Joe Biden, una campa?a discreta para transformar Estados Unidos
El candidato dem¨®crata se ha destacado por sus formas y su atenci¨®n a la pandemia
M¨¢s all¨¢ de la asepsia de su campa?a, dise?ada y ejecutada a distancia para evitar actos multitudinarios hasta el punto de resultar casi secreta ¡ªsu equipo anunciaba los actos unas horas antes, con la asistencia limitada a unos pocos elegidos¡ª, la principal arma del candidato dem¨®crata, Joe Biden, en esta carrera electoral han sido las formas: siempre embozado tras una mascarilla para denunciar por contraste la gesti¨®n de Donald Trump de la pandemia.
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M¨¢s all¨¢ de la asepsia de su campa?a, dise?ada y ejecutada a distancia para evitar actos multitudinarios hasta el punto de resultar casi secreta ¡ªsu equipo anunciaba los actos unas horas antes, con la asistencia limitada a unos pocos elegidos¡ª, la principal arma del candidato dem¨®crata, Joe Biden, en esta carrera electoral han sido las formas: siempre embozado tras una mascarilla para denunciar por contraste la gesti¨®n de Donald Trump de la pandemia.
¡°No hay una sola raz¨®n para votar a Biden, hay miles. Empatiza con la gente, no es arrogante ni pretencioso, sabe escuchar y no desprecia a nadie como hace Trump¡±, dec¨ªa el s¨¢bado en un automitin de Biden en Flint (Michigan) Diane Smith, que se tuvo que conformar con ver pasar la caravana del candidato entre una legi¨®n de polic¨ªas motorizados, sin poder acceder al aparcamiento donde se celebr¨® el acto. A Michigan, un Estado clave donde Trump gan¨® en 2016 por una diferencia de 10.074 votos ¡ªel margen de victoria m¨¢s estrecho en todo el pa¨ªs¡ª, viaj¨® este s¨¢bado el exvicepresidente, acompa?ado por Barack Obama ¡ªel gran reclamo de su campa?a, el broche final¡ª, para ganarse a los indecisos y asegurarse el apoyo de la comunidad afroamericana, mayoritaria en la zona. El lunes, ¨²ltimo d¨ªa de campa?a, volc¨® sus fuerzas en Pensilvania, otro Estado que puede definir el resultado de las urnas.
Salvo el pu?ado de periodistas empotrados en la caravana dem¨®crata, el resto a duras penas ha logrado enterarse de d¨®nde tendr¨ªa lugar el siguiente mitin, solo aproximadamente, un par de datos orientativos (e insuficientes, dadas las distancias en el pa¨ªs): la franja horaria y el Estado, con suerte la ciudad. A Biden se le reprocha no haber salido pr¨¢cticamente de su casa en Wilmington (Delaware) hasta la recta final de la campa?a, tambi¨¦n su distancia de la gente, pero este modo de hacer campa?a ha sido tambi¨¦n su principal mensaje: la prioridad ser¨¢ resolver la crisis sanitaria de la covid-19, cuando el pa¨ªs supera r¨¦cords de contagios (m¨¢s de nueve millones confirmados, solo 90.000 este viernes) y sobrepasa los 230.000 muertos.
Frente al reguero de contagios que Trump ha ido dejando a su paso, de los actos en la Casa Blanca a sus desenfrenados m¨ªtines, la campa?a de Biden ha sido escrupulosa hasta el extremo. ¡°Vamos a controlar la covid-19 con un mandato nacional de mascarilla, distancia social, pruebas y rastreos¡±, prometi¨® Biden en Flint; ¡°vamos a vencer al virus, y el primer paso para derrotar al virus es ganar a Donald Trump¡±. Reventadas las costuras del sistema sanitario por la emergencia, Biden propone un mando ¨²nico federal, la contrataci¨®n de 100.000 rastreadores y la gratuidad de las pruebas de detecci¨®n del virus.
