?lvaro Bilbao: ¡°El ni?o que llora por la noche y no es atendido vive un momento terror¨ªfico¡±
El neuropsic¨®logo desmiente en su libro 'Todos a la cama' mitos como que es malo dormir a los beb¨¦s en brazos o que aguantar¨¢n m¨¢s tras un biber¨®n con cereales
Tener hijos, sobre todo peque?os, da sue?o. Y si no, basta con preguntar a cualquier madre o padre reciente, o incluso a muchos con ni?os de dos o tres a?os o m¨¢s. Aunque uno sepa que va a descansar menos con la llegada de un beb¨¦ a casa, una cosa es la teor¨ªa, y otra, dormir cuatro o cinco horas, con varios despertares en medio, una noche tras otra, y as¨ª durante meses. Varios expertos han tratado de responder con libros a la demanda de padres desesperados para que sus ni?os duerman mejor. Los m¨¢s conocidos en Espa?a son el m¨¦todo Estivill, pol¨¦mico por defender el entrenamiento del sue?o dejando llorar al beb¨¦ durante unos intervalos establecidos, y la tendencia antag¨®nica representada por el pediatra Carlos Gonz¨¢lez y la psic¨®loga Rosa Jov¨¦, partidarios del colecho. El neuropsic¨®logo ?lvaro Bilbao, autor del superventas El cerebro del ni?o explicado a los padres, pretende en su nuevo libro, Todos a la cama (Plataforma Editorial), ofrecer una tercera v¨ªa para ayudar a los ni?os (y a los padres) a dormir "con amor y confianza".
Es un libro sencillo, que explica las caracter¨ªsticas del sue?o de los beb¨¦s, con fases mucho m¨¢s cortas que en los adultos, para que los padres entiendan las razones de los frecuentes despertares. As¨ª, propone una estrategia para ayudar a los beb¨¦s a dormir, pero muy abierta, respetuosa y basada en la experiencia personal de Bilbao con sus tres hijos. Tambi¨¦n ofrece pautas para problemas que se plantean con ni?os m¨¢s mayores, como no querer irse a la cama, levantarse una vez acostados o los terrores nocturnos.
Pregunta. ?Por qu¨¦ es necesario otro libro sobre el sue?o?
Respuesta. Durante mucho tiempo, se ha hecho creer a los padres que solo hay dos opciones para dormir a los ni?os. Una ser¨ªa dejarles llorar, aunque lo est¨¦n haciendo desconsoladamente, porque es la manera de que ganen autonom¨ªa en el sue?o, y la otra ser¨ªa dormir con ellos, colechar, porque parece que es la ¨²nica forma respetuosa de atender a las necesidades del sue?o del ni?o. Pero esto no es del todo cierto. El colecho no es la ¨²nica forma respetuosa y amorosa de ayudar a los ni?os a dormir, y los m¨¦todos que te dicen que el ni?o tiene que quedarse solo llorando no son los ¨²nicos que le van a dar autonom¨ªa. Adem¨¢s, es una disyuntiva totalmente artificial. La mayor¨ªa de los ni?os van desarrollando unos h¨¢bitos de sue?o porque los padres introducen estrategias, se organizan como pueden, y la realidad es que la mayor¨ªa de los padres no se identifican ni con una ni con otra opci¨®n.
P. En tu libro, eres sobre todo cr¨ªtico con el m¨¦todo Estivill.
R. Pero tambi¨¦n explico una cosa: el m¨¦todo Estivill se ha demonizado, se ha hablado de que produce lesiones neurol¨®gicas, pero en realidad no hay estudios que lo afirmen. S¨ª sabemos que llorar durante periodos muy prolongados puede provocar estr¨¦s, que genera cortisol, y que el cortisol puede provocar da?os neurol¨®gicos. Pero no hay ning¨²n estudio que ligue el llanto del ni?o que es entrenado en este m¨¦todo con da?os neurol¨®gicos. S¨ª es verdad que el ni?o que llora por la noche sin que sus padres le atiendan est¨¢ siendo privado de una atenci¨®n muy importante para ¨¦l. Ese ni?o vive un momento terror¨ªfico. Est¨¢ asustad¨ªsimo, porque no entiende que los padres est¨¢n al otro lado de la puerta. Para ¨¦l, los padres han desaparecido por completo. Sabemos que el llanto es una respuesta muy primitiva, pero tambi¨¦n muy adaptativa. El ni?o llora mucho porque cuanto m¨¢s fuerte llora, m¨¢s probable es que la madre le atienda, y mayor es la probabilidad de supervivencia. Por tanto, no debemos acallar ese instinto. Es bueno que los ni?os lloren, y es bueno que los padres les atendamos.?
