Las diferencias que dividen a una ultraderecha europea en auge
El nacionalismo y una ret¨®rica muy dura sobre inmigraci¨®n unen a los grupos ultra de la UE, pero las divergencias sobre Rusia, los derechos de la mujer y otros asuntos evitan la formaci¨®n de un bloque unitario en el Parlamento Europeo
Elecciones y sondeos evidencian una fase de auge de las fuerzas de ultraderecha en Europa. Aunque hayan sufrido reveses recientemente ¡ªen Polonia, por ejemplo¡ª el cuadro de conjunto apunta a que en los comicios europeos de junio, la constelaci¨®n ultra, enormemente diversa y desunida, cosechar¨¢ un resultado mejor que en 2019. Estas formaciones tienen opciones de vencer en la cita en Italia, Francia, Pa¨ªses Bajos, Hungr¨ªa o Austria y quedar segundos en Alemania, entre otros. Seg¨²n las proyecciones de la plataforma EuropeElects elaboradas sobre la base de medias de sondeos, si se votara hoy, el conjunto de fuerzas m¨¢s a la derecha del Partido Popular Europeo (PPE) ¡ªcon una gran representaci¨®n euroesc¨¦ptica¡ª obtendr¨ªa m¨¢s de 180 de los 720 esca?os del Parlamento Europeo.
Un resultado de ese estilo otorgar¨ªa a la ultraderecha una significativa capacidad de influencia en una legislatura europea que abordar¨¢ proyectos de transformaci¨®n de la UE de enorme calado. Puede ralentizar la transici¨®n verde ¡ªanaliza Rosa Balfour, directora del Centro Carnegie Europa¡ª, tambi¨¦n las normas comunitarias sobre el Estado de derecho, la ampliaci¨®n hacia el este y abonar el camino para pol¨ªticas todav¨ªa m¨¢s restrictivas en materia migratoria. ¡°Y el Parlamento podr¨ªa polarizarse a¨²n m¨¢s en desaf¨ªos cr¨ªticos de pol¨ªtica exterior, como el apoyo a la defensa de Ucrania contra la invasi¨®n rusa y la respuesta a la guerra entre Israel y Ham¨¢s y la escalada en Oriente Pr¨®ximo¡±, apunta Balfour, que firma un extenso estudio sobre la influencia de la derecha radical en la Uni¨®n junto a Stefan Lehne.
Sin embargo, todo an¨¢lisis sobre el espacio que se suele catalogar bajo la etiqueta ¨²nica de ultraderecha debe tener en cuenta las considerables diferencias que, junto a las sinton¨ªas, se detectan entre los partidos que forman parte de ¨¦l.
Estas divergencias afectan a algunos de los asuntos m¨¢s importantes de la agenda pol¨ªtica. Con respecto a Rusia, algunos ¡ªcomo el polaco Ley y Justicia (PiS) o Hermanos de Italia, el partido de Giorgia Meloni¡ª son partidarios de posiciones muy firmes, mientras otros (como la francesa Marine Le Pen, el italiano Matteo Salvini o el partido ultra alem¨¢n AfD, Alternativa para Alemania), son mucho m¨¢s tibios o incluso escorados hacia posiciones m¨¢s pro-Kremlin.
En cuanto a los derechos y la posici¨®n de la mujer en la sociedad, la ultraderecha n¨®rdica tiene postulados mucho m¨¢s avanzados que los ultraconservadores del sur o del este de Europa, reflexiona Giovanni Capoccia, profesor de pol¨ªtica comparada en la Universidad de Oxford y experto en extremismo, en una entrevista telef¨®nica concedida sobre este tema a finales de marzo. Asimismo, pueden detectarse diferencias en materia fiscal y de pol¨ªticas sociales.
Divisi¨®n en la Euroc¨¢mara
Un emblema de esas divergencias es su divisi¨®n en el Parlamento Europeo. En la actual legislatura, se han alineado en dos agrupaciones, el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR: Hermanos de Italia, PiS, Vox, Dem¨®cratas Suecos, entre otros) y el de Identidad y Democracia (ID: Reagrupamiento Nacional franc¨¦s, AfD, Liga italiana, entre otros). Fidesz, del nacionalpopulista Viktor Orb¨¢n, que lleg¨® a formar parte del Partido Popular Europeo, no est¨¢ adscrito a ning¨²n grupo.
Las diferencias entre ID y ECR evitan que se forme un gran grupo ultra en la Euroc¨¢mara. Para gran parte de los reformistas y conservadores, las posiciones m¨¢s cercanas a Rusia de formaciones en ID fulminan esa posibilidad, como apunta el eurodiputado de Hermanos de Italia Nicola Procaccini.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisi¨®n Europea y candidata del PPE a repetir en el cargo, ha abierto la puerta esta semana a formas de cooperaci¨®n con ECR, tal y como desean amplias corrientes de su grupo. Su gesto ha causado enorme desagrado en los socialdem¨®cratas y la izquierda, y han aumentado las voces que la acusan de ¡°blanquear¡± a la ultraderecha. A unos y a otros.
