Scholz entra en campa?a y se postula como garante de la unidad en Alemania en tiempos de polarizaci¨®n
¡°Usted divide al pa¨ªs¡±, le replica en el Parlamento el conservador Merz, favorito en las elecciones anticipadas del pr¨®ximo febrero
El canciller socialdem¨®crata Olaf Scholz se ha presentado este mi¨¦rcoles ante el Bundestag como el garante de la unidad y la cohesi¨®n social de los alemanes en un momento de creciente polarizaci¨®n y pujanza de las fuerzas populistas. Su m¨¢ximo rival en las elecciones anticipadas del 23 de febrero, el democristiano Friedrich Merz, le ha respondido acus¨¢ndole de ser ¨¦l quien divide Alemania.
Tras romperse la coalici¨®n de Gobierno y qued...
El canciller socialdem¨®crata Olaf Scholz se ha presentado este mi¨¦rcoles ante el Bundestag como el garante de la unidad y la cohesi¨®n social de los alemanes en un momento de creciente polarizaci¨®n y pujanza de las fuerzas populistas. Su m¨¢ximo rival en las elecciones anticipadas del 23 de febrero, el democristiano Friedrich Merz, le ha respondido acus¨¢ndole de ser ¨¦l quien divide Alemania.
Tras romperse la coalici¨®n de Gobierno y quedar Scholz en minor¨ªa parlamentaria, se ha escenificado en el Parlamento federal el primer choque de una campa?a at¨ªpica en todos los sentidos. At¨ªpica por haberse adelantado medio a?o las elecciones, algo que suele suceder aproximadamente cada dos d¨¦cadas en este pa¨ªs ¡ªla ¨²ltima vez fue en 2005 y el socialdem¨®crata Gerhard Schr?der perdi¨® y le sucedi¨® la democristiana Angela Merkel, que gobernar¨ªa 16 a?os¨D. La campa?a es at¨ªpica, tambi¨¦n, por el contexto, con Alemania en recesi¨®n y el mundo a la espera del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Merz parte como favorito, seg¨²n todos los sondeos, aunque necesitar¨¢ gobernar en coalici¨®n con uno o m¨¢s partidos para asegurarse una mayor¨ªa parlamentaria. La extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) aspira a obtener su mejor resultado desde la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Federal. El canciller, con los sondeos a la contra y criticado incluso desde sus propias filas, corre el riesgo de sufrir un descalabro y ver definitivamente empa?ado un legado cuestionado.
¡°En febrero, los ciudadanos y las ciudadanas decidir¨¢n si nuestro pa¨ªs se mantiene cohesionado o si nos dividimos y enfrentamos los unos a los otros¡±, dijo Scholz, quien aludi¨® a Estados Unidos y la reelecci¨®n de Donald Trump como ejemplo de polarizaci¨®n social que dice querer evitar en Alemania. Le respondi¨® Merz, crecido por su ventaja en los sondeos y al que muchos ven como el pr¨®ximo canciller: ¡°Usted divide al pa¨ªs, se?or canciller federal.¡±
Al destituir la semana pasada, por sorpresa, a su ministro de Finanzas, el liberal Christian Lidner, y a otros dos ministros de este peque?o partido, Scholz precipit¨® el final de la coalici¨®n que gobernaba Alemania desde 2021. Su mandato deb¨ªa terminar en el oto?o de 2025. Lo har¨¢ medio a?o antes.
Sin los amarillos (liberales), de la llamada coalici¨®n sem¨¢foro solo quedan ahora los rojos (socialdem¨®cratas) y los verdes. La ruptura del tripartito, fruto de las peleas de egos, pero sobre todo de diferencias de fondo en la pol¨ªtica econ¨®mica, ha activado un nuevo calendario electoral. El canciller prev¨¦ someterse el 16 de diciembre a una moci¨®n de confianza y perderla. Es la v¨ªa constitucional disponible para disolver el Bundestag y elegir uno nuevo en la fecha acordada, el 23 de febrero.
