Kamala Harris desaf¨ªa a Trump en el lugar de su consagraci¨®n como candidato

Tal vez convencida de que la ¨²nica opci¨®n para reconquistar los escenarios de los malos recuerdos es visitarlos a cara descubierta, la candidata dem¨®crata a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, viaj¨® este martes a Milwaukee para ofrecer un mitin en la cancha de los Bucks, el equipo de baloncesto de la ciudad.

Es el lugar en el que en julio se celebr¨® la Convenci¨®n Nacional Republicana; el mismo parqu¨¦ sobre el que Donald Trump, su rival en las urnas, dio hace 33 d¨ªas ¨Dque m¨¢s bien parecen una eternidad¨D un largu¨ªsimo discurso para aceptar la designaci¨®n de su partido como candidato a la Casa Blanca. ¡°Tenemos que llenar este estadio¡±, exclam¨® la vecina de Chicago Nathalie Castillo, asistente al acto electoral, horas antes de su inicio. ¡°?Hay que limpiarlo como sea de los malos esp¨ªritus!¡±.

Fue una jugada at¨ªpica por parte de Harris, que convoc¨® junto a su candidato a la vicepresidencia Tim Walz, gobernador de Minessota, a una multitud de unas 15.000 personas, seg¨²n datos de su campa?a. Pr¨¢cticamente, llenaron todas las butacas disponibles en el Fiserv Forum, mientras en Chicago, a una hora y media al sur, el Partido Dem¨®crata celebraba la segunda jornada de su Convenci¨®n Nacional. Marcharte de tu propia fiesta para montar otra en la casa de al lado, tal vez no sea la mejor de las ideas a priori¡­ Pero si se trataba de recuperar para el imaginario dem¨®crata a Milwaukee y de, adem¨¢s, dar un golpe de efecto en la ciudad m¨¢s poblada de Wisconsin, Estado que volver¨¢ a ser decisivo en las urnas en noviembre, el plan del martes se antoj¨® tambi¨¦n una jugada redonda.

Los presentes en el Fiserv Forum conectaron por las enormes pantallas que sirven de marcador en el estadio la cancha de baloncesto en la que se celebra la convenci¨®n para ver c¨®mo las delegaciones votaban por unanimidad la designaci¨®n ceremonial de Harris como candidata, animadas por una m¨²sica que subrayaba la procedencia de cada cual. Y cuando esta empu?¨®, pasadas las 20.00 horas, el micr¨®fono en Milwaukee, el programa se detuvo en Chicago para verla durante dos minutos por v¨ªdeo hablar por primera vez como candidata oficial a los 4.500 delegados de la convenci¨®n, y con ellos, a la audiencia planetaria que arrastra el c¨®nclave de la formaci¨®n (57 millones en la jornada del lunes).

Harris agradeci¨® a Joe Biden los servicios prestados, como viene siendo su costumbre desde que el presidente renunci¨® a perseguir la reelecci¨®n y le dej¨® a ella el camino libre, un camino de momento jalonado por el entusiasmo de votantes y donantes que a partir del viernes, cuando la fiesta de Chicago haya terminado, se adentra en el momento de la verdad: el de pasar de las posibilidades a la tozuda realidad. ¡°No cre¨¢is que el trabajo est¨¢ hecho¡±, dijo la candidata, ¡°hay mucho pendiente hasta noviembre¡±.

La vicepresidenta present¨® su opci¨®n como la ¨²nica capaz de defender la libertad en Estados Unidos, una palabra que se repet¨ªa una y otra vez en los carteles que los voluntarios repartieron entre el p¨²blico y en los mismos lugares por todo el estadio en los que en la Convenci¨®n Republicana se reproduc¨ªan en julio decenas de fotograf¨ªas de Trump. ¡°Estoy hablando¡±, aclar¨®, ¡°de la libertad de una mujer para tomar decisiones sobre su propio cuerpo y de no permitir que el Gobierno le diga qu¨¦ hacer¡±, dijo Harris. ¡°Por cierto, no s¨¦ qu¨¦ les pasa a esta gente [los republicanos]: simplemente parecen no confiar en las mujeres. Pero bueno, nosotros s¨ª confiamos en ellas¡±.

