Trump intensifica su campa?a ante la subida de Biden en las encuestas

El coronavirus es historia para Donald Trump. No solo el que ha costado m¨¢s de 215.000 vidas en Estados Unidos, y que intenta borrar del debate pol¨ªtico, sino el suyo propio. Acechado por una ventaja cada vez m¨¢s amplia de su rival dem¨®crata, Joe Biden, en las encuestas, el presidente ha retomado una intensa gira de m¨ªtines apenas 11 d¨ªas despu¨¦s de que diera positivo por la covid-19. Al primer acto, en Florida el pasado lunes, se le suman esta semana Pensilvania, Iowa y Georgia. Biden, por su parte, dirige sus naves hacia el votante de centro y al republicano desencantado del trumpismo.

¡°Joven, no hay necesidad de sentirse triste; joven, levanta del suelo¡­¡±. Bailando al ritmo de la canci¨®n YMCA, sobre un escenario en el aeropuerto de Orlando (Florida), Donald Trump recuper¨® este lunes el espacio pol¨ªtico que m¨¢s domina, el espect¨¢culo. Tan solo una semana despu¨¦s de haber dejado el hospital, y con el comunicado de su m¨¦dico asegurando que el republicano ya no es contagioso, el presidente, de 74 a?os, dio un discurso de 65 minutos en el que se mostr¨® plet¨®rico. En el calor del momento, lleg¨® a exclamar: ¡°Dicen que ahora soy inmune, ?me siento muy fuerte ahora! Os podr¨ªa besar a todos, a los hombres y a las mujeres guapas que hay aqu¨ª!¡±.

En las encuestas, sin embargo, sigue desinflado. El promedio de sondeos de ¨¢mbito nacional que elabora Real Clear Politics, una de las grandes referencias en Estados Unidos, refleja una brecha creciente entre Biden y Trump. El exvicepresidente de la era Obama se perfila como ganador con un 52% de los votos, frente al 42% del republicano, lo que supone una ventaja de 10 puntos a tan solo tres semanas de las elecciones. En 2016, a estas mismas alturas, la de Hillary Clinton frente al empresario neoyorquino tambi¨¦n era amplia, de siete puntos, pero entonces la exsecretaria de Estado no llegaba al 50% de apoyo, sino que se quedaba en el 49%, muestra del menor entusiasmo que despertaba.

Han pasado cuatro a?os y el escenario es muy diferente: Trump ya no es una aventura para los votantes republicanos, ni tampoco una posibilidad remota para los votantes dem¨®cratas, es el hombre que ha gobernado durante m¨¢s de tres a?os. Por otra parte, el partido de Obama, Biden y Clinton tiene muy fresco en la memoria el trauma de 2016, cuando perdieron ¨Cpese a obtener tres millones de votos m¨¢s que Trump a nivel nacional¨C por el pinchazo en Estados pendulares y clave como Florida, Ohio, Michigan, Pensilvania y Wisconsin. En ellos, la brecha entre los candidatos presidenciales de 2020 se estrecha (3,7 puntos en Florida favor de Biden, 6,3 en Wisconsin o 7 en Pensilvania).

El dem¨®crata se ha afanado en la recta final de campa?a en apelar al votante centrista, al republicano moderado que han podido acabar frustrados por cuatro a?os de una presidencia instalada en la crispaci¨®n. Tambi¨¦n, al trabajador de mono azul que perdi¨® con la globalizaci¨®n y se sinti¨® seducido por el alegato de Trump en favor de la industria fabril. Todos sus mensajes de los ¨²ltimos d¨ªas se dirigen en la misma direcci¨®n. ¡°Conmigo no habr¨¢ Estados azules [color con el que se identifica a los dem¨®cratas en EE UU], y rojos [color republicano]¡±, recalc¨® esta semana en Cincinnati (Ohio), idea que suele repetir en sus mensajes de Twitter. En aquel acto de Ohio, cintur¨®n industrial maltrecho, critic¨® la ¡°ca¨®tica guerra comercial de Trump, sus tuits err¨¢ticos que solo han cargado a los trabajadores y consumidores estadounidenses, incluyendo a los granjeros¡±.

Biden ha colocado el lema Made in America en el centro de su programa econ¨®mico en el que defiende ¡°recuperar las cadenas de suministros cr¨ªticos a Estados Unidos, de modo que no dependamos de China o de ning¨²n otro pa¨ªs de para la producci¨®n de art¨ªculos cruciales en tiempos de crisis¡±. La palabra China aparece hasta 24 veces en su programa. Tambi¨¦n se ha alejado de algunos de los planes m¨¢s osados sobre el clima ¨Cde las facciones m¨¢s progresistas del partido¨C como el Green New Deal, y se ha mantenido en contra de un nuevo sistema sanitario de cobertura universal que suprima los seguros privados. En cuanto a la batalla del Tribunal Supremo, se ha desmarcado de las voces que piden elevar el n¨²mero de magistrados (hoy, nueve) con el fin de equilibrar la cada vez mayor mayor¨ªa conservadora.

Hace unos d¨ªas, Biden recibi¨® apoyo republicanos tan significativos como el de Cindy McCain, la viuda del senador y excandidato presidencial John McCain, o el exgobernador de Ohio John Kasich. Pero el 3 de noviembre el voto de cada uno de ellos vale tanto como el de los hombres y mujeres que este lunes por la noche jaleaban en Florida a Trump al son de The Village People.

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