¡°No hay una receta m¨¢gica para dormir los primeros meses del ni?o¡±
S¨ª hay datos concretos que dicen que los ni?os que son entrenados con el llanto parecen desarrollar menos confianza en ellos mismos. Se hizo un estudio y se vio, a nivel estad¨ªstico, que estos ni?os llegan menos lejos en la resoluci¨®n de problemas, es decir, son menos aut¨®nomos. Y cuando ya no son capaces de resolver el problema, no piden ayuda, mientras que los ni?os a los que se ha atendido s¨ª lo hacen. Tambi¨¦n es justo decir que estos m¨¦todos no solo se centran en que el ni?o llore, sino que tambi¨¦n introducen una serie de h¨¢bitos previos al sue?o que son sensatos y positivos.
P. Hace unos meses, la periodista Samanta Villar recibi¨® muchas cr¨ªticas por decir ¡°todos nos hemos imaginado tirando al ni?o por el balc¨®n¡±. Por lo que cuentas en tu libro, cuando los padres est¨¢n desesperados por la falta de sue?o, te cuentan cosas as¨ª.
R. Efectivamente, hay padres que te cuentan que est¨¢n desesperados, y es normal. Pero es importante que entiendan que esa no puede ser una opci¨®n, y que sepan que s¨ª que hay casos en los que los propios padres sacuden al ni?o, lo agitan, porque est¨¢n desesperados, y que pueden provocar lesiones neurol¨®gicas. La necesidad de sue?o es una necesidad primaria, y por tanto, es normal y sano que los padres busquen respuestas esa disparidad entre el sue?o de los ni?os y el de los adultos. Es importante entender cu¨¢les son las maneras respetuosas para ayudar al ni?o a dormir. Que hay distintas alternativas y que cada familia se organice de la mejor manera posible.
P. ?Qu¨¦ le dir¨ªas a unos padres primerizos que est¨¢n en la fase de desesperaci¨®n?
¡°La televisi¨®n y la tableta retrasan la aparici¨®n del sue?o¡±
R. Que es normal, que es una fase muy habitual. Que si el beb¨¦ tiene menos de un a?o, lo m¨¢s c¨®modo va a ser que compartan la habitaci¨®n con ¨¦l, y que si quieren, pueden compartir la misma cama, porque mientras lo hacen las tomas son m¨¢s frecuentes y hay m¨¢s despertares, pero son menos disruptivos tanto para la madre como para el ni?o. En realidad, los estudios dicen que da igual que coleches o que durm¨¢is en habitaciones separadas: durante el primer a?o de vida, la mayor¨ªa de los padres refieren que su calidad de sue?o es muy baja, o sea, que no hay un remedio m¨¢gico durante esos primeros meses. Pero que poco a poco la cosa se va adaptando. Es importante que vayan introduciendo h¨¢bitos que ayuden al ni?o a que poco a poco vaya ganando m¨¢s autonom¨ªa en el sue?o. Da igual si es en nuestra cama o en su cuna, si el ni?o va desarrollando unos buenos h¨¢bitos, le va a ayudar a conciliar el sue?o y a mantenerlo. Es tambi¨¦n importante que aprendan por qu¨¦ su hijo se despierta y llora, porque si lo entienden, van a ser capaces de atenderle con m¨¢s calma, de tener mucha mayor tolerancia a la frustraci¨®n, y van a dar una respuesta m¨¢s amorosa y positiva, que es lo que el ni?o necesita.
P. Todav¨ªa hay gente que cree que es malo meterse al beb¨¦ en la cama.
R. El colecho es algo muy cultural, hay pa¨ªses en los que es poco frecuente y otros en los que es lo m¨¢s normal. Pero es positivo por tres motivos: porque el ni?o y la madre descansan muy bien; porque los despertares son m¨¢s breves; y porque favorece el apego y el desarrollo positivo del ni?o y la lactancia materna.
