El eterno sue?o de una victoria dem¨®crata en Texas
El tradicional feudo republicano, que ya se vio amenazado en las legislativas de 2018, registra por adelantado m¨¢s votos que el total de los emitidos hace cuatro a?os
El Partido Dem¨®crata tiene un sue?o recurrente. Cada cuatro a?os, sus l¨ªderes conf¨ªan en que su candidato presidencial se impondr¨¢ en Texas, pero la quimera azul no sucede desde 1976. Sin embargo, el cambio demogr¨¢fico que ha experimentado este feudo republicano, sumado al hartazgo de una parte de la comunidad latina con Donald Trump, mantiene a los dem¨®cratas so?ando despiertos. La ilusi¨®n ha avanzado de la mano de la participaci¨®n del electorado. Este viernes, a cuatro d¨ªas de los comicios, ya hab¨ªan votado m¨¢s personas que todas las que participaron en los de 2016.
?Es una movilizaci¨®n para mantener el statu quo o para romper con d¨¦cadas de tradici¨®n republicana? La respuesta se conocer¨¢ el 3 de noviembre. La ¨²nica pista hasta ahora es que m¨¢s de 1,1 mill¨®n de menores de 30 a?os, un grupo que suele favorecer a la izquierda, ya han votado. Hace cuatro a?os, la participaci¨®n fue la mitad.
A diferencia de Trump, Joe Biden no necesita hacerse con Texas para llegar a la Casa Blanca. Ni siquiera ha visitado el Estado durante la campa?a, en una clara se?al de que no lo considera clave para su victoria. Pero hace un par de semanas esa postura cambi¨®. La distancia entre los dos candidatos se ha ido ajustando en los sondeos del Estado sure?o hasta dar a Trump solo 2,3 puntos de ventaja. Varias casas de apuestas lo consideran ya un territorio en disputa. La aspirante dem¨®crata a la vicepresidencia, Kamala Harris, incluy¨® el jueves a Texas en su recorrido y la campa?a ha decidido invertir en publicidad en las grandes ciudades. En otro intento de ¨²ltimo minuto, el multimillonario Michael Bloomberg desembols¨® esta semana 15 millones de d¨®lares (12,9 millones de euros) en anuncios televisivos en Texas y Ohio.
Texas hoy no es el mismo Estado que vot¨® a Trump en 2016. Desde entonces, la poblaci¨®n ha crecido al menos en dos millones y se estima que 800.000 j¨®venes latinos podr¨¢n votar por primera vez. Los tejanos millennials, ¨¦tnicamente m¨¢s diversos y educados que sus padres y abuelos, ya superan en n¨²mero a los votantes mayores, de tendencia conservadora. Alfredo Duarte, fundador de Taxco Produce, una empresa que distribuye productos mexicanos a m¨¢s de 1.000 restaurantes en cuatro Estados, destaca un factor clave que puede poner fin al dominio republicano en un lugar con casi un 40% de poblaci¨®n latina: ¡°Desde que Trump lleg¨® al poder, la relaci¨®n entre los blancos y los hispanos se ha deteriorado. Esto se nota especialmente en las zonas rurales, nos ven como una amenaza laboral¡±, dice Duarte.
Las ¨¢reas residenciales, tradicionalmente conservadoras, ya demostraron en las legislativas de 2018 un giro en sus apoyos. Ese a?o, el dem¨®crata Beto O¡¯Rourke roz¨® un esca?o en el Senado que mantuvo por escaso margen el republicano Ted Cruz. Para los dem¨®cratas fue una derrota con sabor a victoria, y para los republicanos, lo contrario. ¡°Muchos inmigrantes somos republicanos, conservadores, profamilia. El problema ha sido la ret¨®rica de este presidente y el apoyo incondicional de sus senadores¡±, apunta el empresario mexicano.
Duarte volver¨¢ a votar a los republicanos, pero no esta vez. Las ronchas que deja Trump en la cuesti¨®n migratoria y la falta de ayudas a los indocumentados durante la pandemia dice que le obligan a dar la espalda al partido. A esto se le podr¨ªa agregar que la econom¨ªa est¨¢ parada, con un desempleo disparado al 8,3% en septiembre y con los casos de coronavirus rozando el mill¨®n.
