Las heridas abiertas del gran terremoto de Turqu¨ªa, dos a?os despu¨¦s
Menos de un tercio de las viviendas destruidas han sido reconstruidas, medio mill¨®n de personas vive a¨²n en barracones y buena parte de la poblaci¨®n sufre problemas psicol¨®gicos relacionados con la cat¨¢strofe
Cada d¨ªa, el se?or Sabahattin abre su barber¨ªa como si nada hubiera cambiado. Su localizaci¨®n era magn¨ªfica: a dos pasos de la calle principal del centro hist¨®rico de Antioqu¨ªa, junto al mercado, los hoteles, las tiendas, frente a la iglesia protestante, muy cerca del templo ortodoxo de San Pedro y San Pablo. Ya no queda ninguno de esos edificios, apenas el suyo y el de un hotel, rodeados por descampados y escombros. ¡°Al d¨ªa pasan tres o cuatro...
Cada d¨ªa, el se?or Sabahattin abre su barber¨ªa como si nada hubiera cambiado. Su localizaci¨®n era magn¨ªfica: a dos pasos de la calle principal del centro hist¨®rico de Antioqu¨ªa, junto al mercado, los hoteles, las tiendas, frente a la iglesia protestante, muy cerca del templo ortodoxo de San Pedro y San Pablo. Ya no queda ninguno de esos edificios, apenas el suyo y el de un hotel, rodeados por descampados y escombros. ¡°Al d¨ªa pasan tres o cuatro clientes como mucho. Y se hace dif¨ªcil sobrevivir con ello, pagar las cotizaciones, la luz, el agua del negocio¡±, lamenta.
En realidad, si Sabahattin acude cada d¨ªa a su puesto de trabajo no es tanto por los clientes, sino porque no aguanta en el contenedor en el que lleva viviendo dos a?os, desde el fat¨ªdico 6 de febrero de 2023 en que dos terremotos de magnitud 7,5 y 7,8 sacudieron el sudeste de Turqu¨ªa y el norte de Siria, una zona superior en extensi¨®n a todo Portugal en la que habitaban m¨¢s de 15 millones de personas. El doble se¨ªsmo derrib¨® decenas de miles de edificios y mat¨® a m¨¢s de 60.000 personas.
Como Sabahattin, unas 500.000 personas en Turqu¨ªa contin¨²an viviendo en barracones prefabricados o, en algunos casos, en tiendas de campa?a. ¡°Nos hab¨ªamos acostumbrado a un apartamento de 150 metros cuadrados, y ahora vivimos en 21 metros. Es como si nos hubieran encerrado en una prisi¨®n, no es lugar para una familia de cinco personas¡±, se queja. Y se?alando al exterior, a los solares privados de vida que le rodean, a?ade: ¡°Pens¨¢bamos que, al pasar dos a?os, la situaci¨®n habr¨ªa mejorado, pero no. Estamos rodeados de destrucci¨®n, y as¨ª nos sentimos tambi¨¦n, destruidos por dentro. Necesit¨¢bamos cuidados, pero las autoridades no se preocupan por el pueblo¡±.
Es cierto que, respecto a un a?o atr¨¢s, la mayor parte de demoliciones de casas da?adas han culminado y se ha retirado la mayor¨ªa de escombros. Pero la ciudad de Antioqu¨ªa contin¨²a envuelta en el polvo, un ambiente que se hace por momentos irrespirables. Las gr¨²as y excavadoras preparan los terrenos y comienzan a levantar edificios, aunque a una velocidad mucho m¨¢s lenta de lo prometido.