Pero incluso dentro del propio ECR, distinguen distintas fuentes del PPE en varias entrevistas desde el mes de marzo, no es igual el partido del primer ministro checo, Petr Fiala ¡ªal que los populares han llegado a cortejar para ingresarlo en su grupo¡ª que el franc¨¦s Reconquista, fundado por ?ric Zemmour, uno de los grandes difusores de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n del ¡°gran reemplazo¡±. Y m¨¢s: hay gran distancia entre las posiciones radicalmente antiabortistas de PiS, y una visi¨®n mucho m¨¢s liberal de la materia por parte de formaciones como los Dem¨®cratas Suecos.
Pugna entre Le Pen y AfD
Tambi¨¦n hay diferencias severas ¡ªy turbulencias¡ª en el seno de ID, como muestran las recientes tensiones entre dos de sus miembros estrellas: el partido Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen y Alternativa para Alemania (AfD). La alianza con el socio alem¨¢n, m¨¢s radical en algunos puntos, complica el esfuerzo de Le Pen para presentar una imagen de moderaci¨®n.
Cuando Le Pen y el presidente de su partido y candidato europeo, Jordan Bardella, almorzaron el 20 de febrero en Par¨ªs con la copresidenta de AfD, Alice Weidel, los franceses optaron por la discreci¨®n. Weidel, en cambio, hizo p¨²blico el encuentro.
Bardella explic¨® despu¨¦s en la cadena BFMTV que en el almuerzo, ¨¦l y Le Pen expresaron a Weidel su ¡°desacuerdo respecto a esta medida que consiste en retirar la nacionalidad a personas que la hayan adquirido, en funci¨®n de tal o cual origen o pertenencia religiosa¡±. Las revelaciones en Alemania sobre los planes internos de la extrema derecha de este pa¨ªs para expulsar masivamente emigrantes han incomodado a sus hom¨®logos franceses, pues los consideran demasiado radicales.
Por supuesto, estos partidos tienen claros elementos pol¨ªticos y ret¨®ricos aglutinadores. ¡°Yo creo que los grandes denominadores comunes son el nacionalismo y la cuesti¨®n migratoria¡±, dice Capoccia.
Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, a?ade otro: ¡°El discurso ley y orden, en gran medida vinculado al migratorio, con el intento de asociar inseguridad e inmigraci¨®n¡±.
En muchos casos se detectan intentos de cooperaci¨®n o de proyectar una imagen de movimiento com¨²n, incluido con fuerzas parecidas al otro lado del Atl¨¢ntico, como Trump o Milei.
Pero, como muestra la pugna Le Pen-AfD, incluso en estos denominadores comunes la conjugaci¨®n concreta de las pol¨ªticas difiere en base a m¨²ltiples factores, desde estar en el poder (o cerca de conquistarlo) o estar lejos de ¨¦l, hasta los valores dominantes en la sociedad cuyos votos buscan.
¡°Generalmente, estos partidos se adaptan de manera flexible a las problem¨¢ticas de la sociedad en la que act¨²an y tratan de luchar desde posiciones que no son perdedoras desde el inicio¡±, observa Capoccia. ¡°As¨ª, vemos que la posici¨®n de los Dem¨®cratas Suecos en materia de derechos de la mujer puede parecerse a la de un partido de izquierdas en otros lugares de Europa. En cambio, donde los valores cristianos est¨¢n muy arraigados, la ultraderecha se sit¨²a en posiciones muy conservadoras, conecta el papel de la mujer con la idea de batalla de civilizaciones, con el rol procreador, parir m¨¢s ni?os porque as¨ª no son necesarios inmigrantes para la econom¨ªa¡±, prosigue el experto.
Molina se?ala otros elementos diferenciales, entre ellos que algunos de estos partidos tienen una matriz ultraliberal y otros, en cambio, un importante componente de protecci¨®n social, y estos ¨²ltimos tocan con mucha m¨¢s fuerza la tecla del ¡°chauvinismo del Estado de bienestar¡±. ¡°Partidos como Vox o AfD tienen en su origen un fuerte componente ultraliberal, cuya apuesta es impuestos bajos. Otros en cambio ponen el acento en la voluntad de mantener un s¨®lido Estado del bienestar, y tratan de estigmatizar a extranjeros que seg¨²n ellos se aprovechan del sistema reduciendo su eficacia¡±, dice Molina.
Otro elemento importante es el apego a los valores democr¨¢ticos. Fidesz, de Orb¨¢n, o el PiS polaco (del ECR al que Von der Leyen abre la puerta) han protagonizado acciones de gobierno consideradas lesivas para la calidad del tejido democr¨¢tico por la Comisi¨®n Europea y m¨²ltiples centros de estudios independientes. Bruselas tambi¨¦n ha lanzado advertencias al Gobierno eslovaco por medidas como el desmantelamiento de la Fiscal¨ªa especial anticorrupci¨®n. En cambio, no ha habido acciones o advertencias del mismo tipo con respecto al ejercicio del poder por parte de Giorgia Meloni en Italia.
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