Harris tambi¨¦n defendi¨® su (un tanto populista) propuesta econ¨®mica, presentada la semana pasada. Dijo que espera reducir el precio de la cesta de la compra para los estadounidenses, poner coto a las grandes farmac¨¦uticas y bajar el coste de la vivienda. ¡°Esto no va solo de nosotros contra Trump¡±, a?adi¨® despu¨¦s. ¡°Esto va de dos visiones muy diferentes de Am¨¦rica. Una se centra en el futuro, la otra, en el pasado. Y en Wisconsin, luchamos por el futuro¡±, advirti¨® Harris, que destac¨® su origen de clase media y el de su compa?ero de papeleta (¡±solo en Am¨¦rica algo as¨ª es posible¡±, agreg¨®) y tuvo que detener su discurso cuando un asistente se desmay¨®. ¡°?Ese es el aplomo con el que reacciona una presidenta!¡±, grit¨®, una vez hubo pasado el susto, alguien entre el p¨²blico.

El discurso de Walz

Walz hab¨ªa abundado un rato antes en la idea del futuro contra el pasado durante una intervenci¨®n en la que volvi¨® a demostrar su talento natural para arengar a las masas. ¡°Vengo de Chicago¡±, exclam¨®, ¡°y el ambiente all¨ª es incre¨ªble, pero hay algo que no saben ellos: ?y es que esta fiesta es mucho mejor!¡±.

El candidato a vicepresidente record¨® que hace un mes los republicanos estaban aqu¨ª mismo ¡°en la cresta de la ola¡±, escuchando triunfales el discurso de un pol¨ªtico ¡°que se present¨® como un hombre nuevo¡± tras haber sobrevivido a un intento de asesinato pocos d¨ªas antes, pero que, ¡°en realidad, se dedic¨® a despotricar y a delirar durante 92 minutos¡±. ¡°No sab¨ªan hasta qu¨¦ punto pueden cambiar las cosas en cuatro semanas¡±, sentenci¨® Walz, antes de dedicarse a atacar a su rival, el candidato a la vicepresidencia JD Vance, con el que se ha citado para debatir el 1 de octubre.

La prueba de que, como dijo Walz, muchas cosas han cambiado para el Partido Dem¨®crata estuvo durante todo el d¨ªa a las puertas del estadio. Las colas empezaron a formarse desde temprano por la ma?ana, y daban varias vueltas a eso de las 15.00, m¨¢s de cinco horas antes de que Harris tomara la palabra. El sindicalista de Milwaukee Daniel Barfoth hab¨ªa llegado a las 9.30, porque, ¡°por nada del mundo¡±, explic¨®, quer¨ªa quedarse fuera del primer mitin al que acud¨ªa en su vida. Tamara Holmes llegaba, por su parte, en representaci¨®n de los maestros de Wisconsin. Y Martha Donnelly no sab¨ªa qu¨¦ responder a la pregunta de si se hubiera animado a venir si en lugar de un acto electoral de Harris este hubiera sido un mitin de Biden. ¡°Era un buen hombre¡±, dijo sobre el presidente, ¡°nunca olvidar¨¦ que llam¨® a mi madre el d¨ªa en que muri¨® mi padre, que fue su profesor de Derecho en [la Universidad de] Siracusa¡±.

Una vez dentro, una dj pinch¨® para amenizar la espera de un p¨²blico en el que predominaban las mujeres y las ni?as himnos feministas de ayer y de hoy, de Cindy Lauper a Beyonc¨¦. La m¨²sica de esta ¨²ltima son¨® varias veces, pero sobre todo una, cuando, como ya es costumbre, su tema Freedom, himno de la campa?a de Harris, sirvi¨® para que esta abandonara el mitin en lo alto. Lo hizo, con la satisfacci¨®n de haber reconquistado un escenario de los malos recuerdos, agarrada a la mano de Walz, su fiel escudero en el camino que tal vez la convierta en la primera mujer de la historia en ocupar a partir de enero el Despacho Oval.

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