El mundo avanza hacia un nuevo orden imperial
El regreso de Trump al poder precipita, junto al militarismo ruso y el anhelo de potencia de China, la transici¨®n hacia un descarnado sistema de esferas de influencia

El mundo avanza hacia un nuevo orden, uno marcado por el fuerte regreso de las esferas de influencia de las potencias, por las l¨®gicas imperiales. Esta percepci¨®n aflor¨® potente en los discursos p¨²blicos y en las conversaciones privadas de la Conferencia de Seguridad de M¨²nich, celebrada este fin de semana. Rusia lleva a cabo desde hace a?os una pol¨ªtica imperialista por medios militares. China se declara sostenedora de un orden mundial multilateral, pero no lo respeta en lo que concierne los intereses de su esfera de influencia. Por ejemplo, ignorando sentencias internacionales. Ahora, como se ha comprobado este fin de semana en la capital b¨¢vara, Estados Unidos tambi¨¦n se adscribe a una l¨®gica de rasgos imperialistas, pretendiendo decidir la suerte de un continente sin consultar siquiera con sus aliados.
La decisi¨®n de Donald Trump de abrir un di¨¢logo con Vlad¨ªmir Putin ¡ªcon lo que parecen ser enormes concesiones previas a la negociaci¨®n¡ª ha sido definida por muchos un M¨²nich 2.0, en referencia a la pol¨ªtica de apaciguamiento que ensay¨® con Hitler en 1938 el entonces primer ministro brit¨¢nico, Neville Chamberlain. Pero Alexander Stubb, presidente de Finlandia y agudo observador de la pol¨ªtica internacional, dijo este domingo en una sesi¨®n plenaria de la conferencia que no cree que ese sea el top¨®nimo m¨¢s adecuado para desarrollar el an¨¢lisis. ¡°Creo que la yuxtaposici¨®n, la tensi¨®n que tenemos aqu¨ª es aquella entre Yalta y Helsinki¡±, en referencia tanto al acuerdo con el que, en 1945, Roosevelt, Churchill y Stalin se repartieron el mundo en esferas de influencia como al que en 1975 encumbr¨® en la capital finlandesa los conceptos de soberan¨ªa e integridad territorial de los pa¨ªses. ¡°Espero podamos revivir el esp¨ªritu de Helsinki. Veremos qu¨¦ pasa. Es un momento muy importante¡±, concluy¨® Stubb.
Pero el pesimismo abundaba en los pasillos del Bayerischer Hof, el hotel en el que se celebra la conferencia. No solo el espectro de Yalta ha aflorado con fuerza antes y durante la gran cita b¨¢vara. En las conversaciones de los expertos en M¨²nich era recurrente el concepto de un nuevo y temible imperialismo. Uno que no solo se evidencia en el di¨¢logo entre Trump y Putin sobre Ucrania y Europa, sino tambi¨¦n en las declaraciones del presidente de Estados Unidos acerca de Canad¨¢, Groenlandia y Panam¨¢, que suenan como los planteamientos de alguien que considera tener derechos especiales sobre la regi¨®n circunstante.
Tanto Dan Smith, director del Instituto Internacional de Estudios Para la Paz de Estocolmo, como Nathalie Tocci, directora del Instituto de Asuntos Internacionales italiano, mencionaron ese concepto en sendas conversaciones mantenidas este domingo.
¡°Me parece que va m¨¢s all¨¢ de las esferas de influencia. Me suena como expl¨ªcito imperialismo¡±, dice Smith acerca de las declaraciones de Trump. ¡°Sin duda avanzamos hacia un orden de esferas de influencia. Un mundo peor que el anterior, un mundo imperial, en el cual EE UU, Rusia y China se consideran potencias imperiales¡±, observa, por su parte, Tocci.
Doble viraje
¡°Creo que se est¨¢ produciendo un doble viraje¡±, prosigue Tocci. ¡°Por un lado, est¨¢ esa visi¨®n imperial del mundo. Pero si pensamos en estos dos d¨ªas [de conferencia en M¨²nich], hay un elemento a¨²n m¨¢s inquietante. En el famoso discurso de [J. D.] Vance [en el que el vicepresidente de EE UU arremeti¨® con inusual dureza contra los gobiernos e instituciones de Europa], hemos pasado de una situaci¨®n en la cual hab¨ªa una competici¨®n entre modelos ¡ªdemocr¨¢tico frente a autoritario¡ª a una en la que nuestros aliados democr¨¢ticos intentan debilitar nuestras democracias usando el argumento de la libertad de expresi¨®n. Es decir, una manipulaci¨®n del instrumento de la democracia para romper, dividir, devorar las colonias¡±.
