El caos se apodera de la campa?a de Estados Unidos
Trump recibe a sus seguidores en un controvertido uso de la Casa Blanca para un acto de campa?a antes de conocer el parte m¨¦dico que le declaraba como no contagioso
El presidente Donald Trump retom¨® este s¨¢bado la campa?a electoral, una semana despu¨¦s de anunciar su positivo por una enfermedad potencialmente mortal y tras nueve d¨ªas de reclusi¨®n que quiso compensar, bajo los efectos de un tratamiento de esteroides, con una m¨¢s que desconcertante ofensiva de v¨ªdeos e intervenciones medi¨¢ticas. Un brote de coronavirus en la Casa Blanca ha afectado ya a m¨¢s de 30 personas y ha vaciado de vida y llenado de ansiedad el ala Oeste. El pr¨®ximo debate presidencial se ha cancelado. La l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara baja, Nancy Pelosi, ha iniciado el proceso para permitir la inhabilitaci¨®n del presidente por cuestiones de salud mental y f¨ªsica. El Senado se dispone a arrancar las hist¨®ricas audiencias para la confirmaci¨®n in extremis de un relevo en el Tribunal Supremo que puede cambiar el curso de los avances sociales en el pa¨ªs.
En el Congreso, los mensajes err¨¢ticos de Trump enquistan el bloqueo en la tramitaci¨®n de un nuevo paquete de rescate necesario para mitigar los efectos del mayor colapso econ¨®mico que sufre el pa¨ªs desde la Gran Depresi¨®n. El FBI aborta una trama de milicianos armados para secuestrar a la gobernadora de Michigan y promover una ¡°guerra civil¡±. El pa¨ªs sigue golpeado sin piedad por una pandemia que ha matado ya a m¨¢s de 214.000 estadounidenses, que contin¨²a creciendo en 40 Estados y cobr¨¢ndose casi mil vidas cada d¨ªa. Los dos partidos se preparan para una eventual emergencia que se desatar¨ªa si un recuento ajustado lleva a una contestaci¨®n del resultado. As¨ª es como los ciudadanos de la primera potencia mundial se encaminan a unas elecciones que sus l¨ªderes, enfrentados en casi todo lo dem¨¢s, coinciden en calificar como las m¨¢s importantes de sus vidas.
Ni el m¨¢s fantasioso guionista habr¨ªa podido imaginar el caos que se ha apoderado de la pol¨ªtica estadounidense a tres semanas de las elecciones. En un, cuando menos, controvertido uso de la Casa Blanca para un acto de campa?a, antes de conocer el parte m¨¦dico que le declaraba como no contagioso, Donald Trump recibi¨® este s¨¢bado a un grupo de seguidores, en su mayor¨ªa afroamericanos y latinos, precisamente los colectivos m¨¢s golpeados por la pandemia, a los que se dirigi¨® sin m¨¢scara desde un balc¨®n. ¡°A nadie da?a m¨¢s la guerra de la izquierda contra la polic¨ªa que a los afroamericanos¡±, les dijo el presidente, adentr¨¢ndose en el debate sobre la justicia racial desatado en el pa¨ªs tras la muerte a finales de mayo de George Floyd a manos de la polic¨ªa.
Hasta este s¨¢bado, el presidente no hab¨ªa sido visto en p¨²blico desde que regres¨® a la Casa Blanca el lunes, tras ser dado de alta del hospital en el que ingres¨® tres d¨ªas antes por complicaciones con la covid. Frustrado por la perspectiva de una reelecci¨®n que se le escapa, Trump quiso mantenerse activo en la esfera p¨²blica con una furibunda actividad tuitera, un v¨ªdeo en el que hablaba de la enfermedad como ¡°una bendici¨®n de Dios¡± y una serie de entrevistas telef¨®nicas en medios afines.
El jueves, contraviniendo las directrices de los centros para la prevenci¨®n de enfermedades, en medio de una total falta de transparencia sobre su evoluci¨®n y ante el estupor de la comunidad m¨¦dica por el riesgo que podr¨ªa entra?ar para el propio paciente y para los dem¨¢s, el doctor de la Casa Blanca anunci¨® que Trump, de 74 a?os, podr¨ªa ¡°regresar a sus compromisos p¨²blicos¡± el s¨¢bado. El mismo jueves por la noche, el presidente entr¨® por tel¨¦fono en el programa de Sean Hannity, su gran forofo en Fox News, y anunci¨® que pretend¨ªa celebrar un mitin en Florida el s¨¢bado y otro en Pensilvania el domingo.