P. ?Qu¨¦ hay del miedo a que si entra en tu cama, no querr¨¢ salir nunca?
¡°El colecho no es la ¨²nica forma respetuosa y amorosa de ayudar a los ni?os a dormir¡±
R. La realidad es que la mayor¨ªa de los padres comparten la cama con sus ni?os en algunos momentos, como cuando tienen una pesadilla, se despiertan muy temprano o cuando est¨¢n enfermos. Hay ni?os que no lo hacen nunca o casi nunca, pero las encuestas dicen que alrededor de un 50%-70% de los padres reconocen que durante la ¨²ltima semana han dormido al menos una noche con sus hijos. Es verdad que me escriben personas que est¨¢n desesperadas porque tienen hijos de 14, 16 a?os, que no quieren dormir en su propia cama, pero son casos muy contados, dos o tres en los ¨²ltimos a?os. Hay veces que simplemente hace falta un poco de sentido com¨²n. En la mayor¨ªa de los casos el ni?o va desarrollando el deseo de dormir en su propia cama. Y si vemos que con 16 a?os sigue queriendo estar con nosotros, a veces es tan sencillo como darles un empujoncito y animarles, sin ser ni agresivos, ni enfadarse con ellos.
P. Volvamos a los beb¨¦s. Parece que tienen un detector de altura y el s¨ªndrome de la cuna con pinchos. En cuanto los intentas dejar en la cuna, por muy dormidos que parezcan, se despiertan...
R. S¨ª, todo el que ha tenido un beb¨¦ en brazos, sabe que en el momento en el que lo sueltas, se pone a llorar. Esto es porque durante los primeros minutos del sue?o, unos 20 minutos, este sue?o es muy ligero. Por eso, en cuanto detecta un cambio, se despierta enseguida. El sue?o se asocia a ciertos est¨ªmulos. El ni?o que se ha dormido en brazos est¨¢ asociando dormir a ese est¨ªmulo positivo, al calor de la madre o padre, a ese contacto f¨ªsico, y en el momento en que lo dejas en otro contexto, es como si t¨² estuvieras tumbado en tu cama y de repente te meten en una piscina. Es un cambio muy brusco para el ni?o y hace que se desasosiegue y se despierte. Hay que ayudar a los ni?os a que vayan asociando su propia cuna, o la cama de los padres, el est¨ªmulo que queramos, al hecho de dormirse. Y que ese paso final del sue?o lo vaya dando solo.
P. ?Qu¨¦ opinas de dormir al beb¨¦ al pecho o en brazos?
¡°Es bueno que los ni?os lloren, y es bueno que los padres les atendamos¡±
R. Dormir al beb¨¦ al pecho es fenomenal, es un est¨ªmulo muy positivo para ¨¦l. Lo que es un error es dormirle al pecho en el sal¨®n y luego llevarle a la cuna, porque nunca va a querer ir a la cuna: la asociar¨¢ a estar separado de la madre, y el sal¨®n a pasar buenos ratos, a dormirse, etc¨¦tera. Tenemos que ir llevando esas asociaciones positivas al lugar donde queremos que el ni?o vaya adquiriendo los h¨¢bitos de sue?o. Con los brazos hay que ir haciendo tambi¨¦n esa asociaci¨®n positiva con la cuna. Durante mucho tiempo se nos ha dicho que lo peor que se puede hacer es dormir a un ni?o en brazos, pero en brazos se duermen muy bien. Adem¨¢s, son una buena estrategia, porque podemos ir conversando con distintas partes del cerebro que sabemos que ayudan al ni?o a dormirse. Son partes que se van relajando cuando escuchan ritmos constantes, por ejemplo, cuando paseamos, cuando damos palmadas en el culete, cuando cantamos o susurramos. Si estamos presentes cuando el ni?o se est¨¢ durmiendo, le podemos ayudar a que ¨¦l aprenda esas mismas estrategias para dormirse por s¨ª mismo.
P. Una de las frases m¨¢s frecuentes es ¡°qu¨¦ ganas tengo de darle ya un biber¨®n con cereales, a ver si duerme m¨¢s¡±.
R. Es un mito muy extendido, que nos dicen madres, abuelas, amigas. Sabemos que no es as¨ª, porque hay estudios que demuestran que los ni?os que se toman un biber¨®n XL no se duermen antes, ni m¨¢s tiempo, que los ni?os que se toman un biber¨®n peque?o o que los que toman el pecho. Incluso pueden dormir peor. Es como si t¨² crees que por tomarte de cena una ensalada doble, con el doble de picatostes, queso, aceite, de todo, vas a dormir mejor. Probablemente tendr¨¢s un sue?o m¨¢s agitado.
P. ?A qu¨¦ hora deben acostarse los ni?os?
R. Depende de los horarios matutinos. Sabemos que los ni?os necesitan dormir mucho. No se trata de forzarles a meterse en la cama, pero s¨ª de preservar sus necesidades biol¨®gicas de sue?o, dependiendo de la etapa en la que est¨¦. Un beb¨¦ duerme 16 horas o m¨¢s al d¨ªa, un adolescente y un adulto deber¨ªan dormir como m¨ªnimo ocho horas. Si vamos a un instituto y preguntamos cu¨¢ntos chavales de 17 a?os han dormido ocho horas, levantan la mano un 1%. Es muy importante educar a los ni?os en que tienen que dormir, en que hay una hora para irse a la cama. Lo conseguimos apagando las luces, la televisi¨®n, y siendo tambi¨¦n los padres un ejemplo.
P. ?Cu¨¢les son las consecuencias de que ni?os y adolescentes duerman menos de lo que necesitan?
¡°Los chavales que duermen menos horas de las que deber¨ªan tienen m¨¢s dificultades para estar concentrados, para memorizar informaci¨®n¡±
R. Hay muchos problemas. El sue?o es muy importante para el cuidado del cerebro. Uno de los problemas que tenemos es la regulaci¨®n del estr¨¦s. Cuando dormimos, una de las funciones del cerebro es activar de manera plena el sistema inmunol¨®gico y eso hace que se vaya eliminando el cortisol del cerebro y otras sustancias t¨®xicas. El sue?o, adem¨¢s, es muy importante en el procesamiento de memoria. Los chavales que duermen menos horas de las que deber¨ªan tienen m¨¢s dificultades para estar concentrados, para memorizar informaci¨®n.
P. ?Por qu¨¦ no deben ver la tele o jugar a la tableta antes de dormir?
R. Tanto televisi¨®n como tableta tienen un efecto activador del sistema nervioso central, en el que el ni?o se puede excitar. Lo que queremos justo antes de dormir es todo lo contrario, que el ni?o se relaje. Una norma muy sencilla y que todos los padres pueden aplicar, porque es de sentido com¨²n, es que despu¨¦s de cenar, nada de televisi¨®n. Tambi¨¦n nos encontramos con que est¨¢ muy de moda que los ni?os peque?os vean o lean cuentos en el m¨®vil o en la tableta. Son cuentos muy bonitos, que parece que inducen al sue?o, con una m¨²sica muy relajante. Sin embargo, el tipo de luz que emiten los tel¨¦fonos m¨®viles, que se llama luz azul, retrasa la aparici¨®n de melatonina, una hormona que favorece que aparezcan los ciclos del sue?o, y por lo tanto, el ni?o va a tardar m¨¢s en dormirse. Por lo tanto, siempre es mejor leer un cuento en papel que estar mirando una pantalla.?
P. ?Por qu¨¦ todos los ni?os piden agua en cuanto se tumban en la cama?
R. Todo el que tiene un hijo sabe que el suyo es el m¨¢s sediento del planeta. La verdadera raz¨®n por la que piden agua es porque los ni?os, sobre todo los que van a dormir solos, necesitan saber que si llaman sus padres les van a atender. Por eso no solo te piden agua, sino que lo hacen cuando ya te est¨¢s yendo. El ni?o necesita varias cosas: sentirse acompa?ado mientras duerme, porque les da mucha seguridad; y saber que, si te llaman, vas a ir. Eso tambi¨¦n les da tranquilidad. Es un instinto natural.
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Autor:??lvaro Bilbao.
Editorial:?Plataforma Editorial (2017).
Formato:?versi¨®n Kindle y tapa blanda (264 p¨¢ginas).
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