C¨®mo ayudar a los ni?os a superar el miedo a la oscuridad
Acoger, acompa?ar y compartir nuestras experiencias infantiles al respecto, ayuda a nuestros hijos a relativizar la existencia de monstruos u otros seres imaginados por la noche
El miedo irracional a la oscuridad se denomina escotofobia y no es exclusivo de los ni?os, algunos adultos tambi¨¦n lo tienen. Este miedo ¡°es evolutivo, por eso es tan frecuente en los ni?os. Se desarrolla entre los dos y los siete a?os y lo habitual es que alrededor de los ocho a?os evolucione y desaparezca, aunque algunos adultos cuentan que no se les ha quitado del todo el miedo a la oscuridad, sobre todo si ese terror infantil se ha agudizado ...
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El miedo irracional a la oscuridad se denomina escotofobia y no es exclusivo de los ni?os, algunos adultos tambi¨¦n lo tienen. Este miedo ¡°es evolutivo, por eso es tan frecuente en los ni?os. Se desarrolla entre los dos y los siete a?os y lo habitual es que alrededor de los ocho a?os evolucione y desaparezca, aunque algunos adultos cuentan que no se les ha quitado del todo el miedo a la oscuridad, sobre todo si ese terror infantil se ha agudizado con alguna experiencia traum¨¢tica asociada con la oscuridad¡±, comenta Abel Dom¨ªnguez, psic¨®logo, director de Dom¨ªnguez Psic¨®logos.
?Qu¨¦ ven los ni?os en la oscuridad que tanto miedo les provoca?
La imaginaci¨®n infantil desbordante influye para que la oscuridad se convierta en un caldo de cultivo donde aparecen monstruos bajo la cama, dentro del armario y todo tipo de peligros cuando la luz se apaga. ¡°Por ello, todo lo que se vuelve invisible en la oscuridad puede ser algo potencialmente peligroso. Este miedo tambi¨¦n tiene una parte adaptativa, ya que se trata de una forma innata de protecci¨®n, que evita que vayan a la oscuridad y se puedan caer o ponerse en riesgo. A partir de los dos a?os, los ni?os empiezan a tener capacidad de imaginarse las cosas, porque desarrollan el pensamiento simb¨®lico, unido al pensamiento m¨¢gico, que les permite creer en la existencia de personajes como las hadas. En este sentido, se puede aprovechar esa fase para ofrecerles herramientas m¨¢gicas como la creaci¨®n de personajes de superh¨¦roes o hero¨ªnas que luchan contra los riesgos de la oscuridad. Pueden dibujarse a s¨ª mismos como estos personajes o inventar historias al respecto, lo que, adem¨¢s, resulta divertido y refuerza los v¨ªnculos familiares¡±, explica Abel Dom¨ªnguez.
Los miedos ancestrales de la humanidad se transmiten entre generaciones, como si se tratara de una memoria celular que ayuda a la supervivencia. Cuando un ni?o cree que el coco le acecha en la oscuridad, reproduce un miedo heredado de la humanidad, ¡°ya que puede quedar un poso evolutivo de nuestros milenarios ancestros, que han vivido calamidades rodeadas de oscuridad. Por eso, el fuego, al aportarnos luz, result¨® ser un gran avance para nuestra evoluci¨®n¡±, a?ade el psic¨®logo.
C¨®mo ayudo a mi hijo a gestionar su miedo a la oscuridad
Cuando se apaga la luz, en la mente de un ni?o pueden aparecer todo tipo de miedos, por los que los adultos tambi¨¦n hemos pasado, aunque lo hayamos olvidado. Por ello, a nuestros hijos les puede ayudar el hecho de compartir con ellos la experiencia de aquellos a?os en los que nosotros tambi¨¦n ten¨ªamos miedo a la ausencia de luz. De esta forma, se sienten escuchados y comprendidos. ¡°La comunicaci¨®n es importante para conseguir que el ni?o cuente c¨®mo se siente en cada momento con respecto a ese miedo. Tambi¨¦n conviene evitar que vea pel¨ªculas de miedo o material en redes sociales que le provoquen sustos¡±, matiza Ana L¨®pez L¨®pez, pedagoga, especialista en neuropsicolog¨ªa educativa.
Acompa?ar a los ni?os cuando tienen miedo a la oscuridad, les aporta seguridad y protecci¨®n. ¡°Tumbarnos en la cama con ellos e ir bajando la intensidad de la luz, para que vea que no pasa nada o la cl¨¢sica soluci¨®n de dejar una lucecita encendida toda la noche en la habitaci¨®n donde duerme el peque?o. No obstante, si el miedo limita al ni?o hasta el punto de pasarse las noches en vela, llorando, con ansiedad o si no pueda caminar por la casa a oscuras, ser¨ªa conveniente consultar con un psic¨®logo infantil. Muchos miedos no son adaptativos en el mundo actual, como el hecho del terror a ser devorado por un le¨®n, por lo tanto puede provocar problemas de adaptaci¨®n social si no se extingue. Con el miedo a la oscuridad, ocurre lo mismo. El ser humano se siente desprotegido sin luz porque el sentido de la vista es uno de los m¨¢s importantes para la caza y la defensa. Por tanto, si me quedo a oscuras, estoy expuesto y soy vulnerable. Si a esto le unimos las alucinaciones que generamos con la mente, en ocasiones, se pueden producir aut¨¦nticos ataques de p¨¢nico¡±, concluye la psic¨®loga Ana L¨®pez.
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