Los ultras alemanes se marcan el objetivo de gobernar para cumplir ¡°la voluntad del pueblo¡± tras un resultado hist¨®rico

Alternativa para Alemania (AfD), el partido que en enero de 2024 sac¨® a las calles a m¨¢s de un mill¨®n de personas indignadas por la filtraci¨®n de un oscuro proyecto que hablaba de deportaciones masivas de migrantes ¡ªe incluso de alemanes de origen extranjero¡ª ha logrado algo que hace pocos a?os parecer¨ªa una fantas¨ªa: convertirse en el segundo partido del Bundestag. Nunca en la historia de la Rep¨²blica Federal hab¨ªa ocurrido algo parecido. Pese al innegable ¨¦xito, conseguir un 20% de los votos, su candidata a canciller, Alice Weidel, no se conforma. El domingo, nada m¨¢s confirmar que ser¨¢ la nueva l¨ªder de la oposici¨®n del Gobierno de Friedrich Merz, ya se pon¨ªa su pr¨®ximo objetivo: superar a la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU) en unas elecciones que se celebrar¨ªan, seg¨²n pronostic¨®, ¡°m¨¢s pronto de lo que muchos creen¡±.

Weidel anunci¨® su disposici¨®n para participar en la formaci¨®n de un gobierno para cumplir lo que denomin¨® ¡°la voluntad del pueblo, la voluntad de Alemania¡± tras una campa?a electoral que calific¨® de ¡°grandiosa¡±. La oferta de Weidel no tiene ninguna posibilidad de cumplirse, ya que el resto de los partidos descartan de forma rotunda gobernar con AfD.

En la sede de AfD situada en Wittenau, un tranquilo barrio al norte de Berl¨ªn, corr¨ªa el cava, la cerveza y la alegr¨ªa. Al igual que ha ocurrido durante toda la campa?a, el partido ultra ha contado este domingo con importantes aliados en Estados Unidos. Elon Musk, el hombre m¨¢s rico del mundo y el colaborador m¨¢s estrecho del presidente Donald Trump, ha publicado constantes mensajes en X, su red social, en los que aseguraba que solo AfD pod¨ªa salvar Alemania.

Pese a definirse como un partido patriota, que por encima de todo defiende los intereses y soberan¨ªa de Alemania, las opiniones de Musk no encontraban en la sede de AfD m¨¢s que aplausos. ¡°Musk es un gran empresario que expresa su opini¨®n. Tambi¨¦n habla Greta Thunberg a favor del clima y a nadie le molesta¡± aseguraba el diputado Wolfgang Wiehle.

Tampoco parec¨ªa molestar la guerra comercial que planea Trump, que amenaza con causar da?os importantes a la econom¨ªa alemana. Los militantes y dirigentes de AfD admit¨ªan que pod¨ªa haber alguna diferencia con el presidente de EE UU, pero que eso no evitaba que fuera un modelo para ellos. ¡°Tiene muchos puntos que nos gustan, como acabar con la burocracia, expulsar a inmigrantes ilegales y poner fin a la ideolog¨ªa woke. Defiende su pa¨ªs por encima de todo. Y eso es lo que tenemos que hacer los alemanes¡±, a?ad¨ªa el diputado Jan Wenzel Schmidt.

Una opini¨®n parecida mostraba el eurodiputado de Vox Jorge Buxad¨¦, que fue a la sede de AfD a mostrar su solidaridad a sus amigos alemanes. ¡°Nosotros sabemos qu¨¦ es lo importante que est¨¢ haciendo la Administraci¨®n Trump. Acabar con USAID, la madre de todos los chiringuitos, de la ideolog¨ªa woke¡±. Buxad¨¦ tambi¨¦n aplaud¨ªa las opiniones de Musk sobre los asuntos alemanes. ¡°Tiene toda la libertad de decir lo que le d¨¦ la pu?etera gana. Y eso es lo que nosotros reclamamos, que todo el mundo pueda decir lo que le d¨¦ la gana¡±.

Buxad¨¦ destacaba la importancia de lo ocurrido el domingo: ¡°Una gran parte del pueblo alem¨¢n rechaza el modelo de gobierno en Alemania, que es el mismo de Bruselas, esa gran coalici¨®n de socialistas, populares, liberales, verdes que pone de manifiesto que la inmigraci¨®n y la inseguridad en las calles es cada vez mayor¡±. El dirigente de Vox considera que el partido alem¨¢n ha sufrido una campa?a de agresiones por parte de ¡°supuestos grupos antifascistas¡±. ¡°Necesitan nuestro apoyo, nuestro cari?o y nuestra cooperaci¨®n¡±. Buxad¨¦ protestaba por sufrir el mismo cord¨®n sanitario que aplican todos los partidos alemanes a AfD, pese la evidencia de que Vox ha gobernado varias comunidades aut¨®nomas y ciudades junto al PP, algo que ser¨ªa impensable en Alemania.

Mientras los dirigentes de AfD celebraban su ¨¦xito, fuera del recinto m¨¢s de un centenar de personas pitaban, llevaban pancartas y hac¨ªan todo lo posible para mostrar su enfado. Entre ellos estaba Peter, que reconoc¨ªa estar atemorizado porque tiene dos hijos negros y est¨¢ convencido de que un AfD fuerte supone una vida peor para todos los que tengan ¡°otro color, otra sexualidad o sean m¨¢s pobres que la media¡±. ¡°Hablan de conceptos como reemigraci¨®n, que supone expulsar a gente incluso con pasaporte alem¨¢n. Es un gran peligro para la sociedad¡±, a?ad¨ªa. Un fuerte cord¨®n policial separaba a los manifestantes de los l¨ªderes de AfD. Los carteles de los manifestantes lo dejaban claro. ¡°Bj?rn H?cke [l¨ªder del partido en el Estado oriental de Turingia, y uno de sus miembros m¨¢s radicales] es un nazi¡±, aseguraba uno. Otro anunciaba: ¡°Estamos a punto de entrar en 1933 [a?o de la llegada al poder de Adolf Hitler]¡±.