Kamala Harris, candidata a la sombra y a la fuga de sus predecesores dem¨®cratas

La convenci¨®n dem¨®crata, la fiesta del partido que se inaugura este lunes en Chicago y en la que Kamala Harris se coronar¨¢ como candidata presidencial, exhibir¨¢ un elenco de oradores excepcional: un presidente de EE UU en ejercicio, Joe Biden; otros dos que hicieron historia: Bill Clinton y Barack Obama; y la primera mujer candidata presidencial en el pa¨ªs, Hillary Clinton. Un alarde de poder¨ªo que envuelve a Harris con su prestigio. Pero de cuya carga hist¨®rica ella intenta diferenciarse: uno de los objetivos de la vicepresidenta en este c¨®nclave pol¨ªtico es definirse ante los votantes como heredera de ese legado, pero tambi¨¦n como una l¨ªder distinta.

Harris comparte cosas con cada uno de estos predecesores. Con Obama, la experiencia de romper barreras raciales. Con Hillary Clinton, la de ser las primeras mujeres candidatas presidenciales de un partido en la historia de EE UU. Es la vicepresidenta de Biden. Ha incorporado a su campa?a a expertos de los equipos de todos ellos. Pero todos ellos representan el pasado del partido; Harris quiere infundir su propia imagen e identificarse con el futuro: sus lemas, con ecos de la era Obama, son ¡°alegr¨ªa¡± y ¡°cuando luchamos, ganamos¡±. Algo que nace tanto del convencimiento como de la necesidad: el 80% de los votantes cree que el pa¨ªs avanza en la direcci¨®n err¨®nea, seg¨²n una encuesta de Gallup.

¡°Si una Administraci¨®n Harris se percibe como una Administraci¨®n Biden 2.0, perder¨¢. Si se percibe a Harris como una posici¨®n nueva, m¨¢s fresca y diferente tanto de Biden como de Trump, ganar¨¢. El partido que mejor defina eso ser¨¢ el que venza¡±, escrib¨ªa esta semana el analista electoral Charlie Cook, fundador de la firma Cook Political Report.

¡°Esta campa?a no va solo de nosotros contra Donald Trump (el candidato republicano). Va de dos visiones distintas para nuestra naci¨®n: la nuestra, centrada en el futuro; la otra, centrada en el pasado¡±, incid¨ªa Harris en un mitin en Nevada la semana pasada.

Harris, que ha dado una nueva energ¨ªa a los dem¨®cratas, ya ha demostrado que quiere marcar su propio camino; la ambici¨®n de cualquier pol¨ªtico. La vicepresidenta, al llegar a la Casa Blanca, rechaz¨® encargarse de los temas de la mujer o de las minor¨ªas porque no se quer¨ªa encasillar ¡ªlo cuenta el autor Franklin Foer en su libro The Last Politician, sobre el mandato de Biden¡ª. Resisti¨® las sugerencias de buena parte de la jerarqu¨ªa dem¨®crata ¡ªincluido el propio Obama¡ª para que seleccionara como su n¨²mero dos al gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, una de las estrellas emergentes del partido y, en su lugar, opt¨® por una baza sorpresa, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, al que considera m¨¢s af¨ªn a sus prioridades pol¨ªticas y m¨¢s capaz de llegar al votante medio, su gran objetivo.

Su estilo bebe de sus predecesores: ha incorporado a expertos de la campa?a que llev¨® a Obama a la Casa Blanca en 2008, y su programa econ¨®mico se basa en el de Biden. Pero donde su predecesor pon¨ªa el ¨¦nfasis en las grandes l¨ªneas macroecon¨®micas ¡ªambiciosos proyectos de infraestructura, inversiones con un ¨¢ngulo geoestrat¨¦gico¡ª y principios nobles pero distantes ¡ªla defensa de la democracia¡ª, ella apuesta por una imagen y unas propuestas con las que el ciudadano de a pie se pueda identificar.

¡°Fortalecer la clase media ser¨¢ una de las metas que definan mi presidencia, porque creo firmemente en que cuando la clase media es fuerte, Estados Unidos es fuerte¡±, insist¨ªa el viernes en la presentaci¨®n de su programa econ¨®mico para los primeros 100 d¨ªas de gobierno, en un mitin en Carolina del Norte.

