Mamparas de plexigl¨¢s, reflejos fantasmag¨®ricos y... una mosca
En tiempos de coronavirus nada est¨¢ escrito. La pantalla de pl¨¢stico fue de obligado cumplimiento y al debate asisti¨® una estrella no invitada
En tiempos de incertidumbre, lo m¨¢s normal es que una estrella no invitada, en este caso una mosca, acabe aterrizando en la cabeza del vicepresidente de Estados Unidos y permanezca toda negra ella sobre el cabello blanco como la nieve de Mike Pence, tanto tiempo -cerca de dos minutos- como para lograr titulares y cuenta propia en Twitter. ¡°Todo el mundo est¨¢ celoso porque tengo el mejor asiento esta noche en el debate¡±, tuiteaba @MikePenceFly. Fue el cl¨ªmax de una noche de debate entre los candidatos a vicepresidente de Estados Unidos para las elecciones del pr¨®ximo 3 de noviembre que, por cierto, comenz¨® con retraso. Ese dato ya deber¨ªa de haber dado una pista de que el control sobre lo que sucede cada d¨ªa en el mundo es una entelequia en 2020.
En tiempos de pandemia, con el presidente de Estados Unidos contagiado por la covid-19, pero asegurando que se siente mejor que nunca y que ha sido una bendici¨®n de Dios la enfermedad, los organizadores del debate en Salt Lake City no estaban por la labor de engrosar el n¨²mero de enfermos dentro de las filas del poder. En la naci¨®n los muertos ya superan los 210.000 y los contagiados los siete millones. En el entorno de la Casa Blanca, hay 34 personas enfermas de coronavirus, entre ellas el mandatario y su esposa, Melania.
Con la seguridad sanitaria en mente, por primera vez en la historia, como tantas otras cosas desde que la covid-19 lleg¨® para instaurar la nueva normalidad, el escenario del debate fue modificado y se instalaron unas apropiadas pantallas de metacrilato -o plexigl¨¢s- que proteg¨ªan el flanco de los candidatos como lo hace un cristal de seguridad en un banco para evitar un asalto. Se duplic¨® la distancia de seguridad. El p¨²blico en el plat¨® en el que se convirti¨® la Universidad de Utah fue reducido al m¨ªnimo. El uso de mascarillas era de obligado cumplimiento. Como sucedi¨® la semana pasada con Donald Trump y Joe Biden, no hubo apret¨®n de manos.
Hab¨ªa que evitar la agresi¨®n del coronavirus, algo a lo que en principio se neg¨® la campa?a del candidato republicano, Mike Pence. Quiz¨¢ pon¨ªa en duda su hombr¨ªa, al fin y al cabo la Casa Blanca saca pecho frente a la enfermedad y el presidente se arranca la mascarilla delante de las c¨¢maras en un acto de desaf¨ªo ante un virus que tiene al planeta temblando sin fecha pr¨®xima de caducidad en la incertidumbre de cu¨¢ndo habr¨¢ una vacuna y cu¨¢ndo volver¨¢n los apretones de mano, los abrazos, la vida como se conoc¨ªa.
La pandemia lo infecta todo. Se hablar¨¢ poco o mucho de ella durante el debate -y sin duda no se habl¨® lo suficiente-, all¨ª estaba, presente en esas detestables pantallas de pl¨¢stico que nos recuerdan que cada acto de cada d¨ªa, cada decisi¨®n, cada movimiento est¨¢ afectado por el coronavirus. Las c¨¢maras de televisi¨®n ofrec¨ªan un plano de la senadora Kamala Harris con un reflejo casi fantasmal del vicepresidente Mike Pence en el biombo de plexigl¨¢s.
Esas mismas c¨¢maras mostraban a Pence de rostro muy blanco, deficiente en vitamina D, a pesar de haber disfrutado del aire libre -aunque no hubo sol- en el acto celebrado en el Rose Garden de la Casa Blanca, lugar que se supone zona cero de los contagios de coronavirus en la Administraci¨®n de Donald Trump. Lo que ten¨ªa el evang¨¦lico Pence eran unos sospechosos ojos de color rosa que las lenguas m¨¢s mal¨¦ficas de Twitter atribu¨ªan a una conjuntivitis aguda, uno de los s¨ªntomas, c¨®mo no, de coronavirus.
El plexigl¨¢s y sus reflejos paranormales dejaron de ser interesantes cuando apareci¨® la mosca, que no paraba de sumar seguidores en Twitter. Incluso Joe Biden decidi¨® sacar r¨¦dito econ¨®mico de un suceso tan fuera del guion y solicitaba a sus seguidores que donaran cinco d¨®lares, jugando con el doble sentido, para que ¡°esta campa?a pueda volar¡±. Ni un minuto que perder, ni un d¨®lar que dejar de recaudar. La mosca ya forma parte de la historia de los debates en la carrera por la Casa Blanca de Estados Unidos. Y se lo quer¨ªan perder.
Pitch in $5 to help this campaign fly. https://t.co/CqHAId0j8t pic.twitter.com/NbkPl0a8HV
— Joe Biden (@JoeBiden) October 8, 2020
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