Tocci hace referencia al punto neur¨¢lgico del nuevo orden que se va conformando, el componente novedoso de los viejos instintos imperialistas que rebrotan. La gira europea de Vance, con su participaci¨®n en la conferencia sobre inteligencia artificial en Par¨ªs y en la conferencia de M¨²nich, ha sido una expl¨ªcita campa?a de ataque contra los intentos europeos de regular el espacio digital en el que prosperan grandes compa?¨ªas estadounidenses estrechamente asociadas al Gobierno de Trump ¡ªo incluso sustancialmente parte de ¨¦l, como en el caso de Elon Musk¡ª.
En su discurso en la capital b¨¢vara, Vance sostuvo que en Europa se est¨¢ reprimiendo de manera antidemocr¨¢tica el discurso de los ultraderechistas, y se?al¨® que eso, a su juicio, es la principal amenaza que se ci?e sobre el continente, por encima de los tanques y los misiles de Putin.
¡°Por un lado, con lo ocurrido en las ¨²ltimas semanas con la Administraci¨®n de Trump, en las negociaciones sobre Ucrania y con el discurso de Vance, se ve un cambio extraordinariamente profundo¡±, dice Smith. ¡°Al mismo tiempo, lo que tenemos delante se ha ido desarrollando durante a?os. Hay un proceso de largo plazo que ha debilitado el tejido del orden mundial como lo entendemos, que ha propiciado la posibilidad de cambios en la relaci¨®n transatl¨¢ntica, que tiene a que ver con el balance de poder entre EE UU, Rusia y China¡±, prosigue Smith.
Es este un balance en el que China ha acumulado mucha fuerza y EE UU quiere concentrar sus medios en contenerla. En esa ¨®ptica, mientras la Administraci¨®n Biden parec¨ªa ver a los aliados europeos como un posible activo para organizar esa contenci¨®n, la de Trump parece ver a Europa como un lastre que absorbe recursos que no se quieren destinar ah¨ª ¡ªy como un territorio en el cual cosechar beneficios¡ª. Ejemplos de esto ¨²ltimo son la agresiva campa?a para defender los intereses de las multinacionales tecnol¨®gicas estadounidenses o los intentos de hacerse con un acceso privilegiado a los recursos mineros estrat¨¦gicos de Ucrania.
La dureza del discurso de Vance ¡ªo la dureza del no con el cual el enviado especial de Trump para Ucrania, el general Keith Kellogg, respondi¨® a la pregunta de si habr¨ªa un asiento para los europeos en la mesa de negociaci¨®n de paz con Rusia¡ª dejan poco margen a dudas acerca de la consideraci¨®n de Washington hacia los pa¨ªses de Europa.
En ese contexto, los l¨ªderes europeos buscan con urgencia perfilar una respuesta, y en ese marco se inscribe la reuni¨®n convocada en Par¨ªs este lunes. Sin duda, han tomado medidas en los tres a?os desde la invasi¨®n a gran escala, con un incremento del gasto en defensa de los pa¨ªses de la UE desde 200.000 millones de euros hasta los 320.000, seg¨²n datos de la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen. Pero los discursos p¨²blicos y privados de mandatarios y expertos coinciden en que a Europa le queda mucho camino para afrontar con seguridad y serenidad los riesgos de esta nueva ¨¦poca imperial, por su insuficiente fortaleza y autonom¨ªa militar y tecnol¨®gica.
En la edici¨®n de 2007 de la conferencia de M¨²nich, Putin pronunci¨® un hist¨®rico discurso en el que por primera vez de forma expl¨ªcita y desafiante dijo que no aceptaba la hegemon¨ªa estadounidense. Entonces reclam¨®, sustancialmente, que se reconociera a Rusia una esfera de influencia. La conferencia de M¨²nich de 2025 ha ofrecido muchos elementos que hacen pensar que est¨¢ m¨¢s cerca que nunca de conseguirlo.
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