Hillary Clinton augura en la convenci¨®n dem¨®crata que Kamala Harris romper¨¢ ¡°el techo de cristal¡±
La ex secretaria de Estado ofrece un en¨¦rgico discurso en el que se muestra confiada en que la candidata terminar¨¢ el trabajo que ella empez¨® en 2016, cuando Trump le impidi¨® convertirse en la primera presidenta de EE UU
Tras perder las elecciones a la presidencia de Estados Unidos contra Donald Trump, un golpe dif¨ªcil de encajar del que en cierto modo el Partido Dem¨®crata a¨²n no se ha recuperado, Hillary Clinton ofreci¨® el 9 de noviembre de 2016 un discurso que hubo que reescribir a toda prisa ante la sorpresa por la derrota: ¡°S¨¦ que a¨²n no hemos roto el techo de cristal, pero alg¨²n d¨ªa alguien lo har¨¢ y espero que sea lo antes posible¡±, dijo, antes de dirigirse ¡°a todas las ni?as¡± que la estaban viendo: ¡°Por favor, nunca dud¨¦is de que sois valiosas y poderosas y de que merec¨¦is todas las oportunidades del mundo para poder alcanzar vuestros propios sue?os¡±.
Este lunes, Clinton encendi¨® con un en¨¦rgico discurso la Convenci¨®n Nacional Dem¨®crata, un c¨®nclave del que el jueves saldr¨¢ aclamada Kamala Harris, ese alguien que tal vez logre lo que ella no pudo conseguir: vencer a Trump el pr¨®ximo noviembre en las elecciones estadounidenses y convertirse en la primera mujer de la historia en ocupar el Despacho Oval.
¡°No se trata solo de elegir a una presidenta¡±, dijo Clinton. ¡°Se trata de enaltecer a esta naci¨®n. De abrirnos a la promesa de una Am¨¦rica donde quepamos todos. Hemos logrado hacerle muchas rajas al m¨¢s alto y m¨¢s duro de los techos de cristal. Y esta noche, ahora que estamos tan cerca de romperlo de una vez por todas, os quiero contar lo que veo a trav¨¦s de esas rendijas, y por qu¨¦ es importante para todos nosotros. Lo que contemplo es la libertad de tomar nuestras decisiones sobre nuestra salud, nuestras vidas, las personas a las que amamos y nuestras familias¡±.
Clinton apareci¨® poco antes de las nueve de la noche, hora de Chicago, vestida de blanco y ante el delirio del estadio de los Chicago Bulls, que la aclam¨® durante casi dos minutos y que ya estaba lleno hasta la bandera a la espera del plato fuerte de la primera noche: la intervenci¨®n con la que Joe Biden pas¨® el testigo a Harris despu¨¦s de renunciar a su campa?a para la reelecci¨®n hace un mes y un d¨ªa con un mensaje en X, red en la que tambi¨¦n se?al¨® a su vicepresidenta como la sucesora.
El ejemplo de Chisholm
¡°Estamos escribiendo un nuevo cap¨ªtulo en la historia de EE UU¡±, empez¨® Clinton, que se acord¨® en su discurso de tres mujeres: su madre, Dorothy, ¡°nacida aqu¨ª mismo, en Chicago, antes de que nosotras obtuvi¨¦ramos el derecho al voto, un derecho que lleg¨® ayer hizo 104 a?os¡±; la congresista negra Shirley Chisholm, la primera aspirante a la presidencia de EE UU en 1972; y Geraldine Ferraro, la primera candidata a la vicepresidencia en unas elecciones que ganaron c¨®modamente los republicanos en 1984.
¡°Despu¨¦s, en 2016, fue el gran honor de mi vida aceptar la nominaci¨®n presidencial de mi partido. Cerca de 66 millones de estadounidenses votaron por un futuro sin techos para nuestros sue?os¡±, a?adi¨® Clinton entre los v¨ªtores de los delegados. ¡°Bueno, amigos m¨ªos: el futuro est¨¢ aqu¨ª. ?Enviemos a Kamala Harris y Tim Walz a la Casa Blanca!¡±
En su discurso tambi¨¦n resonaron los ecos de aquellas palabras con las que asumi¨® su derrota hace ocho a?os, cuando pidi¨® a sus compatriotas que se unieran como ¡°nosotros el pueblo¡± en lugar de dividirse en un ¡°nosotros contra ellos¡±. ¡°La historia de mi vida y la historia de este pa¨ªs demuestra que el progreso es posible. ?Vamos hacia delante o retrocedemos?¡±, se pregunt¨® Clinton.
Esa disyuntiva, argument¨®, es la brecha que separa a ambos candidatos: ¡°A Kamala le preocupan los ni?os, las familias y EE UU. Donald solo est¨¢ interesado en s¨ª mismo¡±. ¡°Por eso, no me sorprende que ¨¦l est¨¦ mintiendo sobre la historia de Kamala. Se mofa de [la pronunciaci¨®n de] su nombre y de su risa. Y, vaya, eso me resulta familiar¡±, agreg¨® en referencia a los ataques de Trump durante la campa?a de 2016.
Otro claro paralelismo entre sus palabras de este lunes y su fallida carrera presidencial lleg¨® cuando la audiencia prorrumpi¨® en un improvisado ¡°?Que lo encierren, que lo encierren!¡±, que record¨® a los gritos de los seguidores de Trump que hace ocho a?os ped¨ªan que encarcelaran a Clinton. ¡°Como fiscal¡±, dijo antes de ser interrumpida por los delegados, ¡°Kamala mand¨® a prisi¨®n a asesinos y traficantes de drogas. Nunca descansar¨¢ en la defensa de nuestra libertad y nuestra seguridad. Donald Trump se durmi¨® en su propio juicio. Cuando despert¨®, hizo historia, como la primera persona acusada de 34 delitos graves que es candidata a la presidencia¡±.
Cuando hubo terminado su discurso, Clinton abandon¨® el escenario de la convenci¨®n dem¨®crata con la canci¨®n Fight Song, de Rachel Platten, de fondo. Fue un nuevo gui?o a aquella vez en que casi rompi¨® el techo de cristal. El tema fue, en 2016, el s¨ªmbolo del sue?o ¨Dy tambi¨¦n de la profunda decepci¨®n¨D de su camino truncado hacia la Casa Blanca.
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