¡®La fuente de la vida¡¯ | C¨®mo gestionar las urgencias urinarias de nuestros hijos
La paternidad te regala el amor m¨¢s intenso que tendr¨¢s en tu vida, y adem¨¢s te proporciona una misi¨®n ins¨®lita: encargarte de las funciones escatol¨®gicas de tu criatura
La paternidad te regala el amor m¨¢s intenso que tendr¨¢s en tu vida, y adem¨¢s te proporciona una misi¨®n ins¨®lita y poco comentada: encargarte de las funciones escatol¨®gicas de tu criatura hasta que tenga edad para insistirte en que le compres un m¨®vil.
Los pa?ales son lo m¨¢s ic¨®nico de este proceso, lo que todo el mundo relaciona con la crianza. Igual que un buen cocinero sabe cu¨¢ndo sacar el pescado del horno, un buen padre sabe cu¨¢ndo el pa?al est¨¢ suficientemente abultado y ...
La paternidad te regala el amor m¨¢s intenso que tendr¨¢s en tu vida, y adem¨¢s te proporciona una misi¨®n ins¨®lita y poco comentada: encargarte de las funciones escatol¨®gicas de tu criatura hasta que tenga edad para insistirte en que le compres un m¨®vil.
Los pa?ales son lo m¨¢s ic¨®nico de este proceso, lo que todo el mundo relaciona con la crianza. Igual que un buen cocinero sabe cu¨¢ndo sacar el pescado del horno, un buen padre sabe cu¨¢ndo el pa?al est¨¢ suficientemente abultado y rebosante de producto interior bruto y debe ser cambiado para evitar irritaciones.
Despu¨¦s tendremos la etapa dual, de dejar el pa?al y tener muchos escapes, hasta que te conviertas en el rey de la lavadora, y llegues a saber de memoria lo que tarda en secarse el protector de la cama o acabes comprando tres m¨¢s.
El paso siguiente es la etapa en la que estamos nosotros ahora: plena autonom¨ªa meadora pero a¨²n poca planificaci¨®n. Y no hablo de tener que parar en medio de la autopista por una urgencia que no exist¨ªa ante los lavabos del ¨¢rea de servicio. Pienso en el d¨ªa a d¨ªa. Mi hija y sus amigas creen que aguantan hasta que en el momento m¨¢s insospechado les entra el baile de san Vito como al ?ltimo Guerrero: ¡°?pipi-pipi-pipi!¡±. Y entonces tienes que dejarlo todo, buscar un ¨¢rbol, cogerlas a pulso y ayudarlas a mear sin que el chorro te salpique.
Y llevar un pa?uelo a mano para que se sequen, pa?uelo que tendr¨¢s que aguantar t¨² sabiendo que est¨¢ lleno de orina.
Con el tiempo, querr¨¢n hacerlo solas, pero de momento cuando se acuclillan en plan tortuga ninja, m¨¢s de una vez y de dos y de 20 se han mojado un poquillo.
Hay tribus y sectas que tienen crianza colectiva, y lo m¨¢s parecido que hacemos nosotros en este pa¨ªs es llevar al v¨¢ter a las amigas y amigos de nuestros hijos y l¨ªmpiales el culo. El amor y la amistad de verdad al final se podr¨ªan concretar en esto. Si te limpia el culo, qu¨¦date con ¨¦l o con ella para siempre.
Imagino con alegr¨ªa el momento en que ir¨¢n solos al lavabo. Pero entonces tendremos otras angustias: ?Limpiar¨¢n lo suficiente el trono o se sentar¨¢n a lo bestia en cualquier lavabo infecto? ?Se quedar¨¢n encerrados sin querer? ?Pondr¨¢n las bragas y los pantalones en el suelo mojado sin darse cuenta? ?Estar¨¢n a merced de pederastas?
Por supuesto, no quiero cerrar la columna sin el homenaje necesario al gran deporte de riesgo que es ir al lavabo t¨² mientras cuidas de los peque?os, porque esto implica entrar con todo el circo de cochecitos, mochilas, patinetes, ni?os... Y ya no te digo con las restricciones de la pandemia, con bares y tiendas cerrados, y sin lavabos p¨²blicos.
Al final, ser¨¢ cuesti¨®n de poner de moda los pa?ales de adulto. Si lo sacara Apple, los iMeo ser¨ªan un ¨¦xito global.
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