El tono lo es todo en pol¨ªtica, y este mi¨¦rcoles Scholz eligi¨® uno del todo distinto al que us¨® el mi¨¦rcoles de la semana pasada para justificar la destituci¨®n de su ministro Lindner, llam¨¢ndole ¡°ego¨ªsta¡± y acus¨¢ndolo de ¡°traicionar¡± su confianza. El golpe sobre la mesa, el ya basta, choc¨® a algunos en un canciller que habla siempre en voz baja y suele rehuir las florituras ret¨®ricas y la confrontaci¨®n.
Ante el Bundestag, consciente de que encara una campa?a cuesta arriba, el canciller intent¨® adoptar los ropajes propios de su cargo, m¨¢s all¨¢ de la lucha partidista, y ocupar un centro que se le puede escapar en esta elecci¨®n. Las malas noticias se suceden para ¨¦l: los sondeos que le sit¨²an en torno al 15%, por detr¨¢s de la extrema derecha; hay dirigentes locales de su partido que expresan dudas sobre que sea ¨¦l el mejor candidato y postulan al ministro de Defensa, el popular Boris Pistorius; y este mismo mi¨¦rcoles, el Consejo de Expertos Econ¨®micos (los llamados cinco sabios) situaba la expectativa de crecimiento para 2025 en un 0,4% (el Gobierno preve¨ªa un 1,1% despu¨¦s de que el PIB retrocediese en 2023 y 2024).
¡°Yo nunca har¨¦ elegir a los ciudadanos y ciudadanas entre invertir en nuestra seguridad, o bien en buenos empleos y econom¨ªa e infraestructura¡±, dijo pensando en la derecha que asegura que no hay dinero para todo, y la izquierda populista que sostiene que el apoyo a Ucrania resta dinero para las pol¨ªticas sociales. ¡°O bien damos dinero al Ej¨¦rcito federal o tenemos pensiones seguras. O bien apoyamos a Ucrania o invertimos en Alemania. Este o bien esto o lo otro es err¨®neo y lleva al pa¨ªs por el mal camino.¡± El camino, a?adi¨®, ¡°del populismo y la extrema derecha.¡±
Scholz defendi¨® los ¡°compromisos¡± y la ¡°cooperaci¨®n¡± ante la ¡°polarizaci¨®n¡±. Intent¨® convencer a los democristianos para que ahora, antes del final acelerado de la legislatura, le ayuden a aprobar leyes socialdem¨®cratas ¨Dsobre las pensiones o para fomentar el crecimiento, entre otros¨D, lo que, pese a estar en minor¨ªa, le permitir¨ªa apuntarse alguna victoria legislativa antes de las elecciones. O, si la oposici¨®n se niega, podr¨ªa acusarla de falta de cooperaci¨®n ante la crisis econ¨®mica.
¡°Lo que usted ha presentado aqu¨ª, se?or canciller, es de otro mundo¡±, le replic¨® su rival Merz. ¡°No haga como si ahora, en la fase final de su Gobierno, todav¨ªa pudiera hacer algo¡±.
El l¨ªder democristiano se ve canciller, pero tambi¨¦n ve que en el pr¨®ximo Parlamento la presencia de la extrema derecha ser¨¢ mayor y tambi¨¦n la presi¨®n para que se acerque a ella. Mirando a la bancada de AfD, avis¨®: ¡°Ni antes, ni despu¨¦s, ni en ning¨²n otro momento habr¨¢ una colaboraci¨®n de mi grupo parlamentario con su gente. Me da igual cu¨¢ntos sean en el pr¨®ximo Bundestag. No habr¨¢ colaboraci¨®n¡±.
Una cosa es segura, despu¨¦s de lo escuchado este mi¨¦rcoles en el hemiciclo: la extrema derecha puede que sea m¨¢s fuerte que nunca desde el final de la II Guerra Mundial, pero seguir¨¢ alejada del poder.