En las semanas siguientes al terremoto, el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, prometi¨® que se entregar¨ªan 319.000 nuevas viviendas antes de culminar 2023. Han pasado dos a?os y ¨²nicamente se han entregado 201.580, ni siquiera un tercio de las que se perdieron por el terremoto. En Antioqu¨ªa, por ejemplo, se han edificado poco m¨¢s de 46.000, de las 300.000 destruidas o severamente da?adas (que equivalen a la mitad del parque inmobiliario existente antes de la cat¨¢strofe). ¡°Las promesas hechas tras el terremoto no se han cumplido y por la falta de viviendas se nos obliga a vivir en condiciones infrahumanas¡±, denuncia un informe de la Asociaci¨®n de Damnificados por el Terremoto de la provincia de Hatay, en la que se encuentra Antioqu¨ªa. En las en torno a 400 ¡°ciudades-container¡± establecidas en las 11 provincias afectadas por el terremoto, la vida no es f¨¢cil. Son hileras e hileras de barracones de familias apretujadas, que se inundan f¨¢cilmente cuando llueve y sufren constantes problemas con la electricidad.
¡°En realidad se ha hecho mucho. Pero todav¨ªa queda mucho por hacer. El problema han sido las expectativas poco realistas que crearon las autoridades justo despu¨¦s del terremoto¡±, justifica una fuente de una instituci¨®n internacional involucrada en la reconstrucci¨®n.
No solo se han destruido pueblos, barrios y calles enteras: tambi¨¦n las propias comunidades. Cientos de miles de personas han emigrado. Muchas han perdido, adem¨¢s de sus hogares, sus medios de supervivencia. Esto ha provocado ¡ªexplica una fuente de la Media Luna Roja en Kirikhan, otra localidad de Hatay¡ª que se observe ¡°un fuerte incremento¡± en el n¨²mero de menores que deben trabajar para apoyar a sus familias. ¡°Una preocupaci¨®n creciente, es el n¨²mero de ni?os en edad escolar que no van al colegio. Dependiendo de las zonas, en la regi¨®n afectada por el terremoto, tenemos ratios de absentismo superiores a las deseadas¡±, afirma Filippo Mazzarelli, jefe de operaciones de Unicef en la provincia de Gaziantep, durante una visita organizada por ECHO, la agencia de la UE de ayuda humanitaria.
Revivir el trauma
¡°Es muy dif¨ªcil adaptarse a esa nueva vida en un barrac¨®n, donde no se pueden mantener las condiciones de higiene y cuidados adecuados. Y eso afecta a la confianza en uno mismo¡±, sostiene Rabia, una joven psic¨®loga de la ciudad de Kilis.
Vivir en los barracones o en ciudades semidestruidas impide a los damnificados recuperar la normalidad y provoca que revivan la experiencia del terremoto. Los edificios vini¨¦ndose abajo, la huida en medio de la noche, la espera en calles cubiertas de nieve, mientras los gritos de aquellos atrapados bajo los escombros se apagaban esperando una ayuda que tard¨® demasiado en llegar. Muchos comparan aquella experiencia a un ¡°apocalipsis¡±, escribe el profesor de Sociolog¨ªa Vehbi Bayhan en la revista digital Fikir Turu, y las situaciones de estr¨¦s hacen que las v¨ªctimas revivan ese trauma, que es m¨¢s dif¨ªcil de afrontar, puesto que los mecanismos de apoyo ¡ªlas redes de amigos, vecinos y familiares¡ª han quedado rotas por las muertes y el desplazamiento, provocando ¡°un sentimiento de inseguridad ante todo y contra todos¡±.
En 2024, Unicef y la Asociaci¨®n de Estudios sobre Traumas y Salud Mental en Cat¨¢strofes llevaron a cabo un estudio entre familias en la zona del terremoto. ¡°Y hallamos una gran vulnerabilidad. El 43% de los individuos entrevistados exhib¨ªan s¨ªntomas entre moderados y severos de estr¨¦s postraum¨¢tico, el 65% sufr¨ªa ansiedad y el 68% depresi¨®n moderada o severa¡±, explica Mazzarelli. ¡°Esto indica que a¨²n se necesita mucho trabajo¡±, sentencia.