El viernes por la tarde trascendi¨® un cambio de planes: el mitin en Florida tendr¨ªa lugar el lunes, y el s¨¢bado se celebrar¨ªa el evento en la Casa Blanca. Antes, el mismo viernes por la noche, se someter¨ªa a un ¡°examen m¨¦dico¡± por videoconferencia con un ¡°doctor de la Fox¡± en el programa de Tucker Carlson.
En sus entrevistas televisivas, una de las cuales dur¨® 55 minutos, dej¨® numerosas perlas. Sobre los planes medioambientales de los dem¨®cratas, dijo: ¡°Literalmente quieren derribar edificios y reconstruirlos con ventanas peque?itas, para que no puedas ver la luz¡±. Asegur¨® que California, gobernada por los dem¨®cratas, va a tener que racionar el agua ¡°porque env¨ªan millones de galones de agua al mar, al Pac¨ªfico, porque quieren cuidar a ciertos peces peque?itos a los que no les est¨¢ yendo muy bien sin agua¡±. Lleg¨® a presionar al fiscal general, su fiel William Barr, para que impute a su rival dem¨®crata, Joe Biden, y al expresidente Barack Obama por algo que defini¨® como ¡°el delito pol¨ªtico m¨¢s grave de la historia del pa¨ªs¡±. Tambi¨¦n dijo: ¡°Estoy de vuelta porque soy un esp¨¦cimen f¨ªsico perfecto y soy extremadamente joven¡±.
Tras dar positivo por covid, seg¨²n sus m¨¦dicos, se le administraron varios f¨¢rmacos, algunos todav¨ªa experimentales. Desde el c¨®ctel de anticuerpos de Regeneron, del que prometi¨® proporcionar ¡°cientos de miles de dosis¡± gratis a los ciudadanos, hasta el controvertido remdesivir. Tambi¨¦n dexametasona, que el presidente explic¨® en la Fox el jueves que segu¨ªa tomando, un esteroide entre cuyos efectos secundarios m¨¢s comunes figuran la ¡°ansiedad¡±, la ¡°agitaci¨®n¡±, los ¡°cambios de humor¡± y la ¡°irritabilidad¡±.
El viernes, el presidente sigui¨® con su blitzkrieg medi¨¢tica. Intervino durante nada menos que dos horas en un programa de radio, en el que advirti¨® a Ir¨¢n: ¡°Si nos jod¨¦is [sic], si nos hac¨¦is algo malo, vamos a haceros cosas que nunca se han hecho antes¡±. Ya por la noche, la Fox realiz¨® el show del reconocimiento m¨¦dico y emiti¨® una entrevista, que asegur¨® haber grabado el mismo d¨ªa, en la que Trump dijo que ya estaba ¡°libre de medicamentos¡±.
El comportamiento de Trump llev¨® el viernes a los dem¨®cratas a promover una iniciativa legislativa, con pocas posibilidades de prosperar, destinada a elaborar un protocolo que permita la aplicaci¨®n de la Enmienda 25 de la Constituci¨®n. La norma regula la transferencia de poder en caso de muerte, renuncia o incapacidad del presidente. ¡°Esto no es sobre el presidente Trump. ?l se someter¨¢ al juicio de los votantes, pero nos muestra la necesidad de crear un procedimiento para futuros presidentes¡±, aclar¨® Nancy Pelosi, l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara baja.
Mientras tanto, el presidente y sus ac¨®litos medi¨¢ticos siguen alertando, sin base, de que las elecciones van a ser manipuladas y de que el voto por correo, que se espera favorezca a los dem¨®cratas, no es fiable. El presidente, de manera ins¨®lita, ha rechazado reiteradamente comprometerse a un traspaso pac¨ªfico del poder si ganan los dem¨®cratas. Esta misma semana, el FBI abort¨® un complot de milicianos armados que planeaban secuestrar a la gobernadora dem¨®crata de Michigan, fuertemente criticada por Trump por sus medidas para frenar la pandemia, as¨ª como por atacar el Capitolio del Estado y promover una ¡°guerra civil¡±. La operaci¨®n subraya los peligros reales de la crispaci¨®n sin precedentes que se ha adue?ado de la campa?a. Los equipos legales de ambos partidos se preparan para un territorio sin cartografiar: el de la crisis que podr¨ªa desatarse si un resultado ajustado impidiera proclamar un ganador en la noche electoral.
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