¡°Si Biden gana colocar¨¢ en el altar que se merece al doctor [Anthony] Fauci, no se pueden tolerar los insultos que Trump ha dedicado a esta eminencia cient¨ªfica¡±, opinaba Dennis Warson, antiguo obrero en una planta automovil¨ªstica de Detroit reconvertido en conductor de una plataforma de alquiler de coches, sobre el sufrido responsable de la lucha contra el virus de la Casa Blanca. ¡°Nadie en su sano juicio habr¨ªa hecho ante la pandemia las locuras que ha hecho Trump, eso demuestra que la gente le importa bien poco¡±, a?ad¨ªa Warson, con la mascarilla a media asta: la diferencia entre el disciplinado Nueva York y la laxitud de otras zonas del pa¨ªs en cuanto a medidas de protecci¨®n salta peligrosamente a la vista.
El recrudecimiento de la pandemia, fuera de control en el Medio Oeste, y el formato distante de la campa?a han empa?ado las promesas de un programa electoral que, a diferencia del de Trump ¡ªbasado en su persona y en la jactancia de sus logros¡ª, s¨ª contiene propuestas concretas para remediar cuatro a?os de repliegue y cerraz¨®n. La econom¨ªa, abismada por el impacto de la pandemia, y la sanidad son dos pilares b¨¢sicos de su plan de gobierno. En un anuncio televisivo de la campa?a de Trump ¡ªuna ristra de lugares comunes tamizados por la tinta de calamar de las ¡®fake news¡¯¡ª, un atractivo jubilado acusaba a Biden de querer reformar la sanidad ¡°para beneficiar a los inmigrantes ilegales, lo que redundar¨¢ claramente en perjuicio de los mayores¡±. Pero no. Biden solo pretende recuperar partes de la reforma sanitaria de Obama, el Obamacare, derogadas por la Administraci¨®n saliente y en su conjunto un anatema para los republicanos. El legado del primer presidente afroamericano de EE UU pervive en el programa del que fuera su n¨²mero dos.
Aunque el dem¨®crata promete restaurar los lazos de EE UU con la comunidad internacional, mediante la reintegraci¨®n del pa¨ªs en organismos y acuerdos internacionales como el del Clima de Par¨ªs, su decidida apuesta por la producci¨®n local, con un programa denominado Made in America, es un signo de nacionalismo econ¨®mico que le acerca al indio Narendra Modi o el turco Recep Tayyip Erdogan, en sus ant¨ªpodas ideol¨®gicas, y que reformula el America first que en 2016 llev¨® a Trump a la Casa Blanca.
Hacia una econom¨ªa verde
Sacar a la econom¨ªa del coma inducido por la pandemia, pero tambi¨¦n transformarla en una econom¨ªa verde, con una clara apuesta por las energ¨ªas renovables y la creaci¨®n de 10 millones de empleos sostenibles ambientalmente, alientan la bandera de la lucha contra el cambio clim¨¢tico que Biden enarbola para horror de sus cr¨ªticos, que consideran que afectar¨¢ gravemente a la industria petrol¨ªfera y condenar¨¢ a la irrelevancia la del fracking. Pero Biden no ha prometido en ning¨²n momento acabar con los combustibles f¨®siles, solo superar la dependencia con un horizonte de emisiones neutras de di¨®xido de carbono en 2050. El Green New Deal de Biden tambi¨¦n suena a Obama.
No es una casualidad que el candidato dem¨®crata decidiera en su ¨²ltimo d¨ªa de campa?a reunirse con un grupo de l¨ªderes sindicales en Pensilvania. Su brindis a la clase trabajadora, con la promesa de subir el salario m¨ªnimo a 15 d¨®lares la hora (12,6 euros) a nivel federal y mejorar el subsidio de desempleo, junto con un paquete de 30.000 millones de d¨®lares para fomentar el desarrollo de las minor¨ªas, son otras medidas nucleares del programa. Su impulso social ¡ªun gui?o al ala m¨¢s izquierdista del partido, tambi¨¦n la m¨¢s joven y pujante¡ª parece un p¨¢lido remedo de socialdemocracia, aunque a sus rivales les huele a algo muy parecido a socialismo.
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