Jim Henson, director de The Texas Politics Project, apunta que es un h¨¢bito subestimar el n¨²mero de conservadores hispanos en Texas y recuerda que los republicanos ganaron en las ¨²ltimas elecciones con el 40% del voto de esta comunidad. Es consciente de la postura de Duarte, pero aclara que no la ve reflejada en las encuestas. ¡°No necesitas muchos [que piensen as¨ª], pero s¨ª los suficientes. Con que el 6% de los republicanos act¨²e de esa manera, va a tener un impacto¡±, prev¨¦. Henson cree que Texas solo es un reflejo de lo que est¨¢ pasando a nivel nacional. El rechazo a Trump est¨¢ movilizando al electorado dem¨®crata, los independientes est¨¢n rompiendo con los republicanos y no todos los conservadores apoyan al presidente.
Uno de los puntos ciegos de los dem¨®cratas es dar por desconectado el apoyo de las minor¨ªas ¨¦tnicas. Pero adem¨¢s de lo conservadores que pueden llegar a ser muchos latinos, el caso de Katrina Hopkins tambi¨¦n refleja que el escenario es m¨¢s complejo que eso.
¡°Obama nunca me invit¨® a la Casa Blanca, Trump s¨ª¡±
El primer rostro que se ve al entrar a la oficina del Partido Republicano en Dallas es el de Hopkins, afroamericana de 47 a?os. Todo el resto de los voluntarios son blancos que peinan canas. Hopkins vot¨® a Barack Obama en 2012 y en 2016 se qued¨® en casa. Decepcionada de los dem¨®cratas, este a?o de confinamiento tuvo tiempo de investigar sobre las pol¨ªticas de Trump y se dio cuenta de que se acercan mucho m¨¢s a su postura. ¡°Los dem¨®cratas se han vuelto muy radicales¡±, explica en el balc¨®n de la oficina de Dallas. Respalda la reforma judicial que sac¨® adelante el presidente estadounidense, comparte su posici¨®n ¡°pro vida¡±, el discurso sobre ley y orden, y cree que necesita cuatro a?os m¨¢s para terminar lo que empez¨®.
En un a?o marcado por las protestas contra el abuso policial hacia los afroamericanos, Hopkins es consciente de que existen personas racistas en Estados Unidos, pero afirma que nunca ha sido v¨ªctima de discriminaci¨®n. Hace un par de semanas viaj¨® a Washington para participar en una manifestaci¨®n en apoyo a los agentes policiales. Cuando estaba ah¨ª, la Casa Blanca contact¨® a los organizadores del evento y los invitaron a los jardines de la residencia del presidente. Fue el primer evento de Trump despu¨¦s de haber enfermado por coronavirus. ¡°Obama nunca me invit¨® a la Casa Blanca, Trump s¨ª¡±, agrega la ahora voluntaria republicana.
La presidencia no es lo ¨²nico que est¨¢ en juego en Texas. El control de los republicanos en la C¨¢mara de Representantes estatal y varios esca?os del Congreso tambi¨¦n est¨¢n bajo amenaza. O' Rourke est¨¢ convencido de que el objetivo principal ¨Cy el m¨¢s factible¨C es arrebatarle al Partido Republicano la mayor¨ªa en la C¨¢mara. Los dem¨®cratas est¨¢n a nueve esca?os de esa meta, despu¨¦s de haber conseguido 12 extras en las legislativas de 2018. El Comit¨¦ Dem¨®crata de Texas recaud¨® 4,5 millones de d¨®lares en septiembre, ocho veces m¨¢s que durante el mismo periodo en los ¨²ltimos comicios. Mientras, el senador republicano John Cornyn, que busca su reelecci¨®n, dijo el mi¨¦rcoles que lo que m¨¢s le preocupa es todo el gasto de ¨²ltimo minuto que est¨¢n haciendo los dem¨®cratas: los ¡°multimillonarios de Silicon Valley¡± est¨¢n luchando por convertir a Texas en California y Nueva York. La pr¨®xima semana se sabr¨¢ si los dem¨®cratas solo estaban fantaseando o esta vez, s¨ª que s¨ª, el sue?o se hace realidad.
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