Una bater¨ªa de anuncios de su campa?a, en televisi¨®n y redes sociales, recurre al humor y al uso de los memes ¡ªalgo que Biden intent¨® hacer, sin gran ¨¦xito¡ª para presentarla como alguien que mantiene sus ra¨ªces de clase media: esposa y madrastra de dos hijos en una familia no nuclear, alguien que sabe lo que es ser cabeza de familia, hacer las cuentas del mes, lo que cuesta llenar la cesta de la compra, y que ha trabajado en un McDonald¡¯s para ganar dinero como estudiante. Busca fortalecer la conexi¨®n del votante con ella destacando factores que pueda tener en com¨²n con cada sector espec¨ªfico de la sociedad, muy especialmente aquellos que los dem¨®cratas consideran su coalici¨®n de base: la comunidad afroamericana, los latinos, las mujeres y los j¨®venes.

¡°Nuestro primer gran reto es presentar a Kamala Harris, que es una mensajera muy potente e importante para nuestra comunidad, como la encarnaci¨®n del sue?o americano, como una hija de inmigrantes¡±, declara Maca Casado, responsable de comunicaci¨®n con la comunidad latina de la campa?a de la vicepresidenta.

Ese dibujo es de pocas y amplias pinceladas generales, puesto que cuanto m¨¢s complejo es un dise?o, m¨¢s posibilidades hay de cometer un error. Y la candidata, en una campa?a comprimida y con menos de 12 semanas por delante, quiere evitar cr¨ªticas de los grupos de presi¨®n o las grandes empresas. O dar munici¨®n a un Trump que ha lanzado todo tipo de insultos personales contra ella; la ha tildado de ¡°loca¡±, de tener ¡°poca inteligencia¡± y de ser una ¡°radical peligrosa¡±; la ha acusado de ¡°volverse negra¡± por conveniencia pol¨ªtica; y seg¨²n The New York Times la ha llamado ¡°puta¡± en privado. El candidato republicano altera y pronuncia incorrectamente su nombre constantemente ¡ª¡±Kamabla¡± o ¡°Kamila¡± son algunos ejemplos¡ª, en un aparente gesto de menosprecio.

La ¡°ambig¨¹edad estrat¨¦gica¡±, similar a la que aplic¨® Obama en su campa?a de 2008, tiene la ventaja de que le permite que cada grupo de simpatizantes pueda ver en el candidato lo que quiera ver. Pero tambi¨¦n tiene un riesgo: que, una vez que pase su luna de miel con los votantes dem¨®cratas, cunda la percepci¨®n de que no cuenta con ideas claras. Algo que ya le pas¨® factura en su fallida campa?a presidencial de 2020, en la que empez¨® con gran fuerza, pero no supo definirse y cay¨® r¨¢pidamente en picado, para acabar retir¨¢ndose antes de las primarias.

Desde entonces, Harris ha cambiado algunas de sus posiciones. Su campa?a ha explicado que la candidata ya no apoya el fin del fracking ¡ªla fractura hidr¨¢ulica para obtener gas de esquisto¡ª, ni la descriminalizaci¨®n de los cruces ilegales en la frontera, ni la sanidad p¨²blica universal; todas ellas, metas del ala progresista dem¨®crata y que la entonces senadora apoy¨® en su campa?a de hace cuatro a?os. Los de Harris alegan que su desempe?o como vicepresidenta en la Casa Blanca le ha permitido conocer mejor esos asuntos; que su evoluci¨®n demuestra madurez y flexibilidad para adoptar posiciones m¨¢s moderadas.

El pr¨®ximo gran momento para definirla ante el p¨²blico, en un momento en el que Harris ha dado la vuelta a las encuestas y est¨¢ empatada con Trump, y la moral dem¨®crata se ha disparado, llegar¨¢ este jueves en la Convenci¨®n. Ese d¨ªa, en hora televisiva punta, la vicepresidenta pronunciar¨¢ su discurso de aceptaci¨®n formal de la candidatura presidencial, donde presentar¨¢ sus prioridades de gobierno arropada por los aplausos de miles de delegados.

D¨ªas m¨¢s tarde, seg¨²n ha contado la propia Harris, llegar¨¢ su primera entrevista como candidata oficial: para entonces ya habr¨¢ tenido margen para definirse a s¨ª misma. Despu¨¦s, su gran prueba de fuego: el d¨ªa 10, en la cadena de televisi¨®n ABC, le espera Donald Trump para un debate que puede marcar el rumbo de estas elecciones. All¨ª, ante un candidato que asegura que ella ¡°ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil de derrotar¡± que Biden, Harris tendr¨¢ que demostrar de qu¨¦ madera est¨¢ de verdad hecha.

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