezbol¨¢) para subrayar que era, al fin y al cabo, un medio de comunicaci¨®n y los residentes, civiles. El ej¨¦rcito israel¨ª asegura que la milicia almacenaba armas bajo el edificio.
Otro vecino que apoya a la milicia, Bilal Soulani se?ala a dos sitios para ilustrar que Hezbol¨¢ trasciende a sus integrantes. Uno, el coraz¨®n, y dice: ¡°Hezbol¨¢ est¨¢ aqu¨ª¡±. Luego, el socav¨®n humeante sobre el que se alzaban los edificios bombardeados, y a?ade: ¡°No all¨¢¡±.
Tambi¨¦n se acerca Ali Qasem para contar orgulloso que tiene cuatro hijos y ha puesto todos ¡°al servicio de la resistencia¡±. ¡°Esto de recibir golpes y levantarnos es algo que llevamos haciendo desde los d¨ªas de Kerbala¡±, dice en referencia a la ciudad iraqu¨ª que vivi¨® en el siglo VII una batalla clave en el cisma en el seno del islam entre chi¨ªes ¨Dcomo ¨¦l¨D y sun¨ªes. ¡°S¨ª, los israel¨ªes tienen aviones y tecnolog¨ªa. Pero ahora que han entrado en el sur, ojal¨¢ reciban su merecido¡±.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.