El ¡®impeachment¡¯ revela las grietas que la sublevaci¨®n ha abierto en el Partido Republicano
Diez congresistas conservadores votan a favor del proceso y algunos senadores, incluido el poderoso Mitch McConnell, expresan su apoyo o lo contemplan como la oportunidad de purgar a Trump
El arranque del proceso de impeachment ha dejado al descubierto las grietas que el asalto al Capitolio ha abierto en el monolito de lealtad incondicional a Trump en que se hab¨ªa convertido el Partido Republicano. Un a?o despu¨¦s de que ni un solo republicano votara a favor del impeachment al presidente por la trama ucrania, en esta ocasi¨®n el liderazgo de la minor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes ha renunciado a presionar formalmente a sus congresistas para que voten en contra. La C¨¢mara baja ha aprobado este mi¨¦rcoles por la tarde el impeachment, y 10 republicanos han votado a favor. Una cifra ins¨®lita. Se trata del impeachment con m¨¢s apoyo bipartidista de la historia.
El apoyo al proceso se detecta tambi¨¦n por parte de algunos senadores republicanos, que se espera que puedan votar por condenar al presidente cuando la C¨¢mara alta celebre el juicio de destituci¨®n. Pero ning¨²n movimiento resulta tan significativo como el de Mitch McConnell, el m¨¢s poderoso republicano en el Capitolio, l¨ªder de la mayor¨ªa en el Senado hasta que se materialice el nuevo control dem¨®crata. McConnell, encarnaci¨®n de la interesada alianza del establishment republicano con el empresario, ha llegado a la conclusi¨®n de que el impeachment les brinda la oportunidad de purgar a Trump del partido, seg¨²n revelaron el martes por la noche fuentes cercanas al senador.
Tambi¨¦n la principal autoridad republicana en la otra C¨¢mara del Capitolio, el l¨ªder de la minor¨ªa Kevin McCarthy, parece haber puesto fin a su lealtad incondicional al presidente. En el debate de este mi¨¦rcoles en la C¨¢mara de Representantes, McCarthy dijo que Trump ¡°tiene responsabilidad¡± por el asalto al Congreso. Sin embargo, argument¨® en contra de proceder con el impeachment tan cerca del final de su mandato y promueve, en cambio, una resoluci¨®n de censura al presidente por sus actos.
Antes incluso de que se filtraran las maquinaciones de McConnell, diversos congresistas republicanos hab¨ªan alzado la voz. Incluida Liz Cheney, la n¨²mero tres del partido en la C¨¢mara, que defendi¨® que ¡°nunca ha habido una traici¨®n mayor por un presidente de Estados Unidos a su cargo y a su juramento sobre la Constituci¨®n¡±. La cifra de 10 republicanos que han votado a favor es m¨¢s que considerable, teniendo en cuenta que ninguno apoy¨® el ¨²ltimo impeachment a Trump, y que solo cinco dem¨®cratas votaron por tres de los cuatro art¨ªculos del proceso de destituci¨®n de Bill Clinton. En la C¨¢mara alta, el equipo de McConnell cuenta con la posibilidad de que una docena de senadores republicanos vote por condenar a Trump.
Se libra en las conciencias de los legisladores republicanos una batalla entre el corto y el largo plazo. El perjuicio inmediato de alejarse de Trump es claro. La elecci¨®n presidencial de noviembre, y el proceso de primarias que la precedi¨®, dej¨® claro que las bases republicanas est¨¢n con Trump. Votar por la destituci¨®n del presidente puede suponer para muchos senadores republicanos desaf¨ªos en las primarias de cara a las legislativas de 2022, donde el partido tendr¨¢ que defender 20 de los 34 esca?os en juego. Desde el equipo del presidente ya se han encargado de recordarlo. ¡°El 80% de los votantes de Trump y el 76% de los republicanos en Estados disputados son menos proclives a votar por un congresista o senador que vote por el impeachment¡±, tuite¨® el consejero del presidente Jason Miller, citando un sondeo interno.
En el largo plazo, en cambio, abundan los argumentos para una ruptura con Trump. El partido se ha convertido en poco menos que un culto a Trump en estos cuatro a?os. Prueba de ello es que, en la Convenci¨®n Nacional Republicana este verano, renunci¨® incluso a debatir y aprobar un programa electoral. ¡°Continuaremos¡±, explic¨® la formaci¨®n, ¡°apoyando entusiastamente la agenda¡± de Trump. Ahora, perdida la Casa Blanca y las dos C¨¢maras del Congreso, y tras contemplar la inquietante insurrecci¨®n montada en nombre de su l¨ªder, afloran las dudas que no lo hicieron en estos cuatro a?os. Por convicci¨®n, y tambi¨¦n por ambici¨®n personal: a los miembros con aspiraciones presidenciales no les seduce la idea de que la familia Trump y sus ac¨®litos monopolicen el Viejo Gran Partido.
Hay, por ¨²ltimo, un argumento m¨¢s mundano. McConnell habl¨® durante el fin de semana, seg¨²n Associated Press, con prominentes donantes del partido para tantearlos. Y muchos le dijeron que consideraban que Trump hab¨ªa atravesado una l¨ªnea roja. McConnell, seg¨²n las fuentes de la citada agencia, les dijo que hab¨ªa acabado con Trump.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter sobre las elecciones en Estados Unidos
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.