El amor en el desarrollo cerebral de los ni?os

Cuando un ni?o viene al mundo, sus mayores referentes son sus progenitores o figuras de crianza. Indefensos emocionalmente, durante sus primeros a?os de vida, sus padres act¨²an como un espejo en el que se miran y se gu¨ªan. Y es que, durante los cinco primeros a?os de vida de los ni?os imitan todas las acciones de los adultos ya sea para bien o para mal. Esto significa que, sean ellos conscientes o no, algunas experiencias que viven junto a sus referentes o tutores, suponen un antes y un despu¨¦s en sus futuras vivencias.

Por ejemplo, un ...

Cuando un ni?o viene al mundo, sus mayores referentes son sus progenitores o figuras de crianza. Indefensos emocionalmente, durante sus primeros a?os de vida, sus padres act¨²an como un espejo en el que se miran y se gu¨ªan. Y es que, durante los cinco primeros a?os de vida de los ni?os imitan todas las acciones de los adultos ya sea para bien o para mal. Esto significa que, sean ellos conscientes o no, algunas experiencias que viven junto a sus referentes o tutores, suponen un antes y un despu¨¦s en sus futuras vivencias.

Por ejemplo, un estudio reciente realizado por cient¨ªficos de la Universidad de Baylor y publicado en la revista cient¨ªfica ScientDirect, asegura que los ni?os de padres divorciados tienen unos niveles m¨¢s bajos de oxitocina, o la denominada ¡®hormona del amor¡¯, una neurohormona producida en la pituitaria, una peque?a gl¨¢ndula con forma de frijol situada en lo profundo del centro del cerebro. Y se llama la ¡°hormona del amor¡± porque se libera durante las experiencias de vinculaci¨®n, como es por ejemplo, dar a luz y amamantar a un beb¨¦, acurrucarse con un ni?o o abrazar a una pareja rom¨¢ntica, reforzando esos comportamientos con ese sentimiento c¨¢lido y confuso.

Esta ¡®hormona del amor¡¯ es la responsable de que conectemos con los dem¨¢s, y a su vez es la que nos da fuerza para dar forma al afecto, la reproducci¨®n, la lactancia, y en definitiva, al amor en todas sus formas y matices, por lo que cuando los padres no solo act¨²an con cari?o, sino que son en exceso cari?osos, amorosos y que realizan constantes demostraciones de amor a sus hijos, no solo aumenta la confianza y la cercan¨ªa con ellos, sino que el resultado es una crianza de ni?os m¨¢s propensos al amor, que puede llegar, incluso, hasta promover cambios anat¨®micos positivos. Esto es lo que han demostrado cient¨ªficos de la Universidad de Washington, en otro estudio en el cual han llegado a la conclusi¨®n de que, los padres muy afectuosos logran con su actitud inducir cambios anat¨®micos en sus hijos, en concreto, en un ¨¢rea del cerebro, exactamente el hipocampo, una estructura alojada profundamente en el l¨®bulo temporal de cada corteza cerebral, y que forma parte de la regi¨®n cortical, implicada en el aprendizaje, la memoria y las emociones.

El amor de pap¨¢ y mam¨¢, lo mejor para el cerebro de un ni?o

Seg¨²n la psiquiatr¨ªa infantil, Joan L. Luby, MD, autora principal de este ¨²ltimo estudio, la crianza de los padres en los primeros a?os de vida de un ni?o es crucial para que puedan favorecer a seres humanos mucho m¨¢s adaptables en el futuro. ¡°Deber¨ªamos prestarle m¨¢s atenci¨®n a la crianza por parte de los padres, ya que tiene un impacto enorme en el desarrollo posterior del ni?o. En esta investigaci¨®n hemos encontrado una relaci¨®n muy fuerte entre la crianza materna y el tama?o del hipocampo en los ni?os, y el resultado ha sido un hipocampo m¨¢s grande¡±, explica.

Y es que, el hipocampo es la estructura principal del cerebro involucrada en el aprendizaje y la memoria, y unos vol¨²menes m¨¢s grandes sugerir¨ªan un mejor desempe?o en el colegio, entre otras cosas. Si bien es cierto que ya hay estudios previos donde ya se ha analizado, que un entorno desde la ni?ez agradable y afectuoso, tiene repercusiones en los factores psicosociales o el desempe?o escolar posterior del ni?o, a¨²n no se hab¨ªan realizado informes en los que se hayan descubierto cambios anat¨®micos en el cerebro. ¡°Tener un hipocampo que es casi un 10 por ciento m¨¢s grande, solo proporciona una m¨ªnima evidencia concreta del poderoso efecto de una buena crianza¡±, contin¨²a Luby.

As¨ª, este estudio analiza la importancia del contacto directo, interactivo y de amor entre padres e hijos, y muy especialmente en los primeros a?os de la vida, que es cuando se produce un gran desarrollo cerebral, si no tambi¨¦n de sus capacidades, habilidades, h¨¢bitos adaptativos y la personalidad. ¡°A los padres se les debe ense?ar c¨®mo cuidar y apoyar a sus hijos porque todos estos son elementos muy importantes para un desarrollo saludable en los ni?os¡±, dice